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Horario: Noche
Lugar: Ciudad de Ruanon
Un grupo de niños corre por una oscura calle. Giran una esquina para encontrarse el camino bloqueado por cuatro jinetes, caballeros de Ruanon. Los jinetes llevan antorchas en alto y hacen moverse a sus monturas para impedir el paso de los chiquillos, que son una media docena.
Los niños, sorprendidos y asustados, retroceden, pero otro grupo de tres jinetes les corta el paso, dejandolos atrapados.
¡Se acabo el juego! Grita el sargento de los caballeros. ¡Malditos mocosos, por fin os tenemos! ¡Ahora aprendereis que con nosotros no se juega! Desenvaina su espada hacia ellos y ordena a su segundo. Matadlos.
El otro caballero mira a los chicos, que se han quedado paralizados en medio de la calle y hace una mueca de disgusto. ¿Matarlos? Sargento, sólo son crios, ¿no podriamos...?
¡Ya conoce nuestras ordenes! Le replica el sargento. Esta noche no hay excepciones. ¡Matadlos!
El caballero desenvaina su espada de mala gana y el resto de los jinetes le imitan, lentamente forman un circulo entorno a los niños.
¿A esto se dedican los caballeros ahora? ¿A masacrar niños? Dice alguien detras.
El sargento y el resto de los jinetes se detienen para ver un jinete solitario en medio de la calle, un caballero armado con una vieja armadura de placas.
¿Quién coño eres tu? Le recrimina el sargento.
El caballero se levanta el visor del casco. Soy el capitám Duvall, sargento. Y le ordeno que deponga las armas. Se lo ordeno en el nombre del Rey.
El sargento rie. ¡Esta si que es buena! Se vuelve hacia sus hombres. ¡Dejad a los crios! ¡Matad a ese viejo!
¿Qué ocurre? Le pregunta Duvall, burlón. ¿No tienes los huevos de enfrentarte tú sólo a este viejo?
El sargento se pone colorado como un tomate, pero despues se baja el visor, azuza a su montura y carga contra Duvall. ¡¡Muere!!
El capitán Duvall espera la embestida hasta el ultimo momento. Y justo cuando su atacante va a lanzar su golpe contra él, hace que su montura gire, evitando la espada de su contrario. En el mismo movimiento traza un arco amplio con su espada que acaba en la nuca del sargento, que cae pesdamente y se queda quieto en el suelo empedrado mientras su caballo, sólo, sigue galopando calle abajo.
El resto de los caballeros observan lo que ha ocurrido anonadados. Y todavía se sorprenden más cuando el capitan Duvall carga hacia ellos, al mismo tiempo que de las casas cercanas surgen hombres con lanzas y ballestas que les atacan, mientras los niños acorralados se agarran a las riendas de sus caballos, impidiendoles maniobrar.
Cinco minutos después, otro grupo de caballeros llegan al mismo lugar. En el suelo sólo queda el casco de un caballero. Los jinetes examinan la zona hasta que ven un grupo de niños corriendo. Sin saber que se meten de cabeza en otra emboscada, se lanzan al galope tras ellos.
LA SOMBRA SOBRE RUANON (2ª Parte)
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DRÁGALIN
Todos los Personajes Jugadores
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Apenas lo podeis creer cuando la esbelta silueta envuelta en sedas de colores aparece delante vuestro.
¿Quién es? pregunta Will embelesado.
¿Elessa? Musita Gavilán.
Lucius os mira asombrado ¿Cómo, la conoceis?
Sí, claro. Dice Dragón algo aturdido. Es comerciante... o eso pensaba...
¿Está soltera? Pregunta Tresmond metiendose en la conversación.
Por favor. Os susurra la Vassagonia. Escuchadme, no nos queda mucho tiempo...
Espera un segundo. Dice Cuervo dando un paso al frente. ¿Quién eres realmente y qué estás haciendo aquí?
La mujer hace un rápido movimiento con las manos y de pronto está empuñando dos afilados estiletes que ha sacado de alguna parte entre sus finos ropajes.
En primer lugar. Dice. Comerciante no es mi actividad principal.
Otro borrón de movimiento y las armas vuelven a desaparecer.
En segundo lugar. Continúa. Fui contratada por los que han organizado esta Conspiración. De hecho, ayer me encomendaron vuestra búsqueda y eliminación...
Sin embargo. Dice la vassagonia llevándose la mano al velo que le cubre la cara. Hasta ahora no sabía nada de lo que ha ocurrido con el Rey y su hija. Me he enterado hace poco.
La mirada de Elessa se hace más intensa. Tengo una regla: No meterme en política.
Da un paso hacia vosotros. No tengo la menor intención de convertirme en cómplice del secuestro del Rey y la princesa de un pais como Sommerlund.
Por eso, he decidido cancelar mi contrato... y por eso, he decidido ayudaros a liberar al Rey...
Vuestro instinto os dice que Elessa no os está mintiendo, y que, por el momento, os podeis fiar de ella.
Entonces. Interviene Lucius. ¿Tienes información? ¿Sabes donde están los prisioneros?
Sí. Responde la vassagonia. Hace un rato he “interrogado” a un caballero. Venís de la Torre de la Guardia ¿no? Pues parece ser que el Barón Derek Vanalund está custodiado en lo alto de esa Torre.
Entendeis inmediatamente que se refiere a donde anteriormente estaba encerrado el Helghast que destruisteis.
Y en las celdas que se encuentran en los sótanos de esa misma torre han sido detenidos los miembros de la guardia del palacio.
Al parecer, no debían fiarse de la guardia de palacio, y los han metido a todos en las celdas negras, por eso no os habeis encontrado con ningún guardia durante vuestra incursión en La Mano. Los caballeros de Ruanon y los arcabuceros son los únicos que custodian la fortaleza.
¿Todos los guardias de palacio? Pregunta Lucius.
Sí. Confirma Elessa. Excepto a los oficiales de la guardia, que han sido ejecutados.
La respuesta hace que el rostro del anciano caballero se vuelva blanco. Si eso es cierto, eso quiere decir que Weyland Thorne, su hijo, también ha muerto...
Pero no queda tiempo para lamentarse ahora. ¿Y el Rey? ¿Y su hija? Interviene Gato.
En la Torre del Barón. Confirma Elessa. Junto con el Heredero de la baronía, Dan Vanalund. Pero... La vassagonia mueve la cabeza. Es imposible entrar allí.
El rastrillo de acero está bajado, bloqueando el acceso a la Torre. Además, toda una escuadra de caballeros monta guardia a la entrada. Y por si fuera poco, desde la azotea de la torre un grupo de arcabuceros vigilan todo el perímetro. Cualquiera que se acerque estará a tiro y sin cobertura posible...
Os mirais entre vosotros, tratando de encajar las malas noticias.
Y la situación es aun peor. Las rondas de vigilancia llevan consigo perros de presa entrenados por los caballeros, capaz de rastrear a cualquier intruso. Si os escondeis, os descubrirán.
Y ahora que se ha dado la voz de alarma, los arcabuceros que montan guardia en las murallas exteriores van a venir aquí a reforzar las patrullas de caballeros que os buscan. Si no permaneceis en continuo movimiento, terminarán por acorralaros, y eso será el fin.
¿Alguna idea genial? Pregunta Tresmond al mundo en general.
Tengo habilidad para ocultarme de la vista de los demás. Dice Elessa, y debe tener razón ya que las sedas de colores no son el mejor camuflaje que hay, por lo que sospechais que usa algún tipo de magia.
Puedo intentar lo que vosotros no lograsteis, entrar a la Torre de la Guardia. Si libero a los guardias prisioneros y ellos luchan a nuestro lado quizás tengamos una oportunidad. Mientras, tendreís que moveros rápido y causando el mayor daño posible a vuestros enemigos.
Elessa extiende su mano, con la palma cubierta de unos finos tatuajes que parecen algun tipo de escritura. Y puedo llevar a una persona más conmigo. Mientras vaya de mi mano, será tan invisible a ojos extraños como yo misma.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Apenas lo podeis creer cuando la esbelta silueta envuelta en sedas de colores aparece delante vuestro.
¿Quién es? pregunta Will embelesado.
¿Elessa? Musita Gavilán.
Lucius os mira asombrado ¿Cómo, la conoceis?
Sí, claro. Dice Dragón algo aturdido. Es comerciante... o eso pensaba...
¿Está soltera? Pregunta Tresmond metiendose en la conversación.
Por favor. Os susurra la Vassagonia. Escuchadme, no nos queda mucho tiempo...
Espera un segundo. Dice Cuervo dando un paso al frente. ¿Quién eres realmente y qué estás haciendo aquí?
La mujer hace un rápido movimiento con las manos y de pronto está empuñando dos afilados estiletes que ha sacado de alguna parte entre sus finos ropajes.
En primer lugar. Dice. Comerciante no es mi actividad principal.
Otro borrón de movimiento y las armas vuelven a desaparecer.
En segundo lugar. Continúa. Fui contratada por los que han organizado esta Conspiración. De hecho, ayer me encomendaron vuestra búsqueda y eliminación...
Sin embargo. Dice la vassagonia llevándose la mano al velo que le cubre la cara. Hasta ahora no sabía nada de lo que ha ocurrido con el Rey y su hija. Me he enterado hace poco.
La mirada de Elessa se hace más intensa. Tengo una regla: No meterme en política.
Da un paso hacia vosotros. No tengo la menor intención de convertirme en cómplice del secuestro del Rey y la princesa de un pais como Sommerlund.
Por eso, he decidido cancelar mi contrato... y por eso, he decidido ayudaros a liberar al Rey...
Vuestro instinto os dice que Elessa no os está mintiendo, y que, por el momento, os podeis fiar de ella.
Entonces. Interviene Lucius. ¿Tienes información? ¿Sabes donde están los prisioneros?
Sí. Responde la vassagonia. Hace un rato he “interrogado” a un caballero. Venís de la Torre de la Guardia ¿no? Pues parece ser que el Barón Derek Vanalund está custodiado en lo alto de esa Torre.
Entendeis inmediatamente que se refiere a donde anteriormente estaba encerrado el Helghast que destruisteis.
Y en las celdas que se encuentran en los sótanos de esa misma torre han sido detenidos los miembros de la guardia del palacio.
Al parecer, no debían fiarse de la guardia de palacio, y los han metido a todos en las celdas negras, por eso no os habeis encontrado con ningún guardia durante vuestra incursión en La Mano. Los caballeros de Ruanon y los arcabuceros son los únicos que custodian la fortaleza.
¿Todos los guardias de palacio? Pregunta Lucius.
Sí. Confirma Elessa. Excepto a los oficiales de la guardia, que han sido ejecutados.
La respuesta hace que el rostro del anciano caballero se vuelva blanco. Si eso es cierto, eso quiere decir que Weyland Thorne, su hijo, también ha muerto...
Pero no queda tiempo para lamentarse ahora. ¿Y el Rey? ¿Y su hija? Interviene Gato.
En la Torre del Barón. Confirma Elessa. Junto con el Heredero de la baronía, Dan Vanalund. Pero... La vassagonia mueve la cabeza. Es imposible entrar allí.
El rastrillo de acero está bajado, bloqueando el acceso a la Torre. Además, toda una escuadra de caballeros monta guardia a la entrada. Y por si fuera poco, desde la azotea de la torre un grupo de arcabuceros vigilan todo el perímetro. Cualquiera que se acerque estará a tiro y sin cobertura posible...
Os mirais entre vosotros, tratando de encajar las malas noticias.
Y la situación es aun peor. Las rondas de vigilancia llevan consigo perros de presa entrenados por los caballeros, capaz de rastrear a cualquier intruso. Si os escondeis, os descubrirán.
Y ahora que se ha dado la voz de alarma, los arcabuceros que montan guardia en las murallas exteriores van a venir aquí a reforzar las patrullas de caballeros que os buscan. Si no permaneceis en continuo movimiento, terminarán por acorralaros, y eso será el fin.
¿Alguna idea genial? Pregunta Tresmond al mundo en general.
Tengo habilidad para ocultarme de la vista de los demás. Dice Elessa, y debe tener razón ya que las sedas de colores no son el mejor camuflaje que hay, por lo que sospechais que usa algún tipo de magia.
Puedo intentar lo que vosotros no lograsteis, entrar a la Torre de la Guardia. Si libero a los guardias prisioneros y ellos luchan a nuestro lado quizás tengamos una oportunidad. Mientras, tendreís que moveros rápido y causando el mayor daño posible a vuestros enemigos.
Elessa extiende su mano, con la palma cubierta de unos finos tatuajes que parecen algun tipo de escritura. Y puedo llevar a una persona más conmigo. Mientras vaya de mi mano, será tan invisible a ojos extraños como yo misma.
Camaradas -digo con un gesto sombrio- ha llegado la hora de la verdad- Es en estos momentos, cuando mas fuerte es la oscuridad, cuando nosotros debemos resplandecer para combatirla. Sugiero que vosotros vallais haciendo el mayor daño posible, y que incluso probeis la entrada secreta cerca de la torre del baron, mientras yo voy con nuestra nueva, misteriosa y bella aliada en post de nuevos aliados. Yo soy el mejor de nosotros a larga distancia y estoy seguro que es una habilidad que necesitaremos en esta mision de inflitracion.
Diciendo esto espero criticas, sugerencias y consejos...
Muy bien todos de acuerdo, ahora bella dama -digo mientras le cojo la mano y me empiezo a desvanecer con ella- es hora de empezar la accion...
Diciendo esto espero criticas, sugerencias y consejos...
Muy bien todos de acuerdo, ahora bella dama -digo mientras le cojo la mano y me empiezo a desvanecer con ella- es hora de empezar la accion...
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DRÁGALIN
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
El arcabucero alcanza al grupo de caballeros que escolta al Hermano Luanus en mitad del patio exterior, y susurra su informe a Brendan Furia.
El caballero de la Guardia Roja le transmite la información al sacerdote:
Eminencia, han tratado de entrar en la Torre de la Guardia.
Oh, vaya. ¿Y dónde están ahora? Susurra Luanus.
En algún lugar de Palacio, Eminencia. Vamos a tratar de acorralarlos.
Muy bien. El Hermano Luanus musita una corta plegaria y se vuelve hacia Brendan.
Sir Furia, ¿están usted y su hermano preparados?
El joven caballero sonríe peligrosamente. Sí, Eminencia. Dice al mismo tiempo que señala a lo alto de la Torre del Barón, donde Luanus puede distinguir al capitán de arcabuceros escoltado por varios de los suyos.
Brandon Furia sostiene un enorme mosquete que brilla a la luz de los peveteros. Montado en él hay una especie de catalejo, o eso le parece al sacerdote.
Mi hermano está deseando probar su nueva arma. Dice Brendan. Pero quizás no le deje ningun Señor del Kai para él. Dice mientras desenvaina sus espadas cortas con un siseo.
Os deseo suerte a ambos. El Hermano Luanus alza la mano sobre la cabeza de Brendan.
La bendición de Ishir esté con vosotros
Gracias, Eminencia. No le fallaremos.
Bien, bien. El sacerdote se queda pensativo. Por cierto, las celdas de esa Torre son donde están detenidos los guardias ¿verdad?
Eso es, Eminencia. Confirma Brendan.
Puede que hayan ido allí por esa razón... Mejor no nos arriesgaremos. ¡Tú! Dice señalando a un sargento de arcabuceros. Reune una patrulla e id a la Torre de la Guardia. Matad a los guardias que hay en las celdas.
¡Enseguida! Responde el arcabucero.
¡Espera! Dice el sacerdote antes de que se vaya. En la cima de esa torre está custodiado el Barón ¿no es cierto?
Sí, así es. Responde el arcabucero. ¿Por qué lo preguntais, Eminencia?
No, por nada. Dice Luanus con voz suave. Sólo que... matadlo también.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
El arcabucero alcanza al grupo de caballeros que escolta al Hermano Luanus en mitad del patio exterior, y susurra su informe a Brendan Furia.
El caballero de la Guardia Roja le transmite la información al sacerdote:
Eminencia, han tratado de entrar en la Torre de la Guardia.
Oh, vaya. ¿Y dónde están ahora? Susurra Luanus.
En algún lugar de Palacio, Eminencia. Vamos a tratar de acorralarlos.
Muy bien. El Hermano Luanus musita una corta plegaria y se vuelve hacia Brendan.
Sir Furia, ¿están usted y su hermano preparados?
El joven caballero sonríe peligrosamente. Sí, Eminencia. Dice al mismo tiempo que señala a lo alto de la Torre del Barón, donde Luanus puede distinguir al capitán de arcabuceros escoltado por varios de los suyos.
Brandon Furia sostiene un enorme mosquete que brilla a la luz de los peveteros. Montado en él hay una especie de catalejo, o eso le parece al sacerdote.
Mi hermano está deseando probar su nueva arma. Dice Brendan. Pero quizás no le deje ningun Señor del Kai para él. Dice mientras desenvaina sus espadas cortas con un siseo.
Os deseo suerte a ambos. El Hermano Luanus alza la mano sobre la cabeza de Brendan.
La bendición de Ishir esté con vosotros
Gracias, Eminencia. No le fallaremos.
Bien, bien. El sacerdote se queda pensativo. Por cierto, las celdas de esa Torre son donde están detenidos los guardias ¿verdad?
Eso es, Eminencia. Confirma Brendan.
Puede que hayan ido allí por esa razón... Mejor no nos arriesgaremos. ¡Tú! Dice señalando a un sargento de arcabuceros. Reune una patrulla e id a la Torre de la Guardia. Matad a los guardias que hay en las celdas.
¡Enseguida! Responde el arcabucero.
¡Espera! Dice el sacerdote antes de que se vaya. En la cima de esa torre está custodiado el Barón ¿no es cierto?
Sí, así es. Responde el arcabucero. ¿Por qué lo preguntais, Eminencia?
No, por nada. Dice Luanus con voz suave. Sólo que... matadlo también.
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DRÁGALIN
Cuervo Vigía / Gato Alado / Gavilán Temerario
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Sin demoraros más os poneis en marcha. La unica salida de la capilla son las dobles puertas, de manera que vais por ellas.
Las puertas conducen a un amplio pasillo iluminado con antorchas. No hay nadie a la vista, pero aun así avanzáis con cautela. El pasillo termina en otras dobles puertas, y a ambos lados hay varias salidas.
Justo tras avanzar unos pocos pasos más, vuestro sexto sentido os advierte de un peligro inminente, y eso os salva, porque de pronto las puertas del fondo se abren, para dejar paso a una escuadra de arcabuceros, escoltados por varios caballeros con ballestas.
Con una ventaja de apenas un segundo, y sin pensarlo os meteis por la puerta a vuestra derecha mientras resuenan con estruendo varios disparos en el pasillo. Contra los arcabuceros teneis pocas posibilidades a larga distancia si ellos no están al alcance de vuestros poderes psíquicos, por lo que huir es la mejor opción.
Cuervo abre la frenética carrera, abriendo puertas, subiendo por escaleras y metiendose por pasajes al azar. Ya no tiene tiempo de ir sigilosamente ni deteniendose para ver si hay alguien, sino que se guía únicamente por el instinto cuando decide por donde ir. Gavilán avanza justo tras él, con Cortavientos preparada por si aparecen enemigos. Detrás, Tresmond, Lucius y Will resoplan por el esfuerzo, y Gato cierra el grupo, echando rápidos vistazos hacia atrás. Ni siquiera tiene tiempo de decir al resto de vosotros que Dragón y Elessa ya no os acompañan.
Afortunadamente para vosotros, la estructura de La Mano parece diseñada por un loco (de hecho, recordais que la construyeron así para confundir a un posible enemigo) y eso hará dificil a vuestros perseguidores rodearos y tenderos una emboscada, ya que tanto los caballeros como los arcabuceros no están familiarizados con el palacio.
Finalmente, Cuervo abre una puerta, que milagrosamente, tampoco está cerrada y hace pasar al resto de vosotros a una sala grande y oscura.
En cuanto cierra la puerta tras de sí, os dais cuenta de que no estais sólos.
Vuestra vista se adapta rápidamente a la pobre iluminación compuesta por unas pocas velas y descubris que os encontrais en lo que deben ser las cocinas, donde en el suelo hay preparados camastros de todo tipo de gente que, algunos despiertos, otros medio dormidos, os miran con temor.
Comprendeis que debe tratarse de sirvientes y criados cuando una voz conocida os sorprende.
¡Alabado sea Kai, son ustedes! Dice el Mayordomo Roanan acercandoos a vosotros.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Sin demoraros más os poneis en marcha. La unica salida de la capilla son las dobles puertas, de manera que vais por ellas.
Las puertas conducen a un amplio pasillo iluminado con antorchas. No hay nadie a la vista, pero aun así avanzáis con cautela. El pasillo termina en otras dobles puertas, y a ambos lados hay varias salidas.
Justo tras avanzar unos pocos pasos más, vuestro sexto sentido os advierte de un peligro inminente, y eso os salva, porque de pronto las puertas del fondo se abren, para dejar paso a una escuadra de arcabuceros, escoltados por varios caballeros con ballestas.
Con una ventaja de apenas un segundo, y sin pensarlo os meteis por la puerta a vuestra derecha mientras resuenan con estruendo varios disparos en el pasillo. Contra los arcabuceros teneis pocas posibilidades a larga distancia si ellos no están al alcance de vuestros poderes psíquicos, por lo que huir es la mejor opción.
Cuervo abre la frenética carrera, abriendo puertas, subiendo por escaleras y metiendose por pasajes al azar. Ya no tiene tiempo de ir sigilosamente ni deteniendose para ver si hay alguien, sino que se guía únicamente por el instinto cuando decide por donde ir. Gavilán avanza justo tras él, con Cortavientos preparada por si aparecen enemigos. Detrás, Tresmond, Lucius y Will resoplan por el esfuerzo, y Gato cierra el grupo, echando rápidos vistazos hacia atrás. Ni siquiera tiene tiempo de decir al resto de vosotros que Dragón y Elessa ya no os acompañan.
Afortunadamente para vosotros, la estructura de La Mano parece diseñada por un loco (de hecho, recordais que la construyeron así para confundir a un posible enemigo) y eso hará dificil a vuestros perseguidores rodearos y tenderos una emboscada, ya que tanto los caballeros como los arcabuceros no están familiarizados con el palacio.
Finalmente, Cuervo abre una puerta, que milagrosamente, tampoco está cerrada y hace pasar al resto de vosotros a una sala grande y oscura.
En cuanto cierra la puerta tras de sí, os dais cuenta de que no estais sólos.
Vuestra vista se adapta rápidamente a la pobre iluminación compuesta por unas pocas velas y descubris que os encontrais en lo que deben ser las cocinas, donde en el suelo hay preparados camastros de todo tipo de gente que, algunos despiertos, otros medio dormidos, os miran con temor.
Comprendeis que debe tratarse de sirvientes y criados cuando una voz conocida os sorprende.
¡Alabado sea Kai, son ustedes! Dice el Mayordomo Roanan acercandoos a vosotros.
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DRÁGALIN
Dragón Carmesí
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Sin demoraros más os poneis en marcha. La unica salida de la capilla son las dobles puertas, de manera que vais por ellas.
Las puertas conducen a un amplio pasillo iluminado con antorchas. No hay nadie a la vista, pero aun así avanzáis con cautela. El pasillo termina en otras dobles puertas, y a ambos lados hay varias salidas.
Justo tras avanzar unos pocos pasos más, vuestro sexto sentido os advierte de un peligro inminente, y eso os salva, porque de pronto las puertas del fondo se abren, para dejar paso a una escuadra de arcabuceros, escoltados por varios caballeros con ballestas.
Agarrandote con fuerza por la mano, Elessa te echa contra la pared de la izquierda mientras que con la otra mano te tapa la boca.
Por un segundo piensas que te ha traicionado o que se ha vuelto loca, mientras los arcabuceros disparan y los caballeros se os aproximan desenvainando sus armas, pero entonces descubres con sorpresa que pasan de largo vuestro sin siquiera miraros.
El numeroso grupo avanza por donde han ido tus camaradas, con los arcabuceros armados con pistolas abriendo paso. Al momento, estáis de nuevo sólos tu y la Vassagonia en el pasillo.
Esta magia es poderosa. Te susurra Elessa al oido. Pero muy delicada, en cuanto llamemos un poco la atención el hechizo se romperá y perderemos nuestra protección, de manera que ten mucho cuidado y, sobre todo, no te apartes de mi.
Asintiendo con firmeza le das a entender que sabes lo que haces. Elessa te hace un gesto con el dedo para que la sigas y os poneis en marcha.
Llegais al final del pasillo, donde las dobles puertas ahora abiertas dan a una antesala. Elessa te guía por una de las salidas, que da al patio exterior.
Salís a la noche. El patio, iluminado con peveteros, es el que da a la Torre de la Guardia, que teneis más adelante.
La “invisibilidad” (aunque realmente no seais invisibles) de la vassagonia funciona a la perfección, ya que una patrulla de caballeros pasa por encima vuestro, en las murallas interiores, y aunque lanzan miradas en vuestra dirección, no os descubren.
Elessa te lleva hasta un hueco en la pared, uno de los pocos lugares a resguardo del patio. Tú observas la entrada de la torre, una gran puerta custodiada por dos caballeros, que estarán a unos treinta metros de vosotros.
No me arriesgaré a acercarnos más. Te dice Elessa. No hay cobertura de ningún tipo, y nos descubrirían. La mujer observa a los guardias. Podemos encargarnos de ellos desde aquí. Dice sacando un estilete que hace girar en su mano.
Pero, Dice mirandote fijamente. Si la puerta está cerrada por dentro, no creo que podamos entrar. Quizás deberíamos esperar a que alguien salga o entre para atacar. ¿Qué opinas?
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Sin demoraros más os poneis en marcha. La unica salida de la capilla son las dobles puertas, de manera que vais por ellas.
Las puertas conducen a un amplio pasillo iluminado con antorchas. No hay nadie a la vista, pero aun así avanzáis con cautela. El pasillo termina en otras dobles puertas, y a ambos lados hay varias salidas.
Justo tras avanzar unos pocos pasos más, vuestro sexto sentido os advierte de un peligro inminente, y eso os salva, porque de pronto las puertas del fondo se abren, para dejar paso a una escuadra de arcabuceros, escoltados por varios caballeros con ballestas.
Agarrandote con fuerza por la mano, Elessa te echa contra la pared de la izquierda mientras que con la otra mano te tapa la boca.
Por un segundo piensas que te ha traicionado o que se ha vuelto loca, mientras los arcabuceros disparan y los caballeros se os aproximan desenvainando sus armas, pero entonces descubres con sorpresa que pasan de largo vuestro sin siquiera miraros.
El numeroso grupo avanza por donde han ido tus camaradas, con los arcabuceros armados con pistolas abriendo paso. Al momento, estáis de nuevo sólos tu y la Vassagonia en el pasillo.
Esta magia es poderosa. Te susurra Elessa al oido. Pero muy delicada, en cuanto llamemos un poco la atención el hechizo se romperá y perderemos nuestra protección, de manera que ten mucho cuidado y, sobre todo, no te apartes de mi.
Asintiendo con firmeza le das a entender que sabes lo que haces. Elessa te hace un gesto con el dedo para que la sigas y os poneis en marcha.
Llegais al final del pasillo, donde las dobles puertas ahora abiertas dan a una antesala. Elessa te guía por una de las salidas, que da al patio exterior.
Salís a la noche. El patio, iluminado con peveteros, es el que da a la Torre de la Guardia, que teneis más adelante.
La “invisibilidad” (aunque realmente no seais invisibles) de la vassagonia funciona a la perfección, ya que una patrulla de caballeros pasa por encima vuestro, en las murallas interiores, y aunque lanzan miradas en vuestra dirección, no os descubren.
Elessa te lleva hasta un hueco en la pared, uno de los pocos lugares a resguardo del patio. Tú observas la entrada de la torre, una gran puerta custodiada por dos caballeros, que estarán a unos treinta metros de vosotros.
No me arriesgaré a acercarnos más. Te dice Elessa. No hay cobertura de ningún tipo, y nos descubrirían. La mujer observa a los guardias. Podemos encargarnos de ellos desde aquí. Dice sacando un estilete que hace girar en su mano.
Pero, Dice mirandote fijamente. Si la puerta está cerrada por dentro, no creo que podamos entrar. Quizás deberíamos esperar a que alguien salga o entre para atacar. ¿Qué opinas?
La sonrio abiertamente mientras saco mi flechas y mi arco, me imagino que no me veran desde aqui y a esta distancia, y en susurros la digo que estoy dispuesto a esperar a que alguien abra la puerta, no quiero llevarme la sorpresa de la puerta cerrada otra vez, luego con paciencia espero los acontecimientos...
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DRÁGALIN
Cuervo Vigía / Gato Alado / Gavilán Temerario
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Por un segundo os alegráis de ver un rostro amigo, el del Mayordomo de La Mano, Roanan, pero al momento recordáis vuestra situación y sabéis que cada momento en el que permanezcais aquí estáis poniendo en peligro a estas personas.
¡Doy gracias a Kai porque estén aquí! Sigue Roanan. ¡Todo el mundo se ha vuelto loco! ¡Los caballeros se han llevado al Barón, a los guardias los han encarcelado, a los criados nos han prohibido salir de nuestras habitaciones y esos individuos vestidos de rojo y con esas horribles armas están por todas partes! ¡No sabemos lo que...!
Sí, sí, lo sabemos. Le interrumpe Cuervo. ¿Qué salidas tienen estás cocinas? Le echa un vistazo a la puerta por la que habeis entrado y su instinto le dice que no es seguro salir por allí. Gato, que la vigila, se lo confirma negando con la cabeza.
Roanan, que tranquiliza al resto de los criados con un gesto, os susurra.
Hay una pequeña ventana que da a un pequeño patio interior que conecta con las lavanderías y lleva hasta el Bosque de Ishir.
Recordais el Bosque de Ishir, el bosque a cielo abierto que hay en mitad del palacio. Tiene muchas conexiones, y desde allí podéis ir a cualquier lugar de La Mano.
Gavilán, que explora la cocina a grandes zancadas, fijándose sobre todo en las dos grandes chimeneas que hay en la pared.
Por aquí podríamos escalar hasta los tejados. Dice tras echarles un vistazo.
Estáis examinando las posibilidades cuando Roanan interviene.
Por favor señores, se que deben de salir de aquí, pero por favor, necesito su ayuda.
¿Qué necesitais? Pregunta Cuervo.
No es para mi ni para nosotros. Estaremos bien. Es por la señorita Irina.
¿Irina? ¿La hija del Barón?
Si, ella despertó del maligno sueño en la que el Hechicero Dragair la sumió, pero su estado de salud es muy debil, . Los caballeros la dejaron donde se encontraba reposando, en las habitaciones del difunto Maestre Clian, nuestro sanador, en La Torre Vigía. Ahora, tras recluir a todos los criados, está allí sola y sin nadie que la atienda y temo por ella. Os mira esperanzado. Se dice que los Señores del Kai pueden sanar a la gente con sus propias manos. Señores, os lo pido por favor, ayudadla.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Por un segundo os alegráis de ver un rostro amigo, el del Mayordomo de La Mano, Roanan, pero al momento recordáis vuestra situación y sabéis que cada momento en el que permanezcais aquí estáis poniendo en peligro a estas personas.
¡Doy gracias a Kai porque estén aquí! Sigue Roanan. ¡Todo el mundo se ha vuelto loco! ¡Los caballeros se han llevado al Barón, a los guardias los han encarcelado, a los criados nos han prohibido salir de nuestras habitaciones y esos individuos vestidos de rojo y con esas horribles armas están por todas partes! ¡No sabemos lo que...!
Sí, sí, lo sabemos. Le interrumpe Cuervo. ¿Qué salidas tienen estás cocinas? Le echa un vistazo a la puerta por la que habeis entrado y su instinto le dice que no es seguro salir por allí. Gato, que la vigila, se lo confirma negando con la cabeza.
Roanan, que tranquiliza al resto de los criados con un gesto, os susurra.
Hay una pequeña ventana que da a un pequeño patio interior que conecta con las lavanderías y lleva hasta el Bosque de Ishir.
Recordais el Bosque de Ishir, el bosque a cielo abierto que hay en mitad del palacio. Tiene muchas conexiones, y desde allí podéis ir a cualquier lugar de La Mano.
Gavilán, que explora la cocina a grandes zancadas, fijándose sobre todo en las dos grandes chimeneas que hay en la pared.
Por aquí podríamos escalar hasta los tejados. Dice tras echarles un vistazo.
Estáis examinando las posibilidades cuando Roanan interviene.
Por favor señores, se que deben de salir de aquí, pero por favor, necesito su ayuda.
¿Qué necesitais? Pregunta Cuervo.
No es para mi ni para nosotros. Estaremos bien. Es por la señorita Irina.
¿Irina? ¿La hija del Barón?
Si, ella despertó del maligno sueño en la que el Hechicero Dragair la sumió, pero su estado de salud es muy debil, . Los caballeros la dejaron donde se encontraba reposando, en las habitaciones del difunto Maestre Clian, nuestro sanador, en La Torre Vigía. Ahora, tras recluir a todos los criados, está allí sola y sin nadie que la atienda y temo por ella. Os mira esperanzado. Se dice que los Señores del Kai pueden sanar a la gente con sus propias manos. Señores, os lo pido por favor, ayudadla.
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DRÁGALIN
Dragón Carmesí
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Transcurren unos tensos minutos hasta que observais movimiento.
Y lo que veis no os gusta. Un grupo de cuatro arcabuceros, enfundados en sus pintorescos trajes de cuero rojo que los cubren de pie a cabeza, avanzan hacia la entrada de la Torre. Llevan sus mosquetes a la espalda, pero en sus manos portan espadas cortas y pistolas de chispa.
Oyes como Elessa maldice en su idioma. Tú tampoco estás contento precisamente, con estos cuatro ahora son seis los enemigos a batir, pero la presencia de estos arcabuceros te intranquiliza ya que tu instinto te dice que no van a la Torre de la Guardia para nada bueno.
Si actuamos ahora, tenemos que esperar hasta que abran la puerta. Te susurra la vassagonia a tu lado. Vamos a tener que ser muy rápidos.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Transcurren unos tensos minutos hasta que observais movimiento.
Y lo que veis no os gusta. Un grupo de cuatro arcabuceros, enfundados en sus pintorescos trajes de cuero rojo que los cubren de pie a cabeza, avanzan hacia la entrada de la Torre. Llevan sus mosquetes a la espalda, pero en sus manos portan espadas cortas y pistolas de chispa.
Oyes como Elessa maldice en su idioma. Tú tampoco estás contento precisamente, con estos cuatro ahora son seis los enemigos a batir, pero la presencia de estos arcabuceros te intranquiliza ya que tu instinto te dice que no van a la Torre de la Guardia para nada bueno.
Si actuamos ahora, tenemos que esperar hasta que abran la puerta. Te susurra la vassagonia a tu lado. Vamos a tener que ser muy rápidos.
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DRÁGALIN
Cuervo Vigía / Gavilán Temerario
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Veis como Lucius se despide de Tresmond y Will.
Ocultaos aquí. Les dice el anciano caballero. Y, pase lo que pase, manteneos con vida.
El chico y el bardo se han negado al principio a quedarse en las cocinas, como si fueran unos criados más, pero han tenido que aceptar cuando Lucius se lo ha ordenado.
Es lo mejor para ellos, pensais, ya que ir con vosotros es demasiado peligroso.
Gavilán ya ha abierto el estrecho ventanuco, y tras echar un vistazo hace un gesto que indica que el camino está despejado.
Debeis iros ya. Advierte Roanan a Cuervo. Y no os preocupeis. Dice dirigiendose a Lucius. Estarán a salvo con nosotros.
Dicho esto, abandonáis las cocinas a través de la pequeña ventana. Lo último que veis son el gesto de impotencia del bardo durenés y las lagrimas en los ojos de Will.
Gracias a la indicaciones del Mayordomo, no tardáis en llegar hasta el Bosque de Ishir, a través de salas y pasillos que sólo los criados utilizan. Desde aquí seguireis la ruta que Roanan os ha dado para llegar hasta la Torre Vigía, la más alta de las Torres de La Mano.
Pero en cuanto comenzáis a atravesar el Bosque de Ishir os sentís intranquilos, a pesar de estar protegidos por los árboles y la noche. Y en cuanto escucháis los primeros ladridos sabéis que vuestro instinto no os ha fallado.
Echáis a correr para llegar al otro extremo del bosquecillo con los ladridos y los gritos de alarma cada vez más cerca detrás vuestro. Sabés que si os deteneis aquí, en medio del Bosque a combatir se os echará encima todo el mundo y desde todos los lados.
Llegáis por fin a la entrada en el extremo del Bosque que os llevará de nuevo al interior del palacio. Pero os deteneis bruscamente al aparecer a la derecha, a unos treinta metros, un grupo de ocho arcabuceros que se detienen también al descubriros y apuntan sus rifles hacia vosotros. Al mando de los arcabuceros está sir Brendan Furia, de la guardia personal del Barón, que os hace un gesto de saludo con la mano, burlón.
¡Noooo! Grita gato Alado adelantándose a vosotros. Contempláis asombrados como vuestro compañero alza las manos y de pronto, del suelo del Bosque de Ishir se levanta un remolino de hojas secas y tierra que forman una especie de muro ante él.
Gato está utilizando su poder mental sobre la materia para entorpecer la visibilidad de los arcabuceros, que no podrán disparar si no os ven.
Pero vuestro optimismo es momentáneo. Detrás vuestro, saliendo del bosque de Ishir, aparecen un grupo de perros de presa, y tras ellos, lo que parecen ser sus dueños, mercenarios con armaduras de cuero endurecidas, vestidos con pieles de lobo y armados con hachas. Y lo que es peor, empiezan a aparecer caballeros desde los arboles en vuestra dirección, con sus armas preparadas, listos para matar.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Veis como Lucius se despide de Tresmond y Will.
Ocultaos aquí. Les dice el anciano caballero. Y, pase lo que pase, manteneos con vida.
El chico y el bardo se han negado al principio a quedarse en las cocinas, como si fueran unos criados más, pero han tenido que aceptar cuando Lucius se lo ha ordenado.
Es lo mejor para ellos, pensais, ya que ir con vosotros es demasiado peligroso.
Gavilán ya ha abierto el estrecho ventanuco, y tras echar un vistazo hace un gesto que indica que el camino está despejado.
Debeis iros ya. Advierte Roanan a Cuervo. Y no os preocupeis. Dice dirigiendose a Lucius. Estarán a salvo con nosotros.
Dicho esto, abandonáis las cocinas a través de la pequeña ventana. Lo último que veis son el gesto de impotencia del bardo durenés y las lagrimas en los ojos de Will.
Gracias a la indicaciones del Mayordomo, no tardáis en llegar hasta el Bosque de Ishir, a través de salas y pasillos que sólo los criados utilizan. Desde aquí seguireis la ruta que Roanan os ha dado para llegar hasta la Torre Vigía, la más alta de las Torres de La Mano.
Pero en cuanto comenzáis a atravesar el Bosque de Ishir os sentís intranquilos, a pesar de estar protegidos por los árboles y la noche. Y en cuanto escucháis los primeros ladridos sabéis que vuestro instinto no os ha fallado.
Echáis a correr para llegar al otro extremo del bosquecillo con los ladridos y los gritos de alarma cada vez más cerca detrás vuestro. Sabés que si os deteneis aquí, en medio del Bosque a combatir se os echará encima todo el mundo y desde todos los lados.
Llegáis por fin a la entrada en el extremo del Bosque que os llevará de nuevo al interior del palacio. Pero os deteneis bruscamente al aparecer a la derecha, a unos treinta metros, un grupo de ocho arcabuceros que se detienen también al descubriros y apuntan sus rifles hacia vosotros. Al mando de los arcabuceros está sir Brendan Furia, de la guardia personal del Barón, que os hace un gesto de saludo con la mano, burlón.
¡Noooo! Grita gato Alado adelantándose a vosotros. Contempláis asombrados como vuestro compañero alza las manos y de pronto, del suelo del Bosque de Ishir se levanta un remolino de hojas secas y tierra que forman una especie de muro ante él.
Gato está utilizando su poder mental sobre la materia para entorpecer la visibilidad de los arcabuceros, que no podrán disparar si no os ven.
Pero vuestro optimismo es momentáneo. Detrás vuestro, saliendo del bosque de Ishir, aparecen un grupo de perros de presa, y tras ellos, lo que parecen ser sus dueños, mercenarios con armaduras de cuero endurecidas, vestidos con pieles de lobo y armados con hachas. Y lo que es peor, empiezan a aparecer caballeros desde los arboles en vuestra dirección, con sus armas preparadas, listos para matar.
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DRÁGALIN
Dragón Carmesí
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Cubréme... y sígueme de cerca. Te susurra Elessa, tras lo cual sale a toda velocidad hacia la entrada de la Torre de la Guardia, en un borrón de velocidad, justo en el preciso momento en el que los caballeros abren la pesada puerta.
Disparas con Kamikaze de manera instintiva y la flecha atraviesa el pecho de uno de los arcabuceros mientras que un afilado estilete lanzado por la vassagonia se clava hasta la empuñadura en el cuello de otro.
Vuestros enemigos se alarman al ver lo ocurrido, pero sobre todo cuando una figura envuelta en sedas se lanza sobre ellos como una exhalación... pero no antes de que otra de tus flechas atraviese a un arcabucero.
Te vas acercando hacia la entrada mientras disparas, rezando porque no despertéis demasiado la atención, cuando el último arcabucero cae con la hoja de uno de los estiletes de la vassagonia incrustado en su ojo, rompiendo esas extrañas gafas tintadas que llevan.
Los caballeros la atacan, pero la mujer se revuelve, girando graciosamente como si estuviera interpretando una danza y esquivando las espadas con facilidad.
Por desgracia para ti, la última flecha que disparas rebota contra la armadura de uno de los caballeros que ahora centra su mirada en ti, y se lanza a por tu cabeza a la carrera, alzando su espada en el aire y protegiéndose el cuerpo con el escudo.
Preparas tu disparo con cuidado, ya que si fallas, el contraataque del caballero puede ser mortífero. Pero entoces ves con horror como la puerta e la Torre se cierra. O al menos está a punto de cerrarse, porque Elessa se lanza hacia ella y logra colocar un estilete en el hueco.
La vassagonia usa todas sus fuerzas para aguantar y evitar que cierren desde dentro, mientras detrás suyo, el otro caballero que queda alza la espada para atacarla por la espalda ¡Pero Elessa no puede hacer nada más que aguantar la puerta!
¡Dragón! Grita la mujer.
El tiempo parece detenerse mientras decides qué hacer...
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Cubréme... y sígueme de cerca. Te susurra Elessa, tras lo cual sale a toda velocidad hacia la entrada de la Torre de la Guardia, en un borrón de velocidad, justo en el preciso momento en el que los caballeros abren la pesada puerta.
Disparas con Kamikaze de manera instintiva y la flecha atraviesa el pecho de uno de los arcabuceros mientras que un afilado estilete lanzado por la vassagonia se clava hasta la empuñadura en el cuello de otro.
Vuestros enemigos se alarman al ver lo ocurrido, pero sobre todo cuando una figura envuelta en sedas se lanza sobre ellos como una exhalación... pero no antes de que otra de tus flechas atraviese a un arcabucero.
Te vas acercando hacia la entrada mientras disparas, rezando porque no despertéis demasiado la atención, cuando el último arcabucero cae con la hoja de uno de los estiletes de la vassagonia incrustado en su ojo, rompiendo esas extrañas gafas tintadas que llevan.
Los caballeros la atacan, pero la mujer se revuelve, girando graciosamente como si estuviera interpretando una danza y esquivando las espadas con facilidad.
Por desgracia para ti, la última flecha que disparas rebota contra la armadura de uno de los caballeros que ahora centra su mirada en ti, y se lanza a por tu cabeza a la carrera, alzando su espada en el aire y protegiéndose el cuerpo con el escudo.
Preparas tu disparo con cuidado, ya que si fallas, el contraataque del caballero puede ser mortífero. Pero entoces ves con horror como la puerta e la Torre se cierra. O al menos está a punto de cerrarse, porque Elessa se lanza hacia ella y logra colocar un estilete en el hueco.
La vassagonia usa todas sus fuerzas para aguantar y evitar que cierren desde dentro, mientras detrás suyo, el otro caballero que queda alza la espada para atacarla por la espalda ¡Pero Elessa no puede hacer nada más que aguantar la puerta!
¡Dragón! Grita la mujer.
El tiempo parece detenerse mientras decides qué hacer...
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DRÁGALIN
Dragón Carmesí
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Sin pensarlo más, disparas contra el caballero que amenaza a Elessa. La flecha sale de tu arco y... se destroza contra la proteción metálica del hombro de tu objetivo.
Maldices, pero por lo menos la distracción evita que el hombre ataque a la vassagonia, que aprovecha ese precioso segundo en apuntalar el estilete que impide que se cierre la puerta.
Pero el grito del otro caballero al atacarte te devuelve a tu problema más acuciante. La espada del hombre, en un ataque horizontal, te impacta en el pecho... pero milagrosamente resbala por tu peto de cuero endurecido y lo único que hace es desgarrarte las vestiduras y la capa.
Furioso, te revuelves, y concentras todo tu poder mental para un ataque psíquico contra el caballero, el cual se derrumba gritando de dolor cuando le destrozas la mente.
Te das la vuelta para ayudar a Elessa, pero ves que el caballero que la amenazaba se agarra el cuello del que brota sangre a borbotones.
La vassagonia aguanta la puerta y te mira, y tu comprendes lo que has de hacer. Has llegado demasiado lejos para tener miedo ahora, hay que entrar en la Torre.
Te colocas a Kamikaze a la espalda, el escudo en el brazo izquierdo y con la diestra desenvainas a Sombra.
Y echas a correr hacia la puerta a toda velocidad. Justo antes de llegar, te proteges con el escudo y golpeas con todas tus fuerzas...
Y la puerta cede hacia adentro. La inercia te hace caer hacia delante, pero ruedas por el suelo y te alzas en mitad de la sala común del primer piso de la Torre de la guardia, en posición de ataque.
A tu alrededor, siete caballeros de Ruanon, con las espadas desenvainadas se lanzan a por ti..
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Sin pensarlo más, disparas contra el caballero que amenaza a Elessa. La flecha sale de tu arco y... se destroza contra la proteción metálica del hombro de tu objetivo.
Maldices, pero por lo menos la distracción evita que el hombre ataque a la vassagonia, que aprovecha ese precioso segundo en apuntalar el estilete que impide que se cierre la puerta.
Pero el grito del otro caballero al atacarte te devuelve a tu problema más acuciante. La espada del hombre, en un ataque horizontal, te impacta en el pecho... pero milagrosamente resbala por tu peto de cuero endurecido y lo único que hace es desgarrarte las vestiduras y la capa.
Furioso, te revuelves, y concentras todo tu poder mental para un ataque psíquico contra el caballero, el cual se derrumba gritando de dolor cuando le destrozas la mente.
Te das la vuelta para ayudar a Elessa, pero ves que el caballero que la amenazaba se agarra el cuello del que brota sangre a borbotones.
La vassagonia aguanta la puerta y te mira, y tu comprendes lo que has de hacer. Has llegado demasiado lejos para tener miedo ahora, hay que entrar en la Torre.
Te colocas a Kamikaze a la espalda, el escudo en el brazo izquierdo y con la diestra desenvainas a Sombra.
Y echas a correr hacia la puerta a toda velocidad. Justo antes de llegar, te proteges con el escudo y golpeas con todas tus fuerzas...
Y la puerta cede hacia adentro. La inercia te hace caer hacia delante, pero ruedas por el suelo y te alzas en mitad de la sala común del primer piso de la Torre de la guardia, en posición de ataque.
A tu alrededor, siete caballeros de Ruanon, con las espadas desenvainadas se lanzan a por ti..
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DRÁGALIN
Dragón Carmesí
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Cierras los ojos y con un grito de esfuerzo agónico, desatas todo tu poder psíquico en una onda mental que, prácticamente, frie los cerebros de los caballeros alrededor tuyo.
Cuando abres de nuevo los ojos, están todos tendidos en el frío suelo de piedra.
Elessa, que acaba de entrar, observa los cuerpos en el suelo para después mirarte a ti, con las cejas arqueadas de asombro.
Realmente... impresionante.
Pero al momento se vuelve a oir actividad en la Torre. Elessa vuelve a la puerta y la cierra desde dentro, mientras por las escaleras se aproximan caballeros desde el piso de arriba, al igual que desde las escaleras que llevan al sótano, por las que suben más enemigos.
¡Yo iré arriba! Te grita la vassagonia ¡Tú ve abajo!
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Cierras los ojos y con un grito de esfuerzo agónico, desatas todo tu poder psíquico en una onda mental que, prácticamente, frie los cerebros de los caballeros alrededor tuyo.
Cuando abres de nuevo los ojos, están todos tendidos en el frío suelo de piedra.
Elessa, que acaba de entrar, observa los cuerpos en el suelo para después mirarte a ti, con las cejas arqueadas de asombro.
Realmente... impresionante.
Pero al momento se vuelve a oir actividad en la Torre. Elessa vuelve a la puerta y la cierra desde dentro, mientras por las escaleras se aproximan caballeros desde el piso de arriba, al igual que desde las escaleras que llevan al sótano, por las que suben más enemigos.
¡Yo iré arriba! Te grita la vassagonia ¡Tú ve abajo!
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DRÁGALIN
Cuervo Vigía / Gavilán Temerario
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Mientras Gato se ocupa de cubriros frente a los arcabuceros, hacéis frente a los enemigos que se lanzan a vuestro encuentro desde el Bosque de Ishir.
Lo que sucede a continuación es una lucha encarnizada contra unos enemigos superiores en número y que os acosan sin cuartel.
Poco a poco, vais igualando el combate, a medida que vuestros adversarios caen de bruces a vuestro alrededor. Los caballeros son especialmente duros, ya que son guerreros expertos y sus armaduras son gruesas y difíciles de penetrar.
Cuando el último caballero cae atravesado por Cortavientos, Gavilán echa un vistazo al bosque. No ve más caballeros apróximándose, pero sí puede oirlos. Deben salir de aquí ahora mismo, aprovechando el tiempo que han conseguido.
¡Gato! Grita a su compañero, que da a entender que le ha oido mientras retrocede hacia atrás, hacia al entrada al palacio, sudando por el esfuerzo mental que le cuesta mantener el remolino de hojas secas y polvo que ha levantado.
Los últimos en entrar son Lucius y Cuervo, que se apoya en el anciano caballero mientras que con la otra mano se aprieta el costado, al lado de la cadera, donde la espada de un caballero ha penetrado casi hasta el hueso en un profundo corte.
Justo antes de cerrar la puerta desde dentro, se oye el estruendo de un disparo de mosquete.
Desde la protección que ofrece el Bosque de Ishir, Brendan Furia felicita al arcabucero que le acompaña.
Buen disparo.
Gavilán, que echa el pestillo para evitar que puedan abrir la puerta, maldice entre dientes. Algún otro arcabucero apostado desde otra posicion debe de haber sido quien ha abierto fuego contra vosotros. Afortunadamente, ha fallado...
Pero entoces mira a Lucius Thorne, que apoya la espalda contra la pared, con el rostro blanco como la cera. En la parte frontal de su peto hay abierto un orificio de salida, del que mana un riacuelo de sangre muy roja.
Gato sostiene al anciano para recostarlo contra el suelo, mientras le examina.
¡La bala ha atravesado un pulmón! ¡Tengo que tratarlo inmediatamente! ¡Ayudadme a quitarle la armadura!
¡No! Os dice Lucius con un hilillo de sangre saliendo de su boca. ¡No teneis tiempo de ocuparos de mi! ¡Los caballeros estarán aquí enseguida! ¡Debeis aprovechar la ventaja que teneis para despistarlos!
Un disparo atraviesa la puerta, y ois ruido al otro lado, los caballeros y arcabuceros deben estar muy cerca. Lucius tiene razón, no teneis tiempo para deteneros.
El anciano tose sangre y os mira con expresión cansada. Me ocuparé de unos cuantos de ellos. Dice mientras saca de su cintura una pistola de chispa y una bolsa de cuero que reconoceis como la carga de pólvora de Bor que Will llevaba. Cuando Lucius amartilla la boca de la pistola contra la bolsa entendéis con horror lo que pretende hacer.
¡No, de ninguna manera! Se opone Cuervo.
¡Maldita sea! Maldice Lucius con un gesto de dolor que le atraviesa el rostro ¡Sabeis que es la unica forma! ¡Marchaos!
Poco a poco, retorocedeis, con el corazón en un puño, y tragándoos el dolor, os alejais del anciano que se apoya en el suelo, al lado de la puerta, en medio de un charco de sangre.
Desde la distancia ois por última vez la voz de Lucius Thorne.
¡Hacedme sentir orgulloso de vosotros, Señores del Kai! ¡Salvad Ruanon!
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Mientras Gato se ocupa de cubriros frente a los arcabuceros, hacéis frente a los enemigos que se lanzan a vuestro encuentro desde el Bosque de Ishir.
Lo que sucede a continuación es una lucha encarnizada contra unos enemigos superiores en número y que os acosan sin cuartel.
Poco a poco, vais igualando el combate, a medida que vuestros adversarios caen de bruces a vuestro alrededor. Los caballeros son especialmente duros, ya que son guerreros expertos y sus armaduras son gruesas y difíciles de penetrar.
Cuando el último caballero cae atravesado por Cortavientos, Gavilán echa un vistazo al bosque. No ve más caballeros apróximándose, pero sí puede oirlos. Deben salir de aquí ahora mismo, aprovechando el tiempo que han conseguido.
¡Gato! Grita a su compañero, que da a entender que le ha oido mientras retrocede hacia atrás, hacia al entrada al palacio, sudando por el esfuerzo mental que le cuesta mantener el remolino de hojas secas y polvo que ha levantado.
Los últimos en entrar son Lucius y Cuervo, que se apoya en el anciano caballero mientras que con la otra mano se aprieta el costado, al lado de la cadera, donde la espada de un caballero ha penetrado casi hasta el hueso en un profundo corte.
Justo antes de cerrar la puerta desde dentro, se oye el estruendo de un disparo de mosquete.
Desde la protección que ofrece el Bosque de Ishir, Brendan Furia felicita al arcabucero que le acompaña.
Buen disparo.
Gavilán, que echa el pestillo para evitar que puedan abrir la puerta, maldice entre dientes. Algún otro arcabucero apostado desde otra posicion debe de haber sido quien ha abierto fuego contra vosotros. Afortunadamente, ha fallado...
Pero entoces mira a Lucius Thorne, que apoya la espalda contra la pared, con el rostro blanco como la cera. En la parte frontal de su peto hay abierto un orificio de salida, del que mana un riacuelo de sangre muy roja.
Gato sostiene al anciano para recostarlo contra el suelo, mientras le examina.
¡La bala ha atravesado un pulmón! ¡Tengo que tratarlo inmediatamente! ¡Ayudadme a quitarle la armadura!
¡No! Os dice Lucius con un hilillo de sangre saliendo de su boca. ¡No teneis tiempo de ocuparos de mi! ¡Los caballeros estarán aquí enseguida! ¡Debeis aprovechar la ventaja que teneis para despistarlos!
Un disparo atraviesa la puerta, y ois ruido al otro lado, los caballeros y arcabuceros deben estar muy cerca. Lucius tiene razón, no teneis tiempo para deteneros.
El anciano tose sangre y os mira con expresión cansada. Me ocuparé de unos cuantos de ellos. Dice mientras saca de su cintura una pistola de chispa y una bolsa de cuero que reconoceis como la carga de pólvora de Bor que Will llevaba. Cuando Lucius amartilla la boca de la pistola contra la bolsa entendéis con horror lo que pretende hacer.
¡No, de ninguna manera! Se opone Cuervo.
¡Maldita sea! Maldice Lucius con un gesto de dolor que le atraviesa el rostro ¡Sabeis que es la unica forma! ¡Marchaos!
Poco a poco, retorocedeis, con el corazón en un puño, y tragándoos el dolor, os alejais del anciano que se apoya en el suelo, al lado de la puerta, en medio de un charco de sangre.
Desde la distancia ois por última vez la voz de Lucius Thorne.
¡Hacedme sentir orgulloso de vosotros, Señores del Kai! ¡Salvad Ruanon!
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DRÁGALIN
Dragón Carmesí
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Los pasos resuenan con fuerza, de manera que te preparas sacando la pistola de chispa y apareciendo de repente en lo alto de la escalera.
El disparo resuena como un trueno, haciendo caer hacia atrás al caballero que estaba a punto de aparecer y llenándolo todo de humo.
Y a través de ese humo te lanzas escalera abajo, lanzando tajos con Sombra y gritando con ferocidad.
Uno a uno, metódicamente, haces frente a los caballeros que hay en la escalera, que se ven incapaces de resistir tu avance imparable. Atacas, paras, fintas, te proteges con el escudo y vuelves a atacar...
Cuando llegas al final de la escalera, en el primer sótano de la Torre de la Guardia, jadeas por el esfuerzo, pero Sombra está empapada de sangre y seis enemigos han sido abatidos por tu brazo.
Entrecierras los ojos para adaptarlos a la oscuridad y ves las grandes celdas en las paredes de este lugar, donde las celdas están atestadas de los guardias del palacio, que han sido encarcelados y que se agolpan para verte a través de las rejas.
¡Los Señores del Kai! Oyes que empiezan a gritar. ¡Los Señores del Kai han regresado para liberarnos!
Los vítores y gritos de júbilo te envuelven.
¡Kai! ¡Kai! ¡Kai!
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Los pasos resuenan con fuerza, de manera que te preparas sacando la pistola de chispa y apareciendo de repente en lo alto de la escalera.
El disparo resuena como un trueno, haciendo caer hacia atrás al caballero que estaba a punto de aparecer y llenándolo todo de humo.
Y a través de ese humo te lanzas escalera abajo, lanzando tajos con Sombra y gritando con ferocidad.
Uno a uno, metódicamente, haces frente a los caballeros que hay en la escalera, que se ven incapaces de resistir tu avance imparable. Atacas, paras, fintas, te proteges con el escudo y vuelves a atacar...
Cuando llegas al final de la escalera, en el primer sótano de la Torre de la Guardia, jadeas por el esfuerzo, pero Sombra está empapada de sangre y seis enemigos han sido abatidos por tu brazo.
Entrecierras los ojos para adaptarlos a la oscuridad y ves las grandes celdas en las paredes de este lugar, donde las celdas están atestadas de los guardias del palacio, que han sido encarcelados y que se agolpan para verte a través de las rejas.
¡Los Señores del Kai! Oyes que empiezan a gritar. ¡Los Señores del Kai han regresado para liberarnos!
Los vítores y gritos de júbilo te envuelven.
¡Kai! ¡Kai! ¡Kai!
Con una sonrisa de triunfo y saliendo entre el humo y la sangre aparezco entre los prisioneros como un demonio surgido del infiernos, con alegria y alborozo empiezo a liberarlos y los conduzco para que se armen y preparen, mientra tanto me preparo para lanzar mi discurso de animo...
:smt003 :smt005 :smt003 :smt005 :smt003
Me quedo de piedra, y sin habla, al darme cuenta que aqui no hay armas ni armaduras, excepto los cadaveres de los caballeros no tengo a mano nada mas disponible. Eligo a seis caballeros, los mas fisicamente disponibles, les equipo, con las armaduras y armas de los muertos , y guio a todo el tropel de caballeros hacia la tercera planta, la armeria, alli les equipo y me preparo para mi discurso...
:smt003 :smt005 :smt003 :smt005 :smt003
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DRÁGALIN
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Horario: Noche
Lugar: La Mano
En el Bosque de Ishir, alrededor de la puerta por la que los Señores del Kai han entrado, un grupo de caballeros usan un pesado tronco a modo de ariete para derribarla.
Parece que van a conseguir tumbar la puerta cuando desde el otro lado se oye una voz que grita.
¡Por el Rey y por Ruanon!
Inmediatamente después se produce una tremenda explosión que volatiliza la puerta y parte del muro que la sostiene, mandando a caballeros y arcabuceros carbonizados a metros de distancia debido a la onda expansiva.
Entre el humo y las llamas, Brendan Furia se levanta tras haber caido al suelo. La sonrisa se le ha borrado de su cara y murmura una maldición entre dientes.
Se vuelve hacia sus hombres.
¡Escuchadme todos! ¡Vamos a dejar de perder tiempo en buscar a esos fugitivos! ¡Nos replegamos!
Los caballeros y arcabuceros le obedecen y empiezan a moverse. Brendan agarra del brazo a uno de los oficiales de los arcabuceros y le susurra.
Coge a unos hombres y llevad a todos los criados al patio exterior, ante la Torre del Barón.
¿Por qué razón, señor? Pregunta el arcabucero.
El plan B. Le dice Brendan con una media sonrisa.
Dicho esto, Furia desenvaina sus dos espadas cortas y se encamina hacia la entrada destrozada por la explosión.
¿Va a por ellos, señor? Le grita desde atrás el arcabucero, alarmado. ¡Estará usted sólo con ellos!
Brendan Furia entra al palacio por el camino tomado por los Señores del Kai mientras susurra para sí.
No, ellos son los que estarán sólos conmigo.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
En el Bosque de Ishir, alrededor de la puerta por la que los Señores del Kai han entrado, un grupo de caballeros usan un pesado tronco a modo de ariete para derribarla.
Parece que van a conseguir tumbar la puerta cuando desde el otro lado se oye una voz que grita.
¡Por el Rey y por Ruanon!
Inmediatamente después se produce una tremenda explosión que volatiliza la puerta y parte del muro que la sostiene, mandando a caballeros y arcabuceros carbonizados a metros de distancia debido a la onda expansiva.
Entre el humo y las llamas, Brendan Furia se levanta tras haber caido al suelo. La sonrisa se le ha borrado de su cara y murmura una maldición entre dientes.
Se vuelve hacia sus hombres.
¡Escuchadme todos! ¡Vamos a dejar de perder tiempo en buscar a esos fugitivos! ¡Nos replegamos!
Los caballeros y arcabuceros le obedecen y empiezan a moverse. Brendan agarra del brazo a uno de los oficiales de los arcabuceros y le susurra.
Coge a unos hombres y llevad a todos los criados al patio exterior, ante la Torre del Barón.
¿Por qué razón, señor? Pregunta el arcabucero.
El plan B. Le dice Brendan con una media sonrisa.
Dicho esto, Furia desenvaina sus dos espadas cortas y se encamina hacia la entrada destrozada por la explosión.
¿Va a por ellos, señor? Le grita desde atrás el arcabucero, alarmado. ¡Estará usted sólo con ellos!
Brendan Furia entra al palacio por el camino tomado por los Señores del Kai mientras susurra para sí.
No, ellos son los que estarán sólos conmigo.
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DRÁGALIN
Dragón Carmesí
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Guías a los guardias liberados escaleras arriba, hacia la armería del tercer piso. A medida que avanzáis encuentras una decena de cuerpos de caballeros. Parece que Elessa ha hecho su trabajo.
Efectivamente, en el rellano del tercer piso encuentras a la vassagonia, con una llave en la mano y la puerta del depósito de armas abierta de par en par.
A pesar del velo, estás seguro de que te sonríe.
Has tardado en llegar, Señor del Kai. Estaba empezando a aburrirme.
Ahora empiezas a sentir que las tornas pueden empezar a cambiar. Cuentas con cincuenta guardias, armas y armaduras para equiparlos y... miras las escaleras hacia arriba, donde el Barón se encuentra encarcelado... estás en posición de liberar a uno de los importantes rehenes que los conspiradores tenían en su poder.
Horario: Noche
Lugar: La Mano
Guías a los guardias liberados escaleras arriba, hacia la armería del tercer piso. A medida que avanzáis encuentras una decena de cuerpos de caballeros. Parece que Elessa ha hecho su trabajo.
Efectivamente, en el rellano del tercer piso encuentras a la vassagonia, con una llave en la mano y la puerta del depósito de armas abierta de par en par.
A pesar del velo, estás seguro de que te sonríe.
Has tardado en llegar, Señor del Kai. Estaba empezando a aburrirme.
Ahora empiezas a sentir que las tornas pueden empezar a cambiar. Cuentas con cincuenta guardias, armas y armaduras para equiparlos y... miras las escaleras hacia arriba, donde el Barón se encuentra encarcelado... estás en posición de liberar a uno de los importantes rehenes que los conspiradores tenían en su poder.
Sonrio a Elessa mientros observo como los caballeros se van armando. En sus ojos veo el cansancio y el maltrato pero tambien el anhelo de luchar por lo que es bueno y justo, de un salto me subo a una mesa y desde alli grito:
- ¡Caballeros de Ruanon! ¡Somerlundeses! Hoy es un dia aciago para todos. Hoy un grupo de conspiradores estan tramando no solo la destruccion de vuestra bella ciudad, sino la de vuestro pais. Por eso y os pido vuestra ayuda en esta hora tan aciaga. En esta misma torre se haya el baron prisionero. Y en una cama prostada su hija por culpa de uno de los malvados conspiradores. Y por si fuera poco el rey, si el mismisimo rey de Somerlund se encuentra encerrado tras estos muros. Por eso os pido hoy aliados, amigos y camaradas que unais fuerzas contra el opresor y que hagamos que el mal y la oscuridad desaparezcan de estas tierras. ¡Por Ruanon! ¡Por SommerlunD ¡Por el Kai! -
Con esto saco mi espada y hago que griten y chillen hasta que retumben todos los muros. Luego llevo todo mi pequeño ejercito a rescartar al baron y despues para destruir a los conspiradores de una vez para siempre...
- ¡Caballeros de Ruanon! ¡Somerlundeses! Hoy es un dia aciago para todos. Hoy un grupo de conspiradores estan tramando no solo la destruccion de vuestra bella ciudad, sino la de vuestro pais. Por eso y os pido vuestra ayuda en esta hora tan aciaga. En esta misma torre se haya el baron prisionero. Y en una cama prostada su hija por culpa de uno de los malvados conspiradores. Y por si fuera poco el rey, si el mismisimo rey de Somerlund se encuentra encerrado tras estos muros. Por eso os pido hoy aliados, amigos y camaradas que unais fuerzas contra el opresor y que hagamos que el mal y la oscuridad desaparezcan de estas tierras. ¡Por Ruanon! ¡Por SommerlunD ¡Por el Kai! -
Con esto saco mi espada y hago que griten y chillen hasta que retumben todos los muros. Luego llevo todo mi pequeño ejercito a rescartar al baron y despues para destruir a los conspiradores de una vez para siempre...
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