El Ojo de la Esfinge

Si te atreves a ponerte en la piel de un Señor del Kai, si te crees capaz de desafiar a los Señores de la Oscuridad, o si deseas simplemete pasar un buen rato, entra y asume el riesgo... pero quedas advertido...
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Dark-kia
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por Dark-kia »

Yo probaría con el fuego de la antorcha :smt017 A ver si prenden las vendas y consumen sus cuerpos... si no tocará pelear a mandobles
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El Analandés
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

Perdonad mi ausencia, he estado estos días ocupado y con bloqueo de escritor. Ahora me pongo.

Narración:

Las momias son temibles enemigos incluso para un guerrero tan valiente como tú. En el pasillo de la pirámide sólo resuena el entrechocar de las espadas y tu jadeante respiración. Las momias son torpes pero están animadas por una fuerza sobrenatural, te cuesta parar los golpes de las extrañas espadas parecidas a hoces. Tu escudo se resquebraja y te sacude el brazo de la espada, al parar sus tajos. En cuanto puedes esquivas sus golpes y asestas mandobles, tratando de descuartizarlas, pero las capas de vendas de lino endurecidas por la resina son como madera y cuesta cortarlas, así como la correosa carne momificada.

En tus movimientos con el brazo del escudo que sostiene la antorcha, la llama al oscilar de un lado a otro prende algunos jirones sueltos de las vendas de la momia. Desesperado decides intentar destruir con el fuego purificador a estas abominaciones nigrománticas. En cuanto tienes ocasión, arremetes con la antorcha apretándola contra el pecho de una de las momias. La tela arde como yesca, y mientras sigues parando golpes y recibes algún corte en tu cota de malla cuyo impacto es a duras penas absorbido por el gambesón acolchado bajo la cota, las llamas rápidamente se extienden por la superficie de la momia. Paras tajos con espada y escudo y dejas caer la tea pues una de las momias se ha convertido en una verdadera antorcha humana, que al estar tan próxima a las otras momias en el estrecho corredor hace que las otras también se prendan y el fuego de las tres hogueras andantes ilumina con su brillante resplandor el corredor como si fuera de día.

Pero ¡ay! la resina petrificada de los vendajes también desprende humo, así como el incienso con el que los cadáveres fueron embalsamados y el humo espeso y aromático te hace toser y lagrimear. Insensibles a las llamas que las consumen, las momias siguen avanzando y alzando y bajando sus espadas con terribles golpes que ahora son acompañados con el rugir de las llamas al oscilar los brazos ardientes. Te agachas y te proteges con el escudo para poder respirar, lo que aumenta tu desventaja y sigues retrocediendo. Apenas aciertas a defenderte, mientras los poderosos golpes rajan y astillan tu escudo. Para tu consternación, las capas de lienzo y la resina de los vendajes proporciona tanto combustible que está claro que no van a consumirse en breve.

El calor es tremendo, por segunda vez en esta aventura te encuentras encerrado en una tumba y atrapado en un incendio, pero a diferencia de la otra vez, estas hogueras caminan y te atacan con sus espadas. Tu armadura, el casco y el escudo te protegen en gran medida, pero el metal se calienta, por fortuna al haber vadeado la piscina de los cocodrilos tu gambesón y tu túnica están empapados lo que te protege más del fuego, y tu barba también está mojada lo que protege de quemaduras en el rostro, pero los ojos te escuecen por el humo y el intenso calor.

Sigues retrocediendo bajo la lluvia de golpes y el calor de las antorchas humanas, tosiendo por el humo, y tropiezas, y por poco te caes al llegar al final del pasillo, donde empieza la rampa que has subido. Desciendes por ella, siempre dando cara y tratando de colocar algún golpe. Con un mandoble consigues seccionar uno de los brazos de una momia, que cae al suelo como una tea encendida, todavía sosteniendo la espada. Es reemplazada por la tercera momia que toma su lugar, mientras la del brazo amputado se inclina para coger la espada.

En la rampa, estás en desventaja porque las momias tienen la ventaja de la altura, y llueven retumbantes golpes con sus espadas curvas sobre tu escudo y tu yelmo, otros que se deslizan a lo largo del filo de tu espada hasta la cruz, y alguno que traspasa tu guardia y te lastima el hombro y las costillas con tajos que aplastan los anillos de tu cota y llegan a desgarrar el cuero acolchado, no son cortes profundos, pero la sensación pegajosa de la sangre se une al agua de tu ropa mojada y el sudor del esfuerzo.

Por otro lado tu situación mejora porque gracias a la pendiente de la rampa se produce una corriente de aire ascendente que empuja el humo y las llamas alejándolas de ti, aunque el calor sigue siendo intenso y sólo soportable gracias a la protección de tu ropa mojada de la que salen volutas de vaho. Tienes la sensación de tener la cabeza metida dentro de una olla y la piel expuesta de tu rostro te escuece como si llevaras mucho tiempo al sol.


Las momias siguen golpeándote incansables, las hojas de sus espadas de hierro de hoja que recuerdan vagamente a guadañas están melladas por el choque con el duro filo de acero de Damasco de tu espada, y el hierro de tu yelmo y tu cota de malla. Hasta ahora no has sufrido ninguna herida grave, pero tienes moratones por todo el cuerpo, tu escudo está chamuscado y hendido y astillado en varios sitios, y el calor que desprenden sus cuerpos llameantes es terrible y cada vez estás más cansado.

Descendéis hasta la encrucijada donde sale el pasillo horizontal. Descartas huir por allí, porque sólo conduce a la sala de Seth y la piscina de los cocodrilos, donde se apagarían las llamas. Incapaz de seguir resistiendo huyes por el pasillo por el que viniste que conduce a la cámara con la trampa del suelo basculante... incluso si las momias conocen la trampa y la evitan, al menos en la estrecha pasarela de piedra que la cruza podrás defenderte mejor ya que te atacarán sólo de una en una , y quizá incluso puedas desequilibrarlas o empujarlas para que caigan en la trampa y al pozo de debajo.

Mientras corres por el pasillo, iluminado por el resplandor de las llamas de los ardientes muertos que caminan, que te persiguen inexorables, maldices al darte cuenta de que quizá deberías haber recogido la cuerda que abandonaste, podría haberte servido para hacerlas caer, pero ya no hay vuelta atrás. Llegas hasta el puente de piedra. Jadeando recobras aliento, envainas la espada, cuelgas tu maltrecho y ennegrecido escudo a la espalda y cruzas a gatas la estrecha pasarela, extremando la precaución y angustiado ante la posibilidad de una caída mortal. No necesitas mirar atrás, pues el creciente resplandor te indica la aproximación de las momias ardientes. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que su carne reseca se consuma y se deshagan como los troncos de una hoguera?

Apenas has llegado al otro lado cuando las momias ya llegan a la sala. Con pesar ves que no caen en la trampa del suelo, si no que se ponen en fila india y la primera, a la que el fuego ha quemado los vendajes que cubrían su rostro y ahora es una visión de pesadilla, una descarnada calavera rodeada por un halo de llamas, cruza con pasos torpes pero seguros el puente mientras las otras esperan su turno con la paciencia de la inmortalidad, insensibles a las llamas que van consumiendo su mortaja. Alzas la espada y el escudo. Sobre el puente la momia otra vez tiene la ventaja de estar un par de pies más alta que tú pero al menos esta vez sólo tienes que luchar contra una, el humo se disipa por el pasillo y el calor no es tan intenso.

Entrechocan los aceros, y reverbera el eco metálico por los pasillos, la pesada espada curva de la momia hiende tu escudo como el hacha de un leñador, mientras tratas en vano de empujar a la momia con el escudo o hacerla desequilibrar pero su fuerza producto de la hechicería es muy superior a la tuya, aunque no estuvieras tan cansado. Con la furia de la desesperación te agachas y descargas con un tajo contra su pantorrilla. Ya muy quemada la envoltura de lino, tu filo hiende la carne correosa hasta el hueso y quiebra la pierna. La momia se inclina y como un árbol talado cae haciendo bascular la trampa del suelo, su caída llameante en la oscuridad del pozo permite atisbar una caída de decenas de pies hasta que el suelo vuelve a su posición normal.

Pero apenas tienes de recobrar el aliento cuando la segunda momia, la del brazo amputado, cruza ya el puente. Lamentas con amargura haber dejado la mochila y la lámpara, si tan sólo tuvieras aceite para echarlo en el puente y que las momias resbalaran y cayeran... bloqueas por reflejo otro golpe y desechas la idea, ¿cómo volverías a cruzar luego por el puente resbaladizo?

Tu distracción se ve castigada con un terrible golpe en el casco que hace resonar tus oídos como una campana. Las momias son torpes, pero tienen una fuerza tremenda. Enfurecido, intercambias un par de golpes, y luego, inspirado, decides desequilibrar a la momia. En el siguiente golpe, trabas la guarda de la espada con la suya y empujas con el brazo del escudo y aferras su brazo en llamas, y haciendo caso omiso del calor que sientes a través del guante. Tu oponente, con un solo brazo es incapaz a pesar de su fuerza de desasirse, haces palanca y sueltas cuando pierde el equilibrio, cae en la trampa del suelo que una vez más se inclina y se traga a otro cadáver animado en llamas.

Te apoyas en el canto del umbral para no caer y te vuelves a poner erguido y en guardia. Un ruido y un cambio en la iluminación de las llamas te dan esperanza. La otra momia ha caído. Las llamas han consumido la envoltura de sus piernas y se han partido por las rodillas. Aliviado y agotado tratas de recobrar el aliento mientras observas como la última momia hace torpes esfuerzos por incorporarse. Tu alivio se torna pavor cuando observas que la momia empieza a arrastrarse lentamente por la pasarela hacia ti sujetando la espada en una mano.

Tu miedo deja paso a una furia vengativa, dejas caer el escudo, aferras con las dos manos la espada, esperas a que la momia llameante se acerca lo suficiente y con deliberación y brutalidad asestas dos tajos como hachazos, cercenando primero el brazo de la espada, y luego el otro, antes de empujar de una patada los despojos llameantes para que caigan en la trampa y se unan a los otros. Sientes repulsión y miedo al ver todavía movimientos convulsos de los restos ardientes en el fondo del pozo.

Exhausto, envainas tu espada y reúnes tus últimas fuerzas para cruzar el estrecho puente de piedra, recoges una tibia de la momia, caliente al tacto aún con el guante de cuero y algunos jirones de tela llameante a modo de tea y te apresuras por el pasillo para volver a la sala de los cocodrilos donde dejaste la mochila. Enciendes la lámpara de aceite para tener luz, te quitas el yelmo y bebes con ansia de la cantimplora para saciar tu tremenda sed y quitarte el hollín de la garganta.

Permaneces un buen rato sentado descansando después de tu terrible batalla contra estos enemigos de ultratumba antes de emprender de nuevo el ascenso por la rampa y el pasillo, que huelen a quemado y a incienso. Desconfías cada vez que pasas por delante de un sarcófago en la galería, pero sigues tu camino.

Vete al 505
Última edición por El Analandés el 08-May-2020, 16:34, editado 1 vez en total.
El Analandés
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

505 Entras en un largo vestíbulo adornado con bajorrelieves. Ante ti se abre una habitación de mayor tamaño con un sarcófago en el suelo. En las paredes de la izquierda y de la derecha dos puertas recubiertas con cortinas disimulan el paso a otras habitaciones. Pero al entrar en la antecámara has puesto el pie en una loseta que acciona el mecanismo de un sistema de protección frente a los ladrones de tumbas. Una pesada reja que impide el acceso a la sala del sarcófago desciende lentamente, al mismo tiempo que un montón de arena se desliza por entre las dos estatuas que flanquean la abertura. ¿Qué vas a hacer?
¿Precipitarte inmediatamente hacia la habitación grande? Vete al 354.
¿Explorar la habitación de la derecha? al 475.
¿O la de la izquierda? Vete al 562

Las salas de los lados no contienen nada de interés, así que derechos a la habitación grande antes de que se cierre la reja


354 La reja se para en el momento en que pasas debajo. En medio de los fustes de cuatro robustas columnas que soportan el techo se halla el sarcófago, que ocupa el centro de la habitación. Una simple mirada a los jeroglíficos grabados en las paredes te indica que te hallas en la sala más secreta del edificio, donde descansa el Faraón Asfrén. Descendiente directo de Keops y de la princesa Nelifer, tomó el poder a la muerte del Faraón Micerino, el constructor de la Tercera Pirámide Ansioso por probar ante los dioses y el mundo que él era capaz de levantar la mayor tumba nunca imaginada por hombre alguno, emprendió la construcción de la Cuarta Pirámide. Pero su sueño de sobrepasar a sus antecesores se esfumó porque murió, al cabo de unos meses de iniciar su reinado, repentinamente atacado por la enfermedad. Su tumba quedó inacabada y Asfrén fue inhumado en la Pirámide truncada, testimonio de la gloria pasada de Egipto. El nombre de Asfrén cayó pronto en el olvido y desapareció, incluso, de los archivos oficiales. Su pirámide, su obra máxima, también ha desaparecido, ya que en la época del Preste Juan no quedaba rastro de ella y sus enormes bloques de granito han sido utilizados para construir tumbas más modestas en los alrededores, cuando las canteras de la región quedaron agotadas.

Pero ahora tus ojos se fijan en la magnificencia de las paredes de granito adornadas con bajorrelieves finamente esculpidos. En el centro ne la pared una sola estatua de mármol rosa contempla con mirada fija el sarcófago y la futilidad de las ambiciones humanas que a toda costa quieren vencer a la muerte.

¿Qué vas a hacer?;
¿Examinar la estatua? Vete al 569.
¿Arrancar un bajorrelieve de extraordinaria belleza con ayuda de tu espada? Vete al 256.
¿Registrar la habitación en busca de un tesoro? Vete al 36.
¿Abrir el sarcófago? Vete al 489.

:smt017

comentario: Aparte de estar muy bien escrito el libro, con estas reflexiones históricas y sobre la vida y la muerte, me ha sorprendido gratamente este misterio, pensaba que la pirámide truncada y el faraón Asfrén eran licencias para tener una excusa de aventuras dentro de una pirámide, pero en efecto, es una licencia plausible, históricamente sí existió una pirámide inacabada, los romanos saquearon las piedras para obras públicas. Y la lista de los faraones de Egipto está incompleta, hay algunos de los que no se sabe nada.
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Dark-kia
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por Dark-kia »

:smt038 :smt038 :smt038 Enhorabuena, haces que al leerte te metas en la piel del personaje, y lo vivas como el prota de una película.
Yo investigaría la estatua primero. :smt017
Veamos a quien está dedicada y que nos revela.
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El Analandés
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

569 La representación del dios Osiris esculpida en el más delicado mármol, te intimida. Sus ojos fríos tallados en cristal te contemplan con dureza. La impresión de vida es tan fuerte que esperas que te dirija la palabra de un momento a otro. Una persistente sensación de malestar te domina. ¿Quieres seguir examinando la estatua (vete al 384) o dejar la habitación para descubrir otras partes de la Pirámide (vete al 180)?


No has llegado tan lejos para acobardarte por la mirada de una estatua


384 De repente te das cuenta de que Osiris tiene un cuerno entre sus brazos cruzados sobre el pecho. Nunca has oído hablar de nada semejante en otros templos ni tumbas, si el objeto te recuerda a algo vete a 560

Tienes el cuerno que encontraste en el cofre de la estatua de Seth

560 Si has encontrado un cuerno semejante al representado en la estatua, sácalo de la mochila. Soplas en su boca y un sonido grave resuena en la sala. El murmullo de una cortina al moverse te hace volver la cabeza: un panel acaba de abrirse en la pared tras la efigie de Osiris. En su interior se halla un papiro enrollado. En él aparecen dibujados extraños signos, semejantes a los que indican a los navegantes cómo hacer nudos marinos. Hay también una inscripción: «Más bajo que la tierra se encuentra el Rey del Alto y del Bajo Egipto, disimulado a la codicia de los hombres; sellada está su tumba y el lazo es la clave.»
Si crees que el papiro podrá serte de utilidad en el transcurso de la aventura (anótalo en la lista de tus posesiones), suma 121 al número del epígrafe en el que en ese momento te encuentres. Si el texto correspondiente tiene sentido, significa que se acerca el fin de tu búsqueda. Dejas la habitación y vas al 180.

:smt017
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

Comentario: El rey del Alto y del Bajo Egipto es el faraón, pues su corona era doble. "Más bajo que la tierra" significa que su tumba es subtérranea "disimulada a la codicia de los hombres"significa que la habitación en la que estamos no es la auténtica tumba del faraón, si no una trampa para los saqueadores.


Sabemos que Antarsis se ha ocultado en esta pirámide, pues, ¿qué mejor escondrijo que la tumba de un faraón, protegido con toda clase de trampas contra los intrusos?

Antes hemos descendido a un pasillo bloqueado por una piedra y con un cordón que pendía del techo que no hacía nada al tirar de ello. Quizá ese cordón sea la clave.
Última edición por El Analandés el 08-May-2020, 23:56, editado 2 veces en total.
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

180 Tienes que volver cruzar la galería de los veintiocho sarcófagos pero ningún Muerto-Viviente te sale al paso, llegagas al descansillo y a la pasarela de piedra, ¿seguirás el pasillo horizontal (vete al 95) o continuarás descendiendo (vete al 386)

el pasillo horizontal va a la piscina de los cocodrilos y la estatua de Seth, la tumba está más abajo, hay que seguir bajando

386 Estás de nuevo en lahabitación en que te habías encontrado con los Hombres-Gato. No tienes más salida que es corredor que desciende (vete al 314).

314 Las paredes del túnel están formadas por gigantescos bloques de granito perfectamente yuxtapuestos. No podrías ni introducir el filo de una espada por los intersticios. Sigues la pendiente descendente del pasillo durante unos cien metros. Vete al 390.

390 El paso está obstruido por una enorme piedra. ¡Imposible continuar! La roca, a tu alrededor, resulta desesperantemente lisa, a excepción de dos cordeles trenzados de distinta largura que cuelgan techo. ¿Qué vas a hacer?
¿Subir a lo largo del túnel? Vete al 345.
¿Tratar de tirar de los cordeles para ver que sucede? Vete al 78.
¿Lanzar una bola de fuego sobrenatural sobre el bloque de piedra? Vete al 532.
¿Intentar romper el granito con la espada? Vete al 558.


El lazo es la clave, un lazo es una cuerda, si tiras de la cuerda .. 78 + 121 = 199, antes Dark-Kia no tiró de los cordones, lo que ahora resulta apropiado: está claro que los cordones hay que tirar un número de veces en combinación, que para dejarlo bonito tendría que estar en clave en el papiro: por ejemplo: el cordón corto es el faraón, tirar una vez, El cordón más largo representa el Nilo que recorre todo el Alto y Bajo Egipto, de ese habría que tirar dos veces, una por reino, y una vez más del primero para levantar la piedra que sella la tumba.



199 El bloque de granito que impedía el paso se hunde poco a poco a el suelo, dando paso a una galería horizontal. Ya no te llega la luz; la oscuridad se hace cae vez más densa. De repente te encuentras ante tres criaturas idénticas de cabeza de chacal, cada una de ellas armada de una maza erizada de clavos. Te cierran el paso. ¿Prefieres esperar a ver cuál va a ser su reacción ante tu presencia (vete al 538) o atacarlas sin más demora (vete al 468)?
Última edición por El Analandés el 09-May-2020, 13:18, editado 2 veces en total.
El Analandés
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

:smt017 Tres contra uno son muchos, esperas a ver si hay forma de salir del paso sin combatir.

538

Los tres permanecen inmóviles, mirándote. Decides pasar al ataque.

468

Agotado por tan duras pruebas, con las piernas temblorosas desenvainas tu larga espada aún manchada con la sangre de tus víctimas. Te resulta imposible atacar a los tres monstruos con rostro de chacal al mismo tiempo; tienes que recurrir al efecto de sorpresa y eliminar a uno de ellos antes de que los otros hayan tenido tiempo para reaccionar. ¿Contra cuál te lanzarás?

¿Contra el de la izquierda? Vete al 369. ¿Contra el del medio? Vete al 361. ¿Contra el de la derecha? Vete al 240.
:smt012 :smt017
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

(tirada de dados)

Te resulta antinatural lo idénticos que son los tres monstruos de cabeza de chacal, salvo por el detalle de que los de la derecha y la izquierda son zurdos pues el del centro sostiene la maza en la diestra. Lo tienes en cuenta, pues entonces sería más ventajoso atacar al de tu izquierda ya que se estorbarían mutuamente al blandir sus armas.

Colocas la lámpara de aceite en una abrazadera de la pared destinada a colocar antorchas, para tener las manos libres y poder ver mientras peleas sin riesgo de quedarte a oscuras y entonces adviertes la luz de otra lámpara sobre el hombro de uno de los monstruos, ¿otra luz? ¿un reflejo? ¡Un reflejo!

361 ¡Todo es una simple ilusión! Los otros dos monstruos no son que imágenes devueltas por enormes espejos. Sólo has de enfrentarte con un adversario vete al 566).

566 El monstruo a imagen de Anubis, dios de los muertos, levanta su brazo musculoso para golpearte con su maza. Tienes que ser más rápido que él y combatir su fuerza bruta con la astucia y la agilidad.

Si vences esta nueva prueba, vete al 414.

Pues es otra prueba chunga, porque tu cota de malla no te protege contra golpes de maza, y menos de una con pinchos, y el escudo estaba destrozado, y una maza es difícil de bloquear con la espada, por lo que hay que esquivar sus golpes, y en este caso la cota es un estorbo por su peso. Lo único a favor que tienes es más velocidad. Va a ser difícil :smt009


Por desgracia, no hay ningún objeto mágico que nos pueda servir. El anillo de invisibilidad no nos serviría en un sitio tan estrecho para poder pasar, y el agudo olfato y oído del hombre chacal compensaría el no poder vernos.

Huir por el pasillo y tratar de atraer a la criatura a otra parte no va a funcionar como con las momias, te arriesgas a que te golpee por la espalda, y tú te encuentras fatigado, por lo que acabaría alcanzándote en la persecución.


No tienes un frasco de aceite para verterlo en el suelo y que resbale.

Lo que sí tienes es el puñal que te dio el sacerdote, así puedes atacar con dos armas, es un recurso desesperado, pero es la única opción que te queda.



Actualización de objetos:

Oro:

8 monedas de oro de varios faraones y algunas monedas de plata de tu época.

Objetos de valor: (en los dedos o bolsa de monedas)
Sortija de rubí de tus antepasados (valor aproximado 100 monedas de oro)
Sortija con el ankh (regalo de la esclava Faltina)
Collar de perlas de la diosa Isis



Provisiones:

Par de cantimploras
Mochila vacía

Objetos mágicos:
Medallón de plata de protección mental
Anillo invisibilidad
Anillo protección aparecidos
Brazalete de oro de control de reptiles



Otros objetos:

Lámpara de aceite
Antídoto

Armas y armadura:

Loriga de malla de hierro, cubre torso, brazos y hasta los muslos (calzas abandonadas)
Yelmo
Espada mágica de acero de Damasco
Puñal egipcio del sacerdote
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

El filo de tu espada negro relampaguea a la débil luz de la lámpara y la maza claveteada del Hombre Chacal surca el aire con un silbido, consigues forzar a retroceder a tu enemigo a la cámara de los espejos, donde hay más espacio para maniobrar. Vuestro reflejo en los espejos resulta una distracción molesta.

El combate es rápido. Intercambiás fintas y golpes que cortan el aire, no hay entrechocar de armas, pues a ambos os resultaría difícil parar el arma del otro, si no que intentáis esquivar los golpes. Intentas fintas y asestar puñaladas con la daga, pero no tienes soltura en combatir con la mano izquierda, y tus puñaladas son torpes y apenas logran arañar la armadura de escamas de bronce de tu adversario.

En un momento fallas tu mandoble y quedas con la baja guardia, el Hombre Chacal aferra su maza con las dos manos y asesta un terrible golpe lateral que sólo esquivas arrojándote al suelo. Llevado por la inercia el monstruo golpea uno de los espejos en las paredes que se hace añicos con estruendo y hace saltar fragmentos por toda la habitación. Por suerte el yelmo y la cota de malla te protegen de las afiladas esquirlas. Mientras tu adversario confuso, sangrando por varios cortes y con los brazos entumecidos por el golpe, se recupera, tienes tiempo de incorporarte, y atacar, pero resbalas con un trozo de cristal que se mueve al pisarlo y tu golpe es flojo, el filo de tu espada rebota en las duras escamas de su coraza.

Continúais dando vueltas el uno al otro, haciendo un ruido crujiente al pisar los cristales. Debido a la penumbra y la fatiga calculas mal, tu siguiente tajo falla, y dejas la guardia abierta para que te aseste un golpe de revés, que detienes con la espada por acto reflejo, pero ¡el impacto es tan brutal que tu espada vuela de tu mano y el puñetazo que te asesta en el hombro te hace tambalear, ¡e hincas la rodilla!

El Hombre-Chacal alza la maza con las dos manos para asestar el golpe fatal, pero impulsado por la desesperación en vez de intentar apartarte y alcanzar la espada caída, te cambias la daga de mano y te incorporas con toda la fuerza de tus piernas, como un resorte, tu mano derecha describe un arco horizontal...

¡y clavas el puñal que te dio el sacerdote egipcio en la axila desprotegida y expuesta de tu adversario!

La hoja se clava hasta la empuñadura, y llega hasta el corazón. El Hombre Chacal sólo puede dar un respingo ahogado abriendo sus fauces en un gemido de dolor revelando sus colmillos, la maza cae de sus dedos, baja los brazos y cae de espaldas con un ruido sordo apenas un instante después.

Jadeando por el esfuerzo y estremeciéndote de alivio, extraes la daga de bronce que te dio el sacerdote Sephre-ti, y la sopesas en la palma de la mano. Es una simple herramienta, un arma de soldado, sin adornos. Pero te parece como si una fuerza misteriosa haya guiado tu mano... quizás los dioses del Antiguo Egipto te hayan ayudado en esta lucha por ser su campeón en la lucha contra el faraón hereje Akenatón.

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COMENTARIO:

¡¡INCREÍBLE!! ¡¡SIMPLEMENTE INCREÍBLE!! O_O

El combate pues ha empezado lo previsible para estos casos. El Maestre Juan da primero pero sólo por su elevada destreza, porque entre la estatura y lo largo de la maza estaban igualados, Juan tiene un 80% de ataque con la espada, pero entre la penalización de la penumbra y de la fatiga ha tenido varias tiradas fallidas.

Usar la daga tampoco servía de mucho, normalmente tiene un respetable 50% de ataque empuñándola con la mano derecha, pero con la izquierda el porcentaje baja a la mitad, porque nunca ha entrenado el estilo de combate con una daga en la mano izquierda.

En el cuarto o quinto asalto el Chacal la ha pifiado (resultado entre 16-20: pierde el siguiente ataque, esquiva y detención) se le ha ido la maza y le ha acertado al espejo con tanta fuerza que ha sido como si estallara.

El Chacal estaba indefenso pero por desgracia Juan ha desaprovechado su oportunidad, ha acertado, pero el golpe ha sido tan flojo ( ha sacado dos unos con lo que sólo hace 2 puntos de 13 máximo), que lo he interpretado como que ha resbalado. La armadura de escamas de bronce protege unos 6 puntos. Si fuera de hierro serían 8.

En el siguiente asalto Juan ha fallado tanto su ataque, como la esquiva, y no le ha quedado otra que parar con la espada. El monstruo ha conseguido un especial y ha desarmado a Juan, seguido de un ataque de lucha que ha tenido éxito a medias.

El monstruo se ha confiado porque ya está ganada la pelea y ha alzado la maza con las dos manos para apuntar un golpe mortal y acabar de una vez, lo que le ha retrasado unos instantes, y a Juan sólo le quedaba una opción, o tratar de esquivar o golpear con la daga, por puro reflejo y porque esquivar estaba complicado decidí atacar, lo máximo que esperaba era abrazarse a sus piernas y apuñalarle en la pierna desprotegida para hacerle caer y luego se vería.

Pero ha salido el golpe crítico, que es la décima parte de las probabilidades de acertar normales, o sea que era un menos de un 5% de probabilidades, y un "01" encima, del grito de júbilo he pegado mi hija se ha asustado.

He tenido que sacar una foto con el móvil de la tirada sobre la mesa porque no os lo vais a creer, el dado azul es de las decenas (el azul es mi color favorito) , ah y también se ven los "dados amarillos" de otra partida que jugamos con Dark-Kia de narrador

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¡¡Pero es que además parece brujería, como si los dados cobraran vida para darle más dramatismo en las partidas!!. Con habilidades de ataque altas hay bastantes posibilidades de lograr golpes especiales, y a veces salen resultados afortunados espectaculares, pero esto ha sido apoteósico. Cuando juego para mí solo rara vez me salen las tiradas tan bien. Como el crítico ignora la armadura del blanco y hace máximo daño, y el doble en caso de tratarse de un arma penetrante que empala, como una daga, ni he tirado dados de localización ni daño, simplemente he descrito la escena como sería más lógico que sucediera, dada la postura de los adversarios. Si veis las ilustraciones de guerreros egipcios con armaduras de escamas que colgué en el hilo efectivamente podéis comprobar que el sobaco es un punto débil cuando se alzan los brazos.

Luego busqué una foto de una daga egipcia, en su día dije que el puñal de los comandos británicos estaba inspirado en un diseño egipcio, la hoja puede ser pero no encontraba ninguna que se le pareciera en la empuñadura. Podía haber puesto una reproducción moderna que las hay muy bonitas, o una foto de la daga enjoyada de hierro meteórico del faraón Tutankhamón, pero al final me decidí por este arma sencilla y sin adornos, como el arma más típica que el sacerdote habría arrebatado a uno de los guardias.

Es el Destino. Hasta dónde yo sé, el cuchillo no juega ningún papel en la aventura más que ser una herramienta útil para comer y cortar cuerda, y de arma de repuesto por si se te rompe la espada.
Última edición por El Analandés el 12-May-2020, 23:19, editado 2 veces en total.
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

414 El pasillo se hunde en las tinieblas. Avanzas a trompicones hacia un débil halo luminoso que brilla a lo lejos ante ti. Tu objetivo se hace cada vez más nítido hasta que llegas a una extraña habitación. Las paredes, el suelo, el techo están cubiertos de una fina capa de plata. Reina una extraña luz de tonalidades cambiantes, que vibra creando volutas translúcidas que ondulan a tu alrededor. Los colores se funden unos en otros, pasando del índigo al rojo brillante en un arco iris irisado que te hace apartar la vista. Pero, poco a poco, recuperas las fuerzas, el cansancio desaparece de tu rostro, todas tus enfermedades han sido curadas y tus miembros sufrientes se regeneran. Recuperas todos los puntos de Vida y los puntos de Fuerza que habías perdido desde tu salida de Karnak. Vete al 21.


(pues menos mal, porque tenías un par de costillas rotas de la pelea con las momias, y aún has salido bien librado, en este librojuego si tienes mala suerte puedes sufrir terribles mutilaciones)


21 .Una trampa se abre en el suelo plateado, dejando al descubierto un pozo. Desciendes los escalones y entras en una habitación llena de suntuosas riquezas. Un sarcófago de piedra, finamente tallado y cubierto de joyas, ocupa el centro de la cámara. A su alrededor hay cofres de marfil llenos hasta rebosar de collares y joyas, cálices de plata, armas fastuosas... Acabas de descubrir la auténtica sepultura del faraón. Todas las demás salas que has explorado eran falsas pistas destinadas a confundir a los profanadores.

De repente una voz estremecedora resuena a tus espaldas. «¿Quién eres tú, extranjero? ¿Es que ha llegado la hora del fin para mí y para mis fieles, víctimas de la herejía de ese joven loco de Akenatón? Ha sido el primer soberano egipcio que se ha atrevido a pisotear las riquezas de los templos. ¡Qué idiota! El país se debilita, no se cobran ya los impuestos, las provincias conquistadas con el dolor y la sangre de nuestros antepasados se rebelan contra nuestra tutela. Si has venido hasta aquí para capturarme a mí, Antarsis, sumo sacerdote de Osiris, prefiero la muerte a la deshonra de contemplar el derrumbamiento del imperio egipcio...»

¡Al fin has conseguido tu objetivo! Tranquilizas a Antarsis manifestándole tus buenas intenciones. No le has buscado por toda la región para entregarle a los esbirros de Akenatón, sino para preguntarle dónde se encuentra Shangri-La (vete al 583).
Última edición por El Analandés el 14-May-2020, 15:39, editado 1 vez en total.
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

583 «Shangri-La...», dice. «Déjame pensar un momento. Desgraciadamente la mayor parte de mis papiros han sido destruidos o confiscados por los soldados que asaltaron el tlmpo, y el mapa que me confeccionaron ha desaparecido. Sin embargo, una antigua profecía habla de Nikanor, el consejero de un poderoso rey del futuro que se llamará Salomón y que se casará con la hija del Faraón. Dice la profecía que Nikanor hallará la felicidad eterna en el corazón de un valle lejano en la dirección del sol naciente. ¡Él ha descubierto el secreto de Shangri-La y sólo él podrá darte la respuesta que buscas!» El Sumo Sacerdote hace una pausa antes de seguir y te entrega un extraño objeto. «Para que te ayude en tu búsqueda permíteme que te entregue como regalo este Ojo de Horus. Debilitará a tus enemigos y te ayudará en el camino sembrado de asechanzas que lleva al Conocimiento Supremo.» Anota el Ojo Mágico en la lista de tus posesiones. ¡Su poder te permitirá desintegrar a los enemigos con la fuerza de su rayo, un resplandor de rojo púrpura que surge de la pupila del Ojo! Si decides luchar con el Ojo Mágico aumentarán considerablemente tus posibilidades de ganar un combate en el momento en que lo utilices. Has de elegir cuidadosamente, ya que a partir de este momento sólo podrás utilizarlo una vez en cada aventura. «Sé valiente. Espero que Shangri-La sea verdaderamente la recompensa a todos tus pesares. Ruego para que los dioses Amón y Osiris vayan contigo y te protejan en tu peligrosa aventura a través del tiempo...»
Apenas si has tenido tiempo de darle las gracias cuando te sujeta fuertemente por los hombros y te mira a los ojos. Sientes que tu mirada se debilita ante una voluntad oculta. Sus pupilas aumentan, te rodean plenamente, se convierten en lagos en los que te sumerges sin la esperanza de hallar fondo. La realidad es sólo una palabra carente de sentido. Tus pergaminos y objetos mágicos se esfuman, tu espíritu se hunde en el limbo de lo desconocido. Tu aventura continúa...


Foto: el maestre Juan, de turismo por el Alto y Bajo Egipto

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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por Dark-kia »

:smt041 :smt041 :smt041 ¡Colosal!
Muchas gracias por tu tiempo y esfuerzo, has logrado convertir las exiguas secciones en una verdadera novela. Por poner algún 'pero' te diré que cuando comencé la lectura contra el chacal de Anubis en la habitación de los espejos creía que solo se le podría dañar rompiéndolos como en la peli de Conan y eso me decepcionó, pero no :smt023 y .... gracias a tus dados amarillos (:smt019 ) la épica lucha se tornó de nuestro lado.
La otra es la combinación del lazo, o no lo he pillado bien o no hubiera pasado esa prueba. :smt011 (Torpe que es uno, que se le va a hacer :smt010 )

En general ha sido una buena partida. Esperemos que pronto podamos jugar alguna más y con más participantes. :smt038
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

Bueno, veo que el esfuerzo de completar esta lectura ha valido la pena, no eres el único que nos lee, aunque no consigo animar a la gente a participar en este foro.

En realidad no he tenido que hacer casi alteraciones al libro, sólo alterar un poco la secuencia de acontecimientos en la búsqueda de Antarsis y completar alguna cosa, como la escena con el arquitecto que se asusta porque te están buscando. El libro está muy bien escrito, me gustan las descripciones y los personajes que aparecen, y la descripción de la civilización egipcia en todo su esplendor aunque atravesando una crisis.

No, lo del lazo es una explicación que se me ha ocurrido porque la sección era la 121 y buscándole un simbolismo se me ha ocurrido eso. En el libro sólo se menciona que cunado llegues a una sección que te parezca la correcta sumes ese número. Pero no dice nada del "lazo", que no es lo mismo que el cordón. Ahí aunque no hace falta más que sumar el número para llegar a la siguiente sección, lo dejaron bastante chapucero. Intenté arreglarlo.

En el objeto mágico que te da al final, es simplemente Ojo Mágico, yo lo he cambiado por el Ojo de Horus .. aunque igual Ra podría haber sido más apropiado.

El Hombre Chacal como último oponente es muy apropiado, porque Anubis era el dios guardían del inframundo, no sería un enemigo tan temible si no estuvieras hecho polvo y no hubieras abandonado el escudo, que estaba destrozadoo. De todas formas la cota de malla no ofrece protección contra golpes de maza, así que era un enemigo muy peligroso. La trampa de los espejos me pareció algo sosa...pero claro, alguien menos templado que el Preste Juan habría atacado sin pensar del susto, sin pararse a observar y darse cuenta de que había algo raro. Para eso están las tiradas de percepción.



Tengo que felicitarte, a ti, y a alcalde Khare, porque habéis tomado las decisiones acertadas, estos libros no son fáciles de completar, y como metas la pata y te vayas por el camino equivocado vas a sufrir mucho aunque sobrevivas. Algún error has cometido, como el de caer en la trampa del suelo basculante, pero al final ha sido para mejor porque proporcionó una solución para acabar con las momias.. no te culpo por el error de pegarles fuego, es lo que todos haríamos y no tuvo consecuencias graves gracias a la coincidencia afortunada del remojón en la piscina de los cocodrilos... que fue otra equivocación tuya, si tirabas de la otra cadena no habría sido necesaria. :smt042

Yo también he cometido errores tácticos, lo de empeñarme en luchar a caballo durante el asalto a la caravana, o intercambiar golpes con las momias cuando era mejor salir corriendo. Pero lo bueno es que por coincidencias afortunadas cuando se cometió un error o hubo mala suerte, al final todo sucedió para mejor.


Podemos continuar con el siguiente libro, no tengo ningún recuerdo de él, quizá porque sea el más flojo de la serie, pero es necesario pasarlo para llegar al último que es tan bueno como este o mejor.

Ya tengo otros interesados que si no se registran en el foro al menos me pasarán sus decisiones por wasap.
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

Para saber más:


Para interesados, he descubierto este blog de historia bélica, en el que tienen muchas entradas dedicadas a armas antiguas y medievales, aderezadas con un fino sentido del humor.

Aquí hablan de las curiosas espadas egipcias

https://amodelcastillo.blogspot.com/201 ... spada.html

Y para interesados en el Antiguo Egipto recomiendo este libro, que lo podéis comprar bastante barato en librerías de libros usados o antiguos, lo recomiendo es muy ameno y está muy bien escrito, y aunque Akhenatón es el villano de esta historia, en realidad parece que era un hombre adelantado a su tiempo y que pretendía acabar con esa casta de parásitos que eran los sacerdotes.


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Última edición por El Analandés el 18-May-2020, 0:02, editado 1 vez en total.
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Re: El Ojo de la Esfinge

Mensaje por El Analandés »

y para reflotar este hilo, por simplicidad y jugabilidad en las aventuras se emplean monedas de oro, aunque soy consciente de que el dinero en metálico es un invento muy posterior. ¿cómo se las apañaban los egipcios? Un amigo, el Taliván Hortográfico, lo cuenta muy bien en este foro de economía, para el que le interese

https://www.burbuja.info/inmobiliaria/t ... t-21930384
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