* Perdón por haceros esperar tanto, pero he estado muy liado estos días. Continuamos....
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--Tengo un asunto que tratar con Minos --replicas secamente.
Ella, comprendiendo que no quieres hablar, no te hace más preguntas. Te viste una túnica azul y se dispone a conducirte de regreso al salón del trono. Tú te detienes unos momentos para fijarte bien en el lugar donde está tu habitación y después sigues a la sirvienta. Pasa al 381.
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381
--Este es Alteo, hijo de Egeo --anuncia en voz alta Minos cuando vuelves a entrar en el salón del trono.
Sintiendo todas las miradas fijas en ti, sonríes timidamente.
--Ven Alteo, siéntate a mi lado. Quiero beber esta copa en tu honor.
La copa pasa de mano en mano y todos los asistentes beben a tu salud. Cuando te llega el turno, brindas por la buena fortuna del palacio de Cnosos y de sus moradores, lo que suscita la general aprobación. Después todo el mundo comienza a charlar y tú te sientes un tanto desplazado.
Al poco, el vozarrón de Minos se alza de nuevo sobre toda esa algarabía.
--Caballeros, ¿en qué estaría yo pensando?. Escuchad. Este es Alteo, hijo de Egeo, hermano de Teseo. Estoy seguro de que todos os acordáis de
Teseo.
Es claro que muchos le recuerdan.
--Levántate, Alteo. Que todos puedan verte bien. Este es Pangrion, mi sumo sacerdote. Ése, Polícrates, el capitán de la guardia.
Ninguno de los dos parece alegrarse de verte: Polícrates logra simular una media sonrisa, mientras que Pangrion gruñe algo entre dientes.
--Opris y Lactris --continúa Minos, señalando a dos jóvenes cortesanos que te sonríen amablemente. Opris viste con elegancia al estilo oriental y se reclina relajado en su asiento; Lactris es muy alto y juega con un anillo que lleva en la mano, su única concesión a la moda.
--Hay
otros personajes en mi corte --vuelve a hablar Minos, no dándose cuenta aparentemente de que ha pasado por alto a todas las mujeres y, por lo menos a un hombre--, pero no parece que estén aquí ¿Dónde está Boloris?
Un alboroto al otro extremo del salón le interrumpe.
¿Quieres ir a averiguar qué sucede (pasa al 454), esperas sentado a ver qué ocurre (pasa al 298) o, aprovechando la confusión, decides escabullirte del salón y buscar el laberinto (pasa al 7)?
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* Es pronto para salir en busca del laberinto, eso ya llegará por si solito
. Por otra parte pienso que es mejor quedarnos sentados y ver que es lo que pasa, no sea que volvamos a ofender a algún cortesano.