¡BRUJERÍA!: La Maldición del Errante

Si te atreves a ponerte en la piel de un Señor del Kai, si te crees capaz de desafiar a los Señores de la Oscuridad, o si deseas simplemete pasar un buen rato, entra y asume el riesgo... pero quedas advertido...
Lindelion

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Cerca de las Colinas de Shamutanti

Sander suelta su pesada mochila sobre el césped de la colina, y esta cae con un golpe sordo. Antes de disponerse a levantar la tienda, propone a sus compañeros un orden a seguir en las guardias nocturnas. Asher le escucha con atención, mientras Nethruul, como siempre, ignora cualquier palabra pronunciada por los analandeses, mientras otea el horizonte algo separado del grupo, con su albarda al hombro.

Los compañeros analandeses de Sander se muestran de acuerdo en seguir ese orden, pero Asher interviene:

- Mercenario, no creo haberme prestado voluntario para hacer tu trabajo - dice con una sonrisa irónica, aunque no hay excesivo desprecio en sus palabras -, así que no sé por qué me incluyes en las guardias sin preguntarme. No obstante, he observado que has puesto especial cuidado en impedir que mi subordinado y yo coincidamos en alguna de las guardias. No tienes por qué preocuparte, pues no coincidiremos porque no pienso hacer su trabajo.

A continuación le grita una orden a Nethruul:

- Nethruul! Euýtefa e fapendes fe diante.

Este mira a Asher con desgana, baja la albarda de su hombro y se acerca a Sander, esperando que extraiga la tienda de su mochila.
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phillix
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Ísh Ksj Cerca de las Colinas de Shamutanti

La situación me parece un poco cómica
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Magnakai

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Siladrem Sinval - Cerca de las Colinas de Shamutanti

Coloco mis pertenencias en la tienda y una vez se hayan ido a dormir el resto, comienzo mi guardia con Sander. Me aseguro de alejarnos lo suficiente como para que nadie nos oiga, busco un descampado donde cualquiera que se nos acerque sea perfectamente visible (la cima de la colina está bien) y le comento:

- Sander, he vivido un tiempo en Brice y conozco bastante bien el idioma como para haber sacado unas cuantas conclusiones en el camino que llevamos recorrido. Al parecer, nuestra vida corre serio peligro. El mercenario no hace más que hacer comentarios despectivos hacia lo que nos resta, del tipo "ya están muertos". Incluso en alguna ocasión se ha dirigido hacia nosotros como "corderos". Está claro que este par trama algo. Le he pedido al comandante del puesto que enviase un hombre de su confianza para seguirnos, pues creo necesario mantener informada a la reina de cuanto nos pueda ocurrir.
También he captado algo de un templo y de un poderoso hechicero, pero sólo han sido retazos que no me han permitido hilvanar ninguna deducción convincente. Es, pues, necesario, que nos mantengamos bien alerta, pero en lo posiblé habrá que ocultar a nuestros acompañantes mis conocimientos del briciano, puede que eso pueda salvarnos la vida en un futuro


Continúo la guardia hasta la hora prevista.
Lindelion

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Cerca de las Colinas de Shamutanti

Ish se levanta sin apenas poder separar los párpados debido al cansancio que le pesa tras la caminata de hoy. Siladrem es quien le ha despertado. Se da la vuelta y se lleva un susto tremendo al ver a Asher con los ojos totalmente abiertos y en blanco. El embajador duerme sentado, con las piernas entrelazadas y la espalda recta, descansando las manos en su regazo. Parece como si estuviera muerto; en ese estado parece un verdadero monstruo. Siladrem y Sander también se alarmaron cuando entraron en la tienda, hasta que comprendieron que Asher estaba durmiendo. A Sander le toca la desagradable tarea de despertar a Nethruul. Le cuesta bastante hacerlo, pero finalmente este abre los ojos... y al hacerlo, Sander puede ver que sus pupilas ocupan casi todo el espacio de sus globos oculares y parecen brillar débilmente. Sin mediar palabra, Nethruul toma su cimitarra y su albarda y sale de la tienda, seguido de Ish.

Nethruul se recuesta contra un árbol y levanta la albarda, apoyándola en su hombro, como tiene costumbre de hacer. A veces dedica fugaces miradas somnolientas a Ish, aunque la mayor parte del tiempo mira hacia el estrellado cielo.

La noche transcurre tranquila. Ish a punto está de dormirse varias veces, hasta que Nethruul, con un rápido movimiento, se separa del árbol en el que se apoyaba y agarra su albarda con ambas manos. Es obvio que ha oído o visto algo, pero Ish no ha sentido nada. Nethruul mira a Ish con un semblante muy serio, y seguidamente baja la colina con sumo sigilo, blandiendo su arma.
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Baklands
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Sander Hookton; Cerca de las Colinas de Shamutanti
Lord Asher escribió: - Mercenario, no creo haberme prestado voluntario para hacer tu trabajo , así que no sé por qué me incluyes en las guardias sin preguntarme. No obstante, he observado que has puesto especial cuidado en impedir que mi subordinado y yo coincidamos en alguna de las guardias. No tienes por qué preocuparte, pues no coincidiremos porque no pienso hacer su trabajo.
Tras escuchar estas palabras, me quedo mirando a lord Asher de una manera curiosa, mientras sopeso la idea de desenvainar, pero la desecho en cuanto pienso en Nethruul y en los 15 doblones que me esperan a mi regreso. Al fin y al cabo, el briciano es un personaje importante en su pais, y por el bien de Analand no merece la pena soliviantarlo...de momento. Así que hago caso omiso de sus palabras y continuo mis quehaceres para montar el campamento.

Más tarde, ya en mi turno de guardia con Siladrem, éste me comenta:
Siladrem Sinval escribió: - Sander, he vivido un tiempo en Brice y conozco bastante bien el idioma como para haber sacado unas cuantas conclusiones en el camino que llevamos recorrido. Al parecer, nuestra vida corre serio peligro. El mercenario no hace más que hacer comentarios despectivos hacia lo que nos resta, del tipo "ya están muertos". Incluso en alguna ocasión se ha dirigido hacia nosotros como "corderos". Está claro que este par trama algo. Le he pedido al comandante del puesto que enviase un hombre de su confianza para seguirnos, pues creo necesario mantener informada a la reina de cuanto nos pueda ocurrir.
También he captado algo de un templo y de un poderoso hechicero, pero sólo han sido retazos que no me han permitido hilvanar ninguna deducción convincente. Es, pues, necesario, que nos mantengamos bien alerta, pero en lo posiblé habrá que ocultar a nuestros acompañantes mis conocimientos del briciano, puede que eso pueda salvarnos la vida en un futuro
Estas palabras me intranquilizan aún más. Sabía que este trabajo no iba a ser fácil, pero el hecho de que el peligro provenga de dentro de nuestro grupo y no de fuera no es una perspectiva agradable. Decido que ya es momento de sincerarse con el representante de la reina Ahleesia:

-Consejero Sinval, le agradezco muchísimo la información que acaba de brindarme. La verdad es que desconfío muchísmo de este par de bricianos que nos acompañan y por eso propuse este sistema de guardias, para que no puedan sorprendernos. Me alegra mucho el hecho de que al menos uno de nosotros sea capaz de comprender parte de lo que están hablando, y convendría mantener informado también al médico que nos acompaña, ese tal Ish. Antes de que nos fuera encomendada esta misión pude compartir algunos momentos con él, y es alguien en quien podemos confiar, a pesar de que se haya puesto al servicio de Lord Asher. Como habrá podido comprobar, durante tres días seguidos al menos dos de nosotros tres hacemos una guardia conjunta, momento en el cual podremos aprovechar para hablar sin reservas y a espaldas de los finos oídos de Lord Asher. Cualquier información que usted nos pueda aportar será de suma importancia para restarles la ventaja de la sorpresa a este par. Y andar sobretodo muy alertas las dos noches en las que ninguno de nosotros coincida en las guardias nocturnas. Y también estoy de acuerdo en que es necesario ocultar su capacidad para comprender el briciano. Es nuestra mejor baza para protegernos de aquello que nos estén preparando nuestros compañeros de viaje.

Por otra parte, a pesar de que a mí se me encomendó proteger la vida de Lord Asher, también se me indicó que protegiera la suya por encima de la del briciano, así que no dude de que llegado el caso de que tuviéramos que entablar combate, mis dos espadas bailarán al lado de su magnífico espadón.

También me alegra de que haya usted dispuesto el que un soldado analandés nos siga, para poder mantener informada a la reina de nuestra posición y situación, pero si se pone en contacto con él, hágale saber que puede correr gran peligro si Nethruul lo descubre. No creo éste que sea tan estúpido como para matar a un soldado analandés tan cerca de la frontera, pero si es verdad que los bricianos traman algo, no me sorprendería que el soldado pudiera encontrarse en serias dificultades. Convendría que supiera de lo delicada que puede llegar a ser su situación.


Tras esto, creo advertir en los ojos del consejero que ya está todo dicho, así que ambos continuamos nuestra vigilancia durante lo que nos resta de guardia.
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Baklands
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Sander Hookton. Cerca de las colinas de Shamutanti (turno de guardia)

Paso el resto de mi guardia meditando acerca de los acontecimientos del día. Parece claro que Lord Asher ha sospechado mis intenciones con el sistema de guardia que había ideado, y ha querido desbaratarlo a su manera. Pero yo no soy de los que se dan por vencido.

He de idear alguna manera de reestructurar el sistema de guardias, para que utilizándolo con las condiciones de los bricianos, sigan siendo favorables a nuestros intereses.

Durante largo tiempo ideo un sistema de guardias y sobretodo una explicación coherente, que deje a lord Asher sin capacidad de respuesta, y casi al final de mi turno hallo la respuesta a mi dilema.

Con una sonrisa en mis labios y en mi pensamiento, finalizo mi turno y me dispongo a descansar.

Mañana antes de paritir anunciaré la nueva reestruturación.
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phillix
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Ish Ksj Cerca de las Colinas de Shamutanti

Me ha costado un trabajo terrible despertarme el día de hoy para hacer las guardias, pero estar acompañado de Netruul no es muy buen aliciente. Antes de salir de la tienda, reviso mis bolsillos para asegurarme que traigo lo mínimo indispensable para atacar a algún adversario que tuviese que enfrentar y además recojo mi arco recién comprado.

En cuanto Netruul se levanta y baja la colina, sin separarme mucho de las tiendas lo sigo a suficiente distancia como para quedar fuera de su alcance pero sin perderlo de vista.

Ahora viene a mi mente la imagen de Siladrem mirando a la retaguardia de la caravana repetidamente durante nuestro recorrido el día anterior, me pregunto si tiene relación con lo que llamó la atención a Netruul.
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Lindelion

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Cerca de las Colinas de Shamutanti

Ish sigue a Nethruul colina abajo, guardando una distancia prudencial, hasta un grupo de arbustos. El briciano se mueve tan sigilosamente que Ish no es capaz de oír sus pisadas en la hierba, y se desenvuelve perfectamente en medio de la oscuridad, mientras que Ish tiene que hacer verdaderos esfuerzos por no tropezar con las raíces o las ramas bajas de los árboles.

Nethruul está ya junto a los arbustos. En ese momento, Ish se da cuenta de que el movimiento de las hojas no se debe al viento, sino que se mueven de forma algo anormal, aunque el sonido apenas es perceptible. Nethruul apunta con su albarda hacia los arbustos y se queda un buen rato totalmente inmóvil, concentrado en ellos. Entonces, con un movimiento brusco, arremete contra ellos y entonces un grito suena en la noche. Rápidamente, Nethruul mete un brazo entre ellos y extrae un cuerpo, el cual lanza por los aires como si fuera un pelele, con la única ayuda de su brazo derecho, y este se estrella en el tronco de un árbol cercano. Se trata de un humano, y está inconsciente, tal vez muerto.

Nethruul mira a Ish y grita:

- ¡Epírefar! ¡Penor!

Y alarga un brazo hacia la tienda de campaña. Nethruul quiere que despierte a los demás.
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phillix
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Ish Ksj Cerca de las Colinas de Shamutanti

Después de ver lo sucedido quedo totalmente sorprendido pero netruul no es nadie para dar órdenes. Asi es que lo primero que hago es acercarme a registrar el cadaver para tratar de encontrar alguna pertenencia que me de indicios del desafortunado personaje.
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Lindelion

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Cerca de las Colinas de Shamutanti

Haciendo caso omiso de Nethruul, Ish se acerca al cuerpo y lo examina. Nethruul se acerca a su vez al ver que Ish no le ha entendido, o n ha querido entenderle.

- Úkhanda! Man kartye?! - grita Nethruul a Ish. Este por un momento piensa en alejarse del iracundo Nethruul, pero se mantiene firme.

Nethruul se acerca aún más a Ish y le mira desafiante durante unos segundos, pero luego opta por subir colina arriba.

Ish reconoce al hombre como un soldado de Analand, por su vestimenta. Su peto de cuero y la espada que le cuelga del cinto de nada le han servido contra esa bestia que ha demostrado ser Nethruul. Rebuscando entre las pertenencias del soldado, Ish encuentra además 5 doblones de oro.

Mientras tanto, Nethruul llega a la tienda. Sander y Siladrem se despiertan debido al alboroto que está causando el briciano. Cuando abren los ojos, Asher ya está despierto. Siladrem sólo alcanza oír una frase de Nethruul:

- Muina tussatten. Sí kwalin ná.

[hide=Traducción para Siladrem]"Se escondía tras unos arbustos. Ahora está muerto."[/hide]

A Siladrem enseguida se le viene a la mente el soldado analandés. No tarda mucho Sander en caer en la cuenta de esto, y mira a Siladrem con los ojos muy abiertos, denotando sorpresa.

- Tukar sinome - dice Asher.

[hide=Traducción para Siladrem]"Tráelo aquí."[/hide]

Nethruul sale a toda prisa de la tienda, y Asher se levanta.

- Señores - dice Asher, con una seriedad y gravedad hasta ahora desconocidas en él -. Mi subordinado ha descubierto a un espía... analandés.

Nethruul llega rápidamente a donde se encuentra el cuerpo del soldado analandés. Aparta a Ish de un empujón; este cae sobre unos arbustos. A continuación carga con el cuerpo y se encamina de vuelta a la tienda, no sin antes mirar a Ish y decirle, con sumo desprecio:

- Wára!

En la tienda se ha hecho un incómodo silencio. Asher lo rompe, diciendo:

- Espero que todo se trate de un error. Estoy dispuesto a conceder el beneficio de la duda, pues no entiendo ni esperaría esto después del acuerdo al que llegamos la reina y yo.

Sander ve cómo la figura de Nethruul emerge de la oscuridad y se acerca a la tienda, cargando con un cuerpo.
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Baklands
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Sander Hookton. Campamento cerca de las colinas de Shamutanti.

Despierto conmocionado por el alboroto que está causando fuera Nethruul, y cuando comprendo que tal vez el soldado haya sido descubierto, miro a Siladrem con un gesto de sorpresa y contrariedad a la vez. Mis sospechas se ven confirmadas tras escuchar a Lord Asher. El soldado ha sido descubierto y a juzgar por cómo lo transporta Nethruul puede que le haya ocurrido algo grave.

Mi primer pensamiento concierne al consejero Sinval:

Tengo que dejar al margen a Siladrem. Él debe seguir pareciendo totalmente inocente a los ojos de los bricianos.

Mi segundo pensamiento tiene que ver con la manera en que voy a afrontar esta delicada situación. Pensando furiosamente, característica que no me suele definir muy bien, intento buscar una salida a esta encerrona, y de pronto recuerdo las enseñanzas en la Academia de Chawberry: Cuando el enemigo te acorrale y parezca que sólo puedas demorar la muerte un poco más, sorpréndele y ataca con todas tus fuerzas. Tal vez ahí halles una brecha

Eso es. Enfádate.

Sin pensarlo dos veces, improvisando sobre la marcha, me lanzo a decir en voz un poco alta:

-¿El beneficio de la duda? ¿Por quién nos ha tomado, señor embajador? Yo estoy aquí para velar por su seguridad, nada más. Y ese hombre que trae su mascota trabaja para mí. Tras el ataque fallido sufrido por su caravana antes de llegar a Analand, pensé que igual querrían volver a intentarlo tras su salida del país. Así que, como medida de precaución, le pedí al capitán de la guardia fronteriza que uno de sus hombres nos siguiera y que comprobara que nadie más lo hacía. Tenía instrucciones de acompañarnos hasta que llegáramos a la posada y luego volver al puesto fronterizo.

Por el bien del soldado y el de todos nosotros, espero que su bestia no le haya hecho demasiado daño. Todo hombre es valioso en el ejército de Analand y a la reina no le gustará descubrir que uno de sus hombres ha sido herido sin haber mediado provocación de por medio. Y menos por alguien que trabaja para otro que acaba de firmar un acuerdo con ella.


Iracundo, miro a lord Asher, esperando que estas últimas palabras hayan hecho mella en él.
[b]Te envío a siete amigas mías, ¿vale?[/b] :smt083
Lindelion

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Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Nethruul llega a la tienda y suelta el cuerpo con desprecio, y este cae al suelo con un golpe seco. Como Sander y Siladrem temían, se trata de un soldado analandés. Sólo Ish, como médico, podría decir si aún le queda algo de vida; pero a juzgar por su aspecto y por la mancha roja que deja en el suelo cerca de su cabeza, todo parece apuntar a un triste y oscuro final para el pobre soldado.

Por cierto, ¿dónde está Ish?

Los analandeses casi no tienen tiempo de pensar en su compañero, pues esperan una reacción por parte de Asher después de que Sander haya asumido la responsabilidad. El embajador estalla en cólera, y su voz grave suena como un trueno al gritar.

- ¡Por todos los demonios de Titán! ¿Quién te crees que eres para hablarme así, mercenario? - grita, dirigiéndose a Sander -. ¿Desde cuándo un mercenario toma decisiones sin consultar a sus jefes, y desde cuándo le está permitido pedir responsabilidades por sus propios erores?

Asher cierra los puños, su furia se acrecienta y se muestra terrible y oscuro a los ojos de los analandeses. Nethruul permanece inmóvil y muy atento a los movimientos de su señor, y acerca la mano a su cimitarra. Sander lo ve y se da cuenta de por qué lo hace: dentro de la tienda sería inútil su albarda, ya que carecería de espacio para maniobrar con ella.
Asher sigue gritando.

- La muerte de este soldado es responsabilidad tuya y sólo tuya - sigue dirigiéndose a Sander -. Y ya me encargaré de hablar con el Consejo de Analand acerca de tus geniales ideas y de sus consecuencias, mercenario.

Nethruul separa la mano de su cimitarra y se relaja. Incluso se ríe, satisfecho de que su señor haya estallado en cólera.

- Nethruul! - ordena Asher -. Tuka Ish!

Nethruul sale de la tienda, riéndose aún, y pasando por encima del cuerpo del analandés, aunque sin pisarlo.

- Señor Sinval - dice Asher, aún visiblemente enfadado pero algo más calmado -, si es verdad que no sabía nada de esto, le sugiero que tenga unas palabras con su mercenario. Los cementerios de Quill están llenos de gente con faltas mucho menores que esta. No volveré a tolerar algo semejante, y aún no sé por qué estoy teniendo tanta paciencia. Por ahora sólo le ha salvado el hecho de ser analandés, pero le advierto que tomaré cartas en el asunto a la próxima falta, por mínima que sea.

Mientras tanto, Ish se levanta y se limpia. Ese Nethruul tiene una fuerza descomunal, ¡y vaya temperamento! Cuando lo ve venir de nuevo, a Ish le entran ganas de salir corriendo, pero se calma un poco al ver que sus intenciones para con él no implican agresión.

- Asher tultat - es todo lo que dice, y se queda esperando a que le acompañe.
Magnakai

Mensaje por Magnakai »

Tratando de que no se me note lo afectado que estoy por haber sido el responsable de la muerte de ese hombre, me dirijo al embajador:

- No lo dude, ahora mismo mantendremos una conversación que deje las cosas claras. Sander, por favor, acompáñeme

Salgo de la tienda y me alejo esperando que Sander me siga.

Cuando estemos a solas:

- Lo primero, creo que no deberías haberte inventado la historia. Está claro que eres un hombre impetuoso y de gran corazón, te agradezco el gesto al ofrecerte de pantalla, pero piénsalo. ¿Qué hay de anormal en encontrarse un soldado de Analand patrullando la frontera de Analand?La respuesta es nada. Por supuesto que el embajador podría haberse puesto paranoico, pero hasta él mismo debería admitir que un soldado vigilando estas tierras junto a las Baklands es lo más normal del mundo. Máxime cuando a la vista está que no iba a poder ser interrogado por Asher.
Me sorprende sin embargo que se haya arriesgado tanto al acercarse hasta nuestra posición. Creí dejarle claro al comandante del puesto que debería seguirnos por lo menos a una hora de camino. Eso son más de 6 kms.Ummmm, tal vez Ish haya encontrado algo entre sus pertenencias que nos aclare el misterio, deberemos preguntarle.
Ahora trataré de convencer al embajador para permitirnos darle sepultura a este valiente que ha dado su vida por Analand. Créme, Sander, te estoy muy agradecido y es un alivio el comprobar tu lealtad hacia lo que represento, esperemos que no tengamos que ser puestos a prueba antes de finalizar nuestro viaje.
Sentémonos ahora aquí, en esta roca, mientras leo esta carta, ahora que el mercenario no parece andar cercano


Saco la carta del comandante y rompiendo su lacre la abro y leo con atención.
Lindelion

Mensaje por Lindelion »

cerca de las colinas de Shamutanti

Mientras Siladrem extrae la carta de entre sus ropas, Sander toma su linterna y la enciende para que su protegido pueda leer. Entonces su expectación crece al ver que la carta tiene la seña de identidad de la Luna Creciente: doblada por sus dos extremos hasta el centro y con un segundo doblez para unir estos con unas gotas de cera de color azul. Esto significa que el comandante de la compañía del ejército de la frontera actuó como contacto, y que tal vez el soldado que ha muerto esta noche pertenecía a la Luna Creciente, lo cual aún resulta más doloroso.

Impaciente, Siladrem rompe el sello y comienza a leer las letras menudas a la luz de la linterna de Sander:

Querido hermano:

Debemos informarte del serio peligro que corres en estos momentos, tanto tú como los compatriotas que viajan contigo. Nuestros espías en Lendleland nos han proporcionado una información desconcertante: hace unos días un grupo de Jinetes Nómadas bajo la orden de Addessioss Ryogax informaron a este del ataque que perpetraron contra el embajador de Brice mientras atravesaba Lendleland, diciendo que tanto él como todo su séquito de mercenarios fue muerto en batalla, pero que el cuerpo de Lord Asher desapareció mientras lo transportaban a la capital.
Esto quiere decir que el ser al que estáis acompañando puede ser un impostor.

La L. C. te encomienda una nueva misión: averiguar si ese al que acompañas es realmente Lord Asher, y si no lo es, averiguar de quién se trata y cuáles son sus intenciones. Sospechamos que tal vez el Culto de la Llama Ardiente tiene algo que ver y está preparando algún desastre contra Analand, aunque no tenemos ninguna certeza de ello.

Un contacto te espera en la posada "La Buena Pitanza" para darte información actualizada. por favor, extremad vuestras precauciones mientras estéis junto a quienquiera que sea el ser al que acompañáis.

Buena suerte,

L.C.


Siladrem apenas tiene tiempo de salir de su asombro tras leer la carta, cuando, al mirar al horizonte, descubre lo que tal vez fue la razón de que el soldado analandés se acercara tanto a su posición: la silueta de varias figuras se recorta en la lejanía, medio ocultas por la oscuridad de la noche. Se dirigen al campamento.
Magnakai

Mensaje por Magnakai »

Escondo rápidamente la carta entre los ropajes y le susurro a Sander:
[/b]- Al parecer Lord Asher podría no ser quien dice, luego te lo explico, rápido, vuelve al campamento sin ser descubierto y estáte alerta, voy atratar de averiguar quienes son esas personas

Sin más dilación gesticulo frente a mí vigorosamente esforzándome por realizar el encantamiento de invisibilidad.
Lindelion

Mensaje por Lindelion »

Siladrem Sinval. Cerca de las colinas de Shamutanti.

Siladrem se concentra, intentando ordenar en su mente los pasos a seguir para ejecutar el Encantamiento que en el que está pensando. Una vez que lo tiene claro, hace los pases de manos necesarios y espera que se produzca el efecto. Sin embargo, aún puede verse sus propias manos, por lo que el Encantamiento ha debido fallar. Es extraño, porque cree haberlo ejecutado correctamente. ¿Por qué no habrá funcionado?
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Baklands
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Mensaje por Baklands »

Sander Hookton. Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Incrédulo, dirijo la mirada hacia donde Siladrem ha visto moverse a las figuras. A su vez, Siladrem comienza a hacer unas cosas rarísimas con las manos, aunque aparentemente no ha sucedido nada. Sin comprenderlo del todo, me atrevo a sugerir:

-Señor, no creo que sea una idea prudente la de acercarse solo a esa gente. Más bien, creo conveniente que fuéramos al campamento a avisar a los otros, aunque tengo la corazonada de que sólo Ish desconocerá la presencia de esta gente tan cerca de nuestro campamento. Será mejor que nos preparemos para lo peor. Y con un gesto señalo hacia su espadón.

Y me pongo en marcha en dirección a la tienda.
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Magnakai

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Siladrem Sinval. Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

- Sí, tienes razón, haremos bien en estar alerta, esto no pinta muy bien

Me dirijo al campamento junto con Sander tratando de no hacer mucho ruido.

Por Libra, qué ridículo más espantoso
Lindelion

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Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Cuando Sander le habla, Siladrem entonces descubre el fallo: no lleva el anillo de perlas que requiere el Encantamiento; lo olvidó con los nervios del momento. Ambos deciden ir al campamento.

En la tienda encuentran a Ish y a Asher. Ish está comprobando el cuerpo del soldado analandés bajo la atenta mirada del supuesto embajador. Está irremediablemente muerto, eso es seguro, y así se lo hace saber a Asher.

- Bien - dice el briciano -, supongo que querréis enterrar a vuestro compatriota. Ha tenido una muerte muy absurda - exclama, mirando a Sander con ojos severos.
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Baklands
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Sander Hookton. Tienda del campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Sin ni siquiera mirar a Asher, me dirijo hacia Ish y le digo en voz alta para que todos lo oigan:

-Ish, prepárate. Tenemos compañía. Y a continuación me giro hacia Asher, y no sin cierto deje de ironía le digo:

-El absurdo entierro de este compatriota deberá esperar un poco más de tiempo. Tal vez antes de que acabe la noche tendremos que abrir alguna otra fosa más.

Y sin esperar respuesta de su parte salgo de la tienda.

Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr Ahogo un grito, pues no quiero alertar a nadie. Espero que el idiota este no sea realmente quien dice ser, tal y como me ha comentado Siladrem. Tengo unas ganas terribles de abrirlo de par en par para que se contemple sus propias entrañas antes de morir.

Intento decidir qué arma desenvainar. ¿Debería montar el arco?¿Preparo mejor la daga para lanzarla? La verdad es que no sé quien se acerca, ni tampoco qué intenciones tienen. Decido dejar el arco y la daga tranquilos, de momento, y desenvaino las dos magníficas espadas que llevo. A continuación doy dos pasos adelante y me sitúo delante de la puerta de la tienda, mientras coloco las espadas cruzadas, y con las puntas apoyadas en tierra. Así doy la impresión de montar guardia. Si quien se acerca viene en plan amistoso no desconfiará, y si no viene en son de paz, pronto descubrirá de qué soy capaz.
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