LA SOMBRA SOBRE RUANON (2ª Parte)
Dragón Carmesí / Gavilán Temerario
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
Dragón “trabaja” un poco más a sir Jester mientras Gavilán aprieta un poco más su lazo psíquico sobre él, dejandolo preparado para responder a las preguntas de Lucius.
El anciano caballero se sienta en una silla frente al prisionero y le habla con suavidad.
¿Acaso creeis que el resto de paises (no digamos ya Sommerlund) se va a tomar en serio vuestra “independencia”? Algo habréis pensado ¿no es así?
La voz de Crow suena apagada mientras responde: Lo harán... nos tomarán en serio... Ya hemos enviado emisarios a Casiorn, a Lyris y a Vassagonia, para darnos a conocer y firmar nuevos tratados comerciales con ellos. Jester se sonríe. Creeme, estarán encantados de ser nuestros socios...
Eso nunca sucederá. Dice Lucius con frialdad. Y dime ¿están tus caballeros preparados para enfrentarse al ejército de Sommerlund?
Las cosas no son tan sencillas viejo. Responde Jester. ¿Cuántos efectivos crees que mandarán contra nosotros teniendo al oeste la amenaza de los Señores de la Oscuridad de Helgedad? Cualquiera se daría cuenta que si Sommerlund se enzarza en una guerra civil, los Señores de la Oscuridad aprovecharán ese momento para su invasión. No... no mandarán contra nosotros todas sus tropas, ni lo harán rápidamente, je, no pueden permitirse el lujo de quedar debilitados...
Lucius se levanta, indignado. Eres despreciable, desestabilizando Sommerlund haces vulnerable al único reino que es capaz de plantar cara a los Señores Oscuros... ¡Sólo por tu ansia de poder pones en peligro a todo Magnamund!
Y dime. Le pregunta volviendose a sentar. ¿No temeis a los Señores del Kai o a la Hermandad de Magos de Torán?
Crow se toma un momento para responder. No... por la misma razón que antes. Los objetivos de ambos grupos están por encima de una revuelta interna del pais, no usarían sus fuerzas contra nosotros si eso les dejara debilitados frente a los Señores de la Oscuridad.
Creo que te equivocas. Dice Lucius mirando con frialdad al prisionero. Pero todo lo que dices lo comprobaremos dentro de poco. Ahora háblame de vuestros ases en la manga. ¿Qué planes tenéis para las minas?
¿Las minas? Pregunta Gavilán extrañado.
Sí. Le explica Lucius. Las Minas de Maaken son la fuente de riqueza de Ruanon y son de gran valía para todo Sommerlund. Si se declarase una guerra civil, la producción de metales preciosos dejaría de llegar al país causando problemas en la economía de Sommerlund.
No solo eso... Masculla Sir Jester. Las Minas son nuestro rehen... si Sommerlund se atreve a atacarnos, las volaremos con cargas explosivas antes de permitir que caigan en sus manos... Lo tenemos todo preparado...
La rabia os invade al ver de lo que pueden llegar a ser capaces estos fanáticos en su empeño. Aun así, algo falla, hasta ahora vuestro Sexto Sentido no os ha indicado que sir Jester mintiera, pero... pero algo os dice que no os lo está contando todo, algo os dice que los conspiradores tienen otro as guardado en la manga...
De pronto, y sin saber porqué, un escalofrío os recorre... un mal augurio...
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
Dragón “trabaja” un poco más a sir Jester mientras Gavilán aprieta un poco más su lazo psíquico sobre él, dejandolo preparado para responder a las preguntas de Lucius.
El anciano caballero se sienta en una silla frente al prisionero y le habla con suavidad.
¿Acaso creeis que el resto de paises (no digamos ya Sommerlund) se va a tomar en serio vuestra “independencia”? Algo habréis pensado ¿no es así?
La voz de Crow suena apagada mientras responde: Lo harán... nos tomarán en serio... Ya hemos enviado emisarios a Casiorn, a Lyris y a Vassagonia, para darnos a conocer y firmar nuevos tratados comerciales con ellos. Jester se sonríe. Creeme, estarán encantados de ser nuestros socios...
Eso nunca sucederá. Dice Lucius con frialdad. Y dime ¿están tus caballeros preparados para enfrentarse al ejército de Sommerlund?
Las cosas no son tan sencillas viejo. Responde Jester. ¿Cuántos efectivos crees que mandarán contra nosotros teniendo al oeste la amenaza de los Señores de la Oscuridad de Helgedad? Cualquiera se daría cuenta que si Sommerlund se enzarza en una guerra civil, los Señores de la Oscuridad aprovecharán ese momento para su invasión. No... no mandarán contra nosotros todas sus tropas, ni lo harán rápidamente, je, no pueden permitirse el lujo de quedar debilitados...
Lucius se levanta, indignado. Eres despreciable, desestabilizando Sommerlund haces vulnerable al único reino que es capaz de plantar cara a los Señores Oscuros... ¡Sólo por tu ansia de poder pones en peligro a todo Magnamund!
Y dime. Le pregunta volviendose a sentar. ¿No temeis a los Señores del Kai o a la Hermandad de Magos de Torán?
Crow se toma un momento para responder. No... por la misma razón que antes. Los objetivos de ambos grupos están por encima de una revuelta interna del pais, no usarían sus fuerzas contra nosotros si eso les dejara debilitados frente a los Señores de la Oscuridad.
Creo que te equivocas. Dice Lucius mirando con frialdad al prisionero. Pero todo lo que dices lo comprobaremos dentro de poco. Ahora háblame de vuestros ases en la manga. ¿Qué planes tenéis para las minas?
¿Las minas? Pregunta Gavilán extrañado.
Sí. Le explica Lucius. Las Minas de Maaken son la fuente de riqueza de Ruanon y son de gran valía para todo Sommerlund. Si se declarase una guerra civil, la producción de metales preciosos dejaría de llegar al país causando problemas en la economía de Sommerlund.
No solo eso... Masculla Sir Jester. Las Minas son nuestro rehen... si Sommerlund se atreve a atacarnos, las volaremos con cargas explosivas antes de permitir que caigan en sus manos... Lo tenemos todo preparado...
La rabia os invade al ver de lo que pueden llegar a ser capaces estos fanáticos en su empeño. Aun así, algo falla, hasta ahora vuestro Sexto Sentido no os ha indicado que sir Jester mintiera, pero... pero algo os dice que no os lo está contando todo, algo os dice que los conspiradores tienen otro as guardado en la manga...
De pronto, y sin saber porqué, un escalofrío os recorre... un mal augurio...
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Horario: Tarde
Lugar: La Mano
La caravana se detiene ante la fortaleza de La Mano. Los caballeros de Ruanon que guardan la entrada contemplan el grupo formado por dos pesados carromatos escoltados por una veintena de jinetes.
Uno de los jinetes baja del caballo y se acerca a los guardias, dándole un pergamino a uno de ellos. Los otros observan al jinete, cuya capa oscura cubierta de polvo apenas puede ocultar la armadura de planchas que lleva debajo, ni la espada envainada a un costado.
El caballero lee el pergamino, asiente, y se lo devuelve al jinete. Después se gira hacia las almenas y grita:
¡Levantad el rastrillo! ¡Bajad el puente levadizo!
Y, poco a poco, se abre la entrada a La Mano.
Horario: Tarde
Lugar: La Mano
La caravana se detiene ante la fortaleza de La Mano. Los caballeros de Ruanon que guardan la entrada contemplan el grupo formado por dos pesados carromatos escoltados por una veintena de jinetes.
Uno de los jinetes baja del caballo y se acerca a los guardias, dándole un pergamino a uno de ellos. Los otros observan al jinete, cuya capa oscura cubierta de polvo apenas puede ocultar la armadura de planchas que lleva debajo, ni la espada envainada a un costado.
El caballero lee el pergamino, asiente, y se lo devuelve al jinete. Después se gira hacia las almenas y grita:
¡Levantad el rastrillo! ¡Bajad el puente levadizo!
Y, poco a poco, se abre la entrada a La Mano.
Cuervo Vigía / Gato Alado
Horario: Tarde
Lugar: Acuartelamiento de los Caballeros / Bloque Prisión
¿Qué demonios ha pasado? Grita Gato mientras ve a Will saliendo de la habitación de la letrina.
Nuestra ruta de escape. Le dice el chico apartandose para que el Señor del Kai eche un vistazo.
Dentro de la habitación, el suelo parece haberse derrumbado y en la oscuridad, varios metros más abajo, se ven antorchas y caras de niños.
Will le explica que sabían que las letrinas de la prisión conectaban con la red de alcantarillado, de manera que envió a algunos de los chicos de su banda a ese punto exacto para que a una señal suya, volasen las paredes con cargas de polvora para abrir una vía de escape.
¿Pero las bombas no podrían haber hecho que todo se derrumbara, dejándonos atrapados aquí dentro? Pregunta Gato.
El chico se rasca la cabeza. Bueno... supongo que hemos tenido suerte ¿no?
¿Suerte? Se desespera Gato echándose las manos a la cabeza.
Pero no tiene tiempo de pensar más en ello porque ya suben los caballeros liberados, y tiene que ocuparse de ayudar a los más debilitados por su estancia en prisión. Al mismo tiempo, Will y sus chicos tienden cuerdas para que todos podáis bajar a las alcantarillas, cosa que hacen por turnos.
Cuervo y Gato deciden bajar los últimos mientras vigilan el pasillo a través de la reja. Arriba se oyen sonoros golpes.
Están usando un ariete contra la puerta principal. Susurra Cuervo.
Finalmente, todos los caballeros descienden y oyen a Will gritarles que ya es su turno, al mismo tiempo que un sonoro CRACK se escucha en el piso superior.
Han conseguido entrar...
Sin mirar atrás, los dos Señores del Kai se lanzan por el agujero abajo, aterrizando con un sonoro chapoteo entre los caballeros en una sucia alcantarilla e iluminados por temblorosas antorchas.
¡En marcha! Grita Gato. ¡Estarán aquí en cuestión de minutos!
Will se adelanta. Creo que les costará algo más que eso. Dice mientras señala a sus compañeros que están encendiendo una mechas de unos paquetes que han colocado en huecos de la pared.
De golpe lo entendeis, van a volar el tunel.¡Ahora sí! Ordena Cuervo al grupo. ¡A correr!
Horario: Tarde
Lugar: Acuartelamiento de los Caballeros / Bloque Prisión
¿Qué demonios ha pasado? Grita Gato mientras ve a Will saliendo de la habitación de la letrina.
Nuestra ruta de escape. Le dice el chico apartandose para que el Señor del Kai eche un vistazo.
Dentro de la habitación, el suelo parece haberse derrumbado y en la oscuridad, varios metros más abajo, se ven antorchas y caras de niños.
Will le explica que sabían que las letrinas de la prisión conectaban con la red de alcantarillado, de manera que envió a algunos de los chicos de su banda a ese punto exacto para que a una señal suya, volasen las paredes con cargas de polvora para abrir una vía de escape.
¿Pero las bombas no podrían haber hecho que todo se derrumbara, dejándonos atrapados aquí dentro? Pregunta Gato.
El chico se rasca la cabeza. Bueno... supongo que hemos tenido suerte ¿no?
¿Suerte? Se desespera Gato echándose las manos a la cabeza.
Pero no tiene tiempo de pensar más en ello porque ya suben los caballeros liberados, y tiene que ocuparse de ayudar a los más debilitados por su estancia en prisión. Al mismo tiempo, Will y sus chicos tienden cuerdas para que todos podáis bajar a las alcantarillas, cosa que hacen por turnos.
Cuervo y Gato deciden bajar los últimos mientras vigilan el pasillo a través de la reja. Arriba se oyen sonoros golpes.
Están usando un ariete contra la puerta principal. Susurra Cuervo.
Finalmente, todos los caballeros descienden y oyen a Will gritarles que ya es su turno, al mismo tiempo que un sonoro CRACK se escucha en el piso superior.
Han conseguido entrar...
Sin mirar atrás, los dos Señores del Kai se lanzan por el agujero abajo, aterrizando con un sonoro chapoteo entre los caballeros en una sucia alcantarilla e iluminados por temblorosas antorchas.
¡En marcha! Grita Gato. ¡Estarán aquí en cuestión de minutos!
Will se adelanta. Creo que les costará algo más que eso. Dice mientras señala a sus compañeros que están encendiendo una mechas de unos paquetes que han colocado en huecos de la pared.
De golpe lo entendeis, van a volar el tunel.¡Ahora sí! Ordena Cuervo al grupo. ¡A correr!
Todos los Personajes Jugadores
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
¡Han vuelto! Anuncia Tresmond.
Efectivamente. Sucios y agotados, pero con una sonrisa de satisfacción en los rostros, aparecen Cuervo Vigía y Gato Alado, acompañados de Will.
Y no vuelven solos. Con ellos llegan los Caballeros leales de Ruanon, con el capitán Duvall a la cabeza.
Por un momento olvidais las preocupaciones para dejaros llevar por la alegría y la emoción al saber que todo ha ido bien. Tras los abrazos y efusivos saludos, Tresmond conduce a los caballeros a otra sala para que descansen, mientras que Will y sus chicos empiezan a preparar una abundante comilona.
En la sala os quedáis los cuatro Señores del Kai y Lucius Thorne. Intercambiais de manera rápida vuestras historias para poneros al día y después os volvéis de nuevo hacia vuestro prisionero, el comandante de los caballeros de Ruanon, sir Jester Crow.
Lucius continúa el interrogatorio: A pesar de todo lo que nos has dicho, hay algo que no encaja. Yo creo que teneis las de perder en este tira y afloja con Sommerlund, de manera que debeis tener otra baza que os debe asegurar una posición de fuerza y que incline la balanza hacia vuestro favor. El anciano levata el rostro de Crow con la mano para obligarlo a mirarlo a los ojos. Cuentanoslo todo.
Sir Jester entrecierra los ojos. No se de qué me estas hablando. Ya os lo he contado todo...
Vuestro Sexto Sentido os indica con claridad que el caballero está mintiendo.
Lucius también lo nota, y con un suspiro se aparta del prisionero.
Dragón, es todo tuyo...
El joven Señor del Kai, relamiéndose, se acerca a Crow. El caballero, acobardado, se agita haciendo moverse las cadenas que lo aprisionan.¡No! Gime. ¡Esperad! Os lo dire...
Muy bien. Dice Lucius poniendose de nuevo ante sir Jester. Cuentanos.
Crow levanta la vista y os mira, mientras una sonrisa de suficiencia le llena el rostro.
Lo tenemos...
Lucius arquea una ceja, confuso.
¿Cómo que “le tenemos”? ¿A quién te refieres?
Cuando os lo dice, no lo podeis creer, pero el escalofrío que os hiela el alma os dice que sir Jester Crow está diciendo la verdad...
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
¡Han vuelto! Anuncia Tresmond.
Efectivamente. Sucios y agotados, pero con una sonrisa de satisfacción en los rostros, aparecen Cuervo Vigía y Gato Alado, acompañados de Will.
Y no vuelven solos. Con ellos llegan los Caballeros leales de Ruanon, con el capitán Duvall a la cabeza.
Por un momento olvidais las preocupaciones para dejaros llevar por la alegría y la emoción al saber que todo ha ido bien. Tras los abrazos y efusivos saludos, Tresmond conduce a los caballeros a otra sala para que descansen, mientras que Will y sus chicos empiezan a preparar una abundante comilona.
En la sala os quedáis los cuatro Señores del Kai y Lucius Thorne. Intercambiais de manera rápida vuestras historias para poneros al día y después os volvéis de nuevo hacia vuestro prisionero, el comandante de los caballeros de Ruanon, sir Jester Crow.
Lucius continúa el interrogatorio: A pesar de todo lo que nos has dicho, hay algo que no encaja. Yo creo que teneis las de perder en este tira y afloja con Sommerlund, de manera que debeis tener otra baza que os debe asegurar una posición de fuerza y que incline la balanza hacia vuestro favor. El anciano levata el rostro de Crow con la mano para obligarlo a mirarlo a los ojos. Cuentanoslo todo.
Sir Jester entrecierra los ojos. No se de qué me estas hablando. Ya os lo he contado todo...
Vuestro Sexto Sentido os indica con claridad que el caballero está mintiendo.
Lucius también lo nota, y con un suspiro se aparta del prisionero.
Dragón, es todo tuyo...
El joven Señor del Kai, relamiéndose, se acerca a Crow. El caballero, acobardado, se agita haciendo moverse las cadenas que lo aprisionan.¡No! Gime. ¡Esperad! Os lo dire...
Muy bien. Dice Lucius poniendose de nuevo ante sir Jester. Cuentanos.
Crow levanta la vista y os mira, mientras una sonrisa de suficiencia le llena el rostro.
Lo tenemos...
Lucius arquea una ceja, confuso.
¿Cómo que “le tenemos”? ¿A quién te refieres?
Cuando os lo dice, no lo podeis creer, pero el escalofrío que os hiela el alma os dice que sir Jester Crow está diciendo la verdad...
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Horario: Tarde
Lugar: La Mano
La caravana ha entrado ya en el patio de acceso amurallado que antecede al patio principal de La Mano. Las almenas se hallan repletas, no de los guardias habituales de la fortaleza, sino de los miembros del cuerpo de arcabuceros. Su uniforme, que lleva el emblema de Ruanon grabado, está compuesto por una armadura ligera de cuero tratado, con tonalidades rojas y negras que les cubre de pies a cabeza. No se ve rastro de piel, ni siquiera los ojos, que están ocultos tras unas gafas de cuero con cristales tintados en negro. En sus manos portan largos mosquetes.
Detrás de la caravana, tanto el rastrillo como el puente levadizo se han cerrado, pero delante suyo, el acceso a La Mano no da la impresión de que se vaya abrir.
En torno a los dos grandes carromatos, los caballos de la escolta de jinetes empiezan a pifiar nerviosos.
El jinete que parece ser el lider de la escolta, descabalga al ver que dos personas se acercan hacia él. Por un momento, parpadea desconcertado ya que ambos jóvenes son identicos.
Su vestimenta es lo único que les diferencia, porque incluso ambos le sonríen de la misma extraña manera.
Uno de ellos lleva una armadura de cota de mallas tratada para darle tonalidad rojiza, y el jubón que la cubre tiene el emblema de Ruanon bordado; sus armas, envainadas a los lados de la cintura, son dos elaboradas espadas cortas.
El otro lleva el uniforme de un arcabucero, pero con el rostro descubierto, y, en lugar de un mosquete, lleva seis pistolas de chispa enfundadas, cuatro a la cintura y dos a la espalda.
El jinete se deshace de la amplia capa oscura que lleva, revelando a un hombre fornido y alto, de revuelto pelo rubio oscuro y facciones duras, protegido por una elaborada armadura de plancha y mallas, toda ella realizada en acero blanco de la mejor calidad. Una hermosa espada bastarda pende envainada de su cintura.
El guerrero hace un gesto levantando el puño, y el resto de jinetes (unos veinte) se deshacen de sus capas, revelando que también son caballeros con armaduras blancas como la nieve.
Los dos gemelos se detienen ante el caballero y se presentan con una inclinación de cabeza.
Bienhallado, caballero. Somos Brendan y Brandon Furia. Encargados de la seguridad de la fortaleza del Barón de Ruanon, Derek Vanalund.
Bienhallados. Responde el caballero con un saludo. Soy Lord Ashford, Comandante de la Guardia Real, y solicito la entrada a la fortaleza.
Rápido como una serpiente atacando, Brandon desenfunda dos pistolas y las apoya contra el pecho del caballero.
No.
Y abre fuego. El impacto es tan brutal que abre dos tremendos agujeros en la armadura y manda a Lord Ashford rodando varios metros atrás hasta quedar inerte en el suelo del patio.
Detrás, el resto de los jinetes desenvainan sus armas entre gritos de alarma, pero arriba, los arcabuceros ya están disparando.
Apostados en una posición elevada, y con sus mortíferos mosquetes descargando una y otra vez, los jinetes no tienen ninguna oportunidad.
Un minuto despues, todo ha terminado. El patio se ha llenado de humo debido a la polvora y los hermanos Furia pasean entre los caidos, deteniéndose sólo para rematar a algún caballero o montura agonizantes.
Finalmente, los gemelos se detienen ante uno de los carruajes. De él sale un hombre alto, fornido, con cabello rubio corto y ojos azul metálico. Sus vestimentas denotan su posición. Su rostro es noble y muestra la fuerza de su linaje, y aunque se mantiene sereno, sus ojos reflejan sufrimiento al ver a sus caballeros muertos.
Brendan Furia hace una reverencia burlona ante el hombre.
Permítame decirle que para mí y mi hermano es todo un honor recibiros.
Su Alteza Ragnar I, Rey de Sommerlund... sed bienvenido a Ruanon.
Horario: Tarde
Lugar: La Mano
La caravana ha entrado ya en el patio de acceso amurallado que antecede al patio principal de La Mano. Las almenas se hallan repletas, no de los guardias habituales de la fortaleza, sino de los miembros del cuerpo de arcabuceros. Su uniforme, que lleva el emblema de Ruanon grabado, está compuesto por una armadura ligera de cuero tratado, con tonalidades rojas y negras que les cubre de pies a cabeza. No se ve rastro de piel, ni siquiera los ojos, que están ocultos tras unas gafas de cuero con cristales tintados en negro. En sus manos portan largos mosquetes.
Detrás de la caravana, tanto el rastrillo como el puente levadizo se han cerrado, pero delante suyo, el acceso a La Mano no da la impresión de que se vaya abrir.
En torno a los dos grandes carromatos, los caballos de la escolta de jinetes empiezan a pifiar nerviosos.
El jinete que parece ser el lider de la escolta, descabalga al ver que dos personas se acercan hacia él. Por un momento, parpadea desconcertado ya que ambos jóvenes son identicos.
Su vestimenta es lo único que les diferencia, porque incluso ambos le sonríen de la misma extraña manera.
Uno de ellos lleva una armadura de cota de mallas tratada para darle tonalidad rojiza, y el jubón que la cubre tiene el emblema de Ruanon bordado; sus armas, envainadas a los lados de la cintura, son dos elaboradas espadas cortas.
El otro lleva el uniforme de un arcabucero, pero con el rostro descubierto, y, en lugar de un mosquete, lleva seis pistolas de chispa enfundadas, cuatro a la cintura y dos a la espalda.
El jinete se deshace de la amplia capa oscura que lleva, revelando a un hombre fornido y alto, de revuelto pelo rubio oscuro y facciones duras, protegido por una elaborada armadura de plancha y mallas, toda ella realizada en acero blanco de la mejor calidad. Una hermosa espada bastarda pende envainada de su cintura.
El guerrero hace un gesto levantando el puño, y el resto de jinetes (unos veinte) se deshacen de sus capas, revelando que también son caballeros con armaduras blancas como la nieve.
Los dos gemelos se detienen ante el caballero y se presentan con una inclinación de cabeza.
Bienhallado, caballero. Somos Brendan y Brandon Furia. Encargados de la seguridad de la fortaleza del Barón de Ruanon, Derek Vanalund.
Bienhallados. Responde el caballero con un saludo. Soy Lord Ashford, Comandante de la Guardia Real, y solicito la entrada a la fortaleza.
Rápido como una serpiente atacando, Brandon desenfunda dos pistolas y las apoya contra el pecho del caballero.
No.
Y abre fuego. El impacto es tan brutal que abre dos tremendos agujeros en la armadura y manda a Lord Ashford rodando varios metros atrás hasta quedar inerte en el suelo del patio.
Detrás, el resto de los jinetes desenvainan sus armas entre gritos de alarma, pero arriba, los arcabuceros ya están disparando.
Apostados en una posición elevada, y con sus mortíferos mosquetes descargando una y otra vez, los jinetes no tienen ninguna oportunidad.
Un minuto despues, todo ha terminado. El patio se ha llenado de humo debido a la polvora y los hermanos Furia pasean entre los caidos, deteniéndose sólo para rematar a algún caballero o montura agonizantes.
Finalmente, los gemelos se detienen ante uno de los carruajes. De él sale un hombre alto, fornido, con cabello rubio corto y ojos azul metálico. Sus vestimentas denotan su posición. Su rostro es noble y muestra la fuerza de su linaje, y aunque se mantiene sereno, sus ojos reflejan sufrimiento al ver a sus caballeros muertos.
Brendan Furia hace una reverencia burlona ante el hombre.
Permítame decirle que para mí y mi hermano es todo un honor recibiros.
Su Alteza Ragnar I, Rey de Sommerlund... sed bienvenido a Ruanon.
Todos los Personajes Jugadores
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
¿Al Rey? Pregunta Lucius horrorizado. ¿Cómo que tenéis al Rey?
La jugada maestra de nuestro plan. Continúa sir Jester, obviamente disfrutando de vuestra sorpresa. Fue el Maestro Dragair quien lo maquinó todo y lo preparó meticulosamente. Se preparó en secreto un enlace matrimonial, el del Heredero de Ruanon, Aladar Vanalund, con la hija mayor del Rey Ragnar I, la princesa Diana. La razón para tal enlace (de cara al Rey y al Barón) era para reforzar los vínculos entre Ruanon y Sommerlund, pero esto sólo era una cortina de humo...
Continuais escuchando anodadados las palabras de Crow.
La verdadera razón para todo esto era que el Rey viniera en persona a Ruanon junto con su hija para ultimar los detalles del enlace matrimonial. Por supuesto, la visita sería secreta y el Rey y su séquito viajarían de incógnito...
Por el amor de Kai... susurra Lucius. Por eso habéis actuado precisamente ahora, después de tantos años de preparativos...
Crow sonríe ferozmente. Eso es. En cuanto detectamos que la caravana del Rey Ragnar había entrado en Ruanon ordené cerrar las fronteras. ¿Y por qué creeis que me fui del funeral de la Suma Sacerdotisa antes de tiempo? Porque me llegó la noticia de que el séquito acababa de entrar en la ciudad.
Sí, eso es, y como os estaréis imaginando, a estas horas, tanto el Rey como la Princesa están en nuestro poder en la fortaleza de La Mano...
Lo que acabáis de oir os deja sin palabras, pero sir Jester continúa hablando.
Con el Rey en nuestro poder, le obligaremos a que firme ciertos documentos, reconociendo a Ruanon como nación independiente, para que otros paises y la propia población de Ruanon vea que vamos en serio.
También se celebrará el matrimonio entre el Heredero de la Baronía (en este caso Dan Vanalund) y la princesa Diana, ya que en el futuro queremos seguir teniendo tratos comerciales con Sommerlund.
Cuando todo esto se realice, devolveremos al Rey a Sommerlund, aunque la princesa se quedará aquí, como rehen en caso de que traten de invadirnos...
Venga. Rie Crow. Reconoced que es un plan cojonudo.
¡Cabrón! Estalla Lucius descargando un puñetazo sobre Jester que le hace crujir la mandíbula y le deja inconsciente.
El silencio cae sobre la sala, llenándolo todo. Os miráis unos a otros intentando asimilar la magnitud de lo que habéis escuchado.
Ahora, de destino del Rey y de Sommerlund depende de cuatro Señores del Kai. Vosotros.
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
¿Al Rey? Pregunta Lucius horrorizado. ¿Cómo que tenéis al Rey?
La jugada maestra de nuestro plan. Continúa sir Jester, obviamente disfrutando de vuestra sorpresa. Fue el Maestro Dragair quien lo maquinó todo y lo preparó meticulosamente. Se preparó en secreto un enlace matrimonial, el del Heredero de Ruanon, Aladar Vanalund, con la hija mayor del Rey Ragnar I, la princesa Diana. La razón para tal enlace (de cara al Rey y al Barón) era para reforzar los vínculos entre Ruanon y Sommerlund, pero esto sólo era una cortina de humo...
Continuais escuchando anodadados las palabras de Crow.
La verdadera razón para todo esto era que el Rey viniera en persona a Ruanon junto con su hija para ultimar los detalles del enlace matrimonial. Por supuesto, la visita sería secreta y el Rey y su séquito viajarían de incógnito...
Por el amor de Kai... susurra Lucius. Por eso habéis actuado precisamente ahora, después de tantos años de preparativos...
Crow sonríe ferozmente. Eso es. En cuanto detectamos que la caravana del Rey Ragnar había entrado en Ruanon ordené cerrar las fronteras. ¿Y por qué creeis que me fui del funeral de la Suma Sacerdotisa antes de tiempo? Porque me llegó la noticia de que el séquito acababa de entrar en la ciudad.
Sí, eso es, y como os estaréis imaginando, a estas horas, tanto el Rey como la Princesa están en nuestro poder en la fortaleza de La Mano...
Lo que acabáis de oir os deja sin palabras, pero sir Jester continúa hablando.
Con el Rey en nuestro poder, le obligaremos a que firme ciertos documentos, reconociendo a Ruanon como nación independiente, para que otros paises y la propia población de Ruanon vea que vamos en serio.
También se celebrará el matrimonio entre el Heredero de la Baronía (en este caso Dan Vanalund) y la princesa Diana, ya que en el futuro queremos seguir teniendo tratos comerciales con Sommerlund.
Cuando todo esto se realice, devolveremos al Rey a Sommerlund, aunque la princesa se quedará aquí, como rehen en caso de que traten de invadirnos...
Venga. Rie Crow. Reconoced que es un plan cojonudo.
¡Cabrón! Estalla Lucius descargando un puñetazo sobre Jester que le hace crujir la mandíbula y le deja inconsciente.
El silencio cae sobre la sala, llenándolo todo. Os miráis unos a otros intentando asimilar la magnitud de lo que habéis escuchado.
Ahora, de destino del Rey y de Sommerlund depende de cuatro Señores del Kai. Vosotros.
Me encojo sobre mi mismo mientras un sudor frio me recorre el cuerpo y me tiemblan las piernas, como es posible, como ha podido pasar, ya es duro la conspiracion en si misma pero que tengan al rey secuestrado es demasiado, se me va la cabeza mientras pienso que nuestras dos incursiones no han servido para nada, seguimos como al principio, todo es inutil, nada importa...
Mientras me hundo en la oscuridad oigo como la voz de uno de mis compañeros propone un plan...
Mientras me hundo en la oscuridad oigo como la voz de uno de mis compañeros propone un plan...
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- Gran Sol
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- Ubicación: Sommerlund´s Forest
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-Bien, la idea es que si tenemos que infiltrarnos otra vez en La Mano, ésta debe estar lo más desprotegida posible, para ellos, debemos "sacar" al mayor número de tropa de ahí, guardias y sobre todo, los mosqueteros esos. Debemos de atraer su atención a otros puntos que no sean el Palacio. Para ello Duvall y sus hombres se quedarán en Ruanon, dstribuidos en 10 grupos de parejas, junto al ejército de pillos de Will, explícaselo a tus amigos bien, Will, porque tú te vienes con nosotros.
-Deberéis, tanto Ducall como los amigos de Will, armar el mayor revuelo posible: intentar atraer la atención todo lo que podais, valiendoos de cualquier medio, no importa, el fin está justificado, se trata del Rey de Sommerlund. Si teneis que emboscar, atacar, robar, incendiar, etc, haced lo que seais capaces. Eso sí, evitad toda confrontación directa con los guardias y los caballeros, el objetivo es "golpear y retroceder" de esa forma podremos desesperarlos lo suficiente como para que tengan que, por miedo a una revuelta popular o lo que sea, estar obligados a pedir refuerzos a La Mano y conseguir así que se desguarnezca un poco.
-Nosotros, hermanos míos, nos infiltraremos por el pasadizo secreto, Lucius, Tresmond y Will vendrán con nosotros pero a una distancia prudente, cubriéndonos las espaldas y lo que podusiera ser, pido a Kai que no sea el caso, nuestra vía de retirada.
Will reúne a los tuyos y dales las indicaciones, entraremos esta noche. A medianoche nos veremos aquí para iniciar la operación "Juicio Final".
Mirando despectivo a Crown, le pongo el borde afilado del hacha en la garganta: -En cuanto a tí, maldito hereje, debería de someterte ahora mismo a proceso inquisitorial si no fuera porque podría herir la sensibilidad de los aquí presentes. Ya llegará tu momento de arreglar cuentas con Sommerlund.
-Deberéis, tanto Ducall como los amigos de Will, armar el mayor revuelo posible: intentar atraer la atención todo lo que podais, valiendoos de cualquier medio, no importa, el fin está justificado, se trata del Rey de Sommerlund. Si teneis que emboscar, atacar, robar, incendiar, etc, haced lo que seais capaces. Eso sí, evitad toda confrontación directa con los guardias y los caballeros, el objetivo es "golpear y retroceder" de esa forma podremos desesperarlos lo suficiente como para que tengan que, por miedo a una revuelta popular o lo que sea, estar obligados a pedir refuerzos a La Mano y conseguir así que se desguarnezca un poco.
-Nosotros, hermanos míos, nos infiltraremos por el pasadizo secreto, Lucius, Tresmond y Will vendrán con nosotros pero a una distancia prudente, cubriéndonos las espaldas y lo que podusiera ser, pido a Kai que no sea el caso, nuestra vía de retirada.
Will reúne a los tuyos y dales las indicaciones, entraremos esta noche. A medianoche nos veremos aquí para iniciar la operación "Juicio Final".
Mirando despectivo a Crown, le pongo el borde afilado del hacha en la garganta: -En cuanto a tí, maldito hereje, debería de someterte ahora mismo a proceso inquisitorial si no fuera porque podría herir la sensibilidad de los aquí presentes. Ya llegará tu momento de arreglar cuentas con Sommerlund.
¡EL SEÑOR DEL KAI HA VUELTO!
Todos los Personajes Jugadores
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
En el salón de la casona, la veintena de caballeros, con ropas y armas proporcionadas por Lucius, escuchan en silencio las palabras de Cuervo Vigía.
Cuando termina, el capitán Duvall se levanta y se dirige a sus hombres :
Ya habéis oido al Señor del Kai. Esta noche, el Rey y vuestra patria os necesitan. Preparadlo todo para la hora convenida, buscad a todo aquél que podría unirse a nosotros, a los viejos amigos y a las familias que os creen muertos. Reunid a tantos como podáis y prepararos, porque esta noche sabrán de nosotros y oiran nuestra voz en todo Ruanon.
Sois caballeros de Sommerlund. Este es el día por el que tanto hemos rezado, el día en el que podremos de nuevo servir a una causa justa. Estos Señores del Kai nos han devuelto la libertad... así que hagamos que se sientan orgullosos de nosotros.
Duvall desenvaina su espada y la alza en el aire : ¡Somos caballeros! ¡Le debemos fidelidad al Rey y a Sommerlund!
El resto de caballeros desenvainan también sus armas, apuntando a lo alto:
¡Por el Rey! ¡Por Sommerlund! Gritan con una sola voz
Una hora después, los caballeros ya se han ido, de igual manera que los chavales de la banda de Will. Sabéis que harán lo imposible esta noche y que no os defraudarán, pero también sabeis que se exponen a un peligro terrible, y este pensamiento os ensombrece el animo.
En la casa sólo quedan tres caballeros, que están demasiado enfermos como para poder ser útiles esta noche. A su cargo, dejáis a Radan Marr. Tenéis la impresión de que si lo que dijo sir Jester sobre lo de volar las minas de Maaken es cierto, entonces puede que más adelante, los conocimientos del jefe de ingenieros serán útiles.
Antes de salir hacia vuestra última batalla, os reunis con Lucius, Tresmond y Will alrededor de una mesa donde el anciano caballero ha desenrrollado un mapa de la Fortaleza de La Mano.
Horario: Tarde
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
En el salón de la casona, la veintena de caballeros, con ropas y armas proporcionadas por Lucius, escuchan en silencio las palabras de Cuervo Vigía.
Cuando termina, el capitán Duvall se levanta y se dirige a sus hombres :
Ya habéis oido al Señor del Kai. Esta noche, el Rey y vuestra patria os necesitan. Preparadlo todo para la hora convenida, buscad a todo aquél que podría unirse a nosotros, a los viejos amigos y a las familias que os creen muertos. Reunid a tantos como podáis y prepararos, porque esta noche sabrán de nosotros y oiran nuestra voz en todo Ruanon.
Sois caballeros de Sommerlund. Este es el día por el que tanto hemos rezado, el día en el que podremos de nuevo servir a una causa justa. Estos Señores del Kai nos han devuelto la libertad... así que hagamos que se sientan orgullosos de nosotros.
Duvall desenvaina su espada y la alza en el aire : ¡Somos caballeros! ¡Le debemos fidelidad al Rey y a Sommerlund!
El resto de caballeros desenvainan también sus armas, apuntando a lo alto:
¡Por el Rey! ¡Por Sommerlund! Gritan con una sola voz
Una hora después, los caballeros ya se han ido, de igual manera que los chavales de la banda de Will. Sabéis que harán lo imposible esta noche y que no os defraudarán, pero también sabeis que se exponen a un peligro terrible, y este pensamiento os ensombrece el animo.
En la casa sólo quedan tres caballeros, que están demasiado enfermos como para poder ser útiles esta noche. A su cargo, dejáis a Radan Marr. Tenéis la impresión de que si lo que dijo sir Jester sobre lo de volar las minas de Maaken es cierto, entonces puede que más adelante, los conocimientos del jefe de ingenieros serán útiles.
Antes de salir hacia vuestra última batalla, os reunis con Lucius, Tresmond y Will alrededor de una mesa donde el anciano caballero ha desenrrollado un mapa de la Fortaleza de La Mano.
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Horario: Tarde
Lugar: La Mano
Un hermoso corcel negro entra en el patio principal de La Mano. De él descabalga un encapuchado, que es recibido por Brendan Furia, que pone la rodilla en tierra y le besa el anillo que el encapuchado le ofrece.
Es un honor, su Eminencia.
Gracias, mi buen caballero. Responde el encapuchado con voz suave mientras se retira la capucha para revelar que se trata del Primado de Ishir en Ruanon, el Hermano Luanus.
Brendan se levanta. Le pido perdón en mi nombre y en el de mi hermano por no haber podido asistir al funeral de la Suma Sacerdotisa en la Catedral, pero hemos estado muy ocupados, como bien sabeis.
Estas perdonado hijo mío. Dice Luanus con una sonrisa beatífica. Pero dime, ¿cómo marcha todo por aquí?
Brendan se levanta y acompaña a Luanus mientras se dirigen al interior de la Fortaleza. Todo se desarrolla como estaba planeado: Mañana podreis oficiar la boda entre el Heredero de la Baronía y la princesa Diana; en cuanto al Rey, está noche firmará los documentos que le presentaremos, y en cuanto estén listos, serán enviados por cuervos mensajeros a los estados limítrofes para ratificar los acuerdos ya negociados.
¿Y si el rey se niega a firmar? Pregunta el sacerdote.
Brendan sonríe con suficiencia. Firmará, su Eminencia. No le quepa la menor duda.
Bien, bien... Asiente Luanus. Pero queda el asunto de esos herejes Señores del Kai.
Los Señores del Kai... repite Brendan.
Sí. Dice el Primado apoyando una mano como una garra en el hombro de Brendan. Nadie esperaba que fueran un problema, y sin embargo se las han areglado para secuestrar al mismísimo Comandante Crow y liberar a una veintena de caballeros infieles de la prisión del Acuartelamiento. Luanus mueve la cabez con pesar. Es algo... inconcebible.
Tiene razón. Admite Brendan. Seguramente a estas horas saben de nuestros planes, y se dispondrán a actuar... pero eso será su perdición. Su honor de Señores del Kai y su fidelidad al Rey les llevarán a tratar de hacer lo imposible, a liberarlo, en lugar de huir o esconderse, que es lo que deberían hacer. Seguramente actuarán esta misma noche. Y cuando lo intenten...
Brendan Furia sonríe. Eminencia, le aseguro que les estaremos esperando con los brazos abiertos...
Horario: Tarde
Lugar: La Mano
Un hermoso corcel negro entra en el patio principal de La Mano. De él descabalga un encapuchado, que es recibido por Brendan Furia, que pone la rodilla en tierra y le besa el anillo que el encapuchado le ofrece.
Es un honor, su Eminencia.
Gracias, mi buen caballero. Responde el encapuchado con voz suave mientras se retira la capucha para revelar que se trata del Primado de Ishir en Ruanon, el Hermano Luanus.
Brendan se levanta. Le pido perdón en mi nombre y en el de mi hermano por no haber podido asistir al funeral de la Suma Sacerdotisa en la Catedral, pero hemos estado muy ocupados, como bien sabeis.
Estas perdonado hijo mío. Dice Luanus con una sonrisa beatífica. Pero dime, ¿cómo marcha todo por aquí?
Brendan se levanta y acompaña a Luanus mientras se dirigen al interior de la Fortaleza. Todo se desarrolla como estaba planeado: Mañana podreis oficiar la boda entre el Heredero de la Baronía y la princesa Diana; en cuanto al Rey, está noche firmará los documentos que le presentaremos, y en cuanto estén listos, serán enviados por cuervos mensajeros a los estados limítrofes para ratificar los acuerdos ya negociados.
¿Y si el rey se niega a firmar? Pregunta el sacerdote.
Brendan sonríe con suficiencia. Firmará, su Eminencia. No le quepa la menor duda.
Bien, bien... Asiente Luanus. Pero queda el asunto de esos herejes Señores del Kai.
Los Señores del Kai... repite Brendan.
Sí. Dice el Primado apoyando una mano como una garra en el hombro de Brendan. Nadie esperaba que fueran un problema, y sin embargo se las han areglado para secuestrar al mismísimo Comandante Crow y liberar a una veintena de caballeros infieles de la prisión del Acuartelamiento. Luanus mueve la cabez con pesar. Es algo... inconcebible.
Tiene razón. Admite Brendan. Seguramente a estas horas saben de nuestros planes, y se dispondrán a actuar... pero eso será su perdición. Su honor de Señores del Kai y su fidelidad al Rey les llevarán a tratar de hacer lo imposible, a liberarlo, en lugar de huir o esconderse, que es lo que deberían hacer. Seguramente actuarán esta misma noche. Y cuando lo intenten...
Brendan Furia sonríe. Eminencia, le aseguro que les estaremos esperando con los brazos abiertos...
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
Iluminados por las antorchas que portan Tresmond y Will, avanzáis por el estrecho pasadizo de piedra que lleva a La Mano. Fuera, el sol ya se ha puesto.
No os ha resultado difícil, una vez de noche, llegar hasta la caverna que conduce al pasadizo que lleva a la Fortaleza. Al fin y al cabo, sois un grupo pequeño
Si sobrevivo a esta noche. Susurra Tresmond. Compondré canciones sobre nosotros, los héroes de Ruanon.
Concentrate en sobrevivir y olvidate de las canciones. Le reprende Lucius, lo que os hace sonreir por un momento. Después recordáis que a estas horas, tanto los caballeros como la banda de Will deben estar actuando... Esperáis que vuestro plan resulte y que parte de las defensas de La Mano se vean obligadas a intervenir, haciendo vuestro trabajo esta noche más fácil.
A medida que os aproximáis a la sala secreta, recordáis lo que hableis hablado hace unas horas ante el mapa de la fortaleza...
Lucius señala el Gran Salón en el mapa.
Según decis, la entrada se encuentra oculta en una chimenea de un pequeño estudio anexo al Salón. Eso es bueno, porque el Salón es una de las salas más grandes y mejor comunicadas de La Mano, y desde allí se puede ir a cualquier parte.
Aun así, tened en cuenta que la seguridad será alta y que encontrareis muchos accesos cerrados, y otros con guardias. No va a ser fácil moverse por palacio.
En cuanto a quienes debemos liberar, no olvideis que aunque el Rey Ragnar y su hija, la princesa Diana son nuestros objetivos principales, también están bajo el yugo de los conspiradores el propio Barón Derek Vanalund y sus hijos Irina y Dan. No sabemos dónde están retenidos, por lo que habrá que averiguarlode alguna manera.
Aunque podrían estar en cualquiera de las cinco torres de La Mano, lo más probable es que se encuentren en la Torre del Barón, que es de hecho una torre fortificada dentro de la misma fortaleza. Si el acceso principal de la Torre del Barón es cerrado (tiene su propio rastrillo y puente levadizo) lo tendreis muy dificil para entrar, a pesar de las entradas ocultas que decis que hay en la pared exterior de la murallas, porque los arcabuceros que vigilan las almenas serán muy difíciles de burlar, sobre todo hoy.
Otro lugar donde podrían estar prisioneros es en la Torre de la Guardia, quizás en su cima, donde se encontraba encerrado el Helghast que destruisteis, recordad también que en los sótanos de esa misma Torre están las celdas negras, donde vosotros mismos estuvisteis encarcelados.
Será dificil encontrar ayuda una vez dentro de La Mano, aunque me habéis comentado que teneis buena relación con el Mayordomo del Barón, Roanan. El podría darnos información valiosa, pero por desgracia no sabemos donde encontrarlo exactamente.
El jefe de la guardia de palacio, mi hijo Weyland, está de nuestra parte, pero seguro que le han detenido por ayudaros a escapar la última vez que salisteis de La Mano. En cuanto a la guardia de palacio, es probable que no están contentos de que los caballeros y los arcabuceros hayan tomado sus funciones y hayan quedado bajo sus ordenes, puede que a ellos lograramos convercerlos para nuestra causa si supieran que el Rey y el Barón están retenidos bajo su voluntad.
Finalmente, el pasadizo termina en la pequeña sala circular. En su centro sólo hay una mesa redonda de piedra cubierta de velas semiderretidas con cuatro asientos de piedra alrededor. En una de las paredes hay un complicado sistema de engranajes accionados por una palanca que lleva al interior de La Mano.
Os tomáis unos últimos momentos de reflexión antes de acometer la misión más peligrosa de toda vuestra vida. No podeis fallar ahora. Demasiado depende de vuestro éxito.
Una vez preparados, accionais la palanca y una abertura estrecha se abre en la pared. Al otro lado se encuentra la pequeña sala anexa al Gran Salón. Tras escuchar con atención para aseguraros que no haya nadie, salís de la pared tras el gran tapiz que la cubre. La sala está sumida en la oscuridad, y esperáis mientras vuestra vista se adapta a ella. Es demasiado arriesgado llevar ningún tipo de iluminación aquí, por lo que apagáis las antorchas que llevabais. Después, en silencio, os aproximáis a la puerta que da acceso al Gran Salón, para descubrir que está cerrada con llave.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Iluminados por las antorchas que portan Tresmond y Will, avanzáis por el estrecho pasadizo de piedra que lleva a La Mano. Fuera, el sol ya se ha puesto.
No os ha resultado difícil, una vez de noche, llegar hasta la caverna que conduce al pasadizo que lleva a la Fortaleza. Al fin y al cabo, sois un grupo pequeño
Si sobrevivo a esta noche. Susurra Tresmond. Compondré canciones sobre nosotros, los héroes de Ruanon.
Concentrate en sobrevivir y olvidate de las canciones. Le reprende Lucius, lo que os hace sonreir por un momento. Después recordáis que a estas horas, tanto los caballeros como la banda de Will deben estar actuando... Esperáis que vuestro plan resulte y que parte de las defensas de La Mano se vean obligadas a intervenir, haciendo vuestro trabajo esta noche más fácil.
A medida que os aproximáis a la sala secreta, recordáis lo que hableis hablado hace unas horas ante el mapa de la fortaleza...
Lucius señala el Gran Salón en el mapa.
Según decis, la entrada se encuentra oculta en una chimenea de un pequeño estudio anexo al Salón. Eso es bueno, porque el Salón es una de las salas más grandes y mejor comunicadas de La Mano, y desde allí se puede ir a cualquier parte.
Aun así, tened en cuenta que la seguridad será alta y que encontrareis muchos accesos cerrados, y otros con guardias. No va a ser fácil moverse por palacio.
En cuanto a quienes debemos liberar, no olvideis que aunque el Rey Ragnar y su hija, la princesa Diana son nuestros objetivos principales, también están bajo el yugo de los conspiradores el propio Barón Derek Vanalund y sus hijos Irina y Dan. No sabemos dónde están retenidos, por lo que habrá que averiguarlode alguna manera.
Aunque podrían estar en cualquiera de las cinco torres de La Mano, lo más probable es que se encuentren en la Torre del Barón, que es de hecho una torre fortificada dentro de la misma fortaleza. Si el acceso principal de la Torre del Barón es cerrado (tiene su propio rastrillo y puente levadizo) lo tendreis muy dificil para entrar, a pesar de las entradas ocultas que decis que hay en la pared exterior de la murallas, porque los arcabuceros que vigilan las almenas serán muy difíciles de burlar, sobre todo hoy.
Otro lugar donde podrían estar prisioneros es en la Torre de la Guardia, quizás en su cima, donde se encontraba encerrado el Helghast que destruisteis, recordad también que en los sótanos de esa misma Torre están las celdas negras, donde vosotros mismos estuvisteis encarcelados.
Será dificil encontrar ayuda una vez dentro de La Mano, aunque me habéis comentado que teneis buena relación con el Mayordomo del Barón, Roanan. El podría darnos información valiosa, pero por desgracia no sabemos donde encontrarlo exactamente.
El jefe de la guardia de palacio, mi hijo Weyland, está de nuestra parte, pero seguro que le han detenido por ayudaros a escapar la última vez que salisteis de La Mano. En cuanto a la guardia de palacio, es probable que no están contentos de que los caballeros y los arcabuceros hayan tomado sus funciones y hayan quedado bajo sus ordenes, puede que a ellos lograramos convercerlos para nuestra causa si supieran que el Rey y el Barón están retenidos bajo su voluntad.
Finalmente, el pasadizo termina en la pequeña sala circular. En su centro sólo hay una mesa redonda de piedra cubierta de velas semiderretidas con cuatro asientos de piedra alrededor. En una de las paredes hay un complicado sistema de engranajes accionados por una palanca que lleva al interior de La Mano.
Os tomáis unos últimos momentos de reflexión antes de acometer la misión más peligrosa de toda vuestra vida. No podeis fallar ahora. Demasiado depende de vuestro éxito.
Una vez preparados, accionais la palanca y una abertura estrecha se abre en la pared. Al otro lado se encuentra la pequeña sala anexa al Gran Salón. Tras escuchar con atención para aseguraros que no haya nadie, salís de la pared tras el gran tapiz que la cubre. La sala está sumida en la oscuridad, y esperáis mientras vuestra vista se adapta a ella. Es demasiado arriesgado llevar ningún tipo de iluminación aquí, por lo que apagáis las antorchas que llevabais. Después, en silencio, os aproximáis a la puerta que da acceso al Gran Salón, para descubrir que está cerrada con llave.
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
Dejáis que Will se haga cargo de la cerradura, y el chico saca sus ganzuas y empieza a trabajar. Vosotros os manteneis en alerta porque vuestro Sexto Sentido os alerta de que hay gente al otro lado de la puerta, es decir, en el Gran Salón de La Mano.
Un momento después, Will os susurra que ha terminado de abrir la cerradura, pero antes de que vayáis a abrirla, el chico saca un frasquito de aceite de un bolsillo y engrasa las bisagras para evitar que la puerta haga ruido al abrirse.
Es Gavilán quien con extremo cuidado abre la puerta sólo una rendija para echar un vistazo.
Lo primero que le sorprende es la cantidad de luz que hay. Todas las antorchas, candelabros, peveteros e incluso la chimenea del Salón están encendidos, eliminando cualquier sombra útil para esconderse. El Señor del Kai sospecha que está hecho a propósito y que debe suceder lo mismo en todo el Palacio.
Entonces ve a los caballeros. Con sus armaduras de mallas relucientes, montan guardia ante una de las dobles puertas del Salón, aquella que da al gran pasillo que conduce al Patio de armas (el que se encuentra ante la Torre del Barón).
Los caballeros son cuatro, y aunque Gavilán no se arriesga a abrir más la puerta para observar mejor el Salón, su instinto le dice que no hay más pesonas en la gran sala.
El problema es que para llegar hasta ellos hay que recorrer unos metros y saltar por encima de la gran mesa de banquetes que hay en mitad del Salón.
Silenciosamente, vuelve a cerrar la puerta y explica al resto de vosotros la situación, para decidir cómo continuar.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Dejáis que Will se haga cargo de la cerradura, y el chico saca sus ganzuas y empieza a trabajar. Vosotros os manteneis en alerta porque vuestro Sexto Sentido os alerta de que hay gente al otro lado de la puerta, es decir, en el Gran Salón de La Mano.
Un momento después, Will os susurra que ha terminado de abrir la cerradura, pero antes de que vayáis a abrirla, el chico saca un frasquito de aceite de un bolsillo y engrasa las bisagras para evitar que la puerta haga ruido al abrirse.
Es Gavilán quien con extremo cuidado abre la puerta sólo una rendija para echar un vistazo.
Lo primero que le sorprende es la cantidad de luz que hay. Todas las antorchas, candelabros, peveteros e incluso la chimenea del Salón están encendidos, eliminando cualquier sombra útil para esconderse. El Señor del Kai sospecha que está hecho a propósito y que debe suceder lo mismo en todo el Palacio.
Entonces ve a los caballeros. Con sus armaduras de mallas relucientes, montan guardia ante una de las dobles puertas del Salón, aquella que da al gran pasillo que conduce al Patio de armas (el que se encuentra ante la Torre del Barón).
Los caballeros son cuatro, y aunque Gavilán no se arriesga a abrir más la puerta para observar mejor el Salón, su instinto le dice que no hay más pesonas en la gran sala.
El problema es que para llegar hasta ellos hay que recorrer unos metros y saltar por encima de la gran mesa de banquetes que hay en mitad del Salón.
Silenciosamente, vuelve a cerrar la puerta y explica al resto de vosotros la situación, para decidir cómo continuar.
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Horario: Noche
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
Sir Jester Crow levanta la cabeza para descubrir que no está sólo en la sala.
Delante de él, a unos pasos, hay una mujer alta, de pelo negro largo, vestida con sedas de vivos colores. Un velo le cubre parte del rostro, dejando al descubierto unos hermosos ojos castaño-dorados pintados exquisitamente.
¿Quién demonios...? ¡Espera! ¡Tu eres la vassagonia! ¡Estás al servicio de Ekaterina! Levanta los brazos, aprisionados por cadenas. ¿A qué esperas? ¡Liberame!
Elessa habla con suavidad. Lo siento, esa no es mi labor.
¿Qué no es tu labor? Ladra sir Jester encolerizado. ¡Maldita zorra! ¿Cómo te atreves a...?
Su voz se apaga cuando Elessa saca un fino estilete y le pone la punta en la garganta, haciendo brotar una gota de sangre que se desliza lentamente hacia su pecho.
Mirame. Le susurra la asesina vassagonia. Y ahora, dime dónde han ido los Señores del Kai.
Sir Jester mira a Elessa a los ojos, y en ellos no ve asomo de piedad ni compasión, y comprende que si no le dice lo que quiere está muerto, por lo que le responde, contándoselo todo sobre los Señores del Kai y sobre sus propios planes.
La mujer retira el estilete de la garganta del caballero y se lo guarda entre sus ropas. Después, contempla a Jester, pensativa.
El caballero frunce el ceño. ¿Y ahora qué? ¿Vas a matarme?
Ya lo he hecho. Dice la vassagonia. La hoja del estilete estaba envenenada...
¡¿Qué?! Replica el caballero sin creer lo que oye.
Será rápido y poco doloroso. Continúa Elessa. Que es mucho más de lo que se merece un gusano como tú... Y ahora, adios.
De pronto, sir Jester Crow está de nuevo sólo en la sala. El rostro del caballero se vuelve blanco y un sudor frío empieza a recorrerle el cuerpo.
¡Espera! ¡Vuelve! Grita Crow a la habitación vacía. ¡No puedes hacer esto! ¡No sabes quién soy yo! ¡Vuelve! ¡¡No puedes dejarme asiiiiii!!
Horario: Noche
Lugar: Ciudad de Ruanon / Barrio Viejo
Sir Jester Crow levanta la cabeza para descubrir que no está sólo en la sala.
Delante de él, a unos pasos, hay una mujer alta, de pelo negro largo, vestida con sedas de vivos colores. Un velo le cubre parte del rostro, dejando al descubierto unos hermosos ojos castaño-dorados pintados exquisitamente.
¿Quién demonios...? ¡Espera! ¡Tu eres la vassagonia! ¡Estás al servicio de Ekaterina! Levanta los brazos, aprisionados por cadenas. ¿A qué esperas? ¡Liberame!
Elessa habla con suavidad. Lo siento, esa no es mi labor.
¿Qué no es tu labor? Ladra sir Jester encolerizado. ¡Maldita zorra! ¿Cómo te atreves a...?
Su voz se apaga cuando Elessa saca un fino estilete y le pone la punta en la garganta, haciendo brotar una gota de sangre que se desliza lentamente hacia su pecho.
Mirame. Le susurra la asesina vassagonia. Y ahora, dime dónde han ido los Señores del Kai.
Sir Jester mira a Elessa a los ojos, y en ellos no ve asomo de piedad ni compasión, y comprende que si no le dice lo que quiere está muerto, por lo que le responde, contándoselo todo sobre los Señores del Kai y sobre sus propios planes.
La mujer retira el estilete de la garganta del caballero y se lo guarda entre sus ropas. Después, contempla a Jester, pensativa.
El caballero frunce el ceño. ¿Y ahora qué? ¿Vas a matarme?
Ya lo he hecho. Dice la vassagonia. La hoja del estilete estaba envenenada...
¡¿Qué?! Replica el caballero sin creer lo que oye.
Será rápido y poco doloroso. Continúa Elessa. Que es mucho más de lo que se merece un gusano como tú... Y ahora, adios.
De pronto, sir Jester Crow está de nuevo sólo en la sala. El rostro del caballero se vuelve blanco y un sudor frío empieza a recorrerle el cuerpo.
¡Espera! ¡Vuelve! Grita Crow a la habitación vacía. ¡No puedes hacer esto! ¡No sabes quién soy yo! ¡Vuelve! ¡¡No puedes dejarme asiiiiii!!
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
La puerta se abre rápida y silenciosamente, y vosotros actuais de manera coordinada... y mortífera.
La flecha disparada por Dragón se empala en el cuello de un caballero que muere antes de caer al suelo. Cortavientos atraviesa la armadura de otro, quedándose la punta enterrada en su cadera y haciéndole caer sentado con un gruñido.
Cuervo y Gato concentrán su poder mental en los sorprendidos hombres. En el caso de Gato con dramáticos resultados, ya que la víctima sufre un colapso mental que le hace derrumbarse con los ojos en blanco y sangrando por los oidos.
Todo acaba rápidamente. Los caballeros no estaban preparados para lo que se les venía encima y no son rivales para vuestras habilidades guerreras y mentales. Y, aunque no os cause placer hacerlo, os veis en la obligación de rematar a los enemigos caidos. No os podeis permitir dejar a nadie vivo tras vuestro que pudiera dar la alarma.
Lucius y Tresmond se unen a vosotros desde la salita por la que habéis entrado y podeis ver en sus rostros una mezcla de fascinación y espanto al comprobar lo letal que un Señor del Kai puede llegar a ser...
Horario: Noche
Lugar: La Mano
La puerta se abre rápida y silenciosamente, y vosotros actuais de manera coordinada... y mortífera.
La flecha disparada por Dragón se empala en el cuello de un caballero que muere antes de caer al suelo. Cortavientos atraviesa la armadura de otro, quedándose la punta enterrada en su cadera y haciéndole caer sentado con un gruñido.
Cuervo y Gato concentrán su poder mental en los sorprendidos hombres. En el caso de Gato con dramáticos resultados, ya que la víctima sufre un colapso mental que le hace derrumbarse con los ojos en blanco y sangrando por los oidos.
Todo acaba rápidamente. Los caballeros no estaban preparados para lo que se les venía encima y no son rivales para vuestras habilidades guerreras y mentales. Y, aunque no os cause placer hacerlo, os veis en la obligación de rematar a los enemigos caidos. No os podeis permitir dejar a nadie vivo tras vuestro que pudiera dar la alarma.
Lucius y Tresmond se unen a vosotros desde la salita por la que habéis entrado y podeis ver en sus rostros una mezcla de fascinación y espanto al comprobar lo letal que un Señor del Kai puede llegar a ser...
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Horario: Noche
Lugar: La Mano / Torre del Barón
¿Disturbios? Pregunta Brandon Furia.
Por toda la ciudad. Le confirma el sargento.
El jefe del cuerpo de arcabuceros se levanta del elaborado asiento que normalmente ocupa el Barón de Ruanon en la Sala de Audiencias y comienza a andar en torno al nervioso sargento de caballeros.
¿Me estáis diciendo que los caballeros de Ruanon y la guardia de la ciudad no puede hacerse cargo de unos alborotadores nocturnos?
Señor. Replica el sudoroso caballero. Nuestros efectivos están mermados: La mayoría de la caballería está defendiendo las fronteras de la Baronía, un pequeño contingente guarda el Acuartelamiento y el resto están ocupados en la búsqueda del Comandante Crow. El resto están aquí, en La Mano. Quedamos muy pocos para dirigir a la guardia de la ciudad, que, entre usted y yo, son unas tropas de mierda.
Y ademas. Continua el caballero. No son simples alborotadores. Quienquiera que sean, están organizados y sabén como actuar... Incluso nos han atacado, a nosotros ¿entiende? Si no hacemos algo, el caos se extenderá como la polvora...
Brandon asiente. Muy bien, dejame meditar antes de darte tus ordenes.
Cuando el caballero abandona la Sala de Audiencias, Brandon se vuelve hacia su hermano, que aparece desde el fondo de la Sala, silencioso como un gato.
¿Qué te parece? ¿Los caballeros fugados?
Sin duda. Confirma su gemelo. ¿Sospechas algo más?
Sí. Se trata de una distracción. Los Señores del Kai actuarán esta noche... puede incluso que ya estén aquí. Dice con una sonrisa.
Una tercera figura encapuchada se aproxima a los hermanos. El Hermano Luanus. Los gemelos lo saludan con una inclinación de cabeza.
¿Lo ha oido todo Eminencia? Le inquiere Brendan ¿Qué opina que debemos hacer?
Luanus habla con su melosa voz. Hijos mios, esta es sin duda una prueba a nuestra fe, que debemos superar por el bien de nuestro pueblo.
Mañana anunciaremos nuestros planes a la ciudadanía. Y no podemos permitir que el caos y la anarquía reinen en la ciudad. La revuelta debe ser sofocada ahora mismo. Que los caballeros que buscan a sir Jester se dediquen a controlar los disturbios, seguro que él lo hubiera querido así, Ishir lo tenga en su gloria.
El sacerdote continúa. Y proporciona a la guardia de la ciudad un tercio de los caballeros que tenemos aquí, en La Mano. Las ordenes serán estas: Cualquiera que sea encontrado vagando fuera de su casa esta noche en Ruanon será ejecutado de inmediato.
Sí, su Eminencia. Responde Brandon. Pero, ¿un tercio de los caballeros destinados en La Mano? Los Señores del Kai vendrán aquí, y no deberíamos mermar nuestras fuerzas en la fortaleza. ¿Qué haremos cuando aparezcan?
El Hermano Luanus le dedica una sonrisa beatífica.
Tener fe...
Horario: Noche
Lugar: La Mano / Torre del Barón
¿Disturbios? Pregunta Brandon Furia.
Por toda la ciudad. Le confirma el sargento.
El jefe del cuerpo de arcabuceros se levanta del elaborado asiento que normalmente ocupa el Barón de Ruanon en la Sala de Audiencias y comienza a andar en torno al nervioso sargento de caballeros.
¿Me estáis diciendo que los caballeros de Ruanon y la guardia de la ciudad no puede hacerse cargo de unos alborotadores nocturnos?
Señor. Replica el sudoroso caballero. Nuestros efectivos están mermados: La mayoría de la caballería está defendiendo las fronteras de la Baronía, un pequeño contingente guarda el Acuartelamiento y el resto están ocupados en la búsqueda del Comandante Crow. El resto están aquí, en La Mano. Quedamos muy pocos para dirigir a la guardia de la ciudad, que, entre usted y yo, son unas tropas de mierda.
Y ademas. Continua el caballero. No son simples alborotadores. Quienquiera que sean, están organizados y sabén como actuar... Incluso nos han atacado, a nosotros ¿entiende? Si no hacemos algo, el caos se extenderá como la polvora...
Brandon asiente. Muy bien, dejame meditar antes de darte tus ordenes.
Cuando el caballero abandona la Sala de Audiencias, Brandon se vuelve hacia su hermano, que aparece desde el fondo de la Sala, silencioso como un gato.
¿Qué te parece? ¿Los caballeros fugados?
Sin duda. Confirma su gemelo. ¿Sospechas algo más?
Sí. Se trata de una distracción. Los Señores del Kai actuarán esta noche... puede incluso que ya estén aquí. Dice con una sonrisa.
Una tercera figura encapuchada se aproxima a los hermanos. El Hermano Luanus. Los gemelos lo saludan con una inclinación de cabeza.
¿Lo ha oido todo Eminencia? Le inquiere Brendan ¿Qué opina que debemos hacer?
Luanus habla con su melosa voz. Hijos mios, esta es sin duda una prueba a nuestra fe, que debemos superar por el bien de nuestro pueblo.
Mañana anunciaremos nuestros planes a la ciudadanía. Y no podemos permitir que el caos y la anarquía reinen en la ciudad. La revuelta debe ser sofocada ahora mismo. Que los caballeros que buscan a sir Jester se dediquen a controlar los disturbios, seguro que él lo hubiera querido así, Ishir lo tenga en su gloria.
El sacerdote continúa. Y proporciona a la guardia de la ciudad un tercio de los caballeros que tenemos aquí, en La Mano. Las ordenes serán estas: Cualquiera que sea encontrado vagando fuera de su casa esta noche en Ruanon será ejecutado de inmediato.
Sí, su Eminencia. Responde Brandon. Pero, ¿un tercio de los caballeros destinados en La Mano? Los Señores del Kai vendrán aquí, y no deberíamos mermar nuestras fuerzas en la fortaleza. ¿Qué haremos cuando aparezcan?
El Hermano Luanus le dedica una sonrisa beatífica.
Tener fe...
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
Mientras Lucius y Tresmond llevan los cuerpos de los caballeros a la salita por la que habéis entrado, os dirigis a una de las esquinas del Gran Salón, donde un acceso sin puerta da a una estrecha escalera de caracol hecha en piedra que os conducirá arriba, a la muralla interior del palacio. Es el camino más rápido hacia la Torre de la Guardia.
Tras aseguraros que no haya nadie en las escaleras, comenzais a subir, de uno en uno porque no hay espacio para más, y con Cuervo abriendo la marcha y su hacha Inquisidora en posición de ataque.
Después de subir unas cuantas escaleras comenzais a notar una corriente de aire frío que os indica que estáis a punto de salir a cielo abierto.
Presintiendo la proximidad de enemigos, Gavilán le susurra a Cuervo que actue con cautela.
Al final de las escaleras hay un arco de piedra que conduce directamente a la muralla interior, aquella que rodea el mismo palacio.
Cuervo se asoma con precaución, viendo como en esta muralla se han instalado peveteros que la iluminan cada pocos metros. La muralla a su izquierda continúa hasta que se bifurca en dos, una que continúa rodeando el exterior del palacio y otra que da acceso a ls murallas exteriores, atravesando el patio que hay abajo.
Pero vuestro camino es la muralla a la derecha, que lleva directamente hasta un acceso a la Torre de la Guardia y continúa más allá. La puerta reforzada da al tercer nivel de la Torre.
La puerta está vigilada por dos caballeros de Ruanon armados, y además, en el tramo de muralla que lleva hasta la Torre hay un par de caballeros con ballestas que patrullan esta zona, vigilando tanto la muralla como el patio exterior.
Cuervo alza la vista hacia las murallas exteriores, más arriba, donde parejas de arcabuceros también patrullan entre las almenas iluminadas por peveteros ardientes.
Comprende que si logran deshacerse de la patrulla de caballeros con ballestas y los dos de la puerta sin armar escándalo, los arcabuceros de las muralas exteriores no se enterarán de lo que ha pasado. Y para deshacerse de los cuerpos, pueden arrojarlos por la muralla, no al lado el patio exterior, sino al otro, donde están los tejados del palacio.
Bajais por las escaleras para preparar vuestro plan de acción. Si no os decidis por esta ruta de entrada a la Torre de la Guardia, la única otra entrada está en el patio exteior. Se trata de un camino más largo y más vigilado, porque en el patio exterior no hay lugar donde ocultarse y estará más vigilado.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Mientras Lucius y Tresmond llevan los cuerpos de los caballeros a la salita por la que habéis entrado, os dirigis a una de las esquinas del Gran Salón, donde un acceso sin puerta da a una estrecha escalera de caracol hecha en piedra que os conducirá arriba, a la muralla interior del palacio. Es el camino más rápido hacia la Torre de la Guardia.
Tras aseguraros que no haya nadie en las escaleras, comenzais a subir, de uno en uno porque no hay espacio para más, y con Cuervo abriendo la marcha y su hacha Inquisidora en posición de ataque.
Después de subir unas cuantas escaleras comenzais a notar una corriente de aire frío que os indica que estáis a punto de salir a cielo abierto.
Presintiendo la proximidad de enemigos, Gavilán le susurra a Cuervo que actue con cautela.
Al final de las escaleras hay un arco de piedra que conduce directamente a la muralla interior, aquella que rodea el mismo palacio.
Cuervo se asoma con precaución, viendo como en esta muralla se han instalado peveteros que la iluminan cada pocos metros. La muralla a su izquierda continúa hasta que se bifurca en dos, una que continúa rodeando el exterior del palacio y otra que da acceso a ls murallas exteriores, atravesando el patio que hay abajo.
Pero vuestro camino es la muralla a la derecha, que lleva directamente hasta un acceso a la Torre de la Guardia y continúa más allá. La puerta reforzada da al tercer nivel de la Torre.
La puerta está vigilada por dos caballeros de Ruanon armados, y además, en el tramo de muralla que lleva hasta la Torre hay un par de caballeros con ballestas que patrullan esta zona, vigilando tanto la muralla como el patio exterior.
Cuervo alza la vista hacia las murallas exteriores, más arriba, donde parejas de arcabuceros también patrullan entre las almenas iluminadas por peveteros ardientes.
Comprende que si logran deshacerse de la patrulla de caballeros con ballestas y los dos de la puerta sin armar escándalo, los arcabuceros de las muralas exteriores no se enterarán de lo que ha pasado. Y para deshacerse de los cuerpos, pueden arrojarlos por la muralla, no al lado el patio exterior, sino al otro, donde están los tejados del palacio.
Bajais por las escaleras para preparar vuestro plan de acción. Si no os decidis por esta ruta de entrada a la Torre de la Guardia, la única otra entrada está en el patio exteior. Se trata de un camino más largo y más vigilado, porque en el patio exterior no hay lugar donde ocultarse y estará más vigilado.
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
Los pasos de los caballeros resuenan contra la piedra. Gato Alado agudiza el oido hasta que pasan por delante de la entrada de las escaleras y un segundo después salta hasta las almenas, donde queda agazapado. Los caballeros con sus ballestas siguen patrullando, dandole las espaldas, a tan solo unos pasos, sin darse cuenta de su presencia.
Pero Gato se concentra en los caballeros que montan guardia a la entada de la Torre, a unos veinte metros a su derecha. Sabe que si ahora mirasen en su dirección lo descubririan, por lo que no espera un segundo en lanzar al aire y con todas sus fuerzas el puñado de guijarros que guarda en su mano.
Su concentración hace que los guijarros caigan exactamente donde él quiere, unos metros a la derecha de los caballeros. Sólo necesita que se distraigan un segundo.
Y lo consigue.
En cuanto los caballeros de la puerta giran la cabeza hacia el ruido, todos os moveis a la vez.
Gato avanza agazapado hacia la Torre, poniendose a distancia para lanzar un ataque mental que hace que uno de los caballeros se derrumbe con las manos echadas a la cabeza. Su compañero se encuentra una flecha enterrada en el pecho, cortesía de Dragón Carmesí.
Cuervo y Gavilán atacan a los ballesteros desde atrás, y, aunque estos se dan cuenta del ataque, no les sirve de mucho. La Inquisidora de Cuervo se hunde en la frente de un pobre desgraciado, mientras el otro se ensarta torpemente en la lanza de Gavilán.
Sin perder un segundo ocultais los cuerpos, unos junto a las almenas para dejarlos fuera de la vista de los arcabuceros y los otros muralla abajo, sobre los tejados de palacio.
No tardais en reuniros de nuevo frente a la puerta que da acceso a la Torre de la Guardia. Por suerte, la misma torre bloquea la vision de los arcabuceros que patrullan las murallas exteriores. Echais un vistazo a la muralla interior más allá de la Torre, que continua hasta girar una esquina, sin patrullas a la vista de momento, y eso os permite concentraros en la puerta. Está reforzada y tiene cerradura. Vuestro sexto sentido os indica que hay gente en la Torre, aunque no justo al otro lado de la puerta.
Un primer intento os muestra que está cerrada con llave, por lo que esperais a que Will llegue.
Vuestros compañeros, Lucius y Tresmond, seguidos del chico, avanzan hasta vuestra posición con cuidado, amparandose en la oscuridad de la noche y las almenas. Cuando Will llega a vuestra altura le señalais la puerta, para que se ponga a forzarla.
Y es en ese momento cuando ois un sonido que os hiela la sangre en las venas. Son ladridos, ladridos furiosos. Provienen de las escaleras de piedra por las que habeis subido a la muralla.
Y se aproximan...
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Los pasos de los caballeros resuenan contra la piedra. Gato Alado agudiza el oido hasta que pasan por delante de la entrada de las escaleras y un segundo después salta hasta las almenas, donde queda agazapado. Los caballeros con sus ballestas siguen patrullando, dandole las espaldas, a tan solo unos pasos, sin darse cuenta de su presencia.
Pero Gato se concentra en los caballeros que montan guardia a la entada de la Torre, a unos veinte metros a su derecha. Sabe que si ahora mirasen en su dirección lo descubririan, por lo que no espera un segundo en lanzar al aire y con todas sus fuerzas el puñado de guijarros que guarda en su mano.
Su concentración hace que los guijarros caigan exactamente donde él quiere, unos metros a la derecha de los caballeros. Sólo necesita que se distraigan un segundo.
Y lo consigue.
En cuanto los caballeros de la puerta giran la cabeza hacia el ruido, todos os moveis a la vez.
Gato avanza agazapado hacia la Torre, poniendose a distancia para lanzar un ataque mental que hace que uno de los caballeros se derrumbe con las manos echadas a la cabeza. Su compañero se encuentra una flecha enterrada en el pecho, cortesía de Dragón Carmesí.
Cuervo y Gavilán atacan a los ballesteros desde atrás, y, aunque estos se dan cuenta del ataque, no les sirve de mucho. La Inquisidora de Cuervo se hunde en la frente de un pobre desgraciado, mientras el otro se ensarta torpemente en la lanza de Gavilán.
Sin perder un segundo ocultais los cuerpos, unos junto a las almenas para dejarlos fuera de la vista de los arcabuceros y los otros muralla abajo, sobre los tejados de palacio.
No tardais en reuniros de nuevo frente a la puerta que da acceso a la Torre de la Guardia. Por suerte, la misma torre bloquea la vision de los arcabuceros que patrullan las murallas exteriores. Echais un vistazo a la muralla interior más allá de la Torre, que continua hasta girar una esquina, sin patrullas a la vista de momento, y eso os permite concentraros en la puerta. Está reforzada y tiene cerradura. Vuestro sexto sentido os indica que hay gente en la Torre, aunque no justo al otro lado de la puerta.
Un primer intento os muestra que está cerrada con llave, por lo que esperais a que Will llegue.
Vuestros compañeros, Lucius y Tresmond, seguidos del chico, avanzan hasta vuestra posición con cuidado, amparandose en la oscuridad de la noche y las almenas. Cuando Will llega a vuestra altura le señalais la puerta, para que se ponga a forzarla.
Y es en ese momento cuando ois un sonido que os hiela la sangre en las venas. Son ladridos, ladridos furiosos. Provienen de las escaleras de piedra por las que habeis subido a la muralla.
Y se aproximan...
Lanzando una mirada nerviosa hacia el lugar de las escaleras por las que hemos subido:
- ¡Rápido, chico! Necesitamos que abras esa cerradura cuanto antes... Parece que algo ha delatado nuestra presencia.
Interiormente me pregunto qué es lo que puede haber llamado la atención de los guardias. Quizá se trate solo de una patrulla más, pero los furiosos ladridos de esos perros no hacen presagiar nada bueno. Si logramos traspasar la puerta antes de que nos aviste esa patrulla, quizá logremos despistarles por un momento.
- ¡Rápido, chico! Necesitamos que abras esa cerradura cuanto antes... Parece que algo ha delatado nuestra presencia.
Interiormente me pregunto qué es lo que puede haber llamado la atención de los guardias. Quizá se trate solo de una patrulla más, pero los furiosos ladridos de esos perros no hacen presagiar nada bueno. Si logramos traspasar la puerta antes de que nos aviste esa patrulla, quizá logremos despistarles por un momento.
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
Will forcejea freneticamente con las ganzúas en la cerradura. Mientras, vosotros no podeis dejar de dirigir vuestra vista hacia el hueco de las escaleras, por donde de pronto aparecen dos mastines negros que inmediatamente fijan sus miradas en vosotros.
Son perros de presa enormes, entrenados para rastrear y cazar. Sospechais que debe de haber patrullas con perros como estos por La Mano, y que de alguna manera han captado vuestro olor o el de vuestros compañeros, o quizás el de la sangre derramada. No importa, porque la cuestión es que habeis sido descubiertos.
Los animales se lanzan a correr por la muralla en vuestra dirección. Podríais usar vuestro ataque psíquico contra ellos, pero son sólo animales entrenados, no seres malvados, por lo que Dragón y Gato les ordenan con un gesto que se detengan.
La mente de los Señores del Kai demuestra su superioridad y los dos canes detienen de inmediato su carrera hacia vosotros, tumbandose en el suelo con mirada confusa.
Y aunque esperais que por el mismo lugar por donde han subido los perros aparezcan caballeros con sus armas listas lo cierto es que no es lo que sucede. Por un momento podeis ver como se asoma un caballero, pero no sale a las murallas.
Parece ser que no se atreven a salir a campo descubierto, pero aun así bloquean ese camino...
Pero en ese momento un clic indica que Will ha forzado la cerradura. Cuervo es el primero que toma la iniciativa para abrir la pesada puerta, pero... no se abre.
No. La puerta no se abre. Comprendeis consternados que la unica explicación es que este bloqueada desde dentro, seguramente con un travesaño de seguridad que sólo se puede quitar desde el interior.
Os mirais entre vosotros intentando decidir que hacer. Mientas, los gritos de alarma empiezan a oirse en el aire nocturno.
La Mano ha despertado.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Will forcejea freneticamente con las ganzúas en la cerradura. Mientras, vosotros no podeis dejar de dirigir vuestra vista hacia el hueco de las escaleras, por donde de pronto aparecen dos mastines negros que inmediatamente fijan sus miradas en vosotros.
Son perros de presa enormes, entrenados para rastrear y cazar. Sospechais que debe de haber patrullas con perros como estos por La Mano, y que de alguna manera han captado vuestro olor o el de vuestros compañeros, o quizás el de la sangre derramada. No importa, porque la cuestión es que habeis sido descubiertos.
Los animales se lanzan a correr por la muralla en vuestra dirección. Podríais usar vuestro ataque psíquico contra ellos, pero son sólo animales entrenados, no seres malvados, por lo que Dragón y Gato les ordenan con un gesto que se detengan.
La mente de los Señores del Kai demuestra su superioridad y los dos canes detienen de inmediato su carrera hacia vosotros, tumbandose en el suelo con mirada confusa.
Y aunque esperais que por el mismo lugar por donde han subido los perros aparezcan caballeros con sus armas listas lo cierto es que no es lo que sucede. Por un momento podeis ver como se asoma un caballero, pero no sale a las murallas.
Parece ser que no se atreven a salir a campo descubierto, pero aun así bloquean ese camino...
Pero en ese momento un clic indica que Will ha forzado la cerradura. Cuervo es el primero que toma la iniciativa para abrir la pesada puerta, pero... no se abre.
No. La puerta no se abre. Comprendeis consternados que la unica explicación es que este bloqueada desde dentro, seguramente con un travesaño de seguridad que sólo se puede quitar desde el interior.
Os mirais entre vosotros intentando decidir que hacer. Mientas, los gritos de alarma empiezan a oirse en el aire nocturno.
La Mano ha despertado.
Todos los Personajes Jugadores
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Corriendo lo más rápido que os es posible, dejáis atrás la Torre por la que no habeis podido acceder y buscais, rezais, porque haya alguna entrada al palacio en este tramo de muralla.
Y sin duda, Kai protege a los suyos, porque más adelante, un arco en un lado de la muralla da a lo que parece unas escaleras que descienden.
Pero los segundos que pasan hasta llegar allí se os hacen eternos. Los disparos de los arcabuceros estallan a vuestro alrededor, algunos demasiado cerca, y una patrulla de caballeros más adelante utiliza sus ballestas contra vosotros.
No os lo podeis creer cuando llegais a cubierto y descendeis por las escaleras.
En cuanto llegais a la estancia a la que conducen, cerrais la puerta a vuestra espalda, aunque estais seguros de que no aguantará demasiado...
Recuperais el aliento mientras contemplais la gran sala a la que habeis llegado. ¡Es la capilla de La Mano!
Se encuentra vacía, y además de las escaleras por las que habeis llegado, la unica salida son dos grandes dobles puertas en el fondo, aparte de unos ventanales que deben conducir a algun patio exterior. Cientos de velas iluminan el altar y las antorchas arrojan multitud de sombras por doquier.
El silencio y la paz reinan en este lugar sagrado... hasta que...
Hola. Susurra una voz de mujer con acento vassagonio.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Corriendo lo más rápido que os es posible, dejáis atrás la Torre por la que no habeis podido acceder y buscais, rezais, porque haya alguna entrada al palacio en este tramo de muralla.
Y sin duda, Kai protege a los suyos, porque más adelante, un arco en un lado de la muralla da a lo que parece unas escaleras que descienden.
Pero los segundos que pasan hasta llegar allí se os hacen eternos. Los disparos de los arcabuceros estallan a vuestro alrededor, algunos demasiado cerca, y una patrulla de caballeros más adelante utiliza sus ballestas contra vosotros.
No os lo podeis creer cuando llegais a cubierto y descendeis por las escaleras.
En cuanto llegais a la estancia a la que conducen, cerrais la puerta a vuestra espalda, aunque estais seguros de que no aguantará demasiado...
Recuperais el aliento mientras contemplais la gran sala a la que habeis llegado. ¡Es la capilla de La Mano!
Se encuentra vacía, y además de las escaleras por las que habeis llegado, la unica salida son dos grandes dobles puertas en el fondo, aparte de unos ventanales que deben conducir a algun patio exterior. Cientos de velas iluminan el altar y las antorchas arrojan multitud de sombras por doquier.
El silencio y la paz reinan en este lugar sagrado... hasta que...
Hola. Susurra una voz de mujer con acento vassagonio.