Atraviesas con cautela hacia el túnel iluminado con antorchas. A lo lejos puedes ver que el túnel se abre a otra caverna, cubierta de estanterías que están repletas de
cientos de libros. De pie en medio de la caverna hay una persona vestida de negro con los brazos cruzados ocultos en unas mangas anchas que casi tocan el suelo. Una capucha grande y negra cubre completamente la cabeza de la figura. “Entra, extranjero”, te llama una voz profunda. “Has elegido el camino de los Puzzles. Yo soy el Inquisidor. Es tu tarea el demostrarme que eres digno de pasar a través de mis dominios, y sólo con el poder de tu mente lo conseguirás. Falla, y morirás. Da un paso hacia adelante y escucha con atención, la prueba ha comenzado”. Si deseas obedecer al Inquisidor, pasa al 262. Si deseas atacarlo, pasa al 141.
Cuantos más seamos, mejor

Creo que este es uno de esos momentos en los que hay que hacer caso, bajo pena de muerte instantánea. Veamos qué enigma nos plantea el inquisidor.
Sobre la traducción, quizá sea mejor "el camino de los acertijos" (o de los enigmas quizá) en lugar de el de los puzzles. Imagino que la palabra del original era riddle, eso sí. Si no, entonces no tengo quejas.