Bueno, mayoría de votos a favor de acercarse al comerciante, así que vamos allá:
386.
Cuando te pones delante de su tenderete, el vendedor empieza su cháchara. Es evidentemente el mejor comerciante de Babilonia: sus bromas despiertan la risa hasta del mismo buen rey Nabucodonosor. Vende variados artículos: polvos picapica, serpientes de mentira, bombas fétidas, narices y barbas postizas, polvos de estornudar... y todo al irrisorio precio de tres por 1 moneda de oro. Puedes comprar tres artículos de esta lista (ve al
39), preguntarle si conoce a Mahal (ve al
25) o seguir tu camino (ve al
46).
*****
Como la opción de comprar algo no es excluyente, la añado ya, por si finalmente decidís comerciar, así nos ahorramos una decisión.
39.
Te dejas tentar por su cháchara, pensando que estas cosas siempre pueden ser divertidas, cuando no útiles. Le das una moneda de oro al comerciante. Puedes coger tres artículos de la lista siguiente: barba postiza, polvos para estornudar, nariz postiza, bomba fétida, serpiente de mentira. No quedan, sin embargo, polvos picapica, el vendedor lo siente infinitamente. Mientras eliges, el hombre cuenta chistes que no hacen reír a nadie más que a él. Guardas tus compras. ¿Le pides la dirección de Mahal (ve al
25) o prefieres seguir tu camino (ve al
46)?
*****
Indicadme si compráis algo o no, y qué hacemos a continuación
