El torreón de las tinieblas

[stikud]

Nos unimos al caballero.

[El Analandés]

63

El caballero te mira fríamente.

— Soy Morro Estentóreo — dice— . He estado sentado aquí más de un año. Llegué aquí después de una tormenta terrible. Mi armadura se oxidó y desde entonces no me he podido levantar. El tabernero me trae comida y se ocupa de mis necesidades, no por bondad, si no porque tiene el corazón negro y se alegra de verme humillado así. Dame aceite, te lo supico , ¡y mataré a esos malditos rufianes!
Al oír esto los tres hombres se ríen burlonamente. Podrías verter aceite de tu farol en las articulaciones de la armadura oxidada del caballero. ¿Lo harás? Ve a 80. ¿O te negarás a ayudarle? Ve a 184


Comentario:

¡Cuánta crueldad la del tabernero! Y encima para mayor escarnio le cambia el nombre de la taberna a "El reposo del caballero".

Obviamente, no puedo dejar a otro caballero de nuestra clase social en tan penosa condición, y como stikud ha dicho que nos unimos a él, en la mejor tradición rolera de las peleas de taberna, vamos a darle aceite (aunque suena muy mal eso) y ayudarle a castigar a esa vil canalla.

[El Analandés]

80

El caballero balancea las manos y coge una vieja alabarda que hay encima de la chimenea. Se acerca a los rufianes que ahora han dejado de burlarse y están sacando sus espadas con mala cara ¿Ayudarás al caballero? Ve a 230 ¿o le dejarás que luche solo contra los tres hombres? 55

Comentario: Estooo, ¿lo de matarlos iba en serio? *suspiro* Yo creía que se iba a limitar a pegarles una paliza, y no me apetece meterme en una pelea con espadas sin protección, por otra parte no es muy honorable dejarle solo contra tres. Ya se sabe, noblesse oblige.

Imagino que tendréis ganas de pelea y voy sacando los dados.

[El Analandés]

Narración del master:

Intercambias fintas y tajos para calentar la espada mientras evalúas a tu adversario, a pesar de ser un espadachín bastante diestro, el alcohol enlentence sus reacciones. Después de entrecruzar los aceros unas cuantas veces, deja la guardia abierta y le lanzas un tajo a la cabeza que debería haberle hendido el cráneo, pero por desgracia sólo le roza la punta abriéndole la mejilla y dejando los dientes visibles. Rugiendo de dolor y furia el patán contraataca y pateando una silla que te golpea en las piernas te hace trastabillar. Retrocedes mientras bloqueas y desvías sus violentos golpes, y cuando el rufián golpea en un tajo descendente que desvías para que se clave en la mesa, antes de que pueda arrancar su arma das un paso adelante y le desventras con un tajo lateral, y se desploma sobre la mesa. Abrevias su agonía descargando otro tajo sobre su nuca.

Entretanto los otros dos rufianes, confiados en poder derribar al caballero que se mueve torpemente por su prolongada inactividad, le lanzan estocadas tratándo de clavar sus hojas entre las junturas de la armadura, sin ningún éxito, rebotando sus espadas sobre la coraza. Antes de que en sus cerebros enturbiados por la bebida se den cuenta de sus escasas oportunidades, el caballero descarga un terrible hachazo con la alabarda que hiende el pecho de uno de ellos desde la clavícula al esternón. El otro rufián, al que el miedo le hace recobrar la sobriedad, se vuelve para huir, pero el caballero le clava la punta de la alabarda en la espalda, que asoma por el pecho.

[El Analandés]

284

Miras a tu alrededor y ves que el caballero ha matado a sus dos oponentes.

— Manejas muy bien la espada — te dice — como corresponde a alguien de tu valentía.

Te sientas, pides algo de comida y disfrutas de una jarra de hidromiel con él.

Cuando le mencionas tu empresa se burla:

¡El Torreón de las Tinieblas! ¡Ja! Aquella noche tormentosa de hace un año yo acababa de escapar de allí con mi vida y poca cosa más. Fue entonces cuando mi armadura se oxidó convirtiéndose en un bloque inmóvil; pero prefería quedarme aquí sentado otro año soportando las burlas de esos patanes, antes que volver a ese sitio tenebroso.

Cuando ve que estás decidido a ir, te advierte que el camino más peligroso al interior del torreón desde fuera es a través de una puerta de hierro.
Emprende su viaje en la noche, hacia su feudo del castillo del Morro. Te preguntas si no sería más sensato unirte a él, pero recuerdas las palabras de tu Rey, y tu valentía vuelve. Registras los cuerpos de los rufianes y encuentras 17 piezas de oro y un medallón con un rizo de pelo dorado. Tomas el empinado camino hacia el torreón. Ve a 78

[El Analandés]

Comentario del master:

Si cuando digo que los protagonistas de los librojuegos son unos asesinos...amigo lector, acabas de matar a un tipo que no conocías de nada, y eres cómplice de la muerte de los otros dos sólo porque el caballero les tenía ganas. Lo impresionante es que te sientas a comer y beber como si tal cosa, con los tres muertos ahí tirados en su sangre. Fíjate el detalle que el tabernero está tan acojonado por si el caballero también quiere vengarse de él que no os cobra. Y luego, se nota que has estado sirviendo a un tirano durante demasiado tiempo y se te han pegado malos hábitos de saqueador... quiero decir de recaudador de impuestos, porque te pones a rebuscar en los bolsillos de los muertos cual mercenario ávido de botín. Quizá te entren remordimientos de conciencia al encontrar el medallón con el mechón de pelo, igual era un rufián pero tenía novia, una mujer que le quería... pero seguro que no te inmutas, más probable que o el rufián era el chulo de alguna puta, o todavía más probable el medallón lo robó a alguien.

En fin, ¡esto es Warhammer y así son las cosas! Nada de heroicos y puros paladines de resplandenciente armadura. Eres un tipo violento y sin escrúpulos, y te acojona lo que te puedes encontrar en el Torreón, entre lo que te cuentan el tabernero y el caballero casi se te quitan las ganas de ir allá.
*suspiro* Tu rey es tu rey, y el que dirán y todo eso. Sería muy malo para nuestra reputación y perspectivas de empleo en otro reino que se supiera que hemos abandonado a nuestro señor. Al menos hay que intentarlo.


PD ¿Os gusta el comentario personalizado, o mejor me callo y sigo con la historia?

(Por cierto, la traducción del nombre del caballero es fiel al original, y he aprovechado para hacer la gracia, existe un castillo del Morro de verdad, en La Habana, de heroica historia.)

[El Analandés]

78


El camino sube el risco haciendo espiral. Parece que llevas subiendo una eternidad cuando finalmente se acaba la pendiente y delante tuyo ves una puerta. A ambos lados de la puerta, iluminados por la luna morbunda, dos calaveras de piedra te miran fijamente. Tienes una premonición de desastre, pero consigues reunir todo tu valor y te acercas a la pesada puerta de roble. ¿Llamarás pidiendo que te dejen entrar? Ve a 240 ¿O empujarás la puerta? Ve a 130


En realidad no hay elección, está cerrada con llave y no tenemos el pergamino mágico para abrirla.

Comentario del master:

Ahora sí que llevas puesta la armadura. La subida se ha hecho más descansada porque aún tenías caballo, al que despides de una palmada en la grupa para que vuelva cuesta abajo a la taberna. De arma secundaria tienes la alabarda , hacha de armas para ser precisos, que te has llevado de la taberna.

Resulta interesante comentar que los otros protagonistas de los librojuegos son unos psicópatas que se ofrecen voluntarios por puro amor al riesgo para las misiones más peligrosas y se enfrentan a monstruos y otros enemigos mortíferos sin pestañear.

Pero aquí tienes miedo, aunque lo heroico es que te sobrepones a él.

Por otra parte, eres un valiente caballero, pero no piensas mucho las cosas. ¿Vas al castillo del malvado y simplemente llamas a la puerta para que te dejen pasar? Con un par... No se entra en Mordor así como así...

Eso sí, el nigromante debe estar muy confiado. No hay centinelas. Claro que, ¿quién que no sea un sicario del mal se va a acercar por aquí?

[El Analandés]

240

Oyes como se arrastran unos pesados pies dentro del patio. Hay un tintineo de llaves y se abre la puerta de roble. Unos ojos amarillos y febriles te miran desde una cara escabrosa adornada con un pelo lacio y grasiento. Un Necrófago jorobado te desafía y no tienes más remedio que luchar.

...

El Necrófago te paralizará si te hiere 4 veces con sus garras y dientes pútridos. Si le ganas ve a 244. Si te mata o te paraliza ve a 255.

Comentario:

Las traductoras no tenían mucha idea de monstruos y a todo lo llamaban demonios, ya fueran orcos, o un ghoul (necrófago) como en este caso. Muy propio de un nigromante tener uno de portero nocturno.

Para datos de juego, cogemos a los Ghouls de la Llamada de Cthulhu, no es un oponente demasiado temible, salvo por el mordisco envenenado

[El Analandés]

Narración del master:


No sabías qué esperar, pero ya inquieto, la horrible visión del espantoso semblante del necrófago y su aterrador aullido te hacen sentir hielo en el estómago y náuseas, antes de que puedas reaccionar el necrófago te lanza un zarpazo que te golpea en el bacinete, antes de enredarse la garra en el gorjal de malla. El tirón te hace tambalearte y trastabillas antes de recuperar el equilibrio. Aturdido, te bajas la visera y retrocedes bajo los puñetazos del devorador de cadáveres, que aunque de tu misma estatura es mucho más musculoso y corpulento. Los golpes y empujones buscan derribarte al suelo, para que el necrófago pueda arrancarte el casco y morderte. Pasada la conmoción inicial, en que te limitas a encajar los golpes , olvidándote del hacha que llevas en las manos, tus reflejos de guerrero te hacen reaccionar y atacas en sucesión con golpes de barrido con el filo del hacha y lanzadas con la punta del extremo. Al esquivar estos golpes el necrófago tropieza de espaldas con las piedras al borde del camino y extiende los brazos para recuperar el equilibrio, momento en el que le asestas un hachazo en el pecho que hiende sus costillas y salpica negra sangre. Haces palanca para desclavar el hacha, y cuando el necrófago cae de espaldas mortalmente herido, lo decapitas de otro hachazo.



Comentario:

Un necrófago sin armas no es rival para un caballero acorazado, pero ¡ay! causa miedo. Una mala tirada de voluntad que ha hecho que por poco huyas ignominiosamente.

[El Analandés]

244

Delante de ti está el patio, iluminado por la luna y una de las amenazadoras torres del torreón. al pasar por la puerta ves un obelisco de piedra a cierta distancia a tu izquierda. ¿Atravesarás el patio hasta la torre, (ve a 6) o primero echarás una mirada más de cerca al obelisco (ve a 276)?


A ver si alguien da señales de vida, que ya estamos metidos en faena!

[birdmanradio]

Apuesto por la 276.

¿La trilogía Crónicas Gretenses es de los imprescindibles?

[El Analandés]

A mí la antigüedad clásica como que no me va mucho, como friki de las armas y armaduras, prefiero la ambientación medieval, ni tampoco he leído los librojuegos de Brennan.

No estás aquí para hacer turismo, pero como quieras, nos vamos a acercar al obelisco, más que nada porque me inquieta cruzar el patio al descubierto, no vaya a clavarnos una saeta un ballestero apostado en las almenas.

276

Se oye un chillido agudo en la noche. Levantas la vista y ves un gran ave de presa encima de una torre. No parece haberte visto en las sombras. Manteniéndote cerca de la pared te acercas al obelisco y ves que es una columna de piedra gris esculpida que representa formas demoníacas entrelazadas. Puedes seguir por el patio hasta la torre, manteniéndote en las sombras para que no te detecten (ve a 246) o puedes examinar el obelisco desde más de cerca (ve a 295)

[birdmanradio]

Iría al 246

[El Analandés]

Bien hecho, vas pegado a la pared para evitar que el halcón te vea y nos saque los ojos y no es muy prudente exponerse. A parte de que una escultura demoníaca da muy mal rollo. Ya sabéis, a los monstruos no mirar...

246

La torre tiene tres grandes puertas — de hierro, de oro, y de madera. De pie delante de ellas intentas decidir por cuál entrarás.

¿La puerta de hierro? Ve a 4

¿La puerta de oro? Ve a 96

¿La puerta de madera? Ve a 106


Piensa, piensa.. ¿qué nos han contado?

Ahora empieza lo bueno.

[birdmanradio]

no se...en la 240 pasamos una puerta de roble, ¿es la de madera?

[El Analandés]

No, esa puerta era la de entrada al castillo. Estas tres puertas son las del acceso al interior. El caballero en la taberna nos previno que la de hierro es la más peligrosa.

El viejo nos hizo una adivinanza.

[birdmanradio]

No, esa puerta era la de entrada al castillo. Estas tres puertas son las del acceso al interior. El caballero en la taberna nos previno que la de hierro es la más peligrosa.

El viejo nos hizo una adivinanza.

Mejor que lo que horribles monstruos mata
y mejor que lo que cosas compra
elige lo que el fuego quema,
y tu caja de muerto forra.

Si no es la de madera ni la de hierro será la de oro

[El Analandés]

96

Con gran esfuerzo consigues abrir la puerta de oro. Gruñe monstruosamente cuando lo haces. Te encuentras en una pequeña capilla. Se palpa olor a muerte y te dan escalofríos. Al otro extremo de la habitación ves un altar hecho totalmente de calaveras y huesos de brazos y piernas. Estás a punto de marcharte de este lugar horrible cuando ves a la débil luz de tu antorcha una daga de oro de inmenso valor sobre el altar. Tiene una empuñadura de piedras preciosas y curiosas runas grabadas en la hoja. Sobre el altar, a ambos lados hay dos velas negras. Ves una salida a través de un arco a un lado del altar. ¿Qué harás?

¿Pasar bajo el arco? Ve a 225
¿Coger la daga? Ve a 143

[birdmanradio]

quizá deberíamos pasar bajo el arco, la daga parece una trampa daga.

[stikud]

¡NO, chicos, no! ¡La buena era la madera!

Analandés, compañero, la historia y tus comentarios están genial, pero te rogaría algo más de tiempo para poder elegir.