LA SOMBRA SOBRE RUANON (3ª Parte)

Si te atreves a ponerte en la piel de un Señor del Kai, si te crees capaz de desafiar a los Señores de la Oscuridad, o si deseas simplemete pasar un buen rato, entra y asume el riesgo... pero quedas advertido...
DRÁGALIN

LA SOMBRA SOBRE RUANON (3ª Parte)

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RESUMEN DE LA PRIMERA PARTE

La muerte de Lobo Gris fue la que dio inicio a todo. El Gran Maestro del Kai moría por causa de una letal y fulminante enfermedad en la ciudad de Ruanon, donde era uno de los consejeros privados del Barón Derek Vanalund.

El Gran Maestre del Kai, el superior de la Orden, llamó a los más jóvenes Señores del Kai recién nombrados: Cuervo Vigía, Dragón Carmesí, Gato Alado y Gavilán Temerario. Y les encomendó la misión de averiguar las causas exactas de la muerte de Lobo Gris. Para ello, viajarian a Ruanon, donde se instalarian con la excusa de que uno de ellos sería el sustituto del recientemente fallecido Maestro en el Consejo Privado del Barón.

De esta manera llegaron a la opulenta Ruanon, capital del comercio y de los minerales preciosos, y a la residencia del Barón, la fortaleza conocida como La Mano, en pleno centro de la ciudad. Alli se hizo cargo de ellos el Mayordomo de la Fortaleza, Roanan, y conocieron al jefe de la guardia de Palacio, Weyland Thorne.
Esa misma noche velaron el cadaver de Lobo Gris, mientras los dos sacerdotes de Kai que les acompañaron en el trayecto preparaban el cuerpo para el viaje que lo llevaría a reposar en la cripta del Monasterio del Kai. Las primeras sospechas comenzaron al ver los extraños síntomas que presentaba el fallecido. ¿Envenenamiento? Además, la inseparable capa verde que todo Señor del Kai lleva consigo había desaparecido...

Al día siguiente, mientras el cuerpo de Lobo Gris viajaba hacia el Monasterio, tuvieron la oportunidad de conocer mejor la Fortaleza de La Mano y la ciudad del Ruanon, a medida que tenían un primer contacto con los principales protagonistas de esta historia durante el banquete que se celebraba en su honor.

La Familia Vanalund: Derek Vanalund, Barón de Ruanon; su hijo Aladar, heredero de la Baronía; su hija Irina, sacerdotisa de Ishir; y Dan, el hijo menor, estudiante para aprendiz en la Hermandad de la Estrella de Cristal.

La Guardia Personal de Baron (tambien conocida como la Guardia Roja por el color de sus armaduras; los mejores caballeros de la Baronía cuya misión es proteger al Barón y a su familia) : Sir Alistair Grey, Primera Espada de Ruanon y comadandante de la Guardia Roja; Sir Brendan Furia y Sir Tydon Anskar, un gigante encapuchado que también oficia como verdugo de la Baronía.

El Consejo Privado del Barón: El Maestro Dragair, consejero principal y Mago de la Hermandad de la Estrella de Cristal de Torán; el Maestre Clian, Sanador y Tutor de la Casa de Ruanon; Sir Jester Crow, Capitán de los Caballeros de Ruanon; el Hermano Luanus, Sacerdote Primado de Ishir y Courtland Tiddar, representante del Gremio de Comerciantes.

En ese mismo banquete de bienvenida conocieron al joven Ingeniero Jefe de las Minas de Ruanon, Radan Marr, y también oyeron por pimera vez hablar del Fantasma. Al parecer los sirvientes de La Mano murmuraban sobre que el espectro de Lobo Gris vagaba por la fortaleza de noche, inconfundible debido a su capa del Kai. Parecían ser simples chismorreos...

Pero las complicaciones no tardaron en llegar, y esa misma noche, cuando Cuervo Vigía recibió una nota en su habitación que le pedía acudir a una reunión para recibir información sobre Lobo Gris. Se trataba de una trampa, claro, cuando unos matones aparecieron que el Señor del Kai derrotó sin muchas dificultades. Pero no pudo descubrir nada ya que al único que quedó vivo lo mató el Fantasma.
Fuera quien fuera, iba ataviado con la capa del difunto Maestro del Kai y portaba una extraña ballesta de doble rail, y desapareció sin dejar rastro, dejando a Cuervo Vigía con la sensación de que le estaban sometiendo a una prueba...

El nuevo día trajo sorpresas de todo tipo. Esa mañana, los Señores del Kai salieron de La Mano para visitar la populosa ciudad. En la Catedral de Ishir hablaron con uno de los mas importantes eclesiasticos de Ruanon, Sacerdote Primado de Ishir, el hermano Luanus, que les habló de que a Lobo Gris se le veía muy a menudo por la Catedral. Dragón Carmesí habló en privado con Irina Vanalund, la cual le confesó que la principal autoridad eclesiastica de Ruanon, la anciana Suma sacerdotisa de Ishir, Dayia Vanalund, hermana del Barón, se encontraba en un delicadísimo estado de salud.

Esa mañana también visitaron el popular mercado de la ciudad, el más importante de todo Sommerlund. Y en la armería de un maestro ballestero llamado Gunther Sparrow les confirmó que él había sido el creador de la ballesta doble que portaba el Fantasma. Dicha ballesta fue un trabajo encargado por el mismo Lobo Gris hacía años como regalo para alguien...

Pero el mayor impacto llegó al volver de nuevo a La Mano, donde descubrieron lo que ocultaba la cima de la Torre de la Guardia: una celda mágica que aprisionaba a un Helghast de Helgedad.
El Barón les contó la historia de cómo ese Helghast trató de asesinarle hace cinco años y de cómo fue detenido por Maestro Dragair y Lobo Gris (que perdió un ojo en la lucha). El Helghast fue reducido y encerrado para poder estudiar con detalle los poderes y debilidades de dichas criaturas.

Al visitar a dicha criatura conocieron a su carcelero, un guardia llamado Hansen, que poseía capacidades de Defensa Psíquica y había sido entrenado por Lobo Gris para servir como barrera psíquica para los poderes del Helghast.
Pero no estaban preparados para lo que les reveló el servidor de los Señores de la Oscuridad: El veneno que había matado al Maestro del Kai.
Cuando fueron a consultarlo en la Gran Biblioteca, resultó que los síntomas causados por dicho veneno correspondían por los sufridos por Lobo Gris. Aparentemente, el Helghast les estaba diciendo la verdad.

Y esa misma noche, bajo una tormenta de agua impresionante, volvió a aparecer el Fantasma. Los Señores del Kai lo persiguieron por los tejados de La Mano, aunque se les volvió a escapar a través de un pasadizo secreto en las murallas... que decidieron explorar por la mañana, en privado.

Pero esa mañana trajo a la unidad de arcabuceros de Ruanon, una unidad de élite especializada en las armas de fuego propias de los enanos de Bor, capitaneada por Brandon Furia, hermano gemelo del Guardia Rojo. El Barón, debido a los incidentes causados por el Fantasma, había dado la autoridad a Furia para encargarse de la seguridad de La Mano. A partir de ese momento, los arcabuceros debían ser obedecidos por Weyland Thorne y todos los guardias de Palacio.

Presintiendo algo sospechoso, los Señores del Kai aceleraron sus investigaciones. Por una parte el Helghast seguía proporcionandoles información. Según él, los enemigos a enfrentarse eran cuatro encapuchados, que se reunían en la misma Fortaleza. Las indicaciones de la criatura los llevaron a una salida secreta de La Mano ¿sería verdad lo que les contaba el servidor de los Señores de la Oscuridad?

Por otro lado, el pasaje utilizado por el Fantasma en su huida resultó ser una entrada oculta en el exterior de la muralla, que llevaba a la Torre del Barón y también a otro acceso exterior fuera de La Mano. A través de esos pasadizos también se podía espiar la Sala de Audiencias, y pudieron presenciar una reunión del Consejo Privado del Barón donde se enteraron de algo sorprendente. Al parecer se habían estado llevando negociaciones secretas entre Ruanon y Holmgard, que habían desembocado en el proximo enlace matrimonial de su heredero, Aladar Vanalund, con la princesa Diana, hija primogénita del Rey de Sommerlund, Ragnar I. Dicho matrimonio era sin duda todo un acierto para el Barón, ya que uniría el linaje de Ulnar al de los Vanalund.

Sin embargo, fue la ultima información del Helghast la que hizo decidir a los Señores del Kai que había que salir de Ruanon. Se trataba del refugio secreto de Lobo Gris, situado en el Bosque de Espinas, al pie de las Durncrag. Si había un lugar donde el maestro del Kai guardara información sería allí. Y esa misma tarde salieron de La Mano sin despedirse, aunque antes hicieron una visita al Mercado Central, a una comerciante vassagonia llamada Elessa, que fue la que proporcionó (sin saber su propósito) el veneno que mató a Lobo Gris. Lamentablemente, ella no sabía quién fue el comprador del veneno, sólo que se trataba de un encapuchado...

Tras cabalgar toda la noche, llegaron al Bosque de Espinas, conocido por ese nombre debido a la zarza gigante que lo inundaba. Atravesaron esa espesa maraña para llegar a su interior, donde se enfrentaron primero a las mortales trampas con las que el Maestro del Kai había plagado la zona y luego con sus guardianes, una manada de lobos demoniacos. En el camino encontraron cadáveres de Caballeros de Sommelund, que al parecer no hacía mucho también habían tratado de llegar al refugio de Lobo Gris. La cosa se complicaba...

En la pequeña cabaña que fue el refugio del Maestro, descubrieron dos objetos. Un colgante que tenía el retrato de una mujer, Dayia. Sin duda, se trataba de Dayia Vanalund, la Suma Sacedotisa de Ruanon. ¿Qué relación había habido entre Lobo Gris y ella?
El otro objeto era un libro sobre linajes nobles de Sommerlund, que el Maestro se había llevado de la Biblioteca de Ruanon diez años atrás. En el libro se habían arrancado las páginas que hacían referencia a la familia Vanalund...

Era hora de volver a Ruanon, a completar las respuestas que faltaban. Pero en el camino de vuelta, fueron interceptados por guerreros de un clan de montañeses de las Durncrag. Los bandidos sabían exactamente donde encontrarlos, no había sido una casualidad. Los Señores del Kai se enfrentaron a estos jinetes que los superaban ampliamente en número y les vencieron tras una dura lucha.
Las respuestas que arrancaron a los prisioneros aumentaron sus preocupaciones. Los salvajes montañeses obedecían las ordenes de un caballero de Ruanon...

La vuelta a la ciudad les trajo la noticia de la muerte de la Suma Sacerdotisa. Toda la ciudad estaba de luto y preparando los funerales de la mayor autoridad eclesiastica de Ruanon. Ya no podrían preguntarle a ella sobre su relación con Lobo Gris.

Y esa noche, se internaron a traves de una entrada secreta en La Mano. Su objetivo era la Biblioteca, ya que puede que allí obtuvieran el original del libro que poseía el Maestro del Kai y por tanto, las páginas que faltaban...
Pero en la biblioteca a quien encontraron fue al Maestro Dragair...

El mago percibió a los Señores del Kai en la biblioteca, despues de todo, esa era su plaza fuerte, y decidió que ya era hora de deshacerse de ellos. Las sospechas quedaban por fin confirmadas, una conspiración de grandes proporciones se estaba fraguando en Ruanon, y el Maestro Dragair era uno de los que se encontraban detrás de ella.

Para sorpresa de todos, uniendose a los personajes contra Dragair, apareció el Fantasma, que resultó no ser otra que Irina Vanalund. La joven, adiestrada en secreto por Lobo Gris desde niña, descubrió de alguna manera los planes del Mago y había tratado de asesinarlo desde entonces. Si no había actuado abiertamente era debido a una promesa echa a su tía, Dayia Vanalund, pero al morir ella podía quitarse la mascara y llevar a cabo su venganza.

Esa noche, en la Biblioteca, tuvo lugar el enfrentamiento entre el poderoso mago y los Señores del kai, que lograron abatirle con gran esfuerzo, aunque al precio de la vida de Irina, que fue víctima de la magia de Dragair.

Tras el combate, y con los Señores el Kai heridos, entraron en la Biblioteca los arcabuceros y la guardia del palacio, que al ver la terrible escena llevaron a nuestros protagonistas detenidos a las mazmorras de La Mano.
DRÁGALIN

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RESUMEN DE LA SEGUNDA PARTE

Después del enfrentamiento con el Maestro Dragair, los Señores del Kai fueron encerrados en las celdas negras de La Mano, unas mazmorras de confinamiento de donde no había huida posible.
Pero no tuvieron que huir, ya que fue el exjefe de la Guardia de Palacio, Weyland Thorne, quien los liberó, contraviniendo las ordenes del capitán de arcabuceros Brandon Furia.
La razón por la que ayudó a los personajes era muy grave: El Helghast confinado en lo alto de la Torre de la Guardia había escapado tras asesinar a su carcelero, el guardia Hansen. Weyland pidió ayuda a los Señores del Kai, ya que ellos eran su única oportunidad de detener al Helghast, que tenía como objetivo la eliminación de la familia Vanalund.

A la salida de las celdas negras se encontraron con Brandon Furia y sus hombres, pero lograron convencer al capitán de los arcabuceros que su ayuda sería esencial para detener a la criatura, por lo que Furia accedio a mantenerlos fuera de sus celdas mientras el Helghast siguiera libre.
Mientras se dirigían a la Torre del Barón, los Señores del Kai llegaron a la conclusión de que la fuga del Helghast no era una casualidad y que estaba relacionada con la muerte del Maestro Dragair, cuya energía mágica era la que sustentaba los conjuros que mantenían cautiva a la criatura. El Helghast les había ayudado con información que les llevó directamente contra el Mago a propósito. Quería que los Señores del Kai lo mataran para poder liberarse cuando sus conjuros se debilitasen tras su muerte.
Esto significaba que la liberación de la criatura era en parte responsabilidad suya.

Cuando llegaron a la Torre del Barón, custodiada por sir Alistair, descubrieron que el Helghast ya había atacado, causando muchos heridos, aunque había sido rechazado. También comprobaron que el único miembro de la familia Vanalund que no estaba en la Torre, el Heredero Aladar Vanalund, había sido asesinado. Tras seguir la pista del Helghast y rechazar otro ataque en el que la criatura se hizo pasar por otra víctima (el Maestre Clian, Sanador de La Mano), los Señores del Kai entraron en la Torre para dar la noticia de la muerte de su hijo al Barón. Allí descubrieron también que Irina Vanalund no había muerto, sino que estaba sumida en una especie de coma profundo.
Pero el enfrentamiento con el Helghast aun estaba por producirse. Por pasadizos secretos, la criatura había penetrado en la Torre y había bajado el rastrillo metálico de la entrada, evitando que nadie del exterior pudiera entrar, con lo que los Señores del Kai se conviertieron en la última defensa del Barón y su familia.
En la enorme Sala de Audiencias, el Helghast y los Señores del Kai se enfrentaron por última vez, y aunque el servidor de los Señores de la Oscuridad era extraordinariamente poderoso, cuatro Señores del Kai eran más de lo que podían sus posibilidades.
Cuando la criatura fue destruida, un grito en las habitaciones del Barón hizo que los Señores del Kai se preguntaran qué había pasado. La respuesta era que el Helghast se había enfrentado a ellos para entretenerlos, ya que previamente había embrujado a sir Alistair para que llegase hasta la familia Vanalund y los asesinase.
Afortunadamente, cuando llegaron, los Señores del Kai comprobaron que el Barón había matado en combate a sir Alistair, a pesar de que este se suponía que era el mejor espadachín de Ruanon.
Así terminó la Noche del Helghast.

A pesar de haber salvado al Barón y su familia, los Señores del Kai sabían que si permitían que los volvieran a encarlerar jamás descubrirían lo que estaba ocurriendo, por lo que huyeron de La Mano, usando el mismo pasadizo que el Helghast había utilizado para entrar. Weyland Thorne les habló de alguien que podría ayudarlos, un tal Lucius, pero prefirió quedarse en La Mano en lugar de acompañarlos.
Los Señores del Kai hicieron bien por que la fortaleza pasó a estar bajo el control de los Caballeros de Ruanon, con sir Jester Crow a la cabeza. El desdichado Weyland fue detenido y ejecutado al día sighuiente por los mismos hermanos Furia.

De nuevo en la ciudad, y siendo ahora prófugos, contactaron con Lucius, que resultó ser Lucius Thorne, el anciano padre de Weyland. Hace muchos años, Lucius había sido el Comandante de los Caballeros en Ruanon, antes de que una serie de acontecimientos nefastos (preparados por uno de sus jóvenes oficiales, Jester Crow) le hiciran caer en desgracia. Sometido a juicio por crímenes que no había cometido, fue condenado a destierro de Sommerlund bajo pena de muerte. Sin embargo, a los pocos años, volvió a Ruanon de incognito para descubrir la verdad y vengarse de aquellos que habían destruido su vida. El único que supo de su regreso fue su hijo, pero éste rompió todos los lazos con él, ya que lo creía responsable de esos crímenes.
En la casa del Barrio Viejo donde tenía su base, Lucius presentó a los Señores del Kai a sus seguidores: Tresmond de Lof, un bardo durenés que hasta hacía poco actuaba como el espía del anciano en La Mano. Y Will, un escuridizo ladronzuelo de doce años, jefe de una banda de niños callejeros que eran los ojos y oidos de Lucius en la ciudad.

Lucius les explicó todo lo que había averiguado durante muchos años de recopilar información: Una Conspiración se estaba formando en Ruanon, y su objetivo era independizar la Baronía de Sommerlund y establecerse como estado independiente.
La Baronía era un gran premio, y quien la controlara sería inmensamente rico si no tenía que compartir sus minerales preciosos con el resto de Somerlund.
Para ello, habían unido sus fuerzas los estamentos más poderosos de Ruanon. Por una parte, el poder militar, con el Comandante Jester Crow y sus ejércitos de Caballeros. Por otra el poder religioso, con el Hermano Luanus como próximo Sumo Sacerdote ahora que la Sacerdotisa Dayia había fallecido. Y por otra, el poder económico, con Lady Ekaterina Tiddar, Maestre del Gremio de Comerciantes y una de las personas más ricas de Sommerlund. Dirigiendo todo esto, el Mago renegado Dragair, recientemente muerto en combate contra nuestros protagonistas.
Durante años, estos Conspiradores habían estado preparando el terreno para su plan, acumulando poder, consiguiendo aliados, eliminando a quienes se interponían en sus planes, manipulando a las gentes de la Baronía.
Para Lucius Thorne, el Maestro del Kai Lobo Gris empezó a investigarlos y eso le llevó a la muerte.

Pero una nueva y terrible noticia le llegaría a Lucius esa misma noche. Una notica que significaba que la Conspiración iba a actuar por fin : Los ejércitos de los caballeros de Ruanon estaban cerrando las fronteras de la Baronía. Se preparaban para la guerra...

Esto obligaba a Lucius a adelantar sus planes al siguiente día, planes que ahora, con la ayuda de los Señores del Kai, tenían alguna posibilidad de ser realizados.
Por una parte, Dragón y Gavilán tratarían de secuestrar al Comandante de los Caballeros, Jester Crow, cuando se dirigiera con su escolta a asistir al funeral de la Suma Sacerdotisa.
Por otro, Cuervo y Gato se infiltrarían en el Acuartelamiento de los caballeros, en concreto a la fortaleza-prisión, para liberar a los caballeros leales al mando del Capitán Duvall, que cumplían condena al haberse opuesto a los planes de los conspiradores.

Fueron dos misiones duras y llenas de dificultades, pero la pericia de los Señores del Kai consiguió que, al caer la tarde, dispusieran de una veintena de caballeros leales al mando de Duvall, y que sir Jester Crow se hallara en su poder.

Fue durante el interrogatorio a Crow cuando descubrieron hasta dónde llegaban los planes de los Conspiradores. No sólo se habían preparado para enfrentarse a Sommerlund, sino que tenían como rehenes al rey Ragnar I y a su hija, la princesa Diana, que acababan de llegar hoy a Ruanon en un viaje de incógnito.
Efectivamente, en un plan meticulosamente preparado por Dragair, se había orquestado una boda entre el Herdero de Ruanon, Aladar Vanalund, y la hija primogénita del rey de Sommerlund, y para formalizarla y para que se conocieran los novios se había organizado un viaje en secreto a la Baronía. Pero todo esto no era más que un truco para atraer hasta aquí al rey y a su hija, para ser usados como rehenes para las exigencias de los conspiradores ante Sommerlund.
En estos momentos, ambos se encontraban cautivos en La Mano, que había sido tomada por los caballeros de Ruanon y el cuerpo de arcabuceros.

En las siguientes horas, los Señores del Kai prepararon un plan. Mientras los caballeros de Duvall y la banda de ladronzuelos de Will creaban tumultos en las calles de la ciudad, los Señores del Kai, acompañados de Lucius, Tresmond y Will entrarían en la fortaleza para liberar al rey y a su hija. Simple, pero efectivo.
Esa misma, noche, mientras comenzaba el alboroto en la ciudad de Ruanon, nuestros protagonistas se infiltraban de nuevo en La Mano, donde se encontrarían de golpe a alguien inesperado: la comerciante vassagonia llamada Elessa.

En realidad, la mujer llamada Elessa no era una comerciante de artículos exóticos, o al menos, esa no era su “profesión” real. De hecho, era una asesina a sueldo, una de las más peligrosas y profesionales de toda Vassagonia. Había sido llamada a Ruanon bajo contrato de Ekaterina Tiddar (era el as que la Maestre del Gremio de Comerciantes se guardaba en la manga), y ella le había encargado la eliminación de los Señores del Kai. Por suerte para ellos, descubrió que la Conspiración de Ruanon había secuestrado al rey de Sommerlund, y ella, no queriendo ser complice de esto (una de sus reglas era no meterse en política) dio por cancelado el contrato, ayundando a los Señores del kai en la liberación del monarca.

Con el refuerzo de Elessa y perseguidos por sus enemigos, que se habían dado cuenta de su presencia, el grupo se dividió en dos. Uno de los grupos logró la hazaña de liberar a los guardias de La Mano, (que habían sido detenidos por los caballeros) armarlos y contar con su ayuda para recuperar la fortaleza. Los otros encontraron a Irina Vanalund y recibieron a su vez su ayuda contra sus enemigos.
La Batalla final tuvo lugar en el patio ante la Torre del barón, donde las dos fuerzas se enfrentaron en un terrible combate.
Varios de los enemigos principales fueron derrotados, como el Hermano Luanus, Brandon y Brendan Furia, y Tydon Anskar. Pero en contrapartida, hubo pérdidas irreparables, como las del Señor del Kai Gato Alado y Lucius Thorne.

Al terminar la noche, la batalla se había decantado del lado de nuestros protagonistas, y por fin pudieron entrar en la Torre donde custodiaban a los rehenes, pero aun quedaban desagradables sorpresas por descubrir.
Aunque allí estaban, efectivamente, el hermano de Irina, Dan, y el rey Ragnar, no había rastro del Barón Derek Vanalund ni de la princesa Diana. Y lo que les dijo el rey junto con lo descubierto en un antiguo libro de lianjes que Dan tenía en su poder les hizo comprender la verdad: Que quien ellos pensaban que era el Barón de Ruanon era en realidad el hermano gemelo de éste, Alexander Vanalund, también conocido como Lobo Gris.
El Maestro del Magnakai Lobo Gris era quien se encontraba detrás de todo, de la conspiración, de los asesinatos, y por último, del secuestro de la hija del rey.
Ragnar I les dijo que Lobo Gris quería parlamentar con ellos, ese mismo día, a la caida del Sol, en la ciudad en ruinas de Maaken, junto al Abismo Maldito, y los señores del Kai no tardaron en ponerse en camino para llegar a tiempo a la cita.

Esa noche, en la ciudad derruida, Lobo Gris los estaba esperando. Y les reveló la terrible verdad...


(Recomiendo la lectura de los últimos tres posts de la segunda parte de La Sombra sobre Ruanon. Mucho mejor que cualquier resumen...)
DRÁGALIN

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El Sol se pone en horizonte. Desde la cúspide de la Torre Vigía, la más alta de las torres de La Mano, los Señores del Kai Cuervo Vigía, Dragón Carmesí y Gavilán Temerario, junto con Elessa, la asesina vassagonia, observan la impresionante estampa del ocaso. Es una visión magnífica, y tratan de mantenerla en la memoria como si fuera la última vez que fueran a ver el Sol... porque puede que lo sea...

Ayer mismo regresaban a la ciudad de Ruanon tras su encuentro con Lobo Gris en la ciudad en ruinas de Maaken. Ayer recibieron su ultimatum y supieron de la terrible maldad que el Maestro del Kai había liberado en Magnamund. Ayer no había esperanza.
Hoy sí que la hay. Aunque sea tan débil como el último rayo de luz de la puesta de Sol, están dispuestos a arriesgar la vida por esa esperanza. Es lo único que les queda.

El Sol termina de ponerse al fin y Ruanon comienza a sumergirse en la oscuridad. Un frío viento agita las capas de los Señores del Kai y las sedas de la vassagonia. Sin siquera decir una palabra, descienden por las escaleras de piedra de la Torre hasta las habitaciones del fallecido Maestre Clian, donde también están las pajareras de los cuervos mensajeros, vacías ahora porque todos han sido enviados esta mañana.
Les están esperando: El Rey de Sommerlund, Ragnar I; Irina Vanalund y su hermano Dan, Heredero de la Baronía; Duvall, el Comandante de los caballeros; Roanan, el Mayordomo de La Mano y el Jefe de los Ingenieros de Minas de Ruanon, Radan Marr.
Todos ellos se encuentran alrededor de una mesa, iluminada con candelabros, en la que se extienden numerosos mapas, leajos de papeles y notas, además pluma y tinta junto a las bandejas de una cena improvisada.
Una vez reunidos, empiezan a discutir los últimos detalles...
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Fortaleza de La Mano / Ciudad de Ruanon


Cuando regresásteis ayer al amanecer, las noticias que traiais para el Rey no podían ser peores. Su hija había muerto. Y, por increible que pareciera, Lobo Gris, el venerado Maestro del Kai era el responsable de ello.
Pero algo más terrible había sucedido. El ejército de Lord Vashna, derrotado hace más de mil años en la Garganta de Maaken, había vuelto al mundo y ahora seguía a Lobo Gris. Un ejército de decenas de miles de espectros, un ejército imparable, un ejército imbatible.
No lo creisteis hasta que lo visteis con vuestros propios ojos.


El mensaje de Lobo Gris estaba claro, os daba tres días (eso es hasta pasado mañana) para obtener una respuesta por parte del Rey de Sommerlund, de la Orden del Kai y de la Hermandad de la Estrella de Cristal.
El Maestro del Kai se disponía a emprender una cruzada contra los Señores de la Oscuridad de Helgedad, y su ofrecimiento estaba claro: “Uníos a mí, o pereced”. Estaba dispuesto a acabar con Sommerlund si se le oponían... y tiene el poder de hacerlo.


Cuervos mensajeros salieron desde Ruanon hacia todos los rincones de Sommerlund con las terribles nuevas. Había que organizarse para enfrentarse a esta nueva amenaza.
¿Y unirse a Lobo Gris? ¡Jamás! Fue la respuesta del rey Ragnar. ¿Acaso era mejor ahora Lobo Gris que los propios Señores de la Oscuridad? Puede que al principio las intenciones del viejo Maestro fueran buenas, pero ahora se habían corrompido y tergiversado. Posiblemente, se hubiera convertido en una amenaza mayor que la que siempre habían representado los Señores Oscuros...


La desesperanza hizo mella en vuestros corazones. Os sentíais impotentes e inútiles, sólo con la posibilidad de esperar a que la sombra cayera sobre Ruanon, cuando de pronto, algo os sacó de vuestra desesperación... el inocente comentario de un niño.
Fue Dan, que no había abierto la boca desde que explicásteis vuestro encuentro con Lobo Gris el que lo expuso claramente:


¿Si Lobo Gris no era un hechicero, cómo pudo realizar el ritual del que hablaba?

La respuesta era obvia: El ritual fue cosa del Maestro Dragair. Inmediatamene os dirigísteis al laboratorio del difunto hechicero y pasásteis las siguientes horas registrándolo en busca de alguna pista. Por suerte para vosotros, los hechizos de protección que custodiaban sus habitaciones se habían ido disipando tras su muerte y no tuvísteis problemas para entrar y campar a vuestras anchas.
Ayudados por Dan, que era alumno del Mago, revisásteis gran cantidad de pergaminos, volúmenes y legajos. Fue Elessa quien dio con unas notas manuscritas de Dragair a pie de página que os guiaron en la dirección correcta:


Cuando la luna brille sobre el templo,
un sacrificio pondrá fin al sueño
de las legiones de un señor ya olvidado.
Cuando sobre el altar muera una rubia doncella
de estirpe real,
los muertos del precipicio de Maaken despertarán
para reclamar la recompensa que tanto han esperado.


El problema del Ritual reside en que no sólo traerá al plano material a las legiones de Vashna, sino al mismo Lord Oscuro. Hemos de encontrar la manera de llevarlo a cabo casi en su totalidad, de manera que podamos traer a su ejército sin su general al frente. De este modo, las legiones espectrales seguirán al que realice dicho rito.

¿Cómo lo logró el Maestro Dragair? ¿Cómo encontró una manera de realizar el ritual que se basaba en sacrificar a la hija del Rey sin que ello significase el retorno de Vashna?
La respuesta la encontrásteis unas horas más tarde, al estudiar las notas de uno de los extraños experimentos del laboratorio del Mago.
Sobre una de las grandes mesas había una urna de cristal transparente iluminada con una luz blanca. En su interior, una rata flotaba, aparentemente muerta ya que un clavo de acero la atravesaba de parte a parte, con gotas esféricas de sangre moviéndose a su alrededor.
Las notas junto a la urna decían lo siguiente:


El experimento ha resultado un completo éxito en su objetivo: Congelar la muerte. Dentro de la urna la rata se encuentra en un estado de animación suspendida. Su cuerpo muerto se mantiene congelado, mientras que su alma queda retenida dentro de la urna.
Esto podría significar la solución a nuestro problema, aunque sugiero probarlo antes de llevar a cabo el Ritual con algún sujeto humano.


¿Podría ser esto lo que han hecho con la princesa Diana? Al dejarla en este estado podrían haber completado el Ritual casi en su totalidad, de manera que los ejércitos espectrales retornaran, pero no su Señor Vashna...
Estáis convencidos de estar en lo cierto.

Pero quedaba un último detalle: Si vuestras suposiciones eran ciertas, ¿seriais capaces de devolver la vida a la muchacha?
Decidísteis probarlo con la rata del experimento.
Dragón, el más experto en la disciplina de Curación, fue el que lo hizo. Abrió la urna y cogió al animal, extrayéndole la aguja de acero que lo atravesaba. Después se concentró... y a los pocos segundos ¡la rata revivía entre sus manos!
Una nueva esperanza renació en vosotros: Si fuerais capaces de llegar hasta donde se encuentra la princesa Diana ¡podriais devolverla a la vida! Y no sólo eso, sino que al hacerlo ¡el ritual fallaría al no estar completo y las legiones de Vashna volverían a su eterno sueño!
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Fortaleza de La Mano / Ciudad de Ruanon


Esta noche en Ruanon todo parece tranquilo, pero se trata de una falsa tranquilidad. A pesar de que los Conspiradores fueron derrotados (con la excepción de Lady Ekaterina Tiddar, que ha huido de la ciudad con su séquito), el peligro real está en el sur, en la ciudad en ruinas de Maaken, donde un ejército como no se ha visto en milenios prepara su marcha.
Pasado mañana, ese ejército comenzará a moverse... en dirección a esta ciudad, con lo que el tiempo se os escapa de las manos. No podeis contar con la ayuda de la Orden del Kai, ni de los Magos de Torán, ni de los ejércitos de Sommerlund. Aunque han sido puestos sobre aviso, jamás llegarán a tiempo antes de que Lobo Gris se ponga en marcha.
Todo depende nuevamente de vosotros.

Si lo que habéis descubierto es cierto, aun queda una oportunidad. Pero hay que moverse rápido, ya que está claro que una vez que el ejército de Lobo Gris se ponga en marcha, el féretro de Diana se moverá con él, y será imposible llegar hasta él. Si vais a actuar debe ser ahora, antes de que perdais vuestra única posibilidad.
¿Pero cómo entrar en Maaken?

No es tarea fácil. Por tierra, los ejércitos de Vashna la ocupan por completo, desbordándola; por aire, miles de Kraans espectrales vigilan kilómetros a la redonda...
Sólo queda otra opción, y es por eso por lo que habéis mandado llamar a Radan Marr, el Jefe de Ingenieros de las Minas de Maaken.
El joven ingeniero confirmó la posibilidad que le presentásteis. Sí, teóricamente era posible llegar hasta el Abismo Maldito y la ciudad en ruinas a través de las Minas de Maaken. Hay un sistema de cavernas naturales que conectan toda la zona, aunque, y esto os lo recalca Radan, esas rutas no están trazadas y se trata de un viaje muy peligroso. A pesar de ello, pondría a disposición vuestra a sus mejores exploradores.

Este es el plan: Llegar hasta la ciudad de Maaken a través de una ruta bajo tierra a través de las Minas. Una vez en la ciudad, buscar el lugar donde repose la princesa Diana y resucitarla, lo que mandará a los ejércitos espectrales de nuevo al infierno del que vinieron. Simple y efectivo. Y el único que tenéis.


No queda mucho tiempo ya, se están ensillando vuestras monturas para dirigiros a la entrada de las Minas de Maaken en compañía de Radan Marr y una escolta de guardias.
El Comandante Duvall os espera en el patio principal de La Mano, y os saluda con una inclinación de cabeza.


Vuestras monturas estarán listas en breve. Os anuncia. Pero antes de partir debéis saber que todos nuestros recursos están a su disposición. Se me ha ordenado que os proporcione cualquier cosa que precisen para el peligroso viaje que van a emprender.
Diganme, ¿qué necesitan?
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Fortaleza de La Mano / Ciudad de Ruanon


Una vez equipados para el viaje, subís a vuestras monturas y os unís al grupo de jinetes formado por Radan Marr, el Comandante Duvall y el grupo de guardias que os escoltarán hasta las Minas de Maaken.

A punto de salir de la fortaleza de La Mano por el ancho puente levadizo que han bajado ante vosotros, os detenéis ante el grupo que se ha acercado para despediros.

Irina trata de disimular su tristeza al deciros adios. Sabeis bien que lo que hubiera deseado es acompañaros en este viaje, pero como muy bien os recordó el Mayordomo Roanan, ahora que su hermano pequeño Dan es el Heredero de Ruanon, ella ha pasado a ser la máxima autoridad de la Baronía (hasta que Dan sea mayor de edad y se convierta en el nuevo Barón), por lo que no puede arriesgar su vida en un viaje tan peligroso como el que estáis a punto de emprender.


Pase lo que pase... sobrevivid. Dice la muchacha con los ojos anegados en lágrimas mientras aprieta la mano de su hermano pequeño, que os mira con esperanza pero guardando un angustioso silencio. Ambos se retiran unos pasos para dejar paso al rey.

No podéis evitar que se os haga un nudo en la garganta al ver la mirada de vuestro monarca. Ragnar no es sólo un hombre con una presencia majestuosa, descendiente de un linaje legendario y uno de los símbolos de Sommerlund.
También es un padre que ha perdido a su hija.


Se que no me defraudaréis. Buena suerte.

Sin mirar atrás, galopáis fuera de la fortaleza, fuera de la ciudad. Intentáis no pensar demasiado en el hecho de que, si no tenéis éxito en vuestra misión, dentro de dos días, toda esta ciudad, y todos aquellos que en ella habitan... morirán.
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Minas de Maaken


¡Estáis completamente locos!

Quien os dice esto completamente indignado es Bernem, un enano de Bor que os llega por la cintura pero musculoso como un toro. Una barba rojiza le cubre el poderoso mentón y lleva el pelo recogido hacia atrás en un complicado sistema de trenzas.

El joven Radan Marr suspira mientras muestra al enano varios pergaminos con intrincados mapas subterráneos dibujados en ellos.


Pero teóricamente es posible ¿verdad?

El enano refunfuña algo entre dientes mientras vuelve a echar un vistazo a lo que le muestra el Jefe de Ingenieros.

Os encontráis en las Minas de Maaken, en concreto en un edificio que es la antesala de dichas minas. Se trata de prácticamente una ciudad industrial en sí misma a unos kilómetros de Ruanon. Grandes edificaciones de madera y piedra se levantan por doquier, lugares donde se trabaja en lo que se extrae del subsuelo de la Baronía, en un largo proceso que culmina en los materiales preciosos que han hecho rica a esta tierra. También es el hogar de cientos de familias mineras que trabajan aquí en una tradición de generaciones.

La división de caballeros que custodiaba estas minas estaba bajo ordenes directas del difunto sir Jester Crow. Pero una vez caida la Conspiración de Ruanon, los oficiales han sido arrestados por los hombres del Comandante Duvall sin oponer resistencia, mientras que los caballeros rasos han aceptado la autoridad del Heredero de la Baronía, Dan Vanalund, y están de vuestro lado.

Bernem era el hombre, bueno, el enano de Bor o Drodarim, que Radan Marr quería presentaros. Es el Jefe de Voladuras de las minas, Coordinador de Galerías, y, en definitiva, la persona que mejor las conoce en todo Ruanon. Sin embargo, no parece muy entusiasmado con vuestra idea de llegar hasta Maaken vía subterránea.
Y os explica el porque:


Puede que el señor Marr no les explicase cómo disponemos de este “mapa” que se supone que lleva hasta el subsuelo de la ciudad en ruinas de Maaken a través de las Minas. Os dice enfadado. Se trata de algo que sucedió hace más o menos un siglo. En aquella época, se excavó la galería más extensa y profunda que jamás se haya realizado en estas minas, al descubrirse uno de los numerosos sistemas de cavernas naturales de esta zona. Y provocó un desastre. Se produjo un derrumbamiento que colapsó la gran galería. Cincuenta mineros quedaron atrapados allí, y se les dio por muertos.
Bernem guarda un momento de silencio y luego continúa. Un mes después, ocurrió algo increible, uno de los mineros volvió a Ruanon... a pie. En las semanas que siguieron, tras las cuales murió de fiebres, contó el relato de cómo los hombres atrapados descubrieron un sistema de cavernas conectadas que siguieronenun infernal y peligroso viaje que les llevó al sur, logrando volver a la superficie en las ruinas de Maaken. El enano resopla. Según dijo ese pobre hombre, la mitad de los suyos murieron en el trayecto debido a accidentes y derrumbes en las traicioneras cuevas, y la otra mitad... fue diezmada por una especie de... demonios de las profundidades...

Este mapa es una copia del que esos hombres trazaron, pero debeis entender que nadie nunca ha intentado verificarlo, no tenemos ninguna seguridad ni garantía de que esta ruta sea correcta, eso sin contar los peligros que podamos encontrar allí abajo.
Bernem os mira fijamente. ¿Están seguros de que quieren hacer esto?

Vosotros asentís, no os queda otra opción.

Muy bien pues. Dice el enano. Entonces será mejor que yo os guíe allá abajo. Dicho esto, comienza a desplegar unos mapas sobre una mesa que está a su altura mientras murmura por lo bajo. Maldita sea mi suerte, tendría que haberme hecho cañonero, como mi hermano...

Bernem señala un punto en los mapas. Ese es nuestro destino, la gran galería del nivel diecisiete. El problema es que su acceso se colapsó en el derrumbe de hace un siglo. Por lo que no podemos acceder, al menos directamente.
Por suerte, creo que hay dos maneras de llegar allí :

La primera es un río subterráneo que sabemos va a parar a un lago de esa gran galería. Es un trayecto que nadie se ha atrevido nunca a hacer por su peligrosidad. Si vamos por ahí tendremos que desplazarnos en canoas, y confiar en que la corriente nos lleve a nuestro destino. He de advertiros que las corrientes subterráneas pueden ser muy... rápidas.

La segunda manera es un sistema de galerías de las minas que sabemos que pasa por encima de esa gran galería. Con una voladura controlada en un punto en concreto, podríamos abrirnos paso hasta allí. El problema es que cerramos ese sistema hace diez años. La razón fue que los mineros desaparecían sin dejar rastro. Nunca supimos porqué, y preferiría seguir sin saberlo.

Ninguna de estas rutas garantiza que lleguemos a la gran galería, ninguna es segura, pero es lo que hay. Ya que me habéis metido en esta locura, os dejo a vosotros la tarea de elegir cuál ruta seguir. Y que los dioses nos amparen...
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JDKaos
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Mensaje por JDKaos »

Dragon sonrie al enano con la sonrisa caracteristica que hace tiempo que no muestra, realmente solo unas horas pero parecen años, y lanza una moneda al aire...

Esta cae sobre la palma del señor del kai y este sonrie diciendo:


-Por las cuevas subterraneas.

-¡Locos! ¡Estoy enbarcado en una puñetera expedicion de locos!

Mientras el enano se queja y refunfuña espero la confirmacion de mis compañeros...
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DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Minas de Maaken


Parece que la decisión está tomada, tanto da el método de la elección.
De camino a las minas, varios ayudantes de Radan os equipan con unos arneses de seguridad que os colocáis en torno a la cintura. En dichos arneses podeís enganchar los rollos de resistente cuerda que también os reparten.
Y, por último, cada uno llevaréis una pequeña lámpara portátil funcionando a base de fraquitos de aceite.

La entrada a las Minas es una caverna mitad natural mitad artificial de un par de cientos de metros de altura y extensísima a lo largo y a lo ancho. Se trata de un espectaculo increíble para ver. Avanzáis al trote con vuestras monturas por un camino empedrado y antorchas a lo alto para mantener a raya la oscuridad. A los pocos minutos, Marr y Bernem, que abren la marcha, se detienen ante un gigantesco pozo.
En la boca del pozo hay montado un complicado complejo de gruas y contrapesos. Grandes montacargas pueden descender a los distintos niveles de las minas por medio de gruesas cadenas de acero.

Dejáis a vuestras monturas a cargo de un ayudante y montáis todos en uno de los grandes ascensores. Allí, Bernem comienza a manipular un sistema de palancas y ruedas giratorias, y de pronto os encontráis descendiendo hacia las profundidades de la sima.
Permaneceis en silencio durante el descenso, roto sólo por los chirridos de las cadenas y el incesante refunfuñar del enano de Bor.
Cuando le preguntáis a Radan el por qué del comportamiento del enano, el joven ingeniero os sonrie y os dice:

Bernem cree que da mala suerte bajar con una mujer a las minas. Comenta echándole un vistazo a Elessa. Pero no se atreve a decirlo a ella, claro.
La vassagonia no hace demasiado caso, aparentemente está tan relajada como si atendiese a sus clientes en el Mercado de Ruanon.

El montacargas se detiene bruscamente. Os encontráis ante una galería excavada que ha sido bloqueada con grandes sillares de piedra. La única entrada parece una puerta circular de metal con una manivela en su centro.
Mientras los ayudantes de Radan abren con esfuerzo la puerta el ingeniero os advierte.

Esta puerta sólo se abre desde fuera. Una vez entréis, la cerraremos y quedaréis sólos. No os preocupéis, os dejo en buenas manos. Bernem es algo gruñón, pero es el mejor explorador y guía que hay. Haced caso siempre a lo que os diga... podría salvaros la vida.

Os despedís de Radan Marr y os internáis enla galería abandonada. Detrás vuestro ois el chirrido de la puerta cerrándose. De aquí en adelante, estáis sólos.
Durante media hora avanzáis en fila india. El que abre y cierra la marcha llevan encendidas sus lamparitas para mostrar el camino, que se compone de anchos túneles apuntalados, con vetas en las paredes a vuestros lados y vías para vagonetas en el suelo.


¿Qué fue lo que ocurió exactamente para que cerrárais estas galerías? Pregunta Dragón para romper el silencio.
No se sabe exáctamente. Responde el enano en voz baja. Primero desapareció un minero, luego otro más. Empezaron los rumores sobre que el lugar estaba maldito, y finalmente decidimos olvidar estos túneles detrás de un muro de piedras...

Bernem se detiene y consulta un mapa, asiente satisfecho y lo guarda de nuevo. Después os señala una entrada a un ancho túnel que desciende.
Al final de este túnel está nuestro destino. En marcha.

Minutos después, mientras avanzáis con paso seguro por mitad del túnel, no os dais cuenta como de pronto el techo cobra vida y viscosos tentáculos se cierran en torno vuestro.
Todo se vuelve confuso y violento mientras lucháis por vuestras vidas...
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Minas de Maaken


¡Alacranes zapadores! Son sin duda estas criaturas las que se cebaron con los mineros de los túneles y que ahora han descubieto un jugoso bocado, ¡vosotros!

La emboscada desde el techo os pilla totalmente por sorpresa, y los monstruosos seres caen sobre vosotros, tratando de inmovilizaros con sus tentáculos. Todo se vuelve una locura ya que las lámparas iluminan la escena violentamente y no tenéis ni idea de la cantidad de enemigos a la que os enfrentáis.

La asesina vassagonia reacciona como un felino, saltando a un lado y lanzando un puñal al techo, desde donde con un aullido inhumano cae entre convulsiones uno de los alacranes. Dragón y Gavilán también se revuelven y se libran de su presa, no así Cuervo Vigía, que lleva una de esas criaturas sobre su espalda y que amenaza con aplastarle bajo su peso.


¡Bernem! Grita Elessa entre la confusión. No hay respuesta.
Y de pronto comprendeis que a vuestro guía se lo han llevado estás criaturas que se desplazan por el techo, pero ¿adónde?
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Minas de Maaken


Las criaturas huyen de vosotros refugiándose en la oscuridad, excepto la que se encarama encima de Cuervo y muerde al señor del Kai por encima de las mallas de la cota. Aun así Cuervo lo siente y grita de dolor mientras da vueltas tratándo de librarse del alacrán.
Gavilán voltea a Cortavientos para ayudar a su compañero, pero los aspavientos de éste hacen que su ataque falle, de modo que es Dragón quien se arriesga y dispara una flecha que hace blanco en el ser, que salta de Cuervo y huye por el suelo de la galería.

Mientras tanto, Elessa se arriesga a descender por el túnel en busca del enano de Bor. No ha ningún grito de Bernem, y reza porque haya elegido la dirección correcta por la que se lo han llevado.
¡Y entonces lo ve! Un grupo de las criaturas se lo llevan por el techo, atrapado e inconsciente entre sus tentáculos. Al instante lanza su puñal, alcanzando a una de las criaturas, que suelta a su presa y huyen. La vassagonia comprueba que el enano sólo tiene un golpe en la cabeza y casi de inmediato comienza a recuperar el conocimiento.

¿Estás bien? Le pregunta la mujer.
Bernem parpadea, confuso. Sí... creo... ¿qué es ese ruido?
Ahora Elessa también lo oye. Viene del tunel que desciende...

Los Señores del Kai no tienen que ir a buscar a sus compañeros. Bernem y Elessa llegan corriendo, y tras ellos se oye un ruido como de arrastre.
¿Más alacranes? Pregunta Gavilán.
Esos eran crías. Responde la vassagonia señalando hacia delante. Esa es la madre.

Delante de vosotros, iluminada apenas por la luz vacilante de las lámparas, aparece una versión gigantesca de lo que os ha atacado. Un cuerpo anular como un gusano, que ocupa la mayor parte del túnel, avanza ayudado por unas patas quitinosas propias de un crustáceo. La pesada testa es una pesadilla de fauces y tentáculos que se agitan ansiosos.
Tragáis saliva a la vista de un adversario tan enorme.
Algo os dice que este no va a huir.
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Minas de Maaken


A pesar de su enorme tamaño, la enorme criatura se lanza hacia vosotros a una velocidad increíble, haciendo que todo el túnel retumbe.
De pronto vuestras armas parecen inútiles para atravesar las gruesas capas de piel del monstruo, eso sin contar la velocidad con la que se os aproxima, en un claro intento de arrollaros.
Sólo sus ojos de insecto del ser parecen vulnerables, por lo que son Dragón y Elessa los que se plantan en mitad del túnel y disparan sus armas para tratar de detenerlo. Pero nada es capaz de parar al gigantesco zapador, que los arrolla en su desplazamiento. Es la suerte la que libra a ambos de ser aplastados bajo su enorme peso.

El tunel se ha llenado de polvo, pero parece que el monstruo se aleja túnel arriba. Y al poco el silencio vuelve a reinar.

¡Ja! Suelta Bernem. ¡Lo habéis hecho huir!
No. Responde Elessa que ha mirado al monstruo a los ojos. Hemos entrado en su territorio, hemos matado a sus crías y la hemos atacado. Volverá. No se detendrá hasta matarnos...

Quedarse aquí no soluciona nada, por lo que continuais el descenso por el túnel de la mina, teniendo cuidado de no caer en más emboscadas de estas criaturas.
Vuestro guía consulta un mapa y os anuncia que estáis próximos a vuestro destino. A este nivel estaís justo encima de la Gran Galería del nivel diecisiete que es dónde queréis acceder.
Pero a medida que os acercais al punto que queréis llegar, descubrís que en las galerías por las que pasais hay gran cantidad de agujeros y túneles naturales, realizados sin duda por los alacranes zapadores y su monstruosa madre.
El enano parece interesado por ellos, y de pronto parece que tiene una idea.

Os explica que su idea original era llegar hasta un punto en concreto de esta red de galerías abandonadas, que se encuentra justo encima del nivel diecisiete y realizar una peligrosa voladura con la carga explosiva que lleva, para que tuvieráis acceso a ese nivel.
Pero viendo los túneles de los alacranes, está convencido de que estos tienen que conectar estas galerías con el nivel al que váis, que está justo debajo. Si llegáis a ese nivel a través de estos túneles naturales, os ahorrariais el tener que usar esa carga de polvora, que quizás os pudiera ser de mucha utilidad más adelante, si es que llegarais a un obstáculo que os bloquease el camino.

¿Seguir el plan o arriesgarse por los túneles de los zapadores?
El enano deja la decisión en vuestras manos.
DRÁGALIN

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Horario: Noche
Lugar: Minas de Maaken


La opción de adentrarse en los túneles de los alacranes es demasiado tentadora. Si tenéis suerte podriáis llegar a la galería a la que os dirigís usándolos a modo de atajo y reservando las cargas de pólvora explosiva para una mejor ocasión.

Os adentráis en los túneles naturales excavados por estas criaturas, teniendo cuidado de donde pisáis y llevando todos vuestras lámparas encendidas.
Los túneles se bifurcan una y otra vez, formando un sistema enmarañado, pero el enano os guía hacia los túneles que descienden. Cuanto más hacia abajo, mejor, más cerca de vuestro destino. En un par de ocasiones veis en los recodos de los túneles pequeños alacranes que desaparecen en cuanto los ilumináis u os acercais a poca distancia.

En un momento dado, Bernem se para ante la entrada de otro tunel El enano la examina y os sonríe.

Una corriente. Percibo una corrientede aire por este túnel. Creo que estamos cerca. En marcha.
Dicho esto, os metéis en su interior. Pero apenas lleváis recorridos unos cuantos metros cuando un aterrador aullido inhumano resuena detrás vuestro.
¡La alacrán gigante! Apretáis el paso, peo el ruido de arrastre se hace cada vez más fuerte y al poco podéis ver la cabeza del monstruo detrás vuestro, abriéndose paso a pura fuerza por el estrecho túnel, lo que hace que las paredes se estremezcan a vuestro alrededor. La bestia debe haber estado siguiéndoos.
Estáis decidiendo si huir o enfrentaros al monstruo cuando el tunel comienza a retumbar y polvo y cascotes caen del techo.


¡Se está colapsando! Grita el enano. ¡Corred!

Eso haceis, desesperados mientras el monstruo trata de alcanzaros y el túnel se derrumba bajo vuestros pies.
DRÁGALIN

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Cuervo Vigía / Elessa
Horario: ????
Lugar: Minas de Maaken


¿Qué ha pasado? Escupe Bernem con la boca llena de tierra.
El túnel se ilumina con la luz de la lámpara de Cuervo.

Lo hemos logrado. Murmura el Señor del Kai.
A su lado, ve a Elessa. La mujer le mira con los ojos húmedos. No todos.

Los tres que habéis salido del túnel observáis con horror las toneladas de tiera y rocas bajo las que han desaparecido vuestros compañeros. Cuervo no dice nada.

Lo siento. Dice Bernem apoyando una mano en el hombro del Señor del Kai. Pero debemos continuar.
Cuervo fulmina con su mirada al enano. Ellos no han muerto... puedo sentirlo.

Elessa asiente con la cabeza. Yo le creo. Es posible que hayan ido a parar a un nivel más bajo de la red de los alacranes. Vuelve a examinar el túnel colapsado. ¿Podríamos utilizar la polvora para abrirnos paso?
Bernem suspira, apesumbrado. Lo siento, pero es imposible. Si usamos las cargas aquí, todo el complejo de túneles de los alacranes se vendrá abajo... sobre nosotros.
Si ellos todvía están vivos, puede que consigan llegar a la gran galería por otros túneles... puede...

No os queda más remedio que continuar
DRÁGALIN

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Dragón Carmesí / Gavilán Temerario
Horario: ????
Lugar: Minas de Maaken


Las luces se han apagado y el aire está repleto de polvo y tierra.
¿Estás bien? Pregunta Gavilán.
Si. Tose Dragón. ¿Dónde están los otros?
No lo se. Le responde su compañero. ¿Dónde estamos nosotros?

A modo de respuesta, Dragón se las arregla para encender su lamparita. Esta ilumina el aire contaminado y muestra la caverna a la que habéis llegado. Dentro de la desgracia habéis tenido suerte al no acabar enterrados en roca y tierra.
Habeís caido de arriba en una amplia caverna, pero en lugar de caer en el suelo de la caverna, habéis acabado en una balconada de roca. Unos diez metros más abajo está el suelo de esta caverna.
Miráis hacia arriba, por donde habeís caido, pero el techo se ha cerrado. No podeís volver por allí. Pensaís por un momento en vuestros compañeros. ¿Lo habrán logrado? De algún modo sabeis que sí.

Dirigís vuestra mirada ahora abajo, al fondo de la caverna, cubierta de tierra y rocas del derrumbe. Parece haber tres túneles que salen de aquí, pero desde aquí arriba, los tres os parecen iguales.
De pronto, el suelo se mueve. ¿pero qué demonios?
Al instante descubrís que no habéis caido sólos. La Alacrán Madre está en el suelo de la caverna, pero como estaba cubierta de tierra y piedras no la habíais distinguido. Pero ahora sí.

El enorme monstruo se agita en el suelo. Parece ser que la caida lo había dejado fuera de combate, ¡pero ahora está empezando a despertar!
DRÁGALIN

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Cuervo Vigía / Elessa
Horario: ????
Lugar: Minas de Maaken


La corriente de aire se hace más fuerte y el túnel se abre, dando paso a...
¡La gran galería! Os dice el enano, emocionado. ¡La mayor caverna jamás descubierta!
Os quedáis boquiabiertos. A la luz de vuestra lamparitas apenas os podeís hacer a la idea de lo grande que es, pero si no fuera porque no hay estrellas, diriais que se trata de una noche sin luna.

Pero hay un pequeño problema.
El tunel os ha conducido a una pared vertical. Un barranco. El suelo de la Galería, donde debéis llegar se encuentra a unos cien metros para abajo.
Bernem os mira después de echar un vistazo al abismo de delante vuestro.

Tenemos que llegar al suelo. Suspira. Yo veo dos opciones para hacerlo.
La primera, la más rápida, pero también la más peligrosa. Descender la pared haciendo rappel.
Por otra parte, podríamos descender escalando. Es algo más seguro, pero desde luego nos costará muchísimo más tiempo que de la primera forma.
¿Cómo lo hacemos?
DRÁGALIN

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Dragón Carmesí / Gavilán Temerario
Horario: ????
Lugar: Minas de Maaken


La enorme criatura se da la vuelta sobre sí misma en el suelo. Ahora está totalmente despierta. Y enseguida alza su testa hacia vosotros, hacia la luz que portáis. Sus decenas de tentáculos se agitan mientras se alza sobre sí misma en un intento de alcanzaros.
Gavilán traga saliva mientras sostiene en alto la lámpara, para intentar alumbrar lo más posible a dragón que tensa su arco y prepara su disparo. Mientras puede ver cómo el cuerpo agusanado de la criatura se contrae como si fuera un muelle preparándose para saltar.

Pero antes de que lo haga, Dragón dispara. La flecha silba en el aire y se entierra hasta las plumas en uno de los ojos insectoides del monstruo, que lanza un alarido que os hace rechinar los dientes. La bestia empieza a dar bandazos, golpeándose contra las paredes de la caverna. ¡Va a causar otro desprendimiento! Todo se agita alrededor y os agarráis con desesperación a las rocas de vuestra posición para evitar caer.
Al cabo de unos segundos interminables, vuelve la tranquilidad. Exhaustos, miráis hacia abajo para ver cómo la criatura desaparece por uno de los túneles. La habéis herido, pero parece que es necesario más de lo que habéis hecho para matarla.
Os dáis unos segundos para descansar.

Unos minutos después, bajáis al suelo de la caverna para examinar los tres túneles que parten de aquí. Recordáis que cuando seguiáis al enano, este os llevaba por un túnel descendente en el que se notaba una corriente de aire...

Ahora tenéis tres túneles para salir de aquí:
Uno asciende.
Otro desciende.
Y el último también desciende, además de sentirse una ligera corriente de aire en él.
Pero por este último es por donde ha salido la Madre Alacrán...
DRÁGALIN

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Cuervo Vigía / Elessa
Horario: ????
Lugar: Minas de Maaken


Bernem comienza a preparar las cuerdas para el descenso, asegurando de paso vuestros arneses.
Tras comprobar la pared vertical, el enano traza una ruta que os llevará a realizar el descenso en tres partes (las cuerdas no son tan largas como para uno sólo). Por una parte estará las cuerdas con las que bajaréis y por otra una cuerda de seguridad en caso de que haya algún problema.
Os despojáis de armas, armaduras y el equipo para saltar. El equipo lo haceis descender aparte.

Una hora más tarde habéis llegado a la base del precipicio, tras recoger todas las cuerdas. Aunque contentos por haber descendido tan bien, el hecho de no tener noticiasde Dragón y Gavilán os preocupa.
Pero aun así continuáis adelante, internándoos en la vasta caverna guiados por el enano de Bor.
En la parte central de la gigantesca cueva hay un lago de aguas oscuras. Su superficie es rota por las miles de gotas de agua que caen de las estalactitas del techo, cientos de metros allá arriba. En las proximidades de ese lago encontráis los restos de un campamento de mineros, aquellos que hace un siglo quedaron atrapados aquí. El mapa que seguís es de uno de aquellos que estuvo aquí, el único superviviente que regresó a la superficie a través de las ruinas de la ciudad de Maaken, vuestro destino.
Tras revisar el campamento y no encontrar nada útil, continuais la marcha bajo la exigua luz de vuestras lámparas.
El enano os lleva hasta una abertura en el mismo suelo de la caverna, el camino que siguieron los mineros.


Aguarda un momento. Dice Elessa. Debemos indicar el camino a Dragón y Gavilán.
Dicho esto, saca una esfera de metal que de pronto separa en dos mitades. Cada mitad contiene una llama en su interior, y Elessa deja una de ellas en una roca alta, junto a la enrada al túnel, como señal indicatoria.
Cuervo agradece el gesto de la vassagoniacon un asentimiento de cabeza. Después, os internáis en el túnel.

Apenas lleváis unos cientos de metros de recorrido cuando el túnel acaba en una sima oscura y al parecer sin fondo. Ilumináis el exterior para ver como al otro lado de dicha sima, hay otra abertura en la pared. El tunel continúa. Pero sólo hay aire entre un lado y otro.
El enano mueve la cabeza, pensativo.
Los mineros pasaron por aquí, no hay duda. Debieron tender un puente con cuerdas, que después retiraron. Echa un vistazo al otro lado del abismo. Tenemos que llegar hasta allí.
DRÁGALIN

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Dragón Carmesí / Gavilán Temerario
Horario: ????
Lugar: Minas de Maaken


El túnel desciende cada vez con más pendiente, a medida que el frío se va acentuando. Pronto os veis obligados a ayudaros de las manos para descender.

Justo cuando empezáis a plantearos si habéis tomado la decisión correcta, el túnel recupera su horizontalidad y termina... en una balsa de aguas oscuras.
Os adentráis hasta las rodillas en el agua y constatáis que el túnel de hecho continúa, pero ya debajo del agua.
Parece muy peligroso arriesgarse a continuar por el túnel inundado, pero cuando estáis discutiendo, vuestro sexto sentido os pone en alerta. Y con razón.

Unos metros más adelante el suelo del túnel se empieza a abrir mientras una forma enorme lo llena con su cuerpo quitinoso, bloqueándoos la retirada.
El túnel resuena a vuestro alrededor, y polvo y tierra comienza a caer del techo. Tragáis saliva al enfrentaros de nuevo con el monstruo. Se podría decir que la Madre Alacrán tiene en su cerebro insectoide una sola idea. Mataros. Y no se detendrá hasta lograrlo.

Pero ahora estáis en un lugar demasiado estrecho como para maniobrar. El cuerpo del monstruo bloquea totalmente el túnel por donde habéis descendido. A vuestras espaldas, la balsa de agua estancada ya no parece una opción tan mala...
DRÁGALIN

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Dragón Carmesí / Gavilán Temerario
Horario: ????
Lugar: Minas de Maaken


Todo el túnel ante vosotros está ocupado por el agusanado cuerpo de la Madre Alacrán. Sus tentáculos se agitan sin cesar mientras avanza impulsada por sus miembros de insecto. Si no la frenáis en seco, os aplastará sin remedio.

Dragón tensa a Kamikaze mientras apunta a su vulnerable ojo izquierdo. Dispara, pero la flecha se clava en un tentáculo, lo que no afecta al monstruo.
Gavilán grita mientras salta al encuentro de la bestia, subiéndose a su cabeza y lanzando un tajo con Cortavientos que destroza el punto débil de la criatura, que aulla y se agita, pero sin detener su avance. De un golpe de cabeza, manda volando a Gavilán varios metros, hasta que cae en el agua.
Dragón le ayuda a levantarse, pero parece estar bien.
Sin embargo la agonía de la Madre Alacrán está lejos de terminar. Ciega y furiosa golpea su enorme cuerpo contra las paredes del túnel, provocando derrumbamientos, al mismo tiempo que se lanza ciega hacia delante.
Retrocedeis al único sitio posible, al túnel inundado, mientras la criatura se sumerge tras vosotros, bloqueando cualquier esperanza de volver al túnel.

Braceando en el agua fría y oscura, vuestras cotas de mallas os arrastran al fondo del túnel sumergido. Ya que no disponéis de tiempo para quitároslas, avanzáis aguantando la respiración y rezando por que el túnel ascienda para que encontréis alguna bolsa de aire.
Y entonces empieza a ascender de nuevo. Vuestro instinto os dice que vais a encontrar aire y braceáis hacia arriba con los pulmones a punto de estallar. Hasta que rompéis la superficie y os agarráis a una roca de la pared, boqueando en agonía.

Tras haber recuperado la respiración, y tiritando de frío, lográis encender una lámpara y ver dónde estáis. Se trata de una caverna totalmente inundada. La roca en la que os habéis subido es el único apoyo que hay, y la única salida visible es la que muestra el agua, que fluye con fuerza a través de túnel que parece descender.
¿No dijo el enano que también podía llegarse a la Gran Galería a través de un río subterráneo? Tiene que ser este.

Antes de internaros nadando en la única salida, os despojáis de vuestras cotas de mallas.
Os dejási arrastrar por la corriente del río subterráneo, pero poco a poco, este gana velocidad, y en un momento dado os encontráis sumergidos en unos peligrosos rápidos, y sin aire que respirar.
Justo cuando parece que no puede aguantar la respiración un segundo más, Gavilán nota como la corriente se calma. Y sale a la superficie. Está en una especie de lago subterráneo. Pero la alarma se apodera de él cuando no oye rastro de Dragón. Temiendo lo peor se sumerge de nuevo y es su instinto el que le lleva a recoger el cuerpo inerte de su compañero, que ya empezaba a hundirse hacia el fondo.
Con un terrible esfuerzo logra sacarlo a flote y luego llevarlo a la orilla, donde comprueba que su compañero no respira.
Pero Gavilán no se rinde, le hace la respiración boca a boca y golpea con fuerza el pecho de Dragón, que de pronto empieza a toser y vomitar todo el agua tragada.
Totalmente exhaustos, os derrumbáis en la orilla del lago.

Unas horas después os encontráis un poco mejor. Habéis encontrado un antiguo campamento minero cerca del lago y habéis encendido una hoguera con la que calentaros. Tras comer un poco examináis vuestras opciones.
No hay ni rastro de vuestros compañeros. Se supone que han seguido el mapa de Bernem hasta las galerías que salen de esta gran caverna. ¿Pero dónde exactamente?
Es entonces cuando lo veis, lejos y en la distancia, pero inconfundible. Una tililante llama, como un faro, indicándoos el camino...
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