Raistlin, la forja de un Túnica Negra

[Lasthome]

191
Caramon contempla el bosque y se vuelve hacia ti. Des­pacio y con ademán decidido avanza en dirección a ti y clava su mirada en la tuya.

—Raistlin —declara—, soy tu hermano y he vivido con­tigo durante mucho tiempo. Por el tono de tu voz sé que me ocultas algo. Es mejor que me expliques lo que está ocurriendo; de lo contrario, tendré que llevar este asunto a mi modo.

Su actitud no deja lugar a engaños. Comprendes muy bien lo que significa para él «llevar los asuntos a su modo », pero estás decidido a entrar en el bosque.

—Caramon —respondes con voz queda pero firme—, hay algunas cosas que es preferible ignorar. Esta es una de ellas. De todas maneras voy a internarme en ese bosque, con o sin tu ayuda.

Te vuelves con un movimiento brusco y caminas hacia tu caballo. Demasiado perplejo para contestar de inmedia­to, Caramon permanece inmóvil. Cuando llegas junto a tu montura, le oyes hablar con voz tensa por la ira:

—Hermanito —dice—, no irás a ningún lugar donde pue­das encontrar la muerte, y menos aún a este siniestro bos­que.

—Giras la cabeza y ves que avanza hacia ti.

Tira un dado y suma al resultado tus puntos de agilidad. Si el total es de 6 o más puntos, pasa al 52. Si es inferior, pasa al 198.

Aquí vuestra tirada: + 2 = 6

es igual a 6 pasamos al 52.

[Lasthome]

52
Caramon debe comprender que estoy obligado a actuar de este modo —piensas, desesperado—. Un hechizo solu­cionará el problema». Impulsados por la apremiante necesidad, tu cuerpo y tu mente responden de inmediato. Pensando con rapidez, in­vocas un hechizo que le impedirá interferirse en tu deci­sión.

De pronto Caramon se detiene. Apenas tomas conciencia de la sorpresa y confusión que se dibujan en su rostro; tan concentrado estás en el hechizo. ¡Pero una voz interior te dice que sabe lo que te dispones a hacer!

Ves de soslayo que está haciendo acopio de fuerzas para lanzarse sobre ti. Debes apresurarte y elegir el hechizo más adecuado.

Consulta el Cuadro de Elección de Hechizos que se en­cuentra en el apartado 10. Sigue la columna situada a la derecha del nombre del encantamiento hasta que confluya con la encabezada por el 52 (número del apartado que es­tás leyendo); a continuación pasa al apartado cuyo nú­mero aparece en esta confluencia, para descubrir el resul­tado de tu encantamiento.

[Lasthome]

Libro de Hechizos de Raistlin

Los hechizos que figuran en el libro mágico de Raistlin son los más elementales y, por consiguiente, los únicos que puede utilizar, a menos que se haya provisto de otros en algún punto de la aventura. Si es así, el texto lo indicará. La información que contiene el opúsculo debe interpre­tarse del modo siguiente:

Nombre del hechizo: OFensivo, DEFensivo o Misce­láneo; descripción de sus efectos; magnitud o radio de es­tos efectos; número máximo de objetos o criaturas afecta­das por el hechizo; componentes materiales necesarios para invocarlo, si los hay. NA significa no aplicable.

Hechizos de grado inferior
Manos ardientes: OF; abanico de llamas que brota de las manos extendidas; 1 metro delante del mago; máximo, 3; no hay componentes.
Engaño personal: OF; la criatura hechizada cree que el mago es un amigo que debe ser escuchado y protegido; 35 metros; máximo, 1; no hay componentes.
Comprensión de lenguas: MIS, DEF; el mago puede leer o entender cualquier lengua escrita o hablada; tacto; 1 ob­jeto o criatura; una pizca de hollín y varios granos de sal.
Bloqueo puertas: DEF; permite atrancar mágicamente con barrote o pestillo puertas, válvulas y cancelas; 2 me­tros o 24 metros cuadrados; 1 puerta, válvula o cancela; no hay componentes.
Misil mágico: OF; hace brotar de las manos dardos mági­cos; 30 metros; máximo, 2; no hay componentes.

Hechizos de grado superior
Griterío audible: DEF; el mago provoca un gran ruido, como el producido por una muchedumbre, procedente de cualquier dirección; radio de audición, 25 metros; número indeterminado; hebra de lana o terrón de cera.
Oscuridad: DEF u OF; crea una negrura total e impenetra­ble en la zona afectada; 9 metros de diámetro; máximo, 8-12; un puñado de alquitrán o un carbón.
PES (percepción extrasensorial): DEF; el mago detecta los pensamientos superficiales de una criatura cercana; 5 me­tros; 1 criatura por intento; una pieza de cobre.
Invisibilidad: DEF; hace que desaparezca un objeto de forma que no sea detectado por la visión normal; tacto; 1 como máximo; párpado envuelto en goma arábiga.
Espejo: DEF; crea cuatro imágenes exactas del mago; círculo de 4 metros de diámetro; NA; no hay componentes. Red: OF; permite formar fuertes y viscosas hebras de red; 5 metros, o 24 metros cúbicos delante del mago; máximo, 8-12; una telaraña.

Cuadro de elección de hechizos
Cuando te dispongas a invocar un hechizo, busca en la hilera superior del cuadro el número del apartado que es­tás leyendo y, tras elegir en la lista de la izquierda el en­cantamiento que deseas aplicar, busca el punto donde con­fluyen ambas columnas. Encontrarás un número que te remitirá al apartado donde ha de conducirte tu elección. Asegúrate de seguir las instrucciones indicadas en el texto y comprueba si tienes a mano todos los componentes que necesitas para formular el hechizo.

Cuadro de elección de hechizos

* Si tratas de invocar un hechizo marcado con un asterisco y no tienes los componentes imprescindibles, pasa directamente al 193.

[Brown]

Por tanto ahora se trata de escoger el hechizo en sí, no? Yo creo que claramente necesitamos "Engaño personal".

[profesorinternet]

La misma opción que la del Gran Maestro Supremo del Kai

[Censor]

Yo usaría el misil mágico.

[Lasthome]

Dos a favor de usar engaño personal, pasamos a la sección 198.

198
—Detente, hermano—dices tratando de calmarlo—. He comprendido que sólo puede satisfacerte la verdad, y creo que es lo menos que mereces. Seré un poco más explícito en mi explicación.

Caramon se inmoviliza y declara:

—Eso ya está mejor. Me alegro de que hayas entrado en razón.
Ves que se relaja y cruza los brazos sobre el pecho, esperando que continúes. Te alejas unos pasos de él, a fin de interponer el tiempo y el espacio que necesitas para invo­car tu hechizo más persuasivo: el del engaño personal. «Lamento tener que hacerlo, Caramon —piensas—, pero es el único sistema que conozco para que colabores con­migo. Quizá sea una buena solución».

—Escucha con atención, hermano —dices en voz alta—. Voy a contarte lo que ocurrirá y cómo puedes ayudarme. —Mientras hablas, susurras entre dientes la fórmula má­gica: «Tan-tago Mushalah, tan-tago...»
Pasa al 177.

[Lasthome]

177
—¡Uf!

Antes de que completes la frase del hechizo, se abalan­zan sobre ti noventa quilos de guerrero y te arrojan al suelo. Cuando intentas recobrar el aliento, Caramon se planta sobre tu pecho, cubriéndote la boca con una mano y aplastándote los brazos con ambas rodillas. Te lanza una fulminante mirada, pero detectas en su voz la pesadumbre que tu acción le ha causado.

—¡Un hechizo! —exclama—. ¡Y contra mí! ¿Has olvi­dado quién ha luchado a tu lado durante todos estos me­ses? Deja que te diga una cosa, hermanito. No he pasado tanto tiempo cuidándote para permitir ahora que te intro­duzcas en las fauces de la muerte. Volveremos a casa en seguida y puedo asegurarte que mi decisión es inapelable.

Con una fuerza alimentada por la ira y el dolor, se pone en pie y te carga sobre su hombro.

—¡Caramon, eres un bravucón! —protestas encoleri­zado—. ¡Bájame ahora mismo! Tengo que ir a las torres. ¿No lo entiendes? Si no permites que me someta a la prueba, arruinarás mi vida entera. Te ordeno que me sueltes.
Tu hermano hace una breve pausa, y sus músculos pa­recen relajarse. Sin duda, está reflexionando sobre tus palabras. Despacio, empiezas a escabullirte de sus garras. Pasa al 30.

[Lasthome]

30
Cuando empiezas a liberarte, Caramon te sujeta con fir­meza por el cinto.

—No, Raist —dice—. No puedo permitir que lo hagas. Si te mataran, estaría perdido. ¡No lo consentiré!

Los minutos siguientes transcurren como en una pesa­dilla. Todos tus razonamientos, súplicas, improperios y protestas tropiezan con la decisión inflexible de tu her­mano, que te coloca atravesado sobre el caballo y te ata las manos y los pies bajo el vientre del equino. Tus lamen­tos resuenan en las montañas, pero todo es inútil. Cara­mon ha resuelto llevarte a casa, donde sufrirás más de lo que él puede imaginar. Tu intento de convertirte en uno de los grandes magos de tu tiempo ha tenido un final ig­nominioso. Fin.

Yo usaría el misil mágico.

Que os parece, intentamos esta opción?

[Brown]

Jesuuus... Y eso que siempre me cayó bien Caramon, pero nos ha aguado la fiesta totalmente... Vamos a meterle un misil mágico por el c...

[profesorinternet]

Vale, vamos a intentarlo

[Censor]

Si es lo que yo digo: ¿para qué sirve la magia si no es para solucionar las cosas violentamente?

[Lasthome]

127
—... ¡tobanis kar!

Dos refulgentes dardos blancos brotan de las puntas de tus dedos. Al instante surcan el aire en dirección a tu her­mano, que no tiene tiempo de esquivarlos. De todos modos tampoco los habría evitado, pues un misil mágico nunca falla.

Los fieros proyectiles se incrustan en el cuerpo de Cara­mon con pavorosa fuerza. Uno de ellos se clava en el centro de su armado pecho, mientras el otro se hunde en su hom­bro derecho. Le ves salir despedido, estrellándose contra el suelo, en un amasijo de carne y armadura.

Permaneces junto a tu caballo, lamentando haber tenido que utilizar tan poderosa fuerza contra tu propio her­mano. El infortunado Caramon actuaba pensando sólo en tu bien.

—Hermano —dices agobiado por los remordimientos—, debo penetrar en ese bosque. Es lo más importante que he hecho en toda mi vida. ¿Puedes comprenderlo?

Contemplas a tu hermano gemelo, que se incorpora apo­yándose en un codo. Está malherido, pero sus ojos te re­velan que no es el dolor físico lo que más le aflige. Clava en ti su mirada durante unos segundos y menea la cabeza, incapaz de creer que seas tú precisamente quien le ha ata­cado. Le cuesta respirar a causa del dolor que le aqueja, y tiene que apretar los dientes para controlarse antes de ha­blar. Pasa al 58.

[Lasthome]

58
—Lo único que tenías que hacer era explicármelo —dice con el rostro contraído y los dientes apretados—. Cuén­tame qué es lo que ocurre, por favor.

Te arrodillas junto a él. Sabes que le debes por lo menos una explicación parcial.

—De acuerdo —declaras—. Voy a exponerte la situa­ción. Ya sabes que me dispongo a enfrentarme a un gran reto para poner a prueba mis habilidades como mago Pues bien, este examen crucial se desarrollará en las To­rres de la Alta Brujería, y sólo accederé a ellas si me in­terno en este bosque. Por eso debo correr semejante riesgo es fundamental para mi futuro.

Abre mucho los ojos cuando mencionas las torres. Ha oído hablar de ellas en algunas historias locales, pero tie­nen fama de ser pura leyenda.

—Caramon —prosigues—, no es necesario que me acom­pañes. Debo someterme a la prueba en solitario. Pero me has sido de gran ayuda en el viaje, y me resulta penoso prescindir ahora de tu apoyo. En cualquier caso, eres libre de abandonarme si lo deseas.

Tu hermano se pone en pie y se aleja unos pasos de ti. Se detiene, de espaldas, inclinando la cabeza sobre su pecho al parecer, está deliberando. No tienes idea de cuál sera su decisión.

Pasados unos minutos levanta la cabeza y se vuelve ha­cia ti. Te sorprende ver la amplia sonrisa que cruza su rostro. Pasa al 182.

[Lasthome]

182
—De acuerdo, Raist —dice despacio Caramon—. Dejaré que prevalezca tu voluntad en este asunto. Si crees que debes entrar en el bosque, te acompañaré. Pero has de sa­ber que no me gusta. Supongo que si surgen problemas necesitarás que alguien te saque las castañas del fuego. —Se ríe de su propia ocurrencia y da media vuelta para preparar los caballos.
Respondes con voz queda, tratando de refrenar tus sen­timientos.

—Gracias, Caramon. Me causa una gran satisfacción sa­ber que puedo contar con tu ayuda.
Pero tus pensamientos bullen en una creciente ira. «¡Sa­carme las castañas del fuego! Puedo apañármelas solo, querido hermano, y la prueba lo demostrará de una vez por todas. Y aunque el examen ponga en peligro mi vida, no podrás hacer nada para ayudarme».

Caramon regresa con tu corcel, interrumpiendo tus ca­vilaciones.

—Vamonos, Raist. Cuanto antes acabemos, será mejor para todos.

Cuando te encaramas a tu montura, vuelves a mirar a tu hermano. Comprendes que, a pesar de tu resentimiento, le profesas un gran cariño.

Contemplas el bosque de Wayreth y te dices para tus adentros:

«Quizá me aguarde la muerte en esta espesura; y no sólo a mí, sino también a mi fornido hermano. No sé si quiero ser responsable de la muerte de Caramon además de la mía». Aunque parezca increíble, ahora que eres libre de inter­narte en el bosque te asaltan serias dudas sobre tu plan de acción.

Tira un dado y suma al resultado tus puntos de sereni­dad. Si el total es de 5 o más puntos, pasa al 36. Si es inferior a 5, pasa al 14.

Tirada nacionrolera.com :

+ 2 = 3 pasamos a la sección 14.

[Lasthome]

14

El temor a la muerte se adueña de tu pensamiento, des­truyendo por completo tu confianza. Al fin, detienes tu caballo.

—No —susurras—, no seguiremos adelante. Tienes ra­zón, Caramon, el camino de las torres no puede discurrir por este siniestro bosque. Debe existir otra ruta. Daremos un rodeo o rastrearemos otras pistas hasta encontrar nues­tro objetivo. Estoy seguro de que en tan diabólica espesura no hallaremos más que la muerte.



Sin previo aviso, ante tus perplejos ojos, el bosque em­pieza a desvanecerse; se diría que se ha disuelto en la nie­bla circundante. A los pocos minutos se extiende delante de vosotros un valle cubierto de hierba. El viento silba suavemente sobre la hierba, acariciándola.

De pronto una voz surge de la nada; no tardas en re­conocerla como la de Par-Salian, el gran maestro. Pasa al 210.

[Lasthome]

210
La voz incorpórea de Par-Salian parece hablar en los recovecos de tu mente, cargada de pesar.

—¿Miedo, Raistlin? ¿Vas a permitir que te domine tan fútil sentimiento? Es triste reconocerlo, pero creo que co­metimos un error. Pensamos que estabas preparado para enfrentarte a la prueba, y ahora comprendo que nos equi­vocamos. Aún tienes mucho que aprender. Así pues, ¡vete! Regresa a casa. Quizá en el futuro se te ofrezca la oportu­nidad de convertirte en el ser que vimos en ti. No nos bus­ques. Si llega el momento, nosotros daremos contigo. Por ahora no me resta más que decirte adiós.

La voz se interrumpe. Sólo oyes el quedo gemido del viento. Perplejo, contemplas el valle. «¿Es posible que todo haya terminado? —piensas—. ¿Sólo porque he sen­tido miedo? ¡No puede ser! Sin embargo, han desapare­cido las torres, el bosque y la prueba misma. He fracasado antes de empezar».

Tu corazón se hunde en la sima de la desesperación. No sólo has perdido la oportunidad de convertirte en un gran mago, sino que ahora tendrás que volver a la escuela y soportar las burlas de tus asociados. Ni siquiera miras a Caramon cuando tiras de las riendas de tu corcel para em­prender el retorno; no cesas de pensar en tu oscuro y de­salentador futuro. Tendrás que recluirte en la escuela para esperar, aprender y confiar en que algún día se te permita enfrentarte a la prueba. Fin.

Jur todavía no habéis muerto... pero tampoco habéis conseguido entrar a la torre. A mi me gusta el libro por la temática y me gustaría seguir. Empezamos de nuevo con un nuevo personaje y cambiáis la distribución de los puntos o preferís intentarlo otra vez con el mismo personaje?

[Censor]

¿Pero esto es como los libros del Reino de Zork, que hay un 50% de probabilidades de fracasar en cada elección?

¿Y si jugamos al de Guantelete? A mí es que la ambientación de Dragones y Mazmorras no me gusta.

[Brown]

Por mi parte me da lo mismo, aunque ciertamente el comienzo de este libro está siendo desesperante...

[profesorinternet]

Pues yo optaría por echar una nueva partida. Ya por lo menos sabemos algo del inicio, aunque si preferis jugar a otro pues adelante.