La historia hasta ahora…
Tú eres el Gran Maestro Lobo Solitario, el último de los Señores del Kai de Sommerlund y el único superviviente de una masacre que acabó con la Primera Orden de tu pequeña casta de guerreros de élite.
Corre el año 5077 de la Era de la Piedra Lunar y han pasado veintisiete años desde que tus bravos compatriotas perecieron a manos de los Señores de la Oscuridad de Helgedad. Estos campeones del mal, enviados por Naar, Rey de la Oscuridad, para acabar con el próspero mundo de Magnamund, han sido derrotados. Juraste vengar el asesinato y destrucción del Kai y cumpliste tu promesa, pues fuiste tú quien provocaste su caída al infiltrarte en solitario en su impío dominio, las Darklands —las Tierras Oscuras—, y destruiste a su líder, el Gran Señor de la Oscuridad Gnaag, junto con el núcleo de su nocivo poder, la infernal ciudad de Helgedad.
A raíz de su destrucción, el caos se cernió sobre los ejércitos de los Señores de la Oscuridad quienes, hasta entonces, habían sido preparados para conquistar todo el Norte de Magnamund. Algunas facciones que formaron parte de este gran ejército, destacando la barbarie Drakkarim, comenzaron a luchar con los otros por el control. Este desorden rápidamente degeneró en una guerra civil, que concedió a los ejércitos de las Tierras Libres de Magnamund tiempo para recuperarse y lanzar un contraataque. Hábilmente sus comandantes aprovecharon el caos y consiguieron una rápida y total victoria sobre un enemigo muy superior en número.
Durante siete años hasta ahora ha reinado la paz en Sommerlund. Bajo tu dirección, el derruido Monasterio del Kai ha sido completamente reconstruido y restaurado a su antigua gloria, y la tarea de enseñar a una Segunda Orden de guerreros del Kai, las habilidades y la orgullosa tradición de sus antepasados también está en marcha. La nueva generación de reclutas del Kai, la mayoría de estos nacidos durante la era de la guerra contra los Señores Oscuros, posee habilidades latentes del Kai y todos parecen promesas excepcionales. Estas habilidades se nutrirán y afinarán a la perfección durante su tiempo en el monasterio para que puedan enseñar e inspirar a las generaciones futuras, garantizando la seguridad continua de vuestra patria, en los años venideros.
Alcanzar el rango de Gran Maestro del Kai trajo consigo grandes recompensas. Algunas, como la restauración del Kai y el eterno agradecimiento de tus compatriotas de Sommerlund, podrían haberse anticipado. Sin embargo, también ha habido recompensas que posiblemente no podías haber previsto. El descubrimiento de que en tu interior se encuentra el potencial para desarrollar disciplinas del Kai más allá de las del Magnakai, que, hasta ahora, se pensaba que era el máximo a lo que podría aspirar un Maestro del Kai, fue realmente una revelación. Tu descubrimiento te ha inspirado para emprender un nuevo y antes desconocido camino en busca de la sabiduría y el poder que ningún Maestro del Kai antes que tú haya poseído nunca. En el nombre de tu creador, el Dios Kai, y para la mayor gloria de Sommerlund y la Diosa Ishir, te has propuesto alcanzar la cima más alta de perfección del Kai: conseguir aprender todas las Disciplinas de un Gran Maestro y convertirte en el primer Maestro Supremo del Kai.
Con diligencia y determinación dispusiste la restauración del Monasterio del Kai y organizaste el entrenamiento de los reclutas de la Segunda Orden. Tus esfuerzos pronto fueron recompensados y, dentro de un lapso de dos años, los primeros reclutas novatos se habían graduado para convertirse en un grupo de talentosos Maestros del Kai quienes, a su vez, pudieron empezar a enseñar sus habilidades a los siguientes admitidos como novicios del Kai. Pronto los Maestros del Kai aumentaron sus nuevas responsabilidades, dejándote libertad para dedicar más tiempo a la búsqueda y perfección de las Disciplinas de un Gran Maestro.
Durante este período también recibiste una experta tutela en los caminos de la magia por parte de dos de tus más confiables amigos y consejeros: El Maestro del Gremio Banedon, líder de la Hermandad de la Estrella de Cristal, y Lord Rimoah, portavoz del Alto Consejo de los Ancianos Magos.
En el nivel subterráneo más profundo del monasterio, a unos treinta metros por debajo de la Torre del Sol, ordenaste la excavación y construcción de una bóveda especial. En esta magnífica cámara forjada de granito y oro, depositaste las siete Piedras de la Sabiduría de Nyxator, las gemas de poder del Kai que habías recuperado durante tu búsqueda del Magnakai. Fue aquí, bañado por la luz dorada de estas radiantes gemas, donde pasabas incontables horas en busca de la perfección. Algunas veces solo, otras en compañía de tus dos hábiles consejeros —Banedon y Rimoah— trabajaste duro para desarrollar tus Disciplinas innatas de Gran Maestro, y captar los secretos fundamentales de la Mano-Izquierda y el Antiguo Reino Mágico. Durante este tiempo adviertes muchos cambios notables que tienen lugar dentro de tu cuerpo: te haces más fuerte física y mentalmente, tus cinco sentidos primarios se agudizan más allá de todo lo que habías experimentado antes, y, lo más destacable, tu cuerpo empieza a envejecer a un ritmo muchísimo más lento. Ahora, por cada cinco años que transcurren tan solo envejeces un año.
En los años posteriores a tu victoria sobre los Señores de la Oscuridad, reina la paz de los vencedores y los pueblos de los Reinos Libres se regocijan sabiendo que el mal que una vez amenazó con destruirlos ha sido desterrado de la faz de Magnamund. Los hombres rápidamente han cambiado sus espadas por azadones y sus escudos por arados, y ahora la única marcha que hacen es a lo largo de los surcos de sus campos recién arados. Pocos son los ojos vigilantes que escudriñan el lejano horizonte con el temor por lo que pueda aparecer, aunque todavía hay quienes mantienen su vigilancia, porque los seguidores del Dios Oscuro Naar vienen disfrazados de muchas formas y hay quienes en Magnamund esperan pacientemente, en silencio y en las sombras, la oportunidad de cumplir sus malvadas órdenes.
Tus nuevas habilidades ya han sido probadas contra los seguidores de Naar y, en cada ocasión, te has desenvuelto admirablemente. Pero tus continuas victorias contra sus secuaces han enfurecido al Dios Oscuro e inflamado su ansia de venganza. Uno de esos esbirros, el poderoso Señor de la Muerte de Ixia, amenazó con esclavizar a las naciones libres de Magnamund con un arma forjada por el propio Naar. Valientemente, te aventuraste solo en el dominio helado del Señor de la Muerte y te enfrentaste a él en una batalla a vida o muerte de la que saliste triunfante. Sin embargo, cuando regresabas del gélido reino del Señor de la Muerte, te enteraste de que Sommerlund había sido atacado. En tu ausencia, Naar había enviado una gran cantidad de criaturas draconianas para destruir la Nueva Orden del Kai y arrasar tu tierra natal.
La noticia fue un golpe terrible. En Ixia habías logrado una gran victoria sobre el mal, pero ¿a qué precio? No tenías ninguna duda de que la Nueva Orden son dignos guerreros del Kai, pero todos son tan jóvenes, y su temple aún no ha sido probado en el calor de la batalla. En secreto, temías que no pudieran resistir a los campeones más recientes de Naar, por lo que resolviste regresar lo más rápido posible a Sommerlund para tomar el mando del Monasterio Kai y orquestar las defensas de tu país.
En la corte del rey Sarnac de Lencia, en la ciudad de Vadera, recibiste la promesa del propio rey de que haría todo lo posible para ayudar a acelerar tu largo viaje de regreso a casa, en Sommerlund. Acompañado por Lord Ardan, un amigo y mago de la tierra de Dessi, te subieron a bordo de un cliper lenciano, uno de los más rápidos de todos los barcos de alta mar. Este navío se dirigía a Garthen, la ciudad principal de Talestria, que se encuentra a más de mil seiscientos kilómetros al este de Vadera. Esta iba a ser la primera etapa de tu viaje de vuelta a Sommerlund, un destino a más de tres mil kilómetros de Lencia. Al zarpar del puerto de Vadera, sabías que te estabas embarcando en una carrera contrarreloj, una desesperada carrera en la que estaban en juego el futuro de tu país y la Nueva Orden del Kai.
Ya he comenzado el nuevo proyecto de traducción: (Las Reglas, Disciplinas, Carta de Acción y Antecedentes ya están terminados. Comienzo por la sección 1

)
Secciones Numeradas
1
Zarpas desde el puerto de Vadera en un día gris y frío de finales de invierno. Los mástiles de tu barco anfitrión, el cliper lenciano ‘Saxin’, una veloz embarcación a vela de formas alargadas y estrechas, han sido equipados con cada centímetro cuadrado de lona disponible para atrapar los vientos dominantes que, con suerte, lo impulsarán rápidamente a Talestria, la primera etapa de tu largo viaje a casa. El cliper es una embarcación elegante e impresionante y su partida no pasa desapercibida, sin embargo, de todos los muchos lencianos que han acudido para mirarlo y despedirse, solo el rey Sarnac y sus asesores más cercanos conocen el verdadero propósito de su viaje.
Una vez que el Saxin está más allá de las protectoras murallas del puerto de Vadera, su capitán traza un curso hacia el este a lo largo del Tentarias, la cadena de mares y lagos sin litoral que separan los dos continentes de Magnamund. Tú y tu compañero, Lord Ardan, os acomodáis en la sencilla rutina del barco y, con pocas tareas a bordo que realizar, os esforzáis por pasar las largas horas de manera constructiva. Con la ayuda de un mapa que te entrega, Ardan te informa sobre la ruta que debes seguir para llegar a Sommerlund lo más rápido posible. Pasas tu tiempo discutiendo los detalles de la ruta y reflexionando sobre el nuevo mal que ahora amenaza a tu tierra natal y al Kai.
Todas las noches, mientras yaces despierto en tu litera mirando las vigas alquitranadas de tu camarote, deseas recorrer lo más rápido posible los kilómetros que te separan de tu amada patria. Lo que quieres, sobre todo, es estar con tus jóvenes acólitos del Kai en esta hora oscura, pero el destino ha considerado oportuno colocar una gran distancia entre vosotros. Temeroso de lo que puedas encontrar si llegas a casa demasiado tarde, cada noche ofreces oraciones a los dioses Ishir y Kai para ayudar a acelerar tu regreso a Sommerlund.
Pasa al 175.
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¡A por el siguiente título de la colección!
A ver cuando vemos publicados oficialmente los anteriores
