Las minas del rey Salomón

Si te atreves a ponerte en la piel de un Señor del Kai, si te crees capaz de desafiar a los Señores de la Oscuridad, o si deseas simplemete pasar un buen rato, entra y asume el riesgo... pero quedas advertido...
El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Antonio y Dark Kia deciden llamar a los guardias. Obviamente hay que usar la autoridad que nos ha sido conferida por el rey Salomón para que este hatajo de cobardes al menos nos quiten las piedras de la puerta..

541

1 Tu petición hiela la sangre de los soldados. ¡Intercambian miradas de pánico confiando en que se trate de una broma pesada! Petrificados, comprenden al fin que solicitas su ayuda para terminar con la Muerte Blanca. Su reacción es clara:
¡se niegan rotundamente! «¡Sois unos cobardes y unos traidores!», afirmas secamente. «¡No dejaré de notificar vuestra conducta al rey Salomón! ¡Y ahora, ayudadme u os pesará!» Blandes la espada como argumento final. La amenaza les gana a tu causa. Quizá tu misma determinación les haga confiar en una posible victoria sobre el monstruo desconocido. A una señal de su jefe los soldados mueven las rocas. Unos minutos más tarde la doble puerta de marfil se ofrece a tu mirada en todo su esplendor. Es difícil creer que algo tan hermoso oculte tales horrores, piensas con emoción. Una larga barra transversal atranca la puerta. Vete al 78.

78 Empiezas ya a sentir los efectos del cansancio de toda la jornada.! ¿Quieres detenerte para dormir delante de esta puerta tan poco acogedora y dejar para mañana la visita a la Muerte Blanca? Vete al 491. Si prefieres actuar rápidamente, vete al 487.

tu decisión, no es que importe, si descansamos son dos días para bajar y otros dos días para volver.. nos quedaría un día de margen. bueno, aunque tardemos una semana en salir de aquí, si salimos, creo que da igual.. lo único que pasa si tardamos más de cinco días es que los guardias te darán por muerto y se marcharán

Teníamos cuatro raciones y has encontrado uno, o sea que nos llegarán las provisiones, y agua también encontraremos. Todas las minas tienen filtraciones. Antorchas también nos habrán dado los soldados.


Antonio: Ante lo desconocido prefiero estar descansado, me han dejado mal cuerpo

además mejor descansar de este lado de la puerta que al otro... al menos aquí no te pilla la Muerte Blanca dormido

491 Si aún te quedan raciones de alimento, tomas una para recuperar fuerzas, que sin duda te harán falta. Después dices a los guardianes que tienes que descansar antes de atravesar la puerta de marfil. No tienen el menor deseo de pasar la noche a dos pasos del peligro y escapan en desordenada huida por el túnel. A pesar de tus gritos y amenazas la patrulla se niega a acudir en tu ayuda. ¡Mejor! No necesitas a tales cobardes para hacer frente a la Muerte Blanca... Te tumbas junto a la pared de la galería y cierras los ojos. Duermes un sueño profundo, sin pesadillas, pero al despertar eres incapaz de decir cuánto tiempo has estado durmiendo. Vete al 58

58 La puerta de marfil se abre lentamente al empujarla. Tu corazón se encoge, ya que te das cuenta de que un mundo de horrores se abre con ella. Para apartar las lúgubres visiones de criaturas de bocas ensangrentadas y cuerpos contorsionados, enciendes una antorcha. La oscuridad se bate en retirada, como un ejército de sombras malsanas. Ante ti se abre un túnel húmedo. Nada indica si es o no obra de una mano humana. Vacilas ligeramente antes de penetrar en él. Oyes cómo la puerta se cierra a tus espaldas. Renuncias a detenerla. ¡Ahora ya sólo te queda triunfar o morir! Vete al 114.


114 Caminas durante un largo rato sin ver nada, aparte de los goterones de agua que rezuman de la bóveda de esta galería baja. Pequeños insectos cavernícolas pasan volando cuando la luz de la antorcha revela su presencia. El color cerúleo de las paredes no colabora en nada a elevar tu moral. Escuchas atentamente, dispuesto a sorprender el menor ruido. En vano...
¡De repente, el resplandor de la antorcha descubre que estabas equivocado! ¡Hay huellas de presencia humana! Casi a tus pies se abre un enorme pozo, cuya boca ocupa toda la anchura del túnel. Peldaños tallados en la pared se hunden en la oscuridad. Arrojas una piedra al pozo y al cabo de un rato llega el eco desmesuradamente ampliado. ¡Imposible calcular su profundidad! ¿Saltarás por encima del pozo, cuya anchura es algo superior al metro? Vete entonces al 257. Si prefieres bajar con la ayuda de los escalones, vete al 227.

:smt017


Nota, nuestra carga total es unos 20 kilos o poco más depende de cuanta agua, comida y antorchas nos queden. El pozo se salta con un poco de carrerilla.



Concursante Esteban decide saltar y seguir por el túnel

Antonio se lo está pensando..
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

257 Tomas impulso y saltas por encima del pozo. El estorbo del saco y la espada en el estrecho pasadizo te hace fracasar en tu intento. Tu pie resbala en el suelo númedo y pierdes el equilibrio. Estás a punto de caer al vacío, pero con un desesperado impulso logras evitar la caída. Caes sobre el suelo de la galería y allí quedas tendido un rato, dejando que tu corazón recupere su ritmo normal. Después te pones de nuevo en pie y reemprendes el camino. Recorres una decena de metros antes de llegar a un segundo pozo, provisto también de escalones. Diriges la luz de la antorcha a sus profundidades, pero sólo distingues sombras. ¡Ese baile de tinieblas no te anima nada! ¿Qué vas a hacer? Si vuelves sobre tus pasos para descender por el primer pozo, vete al 227. Pero si prefieres descender este nuevo pozo, vete al 182.
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Tras consultar con los concursantes y pensar un poco... no tiene sentido tener dos túneles, a menos que uno sea de bajada y otro de subida. El que hemos saltado debe ser el de bajada, y el otro el de los mineros que acaban turno. Podría ser un atajo para llegar más pronto al corazón de las minas.



182 Pruebas prudentemente el primer peldaño antes de apoyar en él todo tu peso. La rudimentaria escalera parece sólida. Desciendes al pozo oscuro hata unos veinte metros. Tira dos dados. Si sacas 11 ó 12, vete al 513. De lo contrario, vete al 283

¡¡Dados amarillos!! ¡Os invoco!


283 ¡Cuando empiezas a felicitarte por haber encontrado un camino tan fácil, uno de los escalones se desprende bajo tu pie derecho! Pero la suerte te acompaña: logras sujetarte con la mano. Desciendes unos cuantos metros sin mayores incidentes y ves un estrecho pasadizo a tu derecha. Termina en una gruta ¡y en el fondo de la gruta resplandecen multitud de objetos brillantes que reflejan la luz de tu antorcha! Mientras sigues aferrado a los escalones tratas de escrutar las tinieblas, pero no logras ver gran cosa. ¿Quieres explorar la gruta? Vete al 96. ¿O prefieres no interrumpir el descenso al fondo del pozo? Vete al 202.
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Concursante Daniel: A por lo brillante, como las urracas


96 Decides abandonar el pozo por un instante, confiado en que siempre podrás volver a él más tarde. Caminas con paso alerta por el estrecho pasadizo, hasta la gruta en la que resplandecían los objetos que viste desde lejos. ¡No era un sueño! El espectáculo supera los sueños más enloquecidos de cualquier ser humano. Durante unos segundos dejas incluso de respirar. Bajo tus ojos, abiertos de par en par, montones de riquezas insospechadas se muestran en todo su esplendor. Oro cincelado, pepitas, joyas de amatistas y esmeraldas, coronas reales cubiertas de pedrerías, diamantes brutos tan grandes como un puño, colmillos de elefantes a cientos, rubíes, granates, zafiros, ópalos... No podría enumerarlo todo. ¿Serían los tesoros del rey Salomón, robados en el transcurso de los años por la Muerte Blanca? La mayoría de tales maravillas resulta demasiado pesada como para cargar con ellas. Pero ves tres objetos espléndidos que constituirán preciosos recuerdos: una diadema de oro fino con incrustraciones de esmeraldas verdes como la selva, una enorme sortija adornada con uno de los más grandes diamantes azules que nunca hayas podido contemplar y unas alforjas de cuero llenas hasta arriba de monedas de oro y piedras preciosas. ¿Te quedas con la diadema (vete al 531), la sortija (vete al 486) o las alforjas de cuero (vete al 136) o quizá decides dejar todos los tesoros y volver al pozo para continuar el descenso (vete al 362)?
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Dark-kia
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por Dark-kia »

:smt011 ¡Esta sección huele tanto a trampa que apesta! :smt018 :smt018 :smt018
No tiene sentido que sean las riquezas robadas, y menos que estén dejadas aquí en este lóbrego pasillo. :smt017 Pienso que puede ser una trampa de una criatura estilo 'mimo' o alguna que active algún pesado rastrillo a nuestras espaldas. Por lo tanto, nos pertrechamos bien con nuestra espada y escudo a sabiendas de que algo nos espera oculto y tratamos de pillar la diadema (y el anillo si se puede en segundo lugar, y unas monedas y gemas de las sacas, que tampoco somos vulgares ladrones ni tiene sentido ir cargados de pesadas alforjas de oro).
Si hay opción de colocar la antorcha en un lugar seguro yo optaría por encender otra y colocarla en la entrada antes de zambullirnos en la supuesta trampa, para ampliar el círculo de visión :smt102
Ahora nos preparamos para el saqueo :smt027 ....
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El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Bueno, yo pienso que no tiene sentido robar riquezas, después de todo, si el dinero diera la felicidad, el Maestre Juan no buscaría Shangri-La. Además, el rey Salomón te recompensará si acabas con la Muerte Blanca. De todas formas no está de más coger algo de anticipo. Los otros se han decidido por la sortija de diamante, porque no pesa, pero semejante pedrusco es imposible de vender por su valor. La diadema al ser de oro y tener varias esmeraldas se puede ir troceando. Las alforjas serían el botín más conveniente... pero no eres un saqueador.

Así que por mayoría, coges el anillo de diamante por tener un recuerdo... espero no haberla cagado como Bilbo cuando cogió la Piedra del Arca del tesoro de Smaug.

Aplaudo la propuesta de Darki de primero tener más luz, y prepararse para una trampa:smt027 , que no has nacido ayer... bueno, no nacerás hasta dentro de dos mil años, paradojas de los viajes en el tiempo :smt017

486 ¡Acabas de apoderarIte del objeto que tanto ansiabas, cuando un terrible ruido te sobresalta! ¡Te das inmediatamente la vuelta, como un ladrón pillado en flagrante delito! Vete al 372.


372 Un movimiento convulsivo agita un montón de piedras preciosas y una criatura surge de entre ellas, enfurecida. ¡La principal característica de este ser humanoide es su extraordinaria pilosidad! A medio camino entre el hombre y el mono, está cubierto por pelos espesos de un castaño sucio y divididos en el pecho por una raya blanca vertical. El olor que desprende es verdaderamente nauseabundo. ¡Es un Monrock, una de esas criaturas que sólo salen de noche, en lugares oscuros, al amparo de las tinieblas; uno de los seres más infectos de la creación!
¿Posees un amuleto en forma de orquídea? Si es así, vete al 289. De lo contrario, vete al 104.


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104 Cuando el Monrock se acerca su olor te penetra hasta la garganta. Esta defensa natural y frecuente en el reino animal ha sido llevada, en este caso, a sus últimas consecuencias. En el combate que va a tener lugar inmediatamente deberás quitarte 2 puntos además de los que correspondan a los daños que el Monrock pueda causarte en cada uno de los asaltos, ya que la náusea que te produce repercutirá en la precisión de los golpes.

Si ganas el combate, vete al 548



Yo pensaba que este bicho era una variación de los Morlocks de H.G. Wells... cuando te fijas mejor ves que el simio lleva.... ¡una corbata!, el autor tiene un gran sentido del humor, se ha autoretratado como el bicho este.. Monrock suena igual que Monrocq
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Dark-kia
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por Dark-kia »

cuando te fijas mejor ves que el simio lleva.... ¡una corbata!, el autor tiene un gran sentido del humor, se ha autoretratado como el bicho este.. Monrock suena igual que Monrocq
Muy buen apunte :smt023
Ahora a darle leña al mono :smt075
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El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Gracias a tu previsión de colocar un par de antorchas en sitios elevados para tener luz, el ataque de la peluda y maloliente criatura no te pilla desprevenido y puedes ponerte el yelmo y embrazar el escudo. Por desgracia la cantidad de riquezas acumuladas estorba tus movimientos. Peleas torpemente entre tesoros por el tesoro más preciado de todos: tu vida.

Como un mono, el simio te arroja todo lo que lanza con sus peludas manos... una lluvia de proyectiles de incalculable valor: pepitas de oro a puñados, piedras preciosas, joyas, lingotes de oro y plata .. todos rebotan como si fueran guijarros en tu escudo y tu yelmo. Cuando ve que no surte efecto, la bestia agarra un grueso colmillo de elefante a modo de garrote y lo blande con las dos manos, la fuerza de la criatura es terrible y a duras penas bloqueas sus golpes con el escudo, y das tajos con la espada, pero su agilidad simiesca le permite esquivar tus golpes , saltando y trepando por las pilas de tesoros. Tus pies calzados con botas claveteadas hollan un trono enjoyado al subirte a él para alcanzar al mono. Furioso porque esquiva una y otra vez arremetes contra él y los dos saltáis sobre un montón de colmillos de elefante que se derrumban con estrépito como una pila de troncos, y caéis al suelo.

Luchas torpemente para incorporarte, mientras el simio te golpea con lo que tiene a mano, primero con una gran bandeja de plata dorada hasta que se abolla y la arroja a un lado, luego te golpea con un jarrón de alabastro que se hace añicos al impactar con tu yelmo, pero su contenido, un aceite con costosos perfumes, cuyo aroma te recuerdan los ungüentos de los embalsamadores de Egipto, se derrama y te salpica los ojos a través de la visera del yelmo. Cegado, das palos de ciego con la espada, y te arriesgas a quitarte el yelmo para poder frotarte los ojos del aromático aceite y poder ver, mientras el mono te arroja toda la vajilla de un rey, bandejas, fuentes y cálices de plata y oro cincelados.

Te cubres con el escudo no sin que antes un pesado cáliz te abra una brecha en la frente y furioso con la maldita bestia arremetes contra ella y asestas un mandoble tras otro, dañando valiosas obras de arte y arrancando astillas de marfil con tus golpes fallidos. Al parecer la intensa fragancia del perfume es tan repulsiva para el olfato del monstruo como lo es su hedor corporal para ti, lo que le desconcierta y te da ventaja. El macaco agarra entonces una bolsa y te arroja su contenido ¡polvo de oro! Otra vez quedas cegado, a la vez que el polvo de oro se pega al aceite que corre por tu rostro y barba, dándote la apariencia de la estatua de oro de un dios griego. Pero no tienes tiempo de admirar tu resplandeciente aspecto reflejado en una bandeja de plata dorada, cuando el mono agarra de un estante un extraño ídolo pagano de oro sobre una pesada peana de obsidiana. La hedionda caricatura de un orangután la esgrime como una cachiporra, y sudas para detener sus golpes de martillo con tu escudo. Sin el yelmo, ¡si te acierta en la cabeza te abrirá el cráneo!

Retrocedes, y das una patada a otro montón de colmillos de elefante para hacerlo caer e interponer un obstáculo y ganar aliento, el mico asesino, dando gritos de triunfo no tiene problema en pisar el marfil y carga contra ti blandiendo el ídolo pagano. Cada vez más fatigado , retrocedes otro par de pasos, y al seguirse ¡de repente el mono resbala en el charco de ungüento perfumado derramado antes! Los clavos de tus botas te han evitado el resbalar, antes de que el mono pueda recuperar el equilibrio, asestas un corte circular ¡y destripas a la bestia simiesca! que cae al suelo de rodillas sosteniendo los intestinos que se le escapan por la herida, antes de caer de bruces en un charco de sangre que empapa las piedras preciosas y las convierte a todas en rubíes , tu mandoble casi lo ha cortado en dos.

Dejas caer el escudo y te apoyas en una pila de marfil mientras recobras el aliento. Examinas con curiosidad la estatuilla que blandía el simio, un hercúleo guerrero desnudo que sostiene una espada con la punta hacia abajo con las dos manos y los brazos cruzados sobre el pecho, Por su hieratismo y tosquedad monolítica quizá sea egipcia, no se parece a ningún dios que hayas visto, ni tampoco parece un guerrero egipcio, aunque tenga la cabeza afeitada, pues la gran espada que sostiene se parece a la tuya. Parece extrañamente fuera de lugar, quizá pertenezca a una civilización desconocida allende los mares...en cualquier caso pesa demasiado. La arrojas sobre el destrozado cuerpo.

548
«¡Qué odiosa criatura!», piensas antes de volver a donde están los tesoros. ¿Elegirás la diadema (vete al 300), la sortija (vete al 412) o las pesadas alforjas llenas de oro (vete al 264)?

412 Metes la sortija en el saco y, tras haber escupido una vez más en dirección al Monrock en señal de desprecio, das media vuelta y vuelves al pozo. Vete al 202.



202 Bajas la escala durante unos sesenta pies más y llegas a una plataforma de madera evidentemente construida por la mano del hombre. ¡No cabe duda de que la Muerte Blanca te reserva más de una sorpresa!
Ante ti se abren tres caminos. A la izquierda, una gruta. A la derecha, una estrecha cornisa que recorre la pared rocosa para llegar a otra gruta. ¡Pero como des un solo mal pase nadie te salvará de una caída segura! Por último, ante ti una rudimentaria escalera se hunde en la oscuridad.
¿Vas a dirigirte hacia la gruta (vete al 146) hacia la cornisa (vete al 337) o hacia la escalera, (vete al 163)?



:smt038

el combate según las reglas ha sido una agotadora sucesión de tiradas fallidas de ataque, esquivas y detenciones, que ha acabado con una pifia del mono y un crítico del Maestre Juan. Me daba pereza escribir esta pelea, pero ante lo singular del adversario y el lugar del combate, la imaginación se ha puesto en marcha y ha quedado un combate de lo más espectacular, ya que el anterior combate con un simio, el gorila de la selva, fue algo anticlimax. Espero que os haya gustado, y a ver si pilláis el guiño que he metido :smt002 :smt003
Última edición por El Analandés el 27-May-2020, 20:41, editado 2 veces en total.
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por Dark-kia »

Parece extrañamente fuera de lugar, quizá pertenezca a una civilización desconocida allende los mares...
me parece a mi que has inmortalizado al preste Juan :smt002
El camino de cabras ni de coña, yo probaría fortuna con la escalera :smt102 . Veamos si podemos llegar a los niveles inferiores sin practicar paracaidismo sin paracaídas :smt040
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Antonio: Vayamos a la gruta, la cornisa no me mola. Estando aún resbaladizo por el aceite perfumado caes fijo

Dark-Kia quiere bajar ya, sin más demora. ¡Sea!

163 Empiezas a subir la escalera, comprobando la resistencia de cada uno de los peldaños antes de poner los pies en ellos. Después de un largo tramo de escalones carcomidos llegas a la entrada de una caverna de impresionantes dimensiones. De allí llega un espantoso concierto de gritos roncos y amenazadores que ningún humano ha podido lanzar jamás. ¡Presientes confusamente que estás a punto de alcanzar tu objetivo! Con la mano crispada sobre la empuñadura de la espada, listo para desenvainarla en cualquier momento, avanzas sin vacilar. Vete al 453.


453 Con gran asombro por tu parte descubres que la caverna en que has penetrado tiene el cielo por techo. Ha caído la noche y los rayos de la luna iluminan el fantasmal paisaje. Las paredes, de decenas de metros de altura, parecen difíciles de escalar. ¡Un examen más detallado, cuando estabas en la superficie, te hubiera sin duda permitido llegar aquí más fácilmente! Una abundante vegetación crece en las paredes de la inmensa caverna. Pequeños monos amarillos saltan de una rama a la otra entre la fronda, y el arroyo se convierte en una fuente en la que beben las gacelas y los antílopes. Subyugado por el espectáculo, has olvidado los gruñidos de odio que resuenan a tu izquierda. Das media vuelta sobre tus talones y te encuentras frente al monstruo del que tanto has oído hablar: ¡La Muerte Blanca!
«¿Un gorila?..», piensas en un primer momento; y, en efecto, este animal gigantesco recubierto por una piel de un blanco inmaculado ofrece grandes semejanzas con un gorila. Su silueta y su fuerza, su poderosa musculatura, su furia salvaje cuando se encoleriza, sí, todo eso: pero la cabeza del monstruo es la de un león rodeada de crines llameantes. La criatura te ataca sin la menor vacilación. ¡El enfrentamiento va a ser titánico!



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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Por razones familiares, he estado desconectado esta semana, no tengo tiempo ni inspiración para relatar este combate, aparte de que podríamos derrotar fácilmente a la Muerte Blanca con el sortilegio de petrificación.

Así que para no dejar colgada la aventura, continúo hasta la conclusión.



402 Tu espada atraviesa a a Muerte Blanca en un centro vital: ¡se hunde profundamente en su pecho, entre las costillas, a la altura del corazón! Herido de muerte, el monstruo lanza un furioso rugido y cae de rodillas. Por un instante sus ojos se cruzan con los tuyos y percibes en ellos algo humano. Conmovido por el descubrimiento, tu asombro va en aumento hasta que la última mirada del monstruo, antes de apagarse definitivamente, se ilumina no de odio ni de rencor, sino de gratitud... Como si acabaras de librarla de un duro peso y te expresara su agradecimiento. Acaba de expirar. Nunca sabrás qué experiencias in-j humanas han dado origen a la Muerte Blanca Vete al 578.

578 Sigues todavía sumido en confusos pensamientos, cuando una cascada de pasos precipitados resuena a tus espaldas. Dispuesto a entablar batalla con un nuevo enemigo, pronto te das cuenta de que no va a ser necesario. El hombre que corre hacia ti es un anciano desarmado que no parece abrigar malas intenciones. Sin ocuparse de tu presencia se arrodilla piadosamente junto al cuerpo exánime de la Muerte Blanca y reza en silencio al mismo tiempo que acaricia por última vez la melena deslumbrante del monstruo. Permaneces inmóvil, sin ánimos para interrumpir su recogimiento. Al fin te dirige una mirada llena de tristeza. «La quería», dice. «Pero sin duda ha sido mejor así. ¡Durante estos últimos tiempos ya no podía dominarla!» Hace una pausa y al fin logra dominarse. «¡Mi nombre es Nikanor, extranjero!» ¿Cuál es el tuyo?» Vete al 221.

22 Un grito de sorpresa de de tus labios. ¿Es posible? ¡Nikanor! ¿El hombre a quien debías encontrar, vivo y olvidado de todos, aquí, en el fondo de las minas? Hace ya tiempo que habías perdido la esperanza de encontrarlo si no era muerto o, al menos, prisionero y enfermo. ¡Pero aquí está, ante ti, alire y vivo! Decides, sin embargo, no permitir que la alegría te impida mostrarte prudente. Te presentas como un enviado de Salomón que ha venido para destruir la Muerte Blanca, lo que no deja de ser cierto. Y pides explicaciones a Nikanor acerca de sus relaciones con el monstruo. El viejo sonríe, nostálgico. «¡Cuando Salomón me encerró en el fondo de las minas, en una húmeda guarida», empieza diciendo, «¡juré vengarme! ¡La criatura a la que acabas de matar nació hace mucho tiempo de los amores maléficos de un rey del antiguo mundo con un demonio hembra! Gracias a mis poderes y a arduas averiguaciones descubrí que se encontraba aquí mismo, al abrigo de la mina, sumida en un sueño encantado. No tuve ninguna dificultad en sacarla de su sueño y someterla a mi voluntad. Nadie hasta entonces le había dado muestras de la menor bondad; yo fui el primero y me mostró su agradecimiento. Empezó sembrando el terror en la mina. ¡Así esperaba yo obligar a Salomón a ordenar su evacuación y mi liberación! Pero cuando comprendí que no haría nada de eso, ordené a Tar (así se llama la Muerte Blanca) que me liberara y me trajera aquí. Las expediciones siguientes no tenían más objetivo que apoderarnos de las riquezas contenidas en las galerías».
Nikanor permanece unos instantes ensimismado en sus pensamientos y después sigue hablando: «Desgraciadamente esta pobre criatura sufría una siniestra maldición. El espíritu humano que en él habitó en un principio no era ya capaz de dominar sus instintos bestiales, ni siquiera con la ayuda de mis poderes mágicos. Creo que si hubiera sido capaz, ella misma hubiera puesto fin a su existencia. Yo, por mi parte, le había tomado demasiado cariño como para hacerlo... Y ahora que ya conoces la verdad, viajero, ¿Qué piensas hacer?»
¿Piensas capturar a Nikanor y entregarlo al rey Salomón? Vete al 357. ¿O perdonarás sus largos años de dolor y desvarío? Vete al 197.



Aunque no faltan ganas de castigar al viejo hechicero por sus crímenes y los peligros y penalidades que has tenido que pasar por su culpa, le necesitas para llegar a Shangri-La, por lo que respecta al rey Salomón, ya has cumplido..


197 El anciano te conmueve. Su angustia parece sincera. Y crees que puedes confiar en él. Le confiesas entonces que un sumo sacerdote egipcio, muerto hace siglos, te ha enviado a través del tiempo creyendo, en base a una profecía, que había descubierto Shangri-La.
«¿Así que buscas la ciudad legendaria?», dice. «Sin duda puedo ayudarte porque Antarsis me ha hecho un gran honor. No he ido a Shangri-La. Pero mi magia me permite encontrar al hombre que es, quizá, el único que sabe exactamente dónde está. Se llama Souhsan. Vive o, mejor dicho, vivirá en la fabulosa ciudad de Babilonia dentro de unos cuantos centenares de años. ¡Si ése es tu deseo, te enviaré donde está!» ¡No logran asombrarte las pa-abras prodigiosas de Nikanor, ya que desde que comenzaron tus aventuras hombres de su temple te han ayudado muchas veces! Antes de aceptar su propuesta necesitas saber quién hará el informe que el rey Salomón espera de ti quién le transmitirá los mensajes que has ido recibiendo desde tu entrada en las minas. «¡No temas, amigo mío!», responde Nikanor. Yo mismo iré a ver al rey Salomón y le presentaré tus mensajes. Ha llegado el momento Je olvidar antiguas disputas. El rey es justo. Sabrá perdonar mis errores. ¡Sigúeme!» Atraviesas la inmensa caverna en pos de él hasta llegar a un lugar por el que corre un río subterráneo. «Voy a congelarte», anuncia Nikanor. «Te introduciré en una especie de capullo de hielo encantado, donde podrás vivir protegido del mundo, sin comer ni beber, durante los años necesarios hasta la llegada de Souhsan a Babilonia. Cuando llegue la hora, el río te llevará hasta él. ¡Sólo entonces despertarás!» Ligeramente impresionado, asientes en silencio. Vete al 580.

580 Nikanor te ofrece una maravillosa espada, cuya hoja brilla a la luz de las estrellas; seguidamente te da a beber una poción mágica. Recuperas los puntos de Vida y los puntos de Fuerza de origen. A cambio le confías todo lo que debe comunicar a Salomón. A continuación, siguiendo las órdenes de Nikanor, permaneces inmóvil, con los brazos pegados al cuerpo. El anciano se coloca frente a ti y comienza a salmodiar un antiguo encantamiento. Sientes cómo tu cuerpo se adormece. Una lengua de hielo se forma lentamente alrededor de tu silueta sin que experimentes la menor sensación de frío. «¡Adiós, amigo!», murmura Nikanor. «¡Y buena suerte!»
No tardas en perder el conocimiento, preguntándote qué aspecto tendrá Babilonia cuando llegues allí. Tu búsqueda continúa en la corriente inmutable del tiempo...
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Dark-kia
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por Dark-kia »

Muchas gracias de nuevo por tu esfuerzo :smt041 :smt041 :smt041 .
Por poner una pega: ¡se me ha hecho supercorto! :smt017 No se, me ha dado la sensación de haber ido muy directos a la solución. :smt102
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El Analandés
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por El Analandés »

Hola

Lamento haber abreviado el combate final, pero luchar contra otra bestia simiesca ya se me hacía cuesta arriba de describir, y sería un poco anticlimax después del emocionante combate contra el Monrock. No estaba inspirado esta última semana y este domingo ha nacido mi segunda hija, por lo que he decidido poner fin a la aventura sin más demora.

Si el libro se ha hecho corto creo que es porque hemos cogido atajos, sobre todo el túnel del final. Creo que se suponía al principio que debías coger el ascensor, que parece el camino más corto pero te complica mucho la vida.

No lo sé, no recuerdo nada de este libro pero por lo que veo tiene muchos otros caminos, la escena de la portada sólo sale si tomas un mal camino. Es muy chula pero es complicarse la vida. De todas formas eso es lo bueno, puedes jugar más veces este libro y cada partida será distinto.

A mí no me ha gustado mucho el libro, tiene algunas escenas buenas, pero le falla que tiene montones de secciones de relleno en plan Dungeons & Dragons, con orcos y kobolds.. menos mal que aparte unos duendes que he decidido ignorar, no hemos encontrado nada de eso. El laberinto de los túneles me ha parecido tedioso pero tengo que admitir que es realista.

Es un libro puente entre el de Egipto y el de Babilonia. A mi juicio prescindible, podrías jugarlo haciendo que Antarsis te envíe directamente a Babilonia, o que duermas durante siglos y luego te las apañes para viajar desde Egipto a Mesopotamia, que en sí es una aventura.

Ahora sé que la idea de la hibernación para viajar al futuro la saqué de este libro, o quizá se me haya ocurrido a mí.

Gracias a todos por participar, al menos ha servido para experimentar a ver si puedo atraer jugadores para que participen por wasap. También tengo que felicitar a todos los participantes. Estos libros tienen muy mala leche y son de esos que lo divertido es coleccionar las muertes automáticas por decisiones estúpidas o temerarias.

Los combates han sido emocionantes, un guerrero con armadura completa y escudo es casi invulnerable, aunque en Egipto estuvimos muy cerca de morir. En este libro, al tener que prescindir de la mitad de la cota de malla, había que andarse con cuidado. Gracias al yelmo y al escudo nos hemos librado de heridas graves por los desprendimientos.

Os prometo que el último librojuego es muy bueno, como el de Egipto. A mí me dejó buen recuerdo. Ahora estaré un mes de baja por paternidad, pero ya supongo que mi mujer me tendrá ocupado y por eso no me comprometo a una nueva aventura. Para el verano cuando esté la abuela, quizá...
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Dark-kia
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Re: Las minas del rey Salomón

Mensaje por Dark-kia »

¡Enhorabuena por esa nueva paternidad! :smt038
Lo primero es siempre la familia así que a disfrutar y a descansar. Mil gracias por tu tiempo y ya continuaremos cuando se pueda. :smt023
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