La sangre de los zombis

[birdmanradio]

Llevaría guantes de goma, lápices una sierra para cortar metales, cuerda, lupa y cinta adhesiva.

Me pica la curiosidad quien escribió 'Ayúdame' pero siendo sensato mejor vamos a la derecha.

[El Analandés]

Te presento las dos opciones, porque cuando te asomas a la intersección lo ves y puedes ir primero a un sitio y luego al otro. Las opciones no son excluyentes

a la izquierda termina en una puerta a la derecha parece que sigue el pasillo para salir de aquí

NOTA IMPORTANTE: en la lista de equipo al escanearla no salieron los destornilladores. Asumo que querrás uno porque son un arma mejor que el cortaplumas.

103
El corredor acaba en una sólida puerta blanca. Pones tu oreja en ella pero no consigues escuchar nada. -^Si quieres abrir la puerta, ve al 378. Si optas por dar la vuelta y caminar por el pasillo en dirección opuesta, sigue en el 265.


265
Descubres una pequeña puerta, de no más de un metro de alto [¿un armario de la limpieza?], en la pared derecha del corredor. Un simple pestillo la mantiene cerrada. -^Si quieres abrirla, ve al 84. Si prefieres dejarla pasar y seguir tu camino por el corredor, continúa en el 202.


Aquí tienes el mapa. para orientarte

[birdmanradio]

Creo que iría a la habitación 378, si no se escucha nada es buena señal.

[El Analandés]

Bueno, te recuerdo que Z. nuestro protagonista tiene problemas auditivos, pero oye más o menos bien. Los ruidos fuertes los oye.

A ver qué pasa.

378

La puerta te conduce a una pequeña lavandería. En una esquina hay un gran armario blanco, y delante ves un cubo, una mopa, y dos escobas. Hay una tabla de planchar al lado, y encima descansa una cesta de plástico repleta de ropa. Más allá puedes ver una lavadora y una secadora. Hay una mochila negra apoyada en la pared, al lado de una hilera de zapatos. -^Si quieres abrir la mochila, sigue en el 291. Si prefieres abrir la puerta del armario, ve al 13

[birdmanradio]

Abramos primero la mochila

[El Analandés]

291
Abres la bolsa y encuentras algunas prendas deportivas pasadas de moda: un par de sudaderas grises, una camiseta de manga corta, y unas zapatillas deportivas. De repente oyes ruidos dentro del armario. «^Pasa al 13.


13
Sin previo aviso, las puertas del armario se abren. Dos no-muertos vestidos con harapos salen del interior e intentan agarrarte con sus maltrechas manos. Uno realiza extraños movimientos con lo que queda de sus dedos. Su piel es gris y pálida, cubierta de heridas supurando. Tienen el pelo liso y gris, y sus bocas revelan dientes rotos y ennegrecidos. Puedes ver pus saliendo de las heridas de sus ojos. Un sonido horrible sale de sus gargantas mientras se acercan a ti. ¡Son zombis! Debes hacerles frente con las manos desnudas, o con un arma, si has conseguido hacerte con una. -^Si ganas, continúa en el 235.


NARRACION DEL MASTER

Voy a jugar el combate y luego te cuento, pero primero tengo que salir, en un par de horas vuelvo

[birdmanradio]

¿Cómo es posible que no hicieran ruido dentro de un armario tan pequeño?

[El Analandés]

Bueno, había dos puertas entremedias, y Z. es algo sordo, así que no oyó. Se entiende que estaban tranquilos hasta que tú entraste en la lavandería.

Estaba buscando las reglas de salud mental para simular la reacción ante los zombis, pero al final ante la frustración porque ningunas reglas son satisfactorias y tendré que improvisar, me he dado a la bebida, estoy tomando una copa de bourbon.

Al final los resultados reglas de tensión se reducen a si tu personaje siente miedo y se pone nervioso, huye, o se queda paralizado de terror.

Mañana juego el combate.

[El Analandés]

*una copa de bourbon, una noche y un día duro después*

NARRACIÓN DEL MASTER

Has leído con admiración muchos relatos bélicos y de aventuras de valor, heroísmo y resistencia a las penalidades. Siempre te preguntaste si tú serías capaz de actuar así en una situación semejante, aunque la parte sensata de tu mente te decía lo tranquilo y lo bien que se está sentado en tu sillón y calentito en casa. Eufórico por haber conseguido escapar cuando ya no tenías esperanza, saliste del almacén dispuesto a abrirte paso luchando para alcanzar la libertad. Por desgracia ninguna de tus experiencias traumáticas previas, ni sobrevivir a un accidente de automóvil a ciento sesenta kilómetros por hora sin un rasguño, ni tu secuestro, ni tu encierro, ni haber vencido a tu carcelero en la primera pelea a vida o muerte de tu vida puede compararse a la impresión de horror y asco que da enfrentarse a dos infectados con el asqueroso aspecto de leprosos. Nada puede prepararte para eso.

Una mujer gritaría. Muchos hombres también, o se quedarían paralizados, o saldrían corriendo. Es buena cosa que estuvieras alerta y en tensión y con un arma en la mano, un destornillador con la punta afilada. Tras quedarte paralizando un instante, notando la sensación de que se te encoge el estómago, un escalofrío recorre toda tu piel y una angustia paralizadora, reaccionas por puro reflejo cuando el primer zombi intenta agarrarte, forcejeas con él, presa del pánico y del asco, no es el valor lo que te hace pelear, es más parecido al debatirse desesperado de un hombre que se ahoga para intentar llegar a la superficie, manoteas a ciegas, golpeando con puños, codos, rodillas y pies, hasta que recuerdas el destornillador en tu otra mano, con la izquierda agarras al ¿zombi o infectado? ¿persona o muerto viviente? manteniéndolo a un brazo de distancia, pues para tu sorpresa eres más fuerte que él, y con la otra le apuñalas en el vientre, clavando el destornillador.

No es un cuchillo ni la punta es muy afilada, con lo que haces heridas superficiales hasta que empiezas a poner más fuerza en cada golpe,y empujando con fuerza cuando la punta atraviesa la piel y lo clavas hasta la empuñadura. Estás lo bastante cerca para notar la respiración del infectado y notas como la sangre caliente mana al sacar el destornillador, lo que te infunde nuevos ánimos "si sangra, ¡puede morir!" seguida del desconcierto al notar que tu oponente no muestra signo alguno de dolor a pesar de haberle clavado un palmo de acero en las tripas. Bailáis un vals mortal mientras tratas de interponer su cuerpo entre ti y el otro zombi. Tropezáis con las escobas, patéais el cubo, arrojáis al suelo la tabla de planchar con estrépito y la cesta de la ropa, a pesar de trastabillar te mantienes en pie, gracias a que te sujetas al infectado en un repulsivo abrazo, mientras que el otro zombi tropieza y cae al suelo, dándote un respiro. Sigues clavando el destornillador con poco acierto hasta que cambias de ángulo y asestas un golpe hacia arriba, tratando de alcanzar un órgano vital. Por desgracia aunque has asestado dos golpes profundos las heridas sangran poco y tu adversario no se inmuta, parece no sentir dolor y trata de aferrar tu cuello con sus dedos. Cuando el otro trata de levantarse le largas una patada bien colocada con todas tus fuerzas que lo derriba, permitiéndote concentrarte en cómo acabar con tu enemigo, con otro traspié acabáis contra la pared y aprovechas para sujetarlo contra la pared mientras intentas apuñalarlo torpemente. Una puñalada rebota en las costillas, otra falla, y hace una marca en la pared. ¡Joder! ¡Cuanto cuesta matar a este cabrón! piensas. Tienes que revolverte y pegar un codazo cuando el otro se acerca por tu espalda y trata de agarrarte. Tambaleándote y apoyándote en la pared te apartas de ellos. Tomas aliento y cambias de táctica, coges el destornillador con la punta hacia abajo para golpear con más fuerza y levantas el brazo . Esta vez apuntas cuidadosamente y cuando el primer infectado se acerca le clavas con toda tu fuerza el destornilaldor en el pecho, en la base del cuello, la punta se desliza entre las costillas hast a la empuñadura y esta vez parece que has asestado una herida mortal, quizá en el corazón, pues el zombi se tambalea y cae, el destornillador, resbaladizo por la sangre, está clavado profundamente y se te escurre al intentar extraerlo, dejándote desarmado cuando el otro se lanza a por ti. Tropezáis y caeis al suelo. Presa del pánico, forcejeas y pateas, para tu alivio tu oponente realmente no tiene mucha fuerza. Ruedas hasta quedar encima, al no tener armas instintivamente agarras al infectado por el cuello con las dos manos y empiezas a apretar, buscando aplastar su tráquea con los pulgares. Aprietas con odio mientras el zombi no hace ningún intento de liberarse si no que trata de agarrarte a su vez, apartas la cara todo lo que puedes de sus manos y aprietas cada vez más. El zombi se debate un tiempo eterno, aunque no debe ser más de un par de minutos, más cada vez más débilmente, manoteando y tirándote de la camiseta hasta que finalmente caen los brazos y los espasmos cesan. Mantienes la presa un tiempo más, a pesar de que se te cansan los brazos y te duelen las manos hasta estar convencido de que está realmente muerto.

Jadeando y sudoroso te pones en pie. El otro zombi yace en un pequeño charco de sangre. Sientes una sensación de alivio e incredulidad. Estás vivo y es la primera vez que matas a alguien, la cabeza te da vueltas mientras tratas de asimilar lo que pasado. "¡Piensa, piensa!"

[Frome]

Pillo sitio, y en cuanto pueda me uno

[birdmanradio]

Que bien escribes, si tienes tiempo y ganas podrías escribir un cuento corto.

Bienvenido Frome

[El Analandés]

Hola birdman, me alegro que te guste el relato. Por ser el primer combate he dado una descripción detallada. Yo como escritor no valgo, no tengo creatividad, pero en internet me monto mis películas. Cojo un guión malo pero con ideas interesantes como este librojuego, y lo mejoro. El combate lo he jugado con reglas de rol e interpreto las tiradas y lo visualizo como una película.

Las peleas en la vida real no son la coreografía de artes marciales de las películas de acción, si no algo bastante más torpe y chapucero, sobre todo si no sabes pelear. Las únicas escenas realistas de combate cuerpo a cuerpo que he visto en el cine son de algunas de las primeras películas de James Bond en que se agarran y se ahostian con todo, desde un jarrón hasta estrangular con un cable de teléfono. La descripción del apuñalamiento con un destornillador está basado en relatos de crímenes reales, en concreto en uno en que un chaval se volvió loco y le clavó veinte veces un destornillador a un profesor. Como norma general de una docena de puñaladas sólo un par serán letales, el resto ya es ensañamiento. Si ya cuesta cortar una pieza de carne cruda con un cuchillo afilado, clavarle a alguien un destornillador de punta roma es difícil, aunque como dicen en los foros de esgrima antigua, lo importante es la fuerza del golpe, no el filo. A ello se le añade la complicación de que la muerte por hemorragia es lenta, a menos que le des en una arteria, y si el infectado encima no siente dolor, matarlo a punzadas lleva su tiempo. Algo parecido pasa con la estrangulación. Los infectados ya tienen dañado el cerebro por lo que la falta de riego sanguíneo tarda más en hacerles efecto e igual no cae inconsciente como una persona sana, al apretar la tráquea lo matas por asfixia.

También procuro ser realista en las reacciones psicológicas. Tras muchas lecturas sobre el tema y por experiencia propia, llegué a la conclusión de que la primera vez es la peor. Cuando el sistema nervioso experimenta una sensación nueva, la experiencia es abrumadora en su intensidad. Tratándose de una situación de peligro, el impacto es tremendo. He leído muchas historias de ases de la aviación, auténticos héroes que desafiaron a la muerte cientos de veces, y en todos ellos hay un patrón común. En su primer combate estaban muertos de miedo. Luego ya te acostumbras.


FRIKICOMENTARIO DE REGLAS PARA ROLEROS

Uso dos juegos de reglas, el RuneQuest y el Cthulhu D100 de Three-Fourteen.
He desdoblado la característica de Destreza en dos, Agilidad, para las habilidades que requieren coordinación física, como saltar, correr.. etc y Destreza que representa los reflejos, y la habilidad manual. Se puede estar obeso pero tener manos de artista, o a la inversa, ser un atleta y ser un manazas.

Las reglas de salud mental o estrés de combate son una mecánica para simular reacciones realistas de los personajes ante el peligro. Sentados a la mesa de juego todo el mundo es muy valiente, en la vida real ya sería otra cosa. En casi todos los librojuegos y juegos de rol los personajes son gente valiente, aquí interpretas a una persona normal. Bueno, seamos sinceros, una persona normal no sobreviviría, un friki, siempre que no sea un gordo comedor de Doritos, quizá sí. O al menos eso me gusta pensar.

Las reglas de Cordura del Cthulhu clásico son muy malas y simplistas. Las de estrés de Ragnarok y Mutantes en la Sombra están curradas, pero las del Mutis no las tengo a mano y las de Ragnarok no las entiendo, son complicadas. Las de Cthulhu D100 están bien porque reflejan el subidón de adrenalina. Si tienes miedo tienes una bonificación de +10% a las habilidades físicas y una penalización al resto, por el nerviosismo, las he detallado un poco más copiando las reacciones posibles del Ragnarok que van desde ponerse nervioso, cagarse de miedo a desmayarse y que te de un infarto.

Sopesé todos los factores psicológicos previos y tras tirar los dados decidí que en Z. prevaleció el reflejo de luchar sobre el de huir, pero más por reflejo y adrenalina que por decisión consciente.

En cuanto a las posibilidades de éxito en el combate, la verdad es que los infectados son adversarios patéticos. Son, o eran, gente normal, están muertos de hambre y deshidratados, son tan débiles como un niño y sólo los dos a la vez tenían la oportunidad de sujetar a Z. para devorar su cerebrooo... claro que Z. sin ser un tirillas tampoco es un ciclado de gimnasio y tampoco sabe pelear aunque sí sabe cómo hacer pupa con un arma. Sus posibilidades de ataque son un 20% básico, más un 9% del modificador de habilidades de manipulación, más el 10% de la adrenalina fruto del miedo y aún así, es difícil matar a alguien que no siente dolor ni miedo. Todo un logro acabar con un zombi, o dos, sólo con un destornillador y bastante mala hostia.

[El Analandés]

(por si no queda suficientemente claro, hacemos caso omiso del cutre guión original y lo reemplazamos por mi narración)


NARRACIÓN

Te sientas encima de la lavadora y tratas de poner en orden el torbellino de pensamientos que te bullen en la cabeza. Al igual que otros desgraciados,fuiste secuestrado para hacer de cobaya de un experimento de guerra biológica, seguramente de la OTAN, esto es, de los americanos, pues los tipos del almacén hablan inglés. Romania es un estado corrupto y en grave crisis económica, como todos los países del Este, donde se pueden hacer atrocidades como éstas sobornando a las autoridades. Si sales de aquí quizá no sea buena idea ir a la comisaría del pueblo más cercano. Aunque es posible que la policía local no sepa nada. Cientos de desaparecidos se notarían, pero si las víctimas eran refugiados de la guerra de Yugoslavia, y estamos cerca de la frontera, tendría sentido. Mala suerte que te haya tocado a ti, secuestrar a un turista occidental va a causar un revuelo.

Venciendo tu repulsión examinas de cerca los cadáveres, sin tocarlos. Boris dijo que eran zombis, por su parecido a los de las películas de terror, pero obviamente no se trata de muertos vivientes, eso viola las leyes de la termodinámica, si no de personas infectadas, pues respiran, sangran y mueren. Recuerdas que el mito de los zombis surgió en el Caribe, los hechiceros vudú drogaban a un a persona lo que le inducía un coma y lo enterraban, de ahí el mito del muerto que resucita. La privación de oxígeno, o el efecto del veneno les dañaba el cerebro, como una lobotomía, y le permitía al hechicero esclavizar al desgraciado convertido en "zombi" para que trabajara en las plantaciones, o algo así, de memoria no te acuerdas de los detalles. A lo que parece, aquí en el castillo están haciendo algo similar. Sólo tienes algunas nociones de biología y anatomía del bachillerato y algo de culturilla de tener médicos en la familia. Tratas de buscarle sentido lógico, las posibles aplicaciones militares a ese virus. El ántrax o la peste o cualquier otra enfermedad sencillamente matan, pero esto es diferente. Un virus muy contagioso, que no mata a su víctima, ni la postra en la cama, si no que afecta al cerebro y la hace más agresiva, como el de la rabia. Si además el virus daña el cerebro y el afectado no siente dolor ni miedo, quizá ni siquiera duerma ni sienta hambre ni sed, entonces, supondría un problema muy grave para el enemigo el tener en su retaguardia cientos ¡o miles! de locos rabiosos sueltos con los que no puedes razonar y que van a estar dando vueltas y extendiendo la infección, como los zombis de las películas,hasta que se caigan muertos de agotamiento, sed o hambre. Diabólicamente ingenioso.

Estos desgraciados a los que has matado, o más bien rematado, te recuerdan por su delgadez un poco a las fotos de los supervivientes de los campos de exterminio nazis. Tienen la barba crecida, debían llevar varias semanas pululando por aquí, si bebían, quizá les dejan cubos de agua para que no mueran de sed en pocos días. ¿Cuánto aguanta una persona sin comer? ¿Un mes? Quizás al estar el cerebro dañado consume menos glucosa y aguantan más.

Ahora todo cobra sentido, cuando escapaste de la celda te sorprendiste, porque subconscientemente te esperabas una cárcel como las de las películas, rejas, guardias.. ¿pero para qué? Si con encadenar al preso a la pared vale, y aunque no tuvieras grilletes tampoco podrías abrir la puerta. Te das cuenta que todo el recinto del castillo es la cárcel. No hacen falta guardias porque los propios presos si están infectados no van a escapar, y si alguno sano consigue escapar se las tiene que ver con los enfermos. Según lo que te acaba de decir Gregor la mayoría de los zombis están encerrados en mazmorras, pero a otros los tienen sueltos por el castillo. Tiene sentido, supones que los científicos, o más bien aprendices de Mengele que dirigen este experimento están haciendo pruebas con distintas cepas del virus, viendo cuánto aguantan los infectados y cosas así...Te entra un escalofrío al pensar en cuántos de esos zombis debe haber entre ti y la salida. Deshacerte de este par de zombis tan lentos y débiles no ha sido difícil, pero sin armas pocas oportunidades tienes. Esperas encontrar una cocina y cuchillos al menos.

Te llama la atención la cesta de la ropa sucia. Si no se molestan en hacer la colada es porque deben estar a punto de terminar el experimento y cerrar la operación. Por eso te han ayudado esos rumanos al igual que tú y el carcelero son prisioneros, y no hace falta mucha imaginación para pensar que son prescindibles y les espera un tiro en la nuca para guardar el secreto... ¡un momento! Si el castillo está lleno de zombis ¿cómo venían a por la ropa? ¿cómo le traían la comida a Otto y cómo suben Gregor y su compañero las cosas del almacén!? ¡Joder! ¡Claro!

[El Analandés]

Sales corriendo de la lavandería, doblas a la derecha y vuelves por el corredor de los fluorescentes al almacén, en cuanto abres la puerta ves que Gregor y su compañero Boris, no, Boris era el cabeza rapada y Gregor el del vendaje en la cabeza, siempre te lías con los nombres, en fin como se llamen, esos tipos ya no están allí. El almacén es grande y frenéticamente corres entre las estanterías hasta encontrar lo que buscas, al fondo de un pasillo entre las estanterías ves la puerta de un montacargas y corres hacia él.

La alegría que nace en tu corazón muere en un gemido de decepción al llegar a tus labios cuando te acercas y ves que en vez de botones hay un cerrojo para un llavín como el de los ascensores de los edificios con garaje. Golpeas frustrado la puerta, maldiciéndote por ser tan confiado y estúpido. Estabas tan alegre de haber escapado y de que los dos tipos del almacén no fueran guardias y fueran amables contigo, tragándote el cuento de que ellos no se atrevían a salir que no te paraste a pensar en qué hacían allí. Te han engañado los muy cabrones, te han manipulado para que tú te arriesgues a salir del castillo y con suerte consigas llamar a la policía mientras ellos esperan a salvo a que tú tengas éxito, o al menos causes una distracción para que ellos escapen. Intentas en vano meter el destornillador para hacer palanca y abrir la puerta, pero desistes, porque comprendes que no podrás trepar por el pozo del ascensor, ¿y si baja el ascensor cuando subes? Reflexionas, a lo mejor sí puedes subir, en el hueco del pozo del ascensor debe haber un pozo con peldaños para mantenimiento, ¿no? Vuelves a clavar el destornillador en la juntura intentado hacer palanca, pero desistes cuando no cede.

Abatido y resignado echas un vistazo en torno al almacén pero no ves nada que no hayas visto y que pueda serte útil. Coges un bloc de notas y un lápiz y trazas un tosco mapa para orientarte. Quizás en otra parte encuentres herramientas como un taladro o una radial y puedas forzar la puerta del ascensor.

Vuelves a la lavandería atento por si viene alguien, o algo, cierras la puerta y rebuscas a ver qué encuentras útil.

[El Analandés]

La ropa de la lavadora está sucia. De la hilera de zapatos, ninguno es de tu talla. Ahora sabes cómo se sentía Bruce Willis en "La jungla de cristal"

Abres la mochila y encuentras algunas prendas deportivas pasadas de moda: un par de sudaderas grises, una camiseta de manga corta, y unas zapatillas deportivas de baloncesto. Todo parece de tu talla; cógelo si lo deseas.

Te cambias de ropa, porque después de cinco días sin cambiarte ni ducharte y de hacer tus necesidades en un cubo con las manos encadenadas francamente hiedes. No hay pantalones y tendrás que seguir con los vaqueros mugrientos puestos, pero al menos puedes limpiarte con la ropa de la cesta. Es verano pero aquí dentro en estos túneles hace frío, con lo que la sudadera abriga. Te quitas las botas porque pesan y sin calcetines te rozan y te van a salir ampollas. Si tienes que salir corriendo mejor con las zapatillas.

En el armario encuentras una cajita metálica blanca con una cruz verde. Es un botiquín, del que sacas las vendas para vendarte las heridas de las muñecas, lo que supone un alivio.

Consideras romper el palo de la fregona para hacerte una estaca afilada, pero no vas a matar vampiros, si no zombis, y un palo afilado tampoco es un arma mejor que el destornillador. Te cuelgas la mochila vacía a la espalda y sales al corredor.

Si quieres abrir la puerta del armario en la pared del corredor, ve a 84, si prefieres continuar por el pasillo ve a 202.

[birdmanradio]

Las zapatillas deportivas de baloncesto la cogería aunque no creo que haya diferencias.

Abriría a puerta del armario, si salen 2 zombis más es para cachondearse.

[El Analandés]

Las zapatillas deportivas de baloncesto la cogería aunque no creo que haya diferencias.

Sí que las hay y mucha ¿has probado a llevar botas alguna vez? Te pesan en los pies cuando estás cansado y no son ni de lejos lo mejor para correr. No eres Superman y cada cien gramos cuentan.

[en términos de juego es 1 punto de fatiga menos y menos posibilidades de patinar y caerse]

Abriría a puerta del armario, si salen 2 zombis más es para cachondearse.

Sales de la lavandería tras echar un último vistazo a los dos muertos. Te dices a ti mismo que ya estaban muertos, que su cerebro está destruido y que les has ahorrado sufrimientos. No puedes permitirte vacilaciones si tienes que volver a matar a otros infectados. O ellos o tú.

84
La puerta se abre y te lleva a un pequeño y maloliente cubículo usado como almacén. Está desagradablemente sucio, con ratas por doquier y telarañas colgando del techo. Hay dos cajas de plástico destinadas al almacenaje, muy largas, situadas en la parte de atrás del cubículo. La primera caja está llena de revistas y periódicos antiguos. La segunda contiene libros viejos, una cartera con dos dólares y una pequeña caja de cartón llena de balas. Pones los objetos que te interesan en tu bolsa antes de cerrar la puerta del almacén y seguir tu camino por el corredor. -*Ve al 202.


La caja de balas. Hay 72 cartuchos. Está en rumano pero se entiende.



A ti quizás no te diría nada, pero a Z. sí, y es una decepción. Son cartuchos antiguos, es 7.62mm Tokarev, un cartucho ruso de la Segunda Guerra Mundial, empleado en pistolas y metralletas. Ya no se emplea, porque la reemplazaron en el bloque soviético por el 9mm Makarov, no es un cartucho común. Si dejaron la caja aquí es posible que porque no sirva de nada porque no haya armas con la que dispararlas. Por otra parte nadie almacena munición para un arma que no use.

A tu elección si te llevas las balas o no. Las balas son pesadas, unos 10 gramos cada uno a ojo, la caja pesa más de medio kilo, aunque no abulta mucho.

[El Analandés]

202
Encuentras un antiguo y sucio colchón que está recostado en la pared derecha. Parece haber sido abandonado en el corredor tiempo atrás. Varios muelles rotos asoman por la sucia funda. ^Si quieres mirar detrás, ve al 141. Si prefieres seguir caminando, sigue en el 385.

[birdmanradio]

Dejamos las balas y la caja.

Seguiría caminando.

[El Analandés]

He subido una foto de las balas, con etiqueta en rumano y todo

El corredor gira a la derecha, y a unos cincuenta metros, gira de nuevo a la derecha. Pronto llegas a una puerta negra de hierro, en la pared derecha del pasillo. Está cerrada, y no tienes la llave que la abre. Intentas decidir cuál será tu siguiente paso, pero pronto la decisión se toma por sí sola, Ve al 109.

109
Acercándose por el corredor con sus inconstantes zancadas hay cuatro infectados. Tienen la piel pálida y gris y están cubiertos de heridas y cicatrices. Su pelo cuelga en grasientos mechones. Tienen los labios partidos y las lenguas llenas de sangre, que te muestran cuando abrer sus bocas. Lo mismo ocurre con sus ojos, inyectados en sangre. Los cuatro se exaltan mucho al verte, de manera que aceleran el ritmo de sus gritos y sus desagradables aullidos. Debes enfrentarte a ellos desarmado, o con un arma, si dispones de alguna. -Si vences, ve al 136.



NARRACIÓN

Jo, y la única arma que tenemos son dos destornilladores. Puedes tratar de luchar con uno en cada mano y lanzarte a la carga contra ellos. O salir corriendo, y volver a alguna de las habitaciones en las que hemos estado, de regreso a la lavandería son cien metros, se me ocurre ahora que un palo largo como la escoba podría sernos útil, o tirarles cosas. Si te antricheras en el vano de una puerta sólo te podrían atacar de uno en uno.

Tú dirás que se te ocurre. Me voy a ver una serie y ya jugaré el combate esta noche o mañana.

Son sólo unas sugerencias.