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Publicado: 05-Sep-2005, 3:59
por phillix
Ish Ksj Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Después de que Nethruul regresa y hace algun sonido inentendible para mi, paso en frente de él, regresando al campamento mientras levanto el dedo medio de mi mano y se lo enseño en señal de "amistad".

Al llegar a la tienda noto un ambiente hostil y veo al guardia que termina su vida de manera irremediable...

Después de que Sander sale de la tienda, me dirijo a Asher:

-¿Qué quiere decir Sander con que "Tenemos Compañia"?, ¿hay algo que debería saber, Señor?

Publicado: 05-Sep-2005, 23:44
por Magnakai
Espero ansioso también la respuesta de Asher, pero me fijo en su mercenario, ¿le habrá sorprendido la noticia? Son varios, tal vez no representen peligro, pero no es normal viajar a estas horas.

Publicado: 06-Sep-2005, 0:06
por Lindelion
Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Asher dirige una mirada hostil a Sander cuando le suelta lo de la fosa. Aunque Sander está acostumbrado a esas reacciones, la expresión de odio que denotan esos ojos es difícilmente superable. No obstante, Sander sale de la tienda, dispuesto a enfrentarse a quien sea, y sus compañeros le ven desenfundar ambas espadas, cuyo metal resuena en el silencio de la noche, sólo roto por sus voces.

- ¿Qué quiere decir Sander con que "Tenemos Compañia"? - pregunta Ish -. ¿hay algo que debería saber, Señor?

Siladrem busca a Nethruul con la mirada para comprobar su reacción ante la inminente respuesta de Asher. Pero el mercenario ya no se encuentra en la tienda.

- Deberías preguntárselo tu compatriota, tal vez sean más soldaditos de los suyos - contesta Asher con cara de muy pocos amigos -. Veo que la charla no ha dado mucho resultado - le dice a Siladrem -. Mantengo lo que dije antes, señor Sinval. No toleraré más faltas de respeto, por muy analandés que sea su subordinado.

Fuera, Sander espera la llegada de quienquiera que sea, mirando a través de las ramas de los árboles más altos de la colina. Cuando se encuentran ya cerca del pie de la colina, Sander alcanza a ver mejor sus figuras: son jinetes. Y más de cuatro. Uno de ellos mira hacia arriba y señala a Sander. Entonces los demás tiran nerviosamente de las riendas de sus caballos para encararlos en la dirección del mercenario analandés.

Hay algo que le resulta familiar a Sander de esos jinetes... Entonces, uno por uno, van levantando el brazo y mostrando unas lanzas, al tiempo que, algunos de ellos, hacen que sus caballos se levanten poderosos sobre sus patas traseras. Sander ya no tiene duda; tal maestría en el manejo del caballo sólo la tienen los Jinetes Nómadas de Ryogax. Parece que han encontrado lo que andaban buscando...

Sander cuenta ahora cinco jinetes. Son demasiados, pero él tiene la ventaja de encontrarse en un terreno elevado. Sin embargo, bien sabe que necesita la ayuda de Nethruul para luchar contra ellos, si no, no tendrá ninguna posibilidad. Cerca de allí, en el árbol más cercano a la cima, se encuentra atado el caballo de Asher, que relincha nervioso por la presencia de los jinetes y da tirones de la cuerda.

Los jinetes comienzan a subir la colina. ¿Dónde estará ese maldito Nethruul?

Publicado: 06-Sep-2005, 9:49
por Baklands
Sander Hookton. Colina en el campamento cerca de las Colinas de Shamutanti

Desde mi posición consigo ver a las figuras que se acercan. Son Jinetes Nómadas y eso sólo significa una cosa.

Éstos han venido a rematar la faena que comenzaron sus compañeros hace dos días, según cuenta este supuesto briciano.

Por mi cabeza pasa la fugaz idea de hacerme a un lado y dejar que Asher se enfrente a su propia estupidez con estos cinco jinetes, pero he jurado proteger con mi vida a este imbécil y yo no falto nunca a mi palabra.

Afianzo los pies y sujeto con firmeza mis espadas, mientras hablo en dirección a la tienda:

-Son Jinetes Nómadas. Cinco, tal vez más. Preparaos todos para luchar por vuestras vidas. Y no me vendría nada mal algo de ayuda para aguantar esa carga.

La adrenalina comienza a fluir por todo mi cuerpo y siento el golpeteo de la sangre en mis sienes. He nacido para esto, pero quizás cinco jinetes sean demasiados para mí.

¡Maldita sea! ¿Dónde estará Nethruul ahora que hace más falta?

Publicado: 06-Sep-2005, 18:03
por phillix
Ish Ksj Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Después de que Sander nos avisa de quién viene y solicita nuestra ayuda le comento a Siladrem:

- Pues a menos que cuentes con una solución diplomática, me parece que habría que prepararnos para el ataque.

- Embajador, lamento que su guardaespaldas no se encuentre con usted en este momento.

Después de Asher salgo de la tienda intentando colocarme no enfrente de los jinetes, pero si en una posición lateral que me permita ayudar a Sander y en el peor de los casos dispersar a los jinetes.

Con mi mente repito el encantamiento de Rayo y con mis manos acaricio la madera del arco y las flechas.

Publicado: 06-Sep-2005, 22:15
por phillix
Ish Ksj Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Sander- Le hablo - ¿Quiénes serán estos jinetes?
Despues de escuchar su respuesta agrego:

Si son jinetes de la familia real de Ryogax no creo que sea una buena idea atacarlos directamente... sugiero que tiremos a sus caballos.

Publicado: 06-Sep-2005, 22:32
por Baklands
Sander Hookton. En lo alto de la colina del campamento cerca de las Colinas de Shamutanti

Cuando veo que los jinetes empuñan sus lanzas ya no me queda ninguna duda de qué intenciones llevan. Viendo aún que la distancia es considerable, pero partiendo de que llevo ventaja al estar en lo alto de la colina, clavo mis dos espadas en el suelo a mis costados y empuño mi arco, montando en él una flecha.

También veo que Ish se ha situado a uno de mis lados y se prepara también para hacer frente a los jinetes.
Gran tipo este Ish
De repente me pregunta quien son los jinetes, a lo que le respondo:
-Son Jinetes Nómadas de Ryogax. Guerreros temibles a caballo, famosos por su destreza a la hora de manejar caballo y lanza a la vez. A continuación me sugiere disparar a los caballos para intentar descabalgar a los jinetes, y que así no tengan la ventaja. Lo considero un momento, y le contesto:

-Ish, haz lo que creas conveniente, pero yo prefiero disparar al jinete. Al fin y al cabo los caballos no portan lanzas. Además, cuando todo esto acabe- y para mis adentros pienso y si consigo salir de ésta- pienso llevarme uno de esos magníficos animales conmigo.

Publicado: 06-Sep-2005, 22:41
por phillix
Ish Ksj Campamento cerca de las colinas de Shamutanti

Pues bueno, parece que no podré convencerlos de no pelear..

Permanezco a varios metros de distancia de Sander para dispersar a los jinetes y espero con ansia el refuerzo de Siladrem.

Decidido como estoy, sin alejar la vista a los jinetes saco una flecha del carcaj, de reojo me doy cuenta que la que he escogido está pintada totalmente de color rojo... Espero que sea una buena señal.

Tomo un extremo entre mis dedos y ya en posición con el arco extiendo mis brazos para tensarlo, fijo la mirada en la nariz del amenzante jinete que se está adelantando, inhalo aire y en un instante que parecen minutos siento como la flecha y recorre de salida los dedos indice y medio de mi mano derecha.

La flecha púrpura permanece en vuelo mientras pienso para mis adentros con algo de pesar y de emoción:

. . . Que comienze la función




...

Publicado: 08-Sep-2005, 12:33
por Magnakai
Permanezco junto a Asher.

Supongo que en breve saldrá de al tienda, y no me fío nada de este supuesto embajador.

Desenfundo mi espadón reluciente y ribeteado y lo aguanto con ambas manos mientras miro al embajador.

- ¿Vamos a dejar solos en este brete a nuestros aliados? - inquiero enaracando una ceja y poniendo en entredicho de esta forma el que Asher se pueda quedar dentro de la tienda mientras el resto se puede estar jugando el pescuezo afuera.

Voy donde vaya Asher, pero si se decide por no salir y oigo ruidos de pelea fuera, saldré a repartir estopa a diestro y siniestro como está mandado.
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Publicado: 08-Sep-2005, 16:46
por Lindelion
El ataque de los Jinetes Nómadas

Sander ya puede ver claramente a los jinetes. Visten con una túnica y un jubón de color gris que les cubre la cara casi por completo. Su habilidad sobre el caballo es endiablada; a veces ni siquiera sujetan las riendas, peor los caballos siguen obedeciendo sus órdenes.

Ish ya ha tensado su arco, y Sander se dispone a hacer lo mismo.

Siladrem y Asher siguen en la tienda.

- ¿Vamos a dejar solos en este brete a nuestros aliados? - inquiere Siladrem enaracando una ceja.

- No se preocupe, señor Sinval - dice Asher con una sonrisa arrogante -. Nuestros mercenarios se encargarán de quienquiera que sea el enemigo.

A continuación, Siladrem ´desenfunda su espléndido espadón y sale a toda prisa de la tienda. Asher le sigue hasta la entrada y permanece allí observando todo lo que ocurre con suma tranquilidad, manteniendo las manos cruzadas a la espalda.

Ish se precipita al lanzar una de las flechas y esta se clava en un árbol cercano. A su vez, Sander dispara la suya, pero el tiro con arco nunca fue su fuerte; la flecha se pierde por detrás de los jinetes, que continúan su ascenso casi al galope, alzando sus lanzas. Entonces el jinete que va a la cabeza grita una orden.

Rápidamente, Ish y Sander vuelven a cargar una flecha en sus arcos. Esta vez el disparo de Sander va mejor dirigido, pero por desgracia no acierta a ningún blanco. Ish se concentra profundamente, deseando no repetir el estrepitoso fallo que cometió en el anterior disparo. Apunta al primer jinete y su flecha vuela directa a su pecho. El impacto es terrible, tanto que el jinete ni siquiera puede mantenerse sobre su montura y cae hacia atrás, muriendo pisoteado por los cascos de los caballos de sus compañeros. Su caballo se pone de manos, totalmente encabritado, y queda rezagado. Entonces los demás jinetes sueltan sus lanzas. Dos de ellas se dirigen a Sander, pero vuelan lejos de su objetivo; la altura del terreno ha dificultado en demasía sus ataques. Pero otras dos lanzas vuelan hacia Ish, y estas van mejor dirigidas. Sin embargo, nambas sólo se ensartan en el suelo, unos metros por delante del analandés.

Los jinetes se apresuran a desenvainar sus armas. Todos empuñan ahora espadones, algo impensable para cualquier otro jinete con menos habilidad que ellos. Cualquiera que luchara con un arma pesada sobre una montura caería al dar el primer golpe, empujado por la fuerza del mismo; pero estos jinetes ni siquiera necesitan llevar las riendas para que los caballos les obedezcan, y son capaces de mantener el equilibrio y salvar la descompensación del peso. Sander e Ish vuelven a cargar otra flecha en sus arcos a toda prisa. Ambos disparos se dirigen hacia el jinete más adelantado, y aciertan en el blanco. El jinete aúlla de dolor cuando las flechas de los analandeses se clavan en su brazo y en su pierna, pero no desfallece, y consigue mantenerse erguido en su montura.

Los jinetes casi han llegado a la cima, cuando de pronto una sombra emerge de entre los árboles y cae encima del último de los jinetes. ¡Es Nethruul! Ambos cuerpos van a parar a los matorrales que hay al otro lado, mientras el caballo, ahora sin jinete, corre sin control junto con los demás.

Siladrem llega empuñando su espadón para unirse a sus compañeros en la terrible lucha que les espera contra los jinetes supervivientes, mientras Asher continúa contemplando el espectáculo, sin hacer nada...

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Publicado: 09-Sep-2005, 16:42
por Lindelion
El ataque de los Jinetes Nómadas

Aún con las flechas alojadas en su pierna y en su brazo, el segundo jinete llega a la cima y se alza levemente sobre la grupa de su caballo para tomar impulso, al tiempo que alza su espadón y profiere un grito de rabia, intentando combatir el dolor. Sander está listo para recibirle con sus dos espadas. Alza la primera para evitar la embestida de su rival, pero el golpe es tan violento que al hacer contacto con la hoja del espadón, su espada se parte en dos y el espadón toca su hombro, haciéndole una profunda herida. La espada de Sander, ahora quebrada, sale volando hacia atrás, y este se lleva la mano a su hombro, dolorido. Mientras tanto, el jinete maniobra con su caballo para dar la vuelta y volver a encararse con Sander.

El cuarto jinete se adelanta a su compañero y se dirige rápido como una flecha hacia la posición de Siladrem. Este blande su magnífico espadón, a la espera del ataque de su enemigo; entonces se le ocurre intentar golpear las patas del caballo antes de que el jinete le golpee. Cuando el caballo ya ha llegado a su altura, Siladrem describe un movimiento lateral con su espadón y alcanza al caballo, que enseguida se levanta sobre sus patas traseras. El jinete descarga su arma sobre Siladrem a pesar de todo, y esta a punto está de alcanzarle: roza la capucha del analandés y esta se hace jirones. El jinete intenta desesperadamente controlar a su montura, que está ahora fuera de control, mientras Siladrem, saliendo de su asombro al haber visto tan cerca la hoja de su enemigo, permanece a unos tres metros de él, blandiendo de nuevo su espadón.

El caballo del tercer jinete está llegando ya a la cima de la colina, impulsándose con sus patas traseras al llegar al último escalón; entonces Ish ve la oportunidad de lanzar un Encantamiento. Soltando el arco, se concentra profundamente y, con un rápido movimiento, proyecta el dedo de su mano derecha hacia delante. Un destello surge de su dedo, mientras el caballo ya ha alcanzado la cima y se acerca a él a toda velocidad. Entonces, se produce una explosión de energía que ilumina toda la cima de la colina, y del dedo de Ish nace un mortífero rayo que impacta justo en el pecho del jinete. Este sale despedido por los aires y se abre la cabeza al estrellarse contra un árbol. Su caballo corre despavorido, alejándose de la batalla.

Publicado: 09-Sep-2005, 18:46
por phillix
Ish Ksj El ataque de los Jinetes Nómadas

He quedado un poco deslumbrado por el rayo que ha salido de mi mano pero en unos instantes me repongo, aunque no lo suficiente para repetir el encantamiento, afortunadamente funcionó bien.

Sin embargo veo que mis compañeros siguen en lucha, a Nethruul no lo veo ni sé cómo le está yendo en el combate, en realidad no me interesa ayudarlo, pero si voy a asistir a mis compatriotas, así que tomo mi lanza entre mis manos, espero que no se me rompa...

Publicado: 10-Sep-2005, 11:55
por Baklands
Incrédulo observo como el golpe del jinete destroza mi arma mientras que un dolor lacerante comienza a abrirse paso desde mi hombro. Demasiados combates ya,pienso, debí haberla llevado al herrero para que la reforzara hace ya tiempo.

El recuerdo de mi maestro Radcliffe y el día que me regaló esa espada se aposenta en mi memoria y ello me da fuerzas para continuar el combate.

He de utilizar todo lo aprendido en Chawberry Casi instintivamente mi mano derecha, la que ha quedado libre, se dirige hacia la empuñadura de la daga que guardo en el cinto y que sale disparada de mi mano buscando al jinete. Siguiendo su estela, varias gotas de sangre, de mi sangre, que me resbala por el hombro, vuelan detrás de ella, como si estuvieran marcando el camino. Ahora ya con una sola espada espero la siguiente carga.

Publicado: 10-Sep-2005, 13:05
por Lindelion
El ataque de los jinetes nómadas

El segundo jinete queda sorprendido por el resplandor que ha tenido lugar, y ve cómo su compañero muere al estrellarse contra un árbol.

Sander aprovecha esa leve distracción del jinete para lanzarle una daga, que pasa rozando su muslo y causándole un corte cerca del lugar donde aún tiene alojada la flecha. Pero estos jinetes son guerreros realmente duros, y apenas necesita unos segundos para reaccionar y volver a la carga.

Sander espera la embestida del jinete, aunque esta no lleva demasiada fuerza, debido al poco espacio de que dispone tras el mercenario analandés donde poder maniobrar con el caballo. El jinete vuelve a levantarse sobre su montura y descarga un golpe lateral con su espadón. El golpe lleva una fuerza terrible, pero esta vez Sander está muy concentrado, y a pesar de blandir su ahora única espada con la zurda, consigue desviar el ataque golpeando fuertemente la hoja del espadón con la suya. El jinete hace girar al caballo al tiempo que comienza a levantar su espadón con ambas manos para propinar un nuevo golpe; ahora queda justo al lado de Sander, quien hace volar la espada que sostiene con la zurda hacia su mano derecha.

El cuarto jinete se ve incapaz de controlar a su caballo, que relincha y levanta los cascos dando fuertes tirones hasta que el jinete va a dar con sus huesos en el suelo. Siladrem e Ish corren a su encuentro, mientras él, incapaz de levantarse, agarra el espadón, que afortunadamente para él no ha caído lejos de su alcance. Desde el suelo, consigue parar el primer golpe del espadón de Siladrem, interponiendo el suyo en posición perpendicular. Las hojas aún están en contacto, y Siladrem empuja con la suya desde su ventajosa posición. El jinete hace acopio de su fuerza aguantando el empuje de Siladrem, pero a continuación se acerca Ish, que hinca la punta de su lanza en el suelo, justo antes de que el jinete la esquive con un rápido movimiento de todo su cuerpo, rodando hacia la derecha y librándose del espadón de Siladrem; aunque no ha conseguido evitar ser herido, pues la lanza ha rasgado su ropa y cortado su carne de manera superficial. El jinete se incorpora un poco, pero aún se encuentra prácticamente tendido en el suelo, boca arriba.

Publicado: 13-Sep-2005, 20:27
por Lindelion
El ataque de los jinetes nómadas

El segundo jinete alza su arma contra Sander por tercera vez. Sander mira a su adversario muy concentrado en todos sus movimientos, percibiendo cada parte de su cuerpo y del suyo propio, tal y como le enseñaron en la academia de Chawberry. Por primera vez en este combate, Sander tiene plena confianza en sí mismo. A pesar de haber perdido un arma y de estar herido, se va a lanzar en un arriesgado ataque para terminar con él de una vez por todas. Apenas ve volar el cuchillo que Ish ha lanzado desde atrás y que se pierde en la oscuridad de la noche sin alcanzar a su objetivo. Como si el tiempo se hubiera ralentizado, Sander ve cómo el jinete descarga su espadón contra él, percibe su trayectoria, su velocidad... en décimas de segundo, Sander integra toda esta información para contrarrestar con una rápida respuesta. El mercenario analandés gira sobre sí mismo para esquivar la descarga del jinete, y aprovecha la fuerza de su giro para dirigir su hoja en sentido ascendente; esta choca con el espadón y lo mellla, haciendo que el jinete lo deje caer, pero no se detiene ahí: la hoja sigue ascendiendo y saja el pecho del jinete, que desequilibrado por su propio ataque y por el de Sander, cae dolorosamente al suelo, mientras su caballo corre colina abajo. Sander le apunta con la hoja, mientras que el jinete, sumido en un profundo dolor, apenas tiene ya fuerzas para levantar la mano y pedir clemencia.

Siladrem sigue luchando contra su enemigo, espadón contra espadón. Intentando aprovechar la desventaja de su rival, que está en el suelo, Siladrem se abalanza sobre él para darle un golpe definitivo. Pero para su sorpresa, el jinete alza la pierna y esta encuentra el pecho del analandés, para empujarlo seguidamente con un rápido movimiento y desequilibrar a Siladrem, que tiene que luchar por mantenerse en pie. El cuarto jinete, y último, pues todos sus compañeros ya han caído, se pone en pie orgulloso y se dirige hacia Siladrem para luchar cotnra él, esta vez en igualdad de condiciones.

Publicado: 29-Sep-2005, 15:30
por Lindelion
El ataque de los jinetes nómadas

Siladrem tiene ahora un enemigo poderoso delante de él. Aferra su espadón con una firme determinación, sabiendo que su enemigo es un guerrero mucho más avezado que él, que ha pasado los últimos años dedicado a sus deberes de funcionario. Pero no ha olvidado las lecciones de su padre. El descabalgado jinete se lanza al ataque. Siladrem rememora viejos tiempos y le parece ver a su padre atacándole con el espadón de madera; aún recuerda cómo paró su ataque, dio media vuelta y le golpeó el pecho... y cuando Siladrem regresa al presente, se ve a sí mismo ejecutando ese mismo movimiento y propinando un terrible golpe a su adversario, que vuela un metro hacia atrás cayendo de nuevo. Entonces aparece Ish y lacera el pecho del enemigo con su lanza. Siladrem se da cuenta de que Sander viene también a ayudarle. La victoria es ya segura. Por eso, Siladrem le pide al jinete que se rinda, pero este no entiende su lengua e intenta levantarse de nuevo. El ataque conjunto de los tres analandeses acaba con la vida del guerrero, que yace sobre la hierba con el espadón aún en su mano.

El único jinete superviviente también yace en el suelo, quejándose de dolor. Cuando Sander dirige su mirada hacia su enemigo derrotado, ve la sombra de Nethruul emerger entre los matorrales. Su pecho y parte de su cara están cubiertos de sangre, pero no es suya. También esta gotea de la hoja de su cimitarra, que envaina al ver que todo ha acabado.

Asher aplaude pausadamente.

- Bravo, señores. Acaban ustedes de derrotar nada menos que a un grupo de jinetes nómadas de Ryogax. Eres una caja de sorpresas - añade, dirigiéndose a Ish -. Ni siquiera sospechaba que conocías las artes de la Brujería analandesa. Celebro tener a mi cargo a algo más que un simple médico; ya había percibido en ti algo especial. Tu conocimiento nos será muy útil en el futuro.

Asher se encamina hacia el jinete herido. Nethruul hace lo mismo, no sin antes sonreír y enseñar el dedo corazón a Ish. Tal vez ha malinterpretado el significado de ese gesto... o tal vez no.

Publicado: 29-Sep-2005, 20:25
por Baklands
Sander Hookton. Tras la batalla contra los Jinetes Nómadas

Por fin ha acabado todo Poco a poco, recupero la normalidad en mi pulso y mi respiración tras el combate. La verdad es que hemos salidos muy bien parados ante estos temibles adversarios, ya que parece que sólo yo he sido herido, y tampoco demasiado.

Mi mente se ocupa ahora del jinete que he dejado caído, y cuando me giro hacia él distingo a Nethruul saliendo de los matorrales, cubierto de sangre. No sé si suya o del jinete, tanto me da. Lo único que sé, es que con toda seguridad el cuarto jinete está muerto, así que el único superviviente que nos puede proporcionar algo de información es precisamente mi adversario.

Desde la lejanía escucho como Asher dice algo, que tampoco me importa, y a lo que no hago ni el menor caso. Aún no he olvidado mi disputa con el briciano, y es algo que dejo todavía como pendiente de resolver, aunque ahora me acucian problemas más importantes.

Las palabras de Siladrem al leer la carta resuenan en mis oídos. "Los bricianos puede que no sean quienes parecen ser." Percibo movimiento y veo que los dos bricianos se mueven hacia el jinete caído. No, no puedo dejar que maten al único que puede aportar algo de luz a este misterio

Con voz clara digo:

Asher, ese jinete es mío. Yo decidí perdonarle de momento la vida, y por tanto me pertenece a mí el derecho de quitársela o no. Es cosa mía.

Publicado: 30-Sep-2005, 16:16
por Lindelion
Campamento cerca de las Colinas de Shamutanti

Asher se da la vuelta y mira severamente a Sander.

- No pretendo matarlo de momento, sólo obtener información de él. Pero luego deberemos matarlo, pues de lo contrario correrá a avisar a Ryogax de nuestra situación y correremos un serio peligro. Y a no ser que sepas hablar en su lengua, mantente al margen. Este hombre venía con la única intención de matarme a mí, al embajador de Brice, la misma persona a la que te han ordenado proteger. Y a menos que ya hayas decidido ignorar las órdenes que has recibido de tus superiores, cosa que estoy empezando a creer seriamente, no pondrás más obstáculos en esto. Es más, te liberaré de tu deber cuando lleguemos a la posada, y yo mismo te pagaré lo que hayas convenido con tu superior. no quiero a mi lado a alguien que se dedique a entorpecer más tiempo nuestra marcha. Demasiada paciencia he demostrado ya.

Asher mira a Siladrem para comprobar su reacción, sin apenas preocuparse de Sander.

Publicado: 17-Nov-2005, 10:44
por Baklands
Sander Hookton. Campamento cerca de las Colinas de Shamutanti

Poner obstáculos, liberarme de mis servicios, entorpecer la marcha... ¿pero qué dice este briciano?

Las palabras de Asher golpean mi consciencia de tal modo, que no puedo reprimir una sonora carcajada:

-Jajajajajajaja. Lord Asher, no creo que esté usted en posición de "liberarme de mis servicios". Usted representa a Brice, y yo he sido contratado por orden de la reina Ahleesia y sólo la reina o uno de sus representantes puede rescindir mi contrato. Espero que esto entre bien en su dura mollera. Me estoy hartando ya de esos aires de superioridad. Por otra parte, también me gustaría saber qué considera usted como poner obstáculos o entorpecer la marcha. Todo lo que he hecho hasta ahora ha sido en favor de nuestra seguridad: poner un vigía, que sin duda venía a avisarnos de la presencia de estos Jinetes cuando halló la muerte, montar el campamento en un zona defendible, e incluso luchar para salvar nuestras vidas. Hasta el momento, parece ser que todas las decisiones que he tomado han ido bien encaminadas, ya que efectivamente nos han atacado, como ya le dije que suponía que harían, y gracias a la elección de la zona de campamento hemos tenido ventaja en esta lucha. Así que no veo motivo para sus quejas, lord Asher, respecto a mi calidad como escolta.
-Por otra parte, señor embajador, somos un grupo, no una banda comandada por usted, así que las decisiones que se hayan de tomar respecto a los prisioneros o a cual ruta elegir o cualquier otro problema que surja, deberían ser consensuadas por todos los miembros del grupo. Tal vez las cosas sean distintas en Brice y usted está acostumbrado a actuar así, debido a su condición y rango, pero no estamos en Brice, ni nosotros somos bricianos. Si las personas que usted tiene bajo su cargo están dispuestas a que usted hable y actúe por ellos, yo no me voy a oponer, pero yo tengo mi propia voluntad y deseo. Además, me gustaría conocer la opinión del consejero Sinval respecto a este problema. ¿No está usted de acuerdo, lord Asher?

Como los buitres carroñeros, briciano, corres para ser el primero en hacerte con los despojos de la batalla sin ni siquiera haber participado en ella.

Publicado: 22-Nov-2005, 23:19
por Magnakai
Siladrem Sinval. Campamento cerca de las Colinas de Shamutanti.

Antes de que Asher pueda enfurecerse o refutar a mi compañero, me interpongo entre ambos levantando ambas manos en tono conciliador:

- Por favor, señores, no saquemos esta situación de los márgenes que establece el sentido común. Los razonamientos de nuestro mercenario son más que juiciosos y en verdad si estamos vivos es gracias a su pericia con las armas. No está obligado a darle las gracias, embajador, pues es su trabajo y para lo que fue contratado, pero no olvide el propósito de esta misión y la naturaleza de sus integrantes. Sander no es su vasallo ni su súbdito, y si alguna acción nubla la confianza que en él se ha depositado por su parte, que, por otro lado, más bien tiende hacia el otro extremo de la balanza, no olvide que la responsabilidad es mía como garante de los deseos de la Princesa Ahleesia. Soy su representante y como tal en estos momentos encarno la voluntad de la regente de Analand. Por este motivo no estaré dispuesto a tolerar que se ponga en entredicho la lealtad de nadie designado expresamente por deseo suyo pues se me insultaría a mí y, en consecuencia, a ella.
Por lo demás, Sander, entiende que el embajador representa a un país entero cuya hospitalidad ha sido entendida por la Princesa como la mejor manera de trato y deberemos de tratar en lo posible actuar acorde a sus deseos aun cuando las circunstancias nos inciten a caminar en dirección opuesta.


Camino unos pasos hacia el prisionero y digo:

- Y ahora, veamos qué tiene que contarnos este caballero...