La sangre de los zombis

Si te atreves a ponerte en la piel de un Señor del Kai, si te crees capaz de desafiar a los Señores de la Oscuridad, o si deseas simplemete pasar un buen rato, entra y asume el riesgo... pero quedas advertido...
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Vacías el cargador sobre la masa de cuerpos a la vez que estos presionan para derribar las puertas. El brazo, ya cansado por el retroceso de la escopeta, te duele del esfuerzo para apretar el gatillo y el golpe del retroceso en la muñeca.

Aunque es difícil fallar, y cada bala atraviesa la puerta, al de enfrente y al que está detrás, sólo ves a uno caer antes de que tú estés a punto de caerte por las escaleras al seguir retrocediendo, el último tiro da en el techo, y tienes que soltar la escopeta para recuperar el equilibrio. Con un crujido , los herrajes del tirador del armario se rompen y los infectos se abren paso, pisando muertos y heridos. Tú ya has echado a correr escaleras abajo, sorteando los dos cadáveres tendidos en ella de antes.

Al llegar abajo sacas el cargador vacío que en las prisas se te cae al suelo y te da el tiempo justo de cargar y soltar el seguro para que la corredera vuelva a su posición, metiendo la primera bala en la recámara antes de que los primeros infecciosos se asomen a la escalera, están todos heridos, por desgracia no lo bastante para incapacitarlos. Contemplas con incredulidad como uno que tiene la mandíbula destrozada y chorreando sangre sigue bajando hacia ti. Disparas tres tiros a toda velocidad contra el más adelantado, que es el único entero. ¡pam! ¡pam! ¡pam!, le alcanzas en las piernas y en un brazo y sales corriendo por el pasillo cuando te das cuenta de lo rápido que bajan y lo cerca que están.

Al llegar a la esquina, veinte metros más allá te vuelves. Cuatro heridos se han quedado rezagados, junto con otros dos que han recogido los cuchillos de los que mataste antes en la escalera. Te persigue de cerca uno que blande un martillo a pesar de que le sangra el hombro y el brazo izquierdos. Le disparas sin dejar de correr.

¡pam! ¡pam! ¡pam! le das en el vientre y las otras balas rebotan en la pared. Sigues corriendo hasta la puerta del cuarto de baño, la abres y le vuelves a disparar a menos de cinco metros de distancia. ¡Pam! ¡fallas! disparas otra vez a quemarropa cuando ya levanta el martillo para golpearte y alzas el otro brazo para defenderte en un acto reflejo. El tiro le abre un segundo ombligo, su antebrazo golpea contra el tuyo con un doloroso golpe y el martillo golpea la puerta arrancando astillas a centímetros de tu cara.

Al infecto le fallan las piernas y cae agarrándose a tu pierna. Intentas arrearle un rodillazo en la cara y bajas la pistola para meterle una bala en la cabeza ¡clic! La corredera está atrás, ¡sin balas! Le empujas con una patada y esquivas un martillazo que te lanza desde el suelo contra las piernas. Al ver la mancha de sangre en la espalda parece que le has roto la columna porque no mueve las piernas. Cierras apresuradamente la puerta del baño y echas el pestillo, y a tientas enciendes la luz. Recobras el aliento, mientras fuera oyes el ruido de pasos de los infecciosos que se acercan. ¿Ahora qué?
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Tienes 4 cartuchos en un bolsillo pero has perdido la escopeta. Tienes un cuchillo. La pistola está descargada y se te ha caído el otro cargador. Apoyado contra la puerta, sacas la cajita de balas de la bolsa , la pones sobre el lavabo, dejas la pistola encima también y empiezas a recargar el cargador, mientras fuera los infecciosos intentan primero girar el tirador y luego empiezan a golpear la puerta. Te estremeces cuando la puerta retumba, uno de ellos ha cogido el martillo y está golpeando la madera para abrir un agujero. Como les va a llevar bastante tiempo, te tranquilizas un poco y recobras el aliento mientras metes las balas una por una.

Pero tras un par de golpes se hace una pausa. Te quedas extrañado, y entonces resuenan los golpes, esta vez en el tirador. Te entra un escalofrío al comprender. ¡Quieren cargarse el tirador para abrir el cerrojo! Sea lo que sea el bicho que les han contagiado, no les pudre el cerebro del todo.

Te apresuras en rellenar el cargador. Quedan 25 balas en la caja y debe haber media docena de ellos fuera.

Cargas y montas la pistola y decides repetir el truco de disparar a través de la puerta, apoyas el cañón en la puerta, un poco más arriba del herraje del tirador que se estremece por los golpes y disparas, seguro que le acertarás al que está al otro lado. Se oye un gemido de dolor y los martillazos cesan un momento para renovarse con más furia.


El disparo es ensordecedor en esta habitación tan pequeña y el fogonazo chamusca la puerta. Se te ocurre una idea y apagas la luz. Vuelves a disparar, más o menos tratando de mantener la pistola perpendicular a la puerta y a la altura del pecho. Los fogonazos anaranjados iluminan como un flash la oscuridad completa del baño, y el ruido resulta atronador incluso para ti, que eres duro de oído. El humo de los disparos además te escuece los ojos y las fosas nasales.

Con cada balazo, un rayo de luz entra en la habitación haciéndose más visible por el humo, como si fueran haces de un proyector, por los ángulos de los rayos sabes si el tiro ha ido alto o bajo o a los lados, y cada vez que un punto de luz se apaga sabes que hay un cuerpo al otro lado y disparas tomando ese agujero de bala como referencia de puntería.
¡pam!... ¡pam!... ¡pam! ¡pam!
Última edición por El Analandés el 06-Mar-2016, 11:23, editado 1 vez en total.
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Nueve disparos más tarde, recompensados con algunos gritos de dolor y el sonido de un cuerpo al caer, aturdido por el ruido y con los ojos llorosos por el humo, enciendes la luz y vuelves a rellenar el cargador, quedan 16 balas. Los martillazos han cesado pero nada obstaculiza el paso de la luz. Supones que se han apartado de la línea de tiro de la puerta.

Entonces vuelven a sonar los golpes, pero no se ve nada por los agujeros. Tardas unos instantes en comprender lo que pasa. Uno de los infecciosos debe estar pegado a la pared y con el brazo está martilleando el tirador sin exponerse. Definitivamente algunos no son descerebrados.

No te queda más remedio que intentar la salida antes de que terminen de romperlo y abran la puerta, y abrirte paso con ocho balas, más una en la recámara. Y el cuchillo. ¿Cuántos hay fuera? ¿Media docena?

Metes la caja de balas en la bolsa, respiras hondo, y alargas la mano hacia el pestillo...

(continuará)
Última edición por El Analandés el 06-Mar-2016, 11:33, editado 3 veces en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Abres la puerta de un portazo y encuentras resistencia de cuerpos caídos al otro lado, empujas desesperadamente y la puerta se abre permitiéndote ver el rostro ensangrentado del infectado que ha cogido martillo, una bala le ha dado en la mandíbula saltándole un par de muelas. Tu movimiento le ha cogido por sorpresa y antes de que pueda reaccionar le has clavado el cañón en la frente y ¡pam! le vuelas la tapa de los sesos. Le empujas a un lado mientras cae y te encuentras con otro apoyado en la pared que se tapa una herida en el pecho con la mano izquierda. Una espuma rosa le brota de los labios, síntoma de un balazo en el pulmón. Jadeando se vuelve hacia ti con un cuchillo en la mano pero es demasiado lento , a quemarropa le metes un balazo en el ojo ¡pam! y se derrumba entre espasmos. El camino está despejado y sales corriendo unos pasos por el pasillo antes de volverte y hacer frente.

Para tu sorpresa, no queda ninguno en pie. Frente a la puerta, en un charco de sangre yace el primero al que acertaste, paralizado de cintura para abajo y otro con heridas en el brazo el costado, el vientre y una pierna rota. Todavía respiran y se agitan pero no son una amenaza. Aliviado te acercas cautelosamente, queda otro sentado recostado contra la pared , con heridas en el vientre y un muslo trata de ponerse en pie cuando te ve acercarte. ¡pam! Le pegas un tiro en el corazón y se queda muerto apoyado contra la pared.

Aliviado de que no haya más e incrédulo por seguir vivo, reparas en los dos que gimen, vuelves la pistola hacia los dos caídos para darles el tiro de gracia, y entonces recuerdas que debes ahorrar municiones. Vacilas si dejarlos ahí, pero sientes una punzada de compasión al ver sus terribles heridas y sus gemidos te crispan los nervios. Pueden tardar horas en morir desangrados. No puedes dejarlos ahí para que mueran como perros.

Superas la repugnancia que te da acercarte a ellos, no sólo por el miedo al contagio, si no porque también sus cuerpos sucios apestan y cuidadosamente te acercas para pasarlos a cuchillo. No te acuerdas de en qué lado está la carótida y en cuál la yugular y descartas degollarlos, no quieres que te salpique la sangre al cortar la arteria y te puedas contagiar. Te acuerdas de una escena de la película Espartaco en la que Laurence Olivier remata al gladiador negro, y con la punta del pie le das la vuelta primero al paralizado y clavas y cortas entre las vértebras en la base del cuello, para cortar la médula espinal con bastante desagrado. La segunda vez es más fácil. Piensas que estos infectados están demasiado idos para comprender la misericordia que les muestras, pero tú te sientes mejor, o al menos te alivia dejar de oír sus gemidos de dolor. Otros gemidos más lejanos te recuerdan que no todos los que abatiste están muertos y que todavía te queda macabra labor por hacer.

Rellenas maquinalmente el cargador. Apenas te quedan municiones. Te quedan veintipico balas y cuatro cartuchos de escopeta. (12 balas en la caja + 8 en el cargador + 1 en la recámara) La alegría de haber vencido a esta turba da paso a la angustia. ¿Cómo vas a abrirte paso hasta la salida si puede haber decenas de infectados en los pasillos y salas del castillo? Ahora entiendes por qué no hay alarmas ni guardias ni han llegado nuevas oleadas de enemigos. Dürr y sus secuaces saben que has escapado. Por eso azuzaron al primer grupo de infectados contra ti. Dejaron armas para que las recogieran, abrieron la puerta y confiaron en que te harían pedazos. Seguramente no esperaban que encontraras el armario de las escopetas, pero aunque hayan oído los tiros, ¿para qué van a molestarse? Te dan por muerto. Hay tantos infectados que se te acabarán las municiones. Nunca saldrás vivo de aquí...

Por un momento el desaliento te abruma. Luego piensas en que ya estabas muerto en la celda y conseguiste escapar jugándote el todo por el todo. Aún no estás muerto. Son infectados, no zombis, personas normales, y puedes acabar con ellos con las tácticas adecuadas, lo has demostrado. Seguramente no haya tantos sueltos por el castillo, pues la mayoría deben estar encerrados. Si has matado a tantos, el camino debe estar despejado ahora.

Aprietas los dientes. No te vas a rendir. Saldrás de aquí sea como sea y caiga quien caiga. ¡Adelante!



DECISIONES:

1- Birdman, ¿vuelves atrás a por las cajas de cartuchos de perdigones que dejaste en el armario? No matarán ni incapacitarán a un infectado a menos que dispares a muy corta distancia, menos de diez metros. Son prácticamente inútiles, y pesan mucho, pero quizá sea mejor que nada. Es un paseo de 100 metros ida y vuelta.

2- Ahora que sabes que el primer piso está despejado, ¿quieres entrar en las habitaciones cerradas que no viste antes?

3 - ¿Vas a coger el diccionario de rumano-inglés? otros 50 metros de paseo para cogerlo. Puede ayudarte para entender la señal sobre el cofre

4- ¿Quieres inspeccionar el cofre del primer piso? A Z. se le ocurre que tiene que contener algo útil pero ya te explico mañana que me voy a dormir.
Última edición por El Analandés el 04-Sep-2016, 17:58, editado 2 veces en total.
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por birdmanradio »

Vamos por la opción 4.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Bueno, interpreto que no tienes ganas de perder más el tiempo y no vale la pena darte el paseo para coger el diccionario. Total ya intuyes que la señal del cofre es un aviso, y aunque no sabes rumano "Pericol" seguro que significa "Peligro"
Bueno, interpreto que no tienes ganas de perder más el tiempo y no vale la pena darte el paseo para coger el diccionario. Total ya intuyes que la señal del cofre es un aviso, y aunque no sabes rumano "Pericol" seguro que significa "Peligro"

EDITO: Ya que no supone mucho paseo y en este momento no tienes otra arma, vas a por las cajas de cartuchos de perdigones. No podías imaginar que hubiera tantos zombis y necesitas toda la munición que puedas encontrar.

No coges por la sierra de metales para hacer balas dum dum para la pistola. Es otra pérdida de tiempo y no supondrá ninguna diferencia. Tendrás que pegar tiros a la cabeza.

Como de todas formas al subir al primer piso el pasillo central está bloqueado por el obstáculo y los cadáveres, y del de la derecha no vino nadie, decides cuando vuelvas, tomar el pasillo de la derecha a ver si hay algo interesante, antes de ir a ver el cofre y las puertas del pasillo de la izquierda.

Como de todas formas al subir al primer piso el pasillo central está bloqueado por el obstáculo y los cadáveres, y del de la derecha no vino nadie, decides cuando vuelvas, tomar el pasillo de la derecha a ver si hay algo interesante, antes de ir a ver el cofre y las puertas del pasillo de la izquierda.
Última edición por El Analandés el 07-Mar-2016, 21:59, editado 1 vez en total.
Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

Aquí Heinrich de burbuja. Mira que hacer públicas nuestras conversaciones privadas... Yo sigo manteniendo el secreto de que eres el heredero de von Ungern-Sternberg y así me lo pagas.
El Analandés escribió:Es que no son cinco minutos,, ahí me he colado yo, era una forma de hablar, si repasas, sencillamente una carrera de cien metros de vuelta al almacén, y otros cien metros hasta la última posición, y ni siquiera carrera porque los infectados famélicos tampoco pueden ir más deprisa que a un trote. Un par de minutos, o doce asaltos: unos treinta segundos de trote, intercalado con varios torpes apuñalamientos , y pausas para recobrar aliento, no es repartir tajos con una espada que pesa, ni un intercambio de golpes y agarrones como una pelea. ¡Eh! ¿cómo que "mis experiencias en peleas"? ¿Hay algo que no nos hayas contado? Vaya, si tú, o Frome, el ex-paracaidista fuerais los protagonistas de esta historia creo que incluso lo haríais mejor que Z. :smt025

He aplicado las reglas de fatiga de RQ, al final Z. estaba muy cansado y no habría podido con el último infectado si no fuera porque éste también estaba cansado y debilitado por la pérdida de sangre.
Mis experiencias en peleas=me han pegado un par de puñetazos (y rodillazos, patadas, intentado meter los dedos en los ojos, y una vez me mordieron la cabeza :smt044 ). Como mucho diríamos que gané experiencia como encajador, pero bueno, tiraré de mi dilatada experiencia cuando pueda venga a cuento en el hilo (o sea, cuando tenga la más mínima excusa para irme de guay). No, a lo que me refería con eso, es que a que tu cuerpo funciona de forma mucho más acelerada de lo normal. Cuando agarras a alguien clavas los dedos, te pones en pie de un salto quemando ácido láctico. Pero si has aplicado las reglas de fatiga del RQ, todo ok.

"En el momento actual de la partida ahora he tenido un momento MacGyver y me arrepiento de haberme dejado atrás la sierra de metales porque podría aserrar la punta de las balas para hacer balas dum-dum y causar heridas más graves, con lo que sólo harían falta una o dos balas por zombis, aunque creo que en estas circunstancias es mejor aprovechar la capacidad de penetración de la Tokarev para atravesar dos o tres zombis de un sólo tiro.

De todas formas tampoco supondría mucha diferencia. En la internet encuentras de todo, un tipo hizo el experimento y la conclusión es que no cambia mucho las cosas. Hacer la muesca en cruz es difícil e ineficaz, pero si se sierra la punta de la bala para que tenga punta plana conseguirás una herida mayor, sobre todo con balas de alta velocidad."

Leerte es siempre educativo :smt001. No sé exactamente cómo funcionarían estas balas contra zombies (infectados) teniendo en cuenta que sienten menos el dolor y demás.

"La pega que le veo es que en una tirada enfrentada, alguien con baja habilidad no puede hacer frente a alguien con alta, aunque pienso que en un duelo a espada es realista."

Puede pero es muy dificil, o, lo más probable, tenga un amigo para ayudarle, pille a su oponente desprevenido o cansado, tenga voluntad de matarlo cuando el otro está asustado, etcétera. No sé insertar vídeos en este foro, pero veamos un duelo con espadas de mano y media:

https://www.youtube.com/watch?v=POXOKYv_TLs

Con mucha diferencia técnica, contra alguien que sabe colocar los pies y maximizar el alcance de su arma, llevas las de perder.

"por eso el cambio de táctica de golpear desde arriba."

Sí, de hecho este detalle me gustó mucho. Considero que es el ataque instintivo por defecto. En una de mis batallitas de trece años, estaba con mi oponente en el suelo y empecé a aporrear hacia abajo con los dos puños cerrados cual chimpancé :smt044 . Otra vez, me habían pegado un puñetazo, tenía un paraguas en la mano y en vez de incrustarle la punta en la cara a mi oponente di un par de golpes torpes y abiertos que no sirvieron para nada. Desde mi punto de vista, como "en automático" vas a revertir en métodos de lucha del paleolítico, lo mejor es tener una porra.

xxx

Dieciséis zombies, ¡no está mal! Buenas ideas y muy hábil lo de esconderse y disparar a través de una puerta-hice algo parecido el pasado sábado con un gul y también acabó mal para él.

Me estoy perdiendo con el tema de los perdigones que mencionas en tu último post, porque me he ido leyendo el hilo en varios días. ¿Son diferentes a los cartuchos que has estado empleando hasta ahora y de los que aún te quedan cuatro, verdad? Lo que has estado empleando hasta ahora eran postas para caza mayor, supongo.

xxx

Me abstengo de hacer recomendaciones porque entiendo que le corresponde a birdman.
birdmanradio
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por birdmanradio »

Heinrich cualquiera puede recomendar, si te digo la verdad prefiero que si alguien toma la iniciativa en las decisiones lo hagas tu por que estas mas puesto en librojuegos.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Heinrich escribió:Aquí Heinrich de burbuja. Mira que hacer públicas nuestras conversaciones privadas... Yo sigo manteniendo el secreto de que eres el heredero de von Ungern-Sternberg y así me lo pagas.
:smt044

Ese sí que es un buen nombre para un personaje de Warhammer :smt025
Mis experiencias en peleas=me han pegado un par de puñetazos (y rodillazos, patadas, intentado meter los dedos en los ojos, y una vez me mordieron la cabeza :smt044 )
¡Cereeeeeebrooooos! Bueno, si estás foreando es que no eres un zombi, así que no tendré que pegarte un tiro en la cabeza. :smt002
(sobre las balas dum dum)
Leerte es siempre educativo :smt001. No sé exactamente cómo funcionarían estas balas contra zombies (infectados) teniendo en cuenta que sienten menos el dolor y demás.
Simple, hacen bujeroz máz gordoz. Una bala de punta hueca está pensada para aplastarse al impactar y crear una herida mayor.

Hay un tipo de balas , las "wad cutter" que tienen la punta plana. Son para hacer agujeros redondos y limpios en el papel de las dianas, pero secundariamente causan una herida mayor que una bala con punta. Hay que recordar que el tejido del cuerpo humano es elástico. Una bala puntiaguda causa un canal de herida menor que si la bala es cilíndrica.

Si Z. aserrara las puntas de las balas es posible que no se deformaran, la velocidad de la bala tiene que ser elevada para que la presión la deforme, pero sí harían algo más de daño, en vez de tres tiros para abatir a un infecto, dos bastarían.

La letalidad de los distintos calibres de armas es un tema que ha hecho correr ríos de tinta y los juegos de rol no suelen representarlo bien. Ahora con la internet se puede contrastar información. Las conclusiones a las que he llegado, basadas en la experiencia militar-policial, la física, la anatomía forense, y el sentido común son las siguientes:

1) Lo más importante es dónde acierta la bala. Si acierta en un órgano vital cualquier bala, por pequeña que sea es mortal.

2) El tamaño sí importa, por lo menos en las pistolas. Lo mejor para matar a infectados rabiosos sería un calibre grueso. Los americanos se pasaron a su mítico .45 (unos 10mm) porque los revólveres del .38 que empleaban contra los fanáticos moros en Filipinas no bastaban para detener de un sólo tiro o de un par a un adversario fanático antes de que éste te abriera la cabeza con un machete. Parecidas experiencias con los salvajes en sus campañas coloniales llevaron a los británicos a emplear revólveres de grueso calibre y a usar balas dum-dum (así llamadas por el arsenal de la India donde se hacían) en sus fusiles.

3) La velocidad (energía cinética) es importante pero eso depende de cuánta energía se transmite al blanco. Las ondas de choque causadas por la bala al impactar en el tejido humano (que es en su mayoría agua) pueden causar daños adicionales. A muy corta distancia las balas de fusil son mortales. A media distancia, un par de cientos de metros, ya han perdido gran parte de su velocidad, y aunque tengan más energía que una lenta bala de pistola, por su forma puntiaguda y pequeño tamaño, hacen heridas menos graves.

4) Con el tamaño del agujero, la profundidad de la herida es importante, por ello la capacidad de penetración también es importante, cuanto más largo sea el túnel que la bala haga en el cuerpo de la víctima, más sangrará, y sobre todo es importante para alcanzar un órgano vital. Por ejemplo, los perdigones de escopeta al ser tan numerosos hacen muchas pequeñas heridas, pero tienen poca capacidad de penetración e incluso ropa gruesa puede absorber la mayoría. Otro ejemplo, la policía americana tiene problemas porque dada la obesidad y corpulencia de la mayoría de los americanos, al disparar a un criminal a veces ocurre que las balas son frenadas por la capa de grasa y no llegan a alcanzar un órgano vital, o al menos no incapacitan a un agresor lo bastante rápido y no evitan que éste dispare a su vez.

Una bala que atraviesa completamente el blanco y continúe su vuelo, es ineficiente porque derrocha la energía, pero si tiene bastante velocidad puede inflingir una herida peor que una bala de baja velocidad que transmite toda su energía al blanco al clavarse en ella y no salir. También el que una bala atraviese el cuerpo de parte a parte es más letal, un canal de herida más largo, y otro agujero de salida que también sangra. Pero el exceso de penetración supone un problema para el uso policial, porque la bala después de atravesar al criminal puede herir a un espectador inocente, pero también cierta capacidad de penetración es necesaria, para que la bala atraviese obstáculos como puertas, carrocerías de coche, ventanas, parabrisas..etc-.

5) el tipo de munición es importante. Las balas blindadas con envuelta de cobre tienen una gran capacidad de penetración y son ideales para aplicaciones militares, pero para uso policial o auto defensa, mejor sería una bala de punta blanda porque no siempre se tiene la oportunidad de hacer más de un disparo, y hay que procurar que el disparo haga suficiente daño para incapacitar al agresor, aunque la bala no acierte en un punto vital.

En la aventura que nos ocupa, la Tokarev es un arma excelente, pero a Z. quizá le iría mejor si hubiera encontrado una pistola de 9 mm más moderna. Tal como están las cosas, depende de un tiro de suerte que de en un órgano vital o de meterle al infectado dos o tres balas en el torso y esperar a que la pérdida de sangre lo tumbe. La única ventaja de la Tokarev es que es un arma precisa, y su capacidad de perforación que compensa el pequeño calibre, la bala los atraviesa de parte a parte y disparada contra un grupo apiñado aún es capaz de herir a otro que vaya detrás del primero.
Me estoy perdiendo con el tema de los perdigones que mencionas en tu último post, porque me he ido leyendo el hilo en varios días. ¿Son diferentes a los cartuchos que has estado empleando hasta ahora y de los que aún te quedan cuatro, verdad? Lo que has estado empleando hasta ahora eran postas para caza mayor, supongo..
Exactamente, las postas 00 (doble cero) son 9 proyectiles de 7 mm cada uno, y el arma favorita de los mafiosos, la infame lupara. Los perdigones son decenas de balines de 3mm aproximadamente, para cazar pájaros y conejos. Igualmente letales a corta distancia, pero en estos pasillos tan largos a veinte metros de distancia puede que no basten para matar a un infectado, sólo para herirlo. Aquí Z. comete un error al desdeñarlos, se pasa de listo, son más letales de lo que cree. La mayoría de muertos por accidentes de caza lo son por perdigones. Pero eso Z. no lo sabe en ese momento, no tiene internet y además cree que encontrará armas en el arcón del piso de arriba.


Y tras este interludio balístico, espero seguir pronto con la historia. Perdón por el retraso.
Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

Creo que estamos ante un problema de mecánicas de mundo real contra mecánicas de juego. Cuanto tú dices "bastarán dos balas en vez de tres", estás refiriéndote a las mecánicas del Runequest; tenemos tanta cantidad de puntos de vida, estos disminuyen a cada golpe, y a cero, adiós. Pero, por lo que he leído, en la vida real no se produce esa mecánica de desgaste. Según una estadística (que no encuentro) en la que analizaban el stopping power de las balas, el 70% de los sujetos del estudio quedaban fuera de combate ya con el primer disparo, el 90% con el segundo, y en torno al 97% con el tercero. Vaya, que cada vez que te pegan un tiro hay dos posibilidades entre tres de quedar fuera de combate, y que antes hayas recibido un disparo influye poco (1). Porque, como comentas tú mismo, el factor más importante es si da en un punto vital o no. En el caso de los infectados, que sienten menos el dolor, será más dificil dejarlos fuera de combate porque caen menos en shock (lo afirmo alegremente como si fuera neurólogo) y no tendrán reacciones psicológicas como las que tiene la gente común al recibir un tiro (por ejemplo, dejarse caer al recibir un tiro siguiendo el instinto humano de desplazarse siguiendo la línea de los golpes que recibimos, o centrar toda su atención en la herida y en la posibilidad de una muerte inminente).

Si tuviéramos que representar esto en un sistema matemático, lo lógico sería asumir que las balas dum dum tienen más posibilidad de dejar fuera de combate a un enemigo si le dan (más posibilidad de reventar el corazón, tronzar la médula, destrozar el cerebro, tumbar inmediatamente, en suma), no simplemente que disminuya el número de balas que tienes que meterle en el cuepro para tumbarlo. De hecho, hay gente que sobrevive a una veintena de disparos (http://www.nytimes.com/2008/04/03/nyreg ... .html?_r=0). Pienso, tampoco pondría la mano en el fuego por estas teorías. Y, por supuesto, si se mete en el camino de la narración basta con ignorar la(s teorías que nos montamos sobre la) realidad.

A ver si encuentro la estadística esta a la que hago referencia para que esto tenga algún respaldo científico. Si la encuentras, Zhukov, pásamela, por favor, porque era muy interesante, ya me memoricé las cifras y me hace sentir muy inteligente citarla.

Mientras la buscaba, vi un par de cosas interesantes. Aquí tenemos a un tío que dice haber analizado 1.800 tiroteos y tiene estadísticas acerca de la capacidad de los diversos tipos de munición para incapacitar con un solo tiro:

http://www.buckeyefirearms.org/alternat ... ping-power

Y extracto un par de párrafos de la Wikipedia que no citan fuentes pero puede tener cierto interés:

"However, if a person is sufficiently enraged, determined, or intoxicated, they can simply shrug off the psychological effects of being shot. During the colonial era, when native tribesmen came into contact with firearms for the first time, there was no psychological conditioning that being shot could be fatal, and most colonial powers eventually sought to create more effective manstoppers.

Therefore, such effects are not as reliable as physiological effects at stopping people. Animals will not faint or surrender if injured, though they may become frightened by the loud noise and pain of being shot, so psychological mechanisms are generally less effective against non-humans."

(1) Dentro de los pocos segundos que duran estos tiroteos. Dos agujeros de bala harán que la víctima se desangre antes que uno, supongo, pero en una ventana de diez o quince segundos no creo que haya una grandísima diferencia la mayor parte de las veces.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Una última contestación sobre el apasionante tema de las balas y sigo con la historia.

En primer lugar, muchas gracias por el enlace. No lo conocía y la estadística de muertos por distintos calibres resulta instructiva, pero más o menos viene a confirmar lo que ya sabía. Balas blindadas como el 7.62mm Tokarev y el 9mm Parabellum son excelentes cartuchos para propósitos militares, pero adolecen de falta de pegada.Por esa razón el FBI en los 80 y las Fuerzas Especiales americanas durante las guerras en Irak y Afganistán han vuelto a usar pistolas de calibres mayores.

Aunque en el caso del FBI fue una típica sobrerreacción a un incidente aislado (un par de atracadores que recibieron una docena de balazos antes de caer y se llevaron a varios agentes por delante) y la respuesta típica americana de si algo no funciona, cambia de herramienta en vez de cambiar cómo usas la herramienta.

Básicamente el problema no es que las balas hagan poca pupa, y necesiten balas más gordas, es que los americanos tiran como monos y les hacen falta cinco tiros para abatir a un delincuente cuando los policías europeos simplemente apuntan mejor y con uno bien colocado basta. El problema de mucho ruido y pocas nueces se agravó porque las automáticas de 9mm de gran capacidad se pusieron de moda entre los policías en las últimas décadas, pero paradójicamente los viejos revólveres del .38 eran más eficaces, aunque sólo fuera porque el tirador tenía que molestarse en apuntar y hacer que cada disparo cuente en vez de apretar el gatillo como un poseso hasta vaciar el cargador.

Esto responde a la cuestión que planteabas antes, que pensabas que Z. tenía mala suerte con los dados porque tuvo que vaciar dos cargadores para acabar con los dos infectos de las alcantarillas. En parte, por como se explica más adelante, con una bala no basta, pero en general es porque Z. como cualquier persona normal que no haya pegado un tiro en su vida, dispara de pena. Aunque no lo hace peor que los polis yanquis. Me descargué unas reglas avanzadas de RuneQuest sobre armas de fuego y aunque no me sirvieron porque ya tengo las mías, tenían un dato interesante. El diseñador decía "algo así como "si te parece que lo ponemos difícil, de acuerdo con las estadísticas de tiroteos en USA, el porcentaje de aciertos de la policía es sólo del 30%, una cosa es tirar contra una diana y otra el combate real."

En realidad disparar no es tan difícil, y menos a corta distancia que no hay que tener en cuenta la caída de los proyectiles ni el viento. Una vez que sabes cómo se usan las alzas y el punto de mira, cualquiera que haya tirado con una pistola de balines no lo hará mucho peor con una de verdad. La diferencia, claro está es en si te disparan a ti a su vez, lo que te perjudica la concentración y el pulso, aunque no te den :smt003

Pero aún así en Europa a los criminales no les da tiempo a hacer más que un disparo antes de ser abatidos. Y en USA hacen ensaladas de tiros y aciertan por casualidad. Lo dicho, tiran como monos.
:smt021

Heinrich escribió:Creo que estamos ante un problema de mecánicas de mundo real contra mecánicas de juego. Cuanto tú dices "bastarán dos balas en vez de tres", estás refiriéndote a las mecánicas del Runequest; tenemos tanta cantidad de puntos de vida, estos disminuyen a cada golpe, y a cero, adiós. Pero, por lo que he leído, en la vida real no se produce esa mecánica de desgaste.
No hombre, no. En mi forma de jugar las reglas son sólo una sugerencia. Aquí no llevo una cuenta detallada de los puntos de vida de cada zombi, si no simplemente aplico el sentido común y anoto dónde son heridos. Los infectados es como si fueran fanáticos o estuvieran drogados, no son inmunes al dolor, pero una herida en una extremidad no los va a frenar. Incluso un tiro en la cabeza no supone la muerte automática, digan lo que digan los dados. Ahí miro si la bala da en efecto en el cerebro, en la cara o en el cuello En al menos un caso del último combate un tiro le ha dado en la cara, le ha roto la mandíbula y unos cuantos dientes, para una persona normal es una herida grave que incapacita, pero el infecto sigue y sigue como el conejito de Duracell.
Por lo que respecta a las heridas en el torso, la gente no muere instantáneamente. A lo que me refería es que con una bala en el pecho o en el vientre quizá no baste, y tengas que meterle otro tiro, y hasta otro más para asegurarte de que si no muere en el acto, al menos se derrumbe y no dé guerra mientras te encargas de los otros.
En el caso de los infectados, que sienten menos el dolor, será más dificil dejarlos fuera de combate porque caen menos en shock (lo afirmo alegremente como si fuera neurólogo) y no tendrán reacciones psicológicas como las que tiene la gente común al recibir un tiro
Exactamente. Puede que hayan recibido una herida mortal y que se desangren en cuestión de minutos, pero todavía tienen fuerzas para dar unos pasos y agarrarte, y en el momento en que eso suceda, Z. está muerto, porque es una nulidad en combate cuerpo y porque si uno te agarra, le da tiempo a los otros a que se acerquen y le agarre otro y otro...

Por eso en los combates anteriores Z. sale corriendo antes de que se acerquen a menos de una docena de metros, por puro miedo y horror al contagio. No tiene los nervios de acero de dejar que se acerquen un poco más y matarlos con tiros apuntados a la cabeza o al pecho. Hasta ahora Z. ha sobrevivido derrochando munición, pero ha estado muy apurado.

Si tuviéramos que representar esto en un sistema matemático, lo lógico sería asumir que las balas dum dum tienen más posibilidad de dejar fuera de combate a un enemigo si le dan (más posibilidad de reventar el corazón, tronzar la médula, destrozar el cerebro, tumbar inmediatamente, en suma)

(1) Dentro de los pocos segundos que duran estos tiroteos. Dos agujeros de bala harán que la víctima se desangre antes que uno, supongo, pero en una ventana de diez o quince segundos no creo que haya una grandísima diferencia la mayor parte de las veces.
A ver, lo que hacen las balas dum dum, expansivas o de punta hueca, o sencillamente de plomo desnudo, son boquetes más grandes. Esto aumenta algo las posibilidades de dañar un órgano vital al pasarlo rozando, pero no es tan significativo. Al abrir una herida más grande, la víctima pierde más sangre, lo que o provoca el colapso por bajada súbita de tensión arterial, o muere por desangramiento antes. En el caso de las pistolas hacen algo más de daño y ya está. En el caso de las balas de alta velocidad como los fusiles el incremento del daño es más sustancial.

Por lo que respecta a tu nota (1) tienes razón, basta con mirar un poco por encima la física de dinámica de fluidos para saber que la muerte por desangramiento es lenta, incluso en el caso del degüello, para perder un litro de sangre, dos agujeros no aceleran mucho más que uno el proceso.

La diferencia está en la bajada repentina de la presión sanguínea, aunque el volumen de sangre perdido no ponga en peligro la vida, y para ello agujeros más grandes provocados por balas más gruesas, o más agujeros provocados por más de una bala sí que marcan la diferencia. No provocan la muerte instantánea, por desangramiento, pero sí provocan la inconsciencia por la súbita bajada de la tensión, y la falta de riego al cerebro.

Para terminar. Con una sola bala colocada en el pecho, o en el vientre, si no da en un órgano vital no basta para incapacitar a los infectados, aún teniendo en cuenta que esta distancia corta las balas los traspasan. Los deja tocados, los frena y quizá en un minuto caigan al suelo por la pérdida de sangre. Pero Z. no dispone de minutos, si no de segundos, para asegurarse de que caen Z. les mete dos tiros. Y como es un tirador inexperto y tira a bulto, algunos caen de un tiro de suerte que da en el cerebro, o rompe un hueso de una pierna y otros reciben cuatro balazos: en las extremidadeso, un arañazo en el costado o en el hombro y siguen vivos y capaces de atacar.

Con la escopeta en cambio, un tiro en la cabeza o en el torso, o en una pierna y ya no vuelve a levantarse, aunque todavía respire.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Ufff. Qué susto. El foro estuvo caído un rato y ya me temía lo peor. ¡Continúa la aventura!

NARRACIÓN DEL MASTER

Rápidamente te desplazas hacia el piso de arriba, dando la puntilla a los infectados que todavía viven, son todos gitanos rumanos, o tienen pinta de presidiarios, vagabundos o mendigos que acusan los estragos del alcohol, lo que alivia tu conciencia, pensando que nadie los va a echar de menos. En realidad, te sientes culpable por no sentirte culpable. Después de rematar al tercero, te acuerdas de un libro que leíste sobre el sitio de Zaragoza durante las guerras napoleónicas, en la que el mariscal Lannes, horrorizado vio como un granadero mataba a bayonetazos a un bebé. Al preguntarle cómo podía hacer tal barbaridad, el granadero dijo "al principio cuesta, señor mariscal, pero luego uno se acostumbra."

Entre los infectados, uno, malherido en el vientre y las piernas, te llama la atención. Tiene aspecto nórdico, y está, o estaba, mejor alimentado y vestido que los otros. Tras despacharlo, reparas en un papel que asoma del bolsillo de la camisa. Lo sacas y lo abres. Es una nota en inglés, escrita con letra temblorosa, "Dile a Lara que la quiero". Sientes una punzada de remordimiento, pero te acuerdas del otro tipo, el "Renfield", y el chaval de las alcantarillas. Éstos deben ser británicos y asociados de Dürr . Posiblemente empleados prescindibles de los que Dürr se ha deshecho infectándolos. Vete tú a saber si eran inocentes víctimas o cómplices.

Recoges la escopeta, que parece que no se ha dañado en la caída, y la recargas. Haces lo mismo con el cargador que dejaste caer. [21 en total: 1 bala en la recámara, 16 en los dos cargadores, y 4 balas sueltas]

Al subir al piso de arriba para recoger la mochila, no deja de impresionarte la carnicería en el pasillo, los cuerpos contorsionados, las terribles heridas que han hecho las postas, los blancos huesos que asoman de fracturas abiertas, los sesos de uno al que le has volado la cabeza y los charcos de sangre empapando la alfombra que evitas pisar como si fuera ácido. Piensas con preocupación que no hay forma de explicar a la policía rumana que tuviste que matar a toda esta gente ¿cuántos? ¿treinta?? Sonríes con amargura al imaginarte lo absurdo de la idea "verá señor juez, tuve que matar a tiros a treinta personas, y pasar a cuchillo a los que todavía respiraban, pero lo hice en legítima defensa, ¡oiga!". Lo mejor será que te largues de aquí y te vuelvas a casa discretamente. Si eso ya enviarás una carta anónima a la policía.

También te sobresalta encontrar entre los cuerpos el de una mujer joven bien vestida, o mejor dicho, vestida con harapos de ropas caras que dejan ver sus bragas de encaje. Era guapa hasta que tu escopeta le voló un lado de la cara dejando los sesos al descubierto. Sus bonitos ojos sin vida parece que te miran acusadoramente. Sientes remordimientos porque intuyes que esta joven era la Lara de la nota.

Te dices a ti mismo que te dejes de sentimentalismos. Seguro que era una puta como todas, una mujer decente no se habría visto involucrada en este siniestro asunto. Apartas la vista y te concentras en los aspectos prácticos, ni los pendientes de aro ni la pulsera valen nada, pero lleva un anillo de oro con una piedra preciosa, ¿un rubí? en la mano izquierda. ¿Un anillo de compromiso? Para no apenarte, haces un chiste macabro recordando una frase típica de los juegos de rol, "Bah, qué más da...machaco y me llevo el tesoro" , sonríes, y añades "esto es una partida de rol en vivo... con fuego real", ríes entre dientes, aunque sabes que no tiene ni puta gracia y que estás bromeando para no pensar en el horror de todo esto. El anillo parece valioso y necesitarás dinero cuando salgas de aquí. Tironeas para sacarlo pero entonces te acuerdas de algo. Si llevas esta joya a una casa de empeños lo más probable es que despiertes sospechas, sobre todo con tus pintas actuales. Técnicamente eres un asesino, y no es buena idea que te pillen con una joya perteneciente a una ciudadana británica desaparecida. Sueltas el anillo como si quemara.

Recoges la mochila y tratas de pensar en otra cosa, estás a punto de descartar la sudadera. Si sales de aquí necesitarás algo de ropa de abrigo, te hallas en los Cárpatos y estamos a finales de agosto, en la montaña ya refresca por la noche, pero tampoco quieres cargar demasiado peso. Metes la sudadera y como no hay ninguna chaqueta de traje en la maletas , que te vendría bien al tener bolsillos para la munición, rebuscas hasta encontrar una camisa con un bolsillo en el pecho.

Como no quieres pasar pisando muertos, decides tomar el pasillo de la derecha que no has visto antes.

Hay una alfombra en el descansillo, y las paredes están cubiertas por un brillante papel pintado. Fes cuadros y espejos colgando de las paredes, pero nada que pueda serte útil. Sigues caminando hasta que el corredor gira a la izquierda. Al pasar la esquina, ves una puerta blanca a mano derecha, más o menos a unos veinte metros. Te acercas a la puerta y ves un cartel que pone "Gimnasio"

Abres la puerta y ves una sala llena de equipamiento deportivo. Hay cintas para caminar, bicicletas estáticas, máquinas para remar, pesas y banquillos. Pero está todo lleno de polvo; da la impresión de que nadie ha usado el gimnasio en semanas. Hay una máquina dispensadora de agua en la esquina de la habitación. Los vasos de papel han sido arrancados de su soporte, y están esparcidos por el suelo.

Aprovechas para beber tanta agua como puedes porque estás sediento después del combate y así no consumes la botella de la mochila.

Sigues adelante por el pasillo y llegas a otra puerta entreabierta que pone "Vestuarios", ves que estaba cerrada con un candado, como la del otro pasillo. Echas un vistazo y eres testigo de un escenario devastado. Tanto los vestuarios de hombre como de mujer han sido destrozados. Los espejos están rotos, al igual que los lavabos. Las banquetas están desperdigadas y aplastadas, como si alguien las hubiese golpeado con un pesado mazo. Las taquillas también están destrozadas, con las bisagras descolocadas. Las tuberías aparecen dobladas y el agua gotea de ellas. Los que han destruido los vestuarios sin duda han hecho un buen trabajo.


Comprendes con inquietud que esta habitación era una mazmorra de infectados, que en su furia destrozaron todo. Alguien vino por el pasillo, dejó los cuchillos y otras armas en el suelo, y abrió el candado para que los infectos salieran, y bajaran por las escaleras, donde te los encontraste tú, el primer grupo al que matas. Sientes un escalofrío de miedo al pensar que has tenido mucha suerte, mientras tú estabas perdiendo el tiempo intentando salir del sótano, y luego cuando subiste y encontraste la escopeta, te tiraste varios minutos serrando los cañones, mientras hacías todo eso alguien debió bajar al sótano, ver que te habías escapado, probablemente soltara a Otto, el carcelero, y luego vino a este piso, y soltó a los infectos para que te hicieran pedazos. Por un margen de un par de minutos no te pillaron indefenso.

Te preguntas por dónde vino el que abrió la puerta, y por dónde se marchó, el pasillo del piso de abajo estaba bloqueado por el segundo grupo de contagiados que acabas de matar. Piensas en ello mientras sigues al pasillo para volver a la escalera de bajada y de camino al cofre que viste, con la señal de peligro.
Última edición por El Analandés el 04-Sep-2016, 18:02, editado 2 veces en total.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Tras darle vueltas, piensas que la señal del cofre es un aviso de una trampa bomba. En tiempo de guerra cuando los zapadores encuentran minas o trampas explosivas que no pueden, o no tienen tiempo de desactivar ponen un cartel de aviso para que nadie lo toque. Pero eso no tiene sentido, no estamos en una zona de guerra... aunque después de la escabechina que has hecho ahora sí que lo parece.

El aviso es para que los "empleados" no abran el cofre por descuido. La trampa es para los contagiados, ¿y para qué poner una trampa si no es para evitar que cojan el contenido del cofre? ¡Y ese contenido deben ser armas!

Razonas que nadie guarda armas protegidas por una trampa si no es para usarlas , por lo que la trampa debe ser muy sencilla y fácil de desactivar, para poder abrir el cofre y coger las armas. Examinas el cofre y no ves ningún cable. Supones que la trampa será una granada de mano que explota al abrir la trapa, o quizás una mina, como no ves ningún interruptor por fuera, la trampa tiene que poder desactivarse abriendo un poco la tapa del cofre, lo que descarta un detonador por alivio de presión. Lo más probable es que se active por tracción, al abrir la tapa del todo, pero si la abres sólo un poco, podrías meter la mano y soltar el cable.

Por si acaso tu teoría falla, decides tumbarte boca abajo al lado del cofre y abrir el pestillo y levantar un poco la tapa con la mano izquierda. Si te equivocas y explota, así tendido no te alcanzará la explosión, y mejor arriesgar el brazo izquierdo que el derecho. Vacilas, y dudas si esto es realmente una buena idea, pero piensas que igual la trampa tan sólo es una escopeta de dos cañones recortada y con un cable atado al gatillo, por lo que si la abres muy despacio no pasará nada.

Te tapas la cabeza con el brazo derecho, levantas el izquierdo, y torpemente giras el pestillo, con un chasquido este se abre...
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Esperas unos segundos y respiras aliviado. Ni disparos ni explosiones, pero no te confías. Te levantas y miras a lo largo de la rendija. No ves nada.

Metes la mano y tanteas con los dedos a lo largo del borde. El corazón te da un vuelco cuando notas que palpas un hilo delgado. Con mucho cuidado mueves los dedos y te calmas un poco al ver que el hilo está flojo. Abres unos centímetros más la tapa con infinito cuidado. Puedes entrever que hay cajas de madera y latas de color dentro del cofre. Palpas el hilo, lo reconoces como sedal de pesca. Lo sigues hacia arriba y al tacto ves que está atado a una anilla enganchada a su vez a un clavo en la tapa del cofre. Piensas un poco y decides que es más seguro cortar el hilo que soltarlo. Una vez hecho, vuelves a comprobar que no hay otros cables y poco a poco abres el cofre del todo.

Ahora ves que el sedal estaba conectado a las antenas de un cilindro verde de aspecto maligno. Por lo que recuerdas, debe ser una mina de las que saltan en el aire y explotan. Evitas tocarla e inspeccionas el contenido del cofre. Son cajas de madera con inscripciones en alfabeto cirílico, que supones que es ruso [en realidad es búlgaro, pero Z. no lo sabe]. Hay también una lata verde metálica que tiene toda la pinta de ser una caja de municiones.

Saltando de contento ante la perspectiva de encontrar un Kalashnikov abres la primera caja alargada. Te decepciona ver que está vacía. La sacas y encuentras otras cajas que supones son de cohetes RPG. Pero no hay ni fusiles ni lanzacohetes, las cajas de munición del 7.62 de AK-47 también están vacías. Lo único que encuentras aparte de la mina, que procuras no tocar, por si acaso, es una caja de cartón que parece fuera de luegar, la abres y encuentras que hay tres granadas de mano, con las espoletas ya puestas y listas para usar, para tu alivio, las reconoces por haber visto en un manual, es una granada soviética, RDG, crees que se llama el modelo [en realidad RGD] y crees que son granadas defensivas, que arrojan un montón de metralla, lo que las hace tan peligrosas para el que las lanza como para el blanco, pero que pueden ser letales en espacios cerrados, tan sólo las tienes que lanzar y ponerte a cubierto. No es lo que esperabas, pero algo es algo.

Imagen
Última edición por El Analandés el 20-Ago-2016, 16:02, editado 2 veces en total.
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por birdmanradio »

Bueno, hemos mirado el cofre, ¿ las puertas del pasillo de la izquierda ya entramos? a ver que sugiere Heinrich.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

¡Espera! Que todavía hay más. No terminé ayer noche.

Era de esperar que los tipos que te han secuestrado y están contagiando a la gente con este virus estuvieran armados, lo que te resulta inquietante es que tengan armas de guerra. No te haces ilusiones de que puedas sobrevivir a un tiroteo y menos si ellos tienen Kalakas. Que el cofre esté vacío indica que se han llevado las armas y como otros indicios que has visto es que están a punto de cerrar la operación y largarse. No sabes qué es peor, que dejen a los infectados encerrados para que mueran de hambre y sed, o que los suelten para provocar una epidemia, una prueba de campo, por así decirlo, en una región aislada y remota.

Ahora que lo piensas, Transilvania está poblada por húngaros. ¡Quizás el gobierno rumano esté detrás de todo esto! Una epidemia para hacer limpieza étnica y acabar con una minoría molesta. Es monstruoso, pero después de lo de Yugoslavia y Kosovo cualquier cosa es posible. Otra razón de peso para no ir a las autoridades si sales de aquí, por si acaso.


Lo único que hay aparte de las granadas es una caja de cartón repleta de vieja munición de pistola que supones no les compensaba llevarse. Con sólo dos cargadores no es que te sirva de mucho. ¿Pero por qué se dejaron las granadas, y ya listas para usar? ¿Por qué poner una trampa bomba si el cofre estaba vacío? ¿Para qué poner una señal de aviso?

:smt017

Imagen



Piensas en ello y te vuelve a la mente otrio misterio, ¿cómo vino hasta este piso el cabrón que soltó a los infectos del vestuario, y cómo se fue? Por la escalera no pudo ser, porque el otro piso estaba lleno de contagiados. Quizás la respuesta esté tras esas puertas. Mmmm, si hay una cárcel de los contagiados tras la puerta del candado de este pasillo, ¿por qué no la abrió si le quedaba más cerca? Ah claro, mejor ir a la puerta del otro pasillo. Deja las armas en el suelo, abre el candado y sale corriendo y dobla la esquina antes de que los infectos que salen del vestuario se fijen en él y lo persigan.

Según recuerdas, los infectados que se estaban zampando al perro estaban desarmados, pero había uno con un martillo que vino de la izquierda. Debió perseguir al que los soltó y se metió por una de estas puertas, para salir luego cuando oyó los disparos. ¿La de la sala de música? Oíste ruidos y golpes antes. Ahora no se oye nada, pero quizá haya otros infectos ahí dentro. ¿Y cómo es que el infecto del martillo salió y se cerró la puerta tras él? ¿Qué hacer, qué hacer....?
Última edición por El Analandés el 05-Mar-2016, 11:49, editado 1 vez en total.
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por birdmanradio »

Podríamos ojear en la sala de música, quizá sea clave en esta aventura.
El Analandés
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por El Analandés »

Nota del Master: He modificado el librojuego para que los objetos, armas y zombis sean parte de la narración y aparezcan de una forma lógica no como en un videojuego, sacando deduciones lógicas e hilvanando el relato, tal como haría Z. o cualquiera de vosotros. Trato de que sea una historia, no una partida de videojuego como el Doom.

Prestad atención al relato porque contiene pistas. Claro que puedo hacer una tirada de Idea y proporcionar la explicación que se le ocurra a Z. ¡que no tiene por qué ser la correcta! Z. también saca conclusiones equivocadas. Por ejemplo, influido por las ideas preconcebidas de las películas de zombis, y por la impresión que le causó su primera pelea, creía que los infectados eran inmunes al dolor, lo que no es el caso. También gasta demasiadas balas para matarlos para asegurarse, debería haber cogido los cartuchos de perdigones, debería haber conservado la bolsa de asas para poder llevar munición ¿dónde va a meter las granadas? ..etc

Es plausible que alguien se deje olvidada una caja de balas en un trastero, las granadas se podían encontrar rebuscando en algunos sitios por lo que hemos pasado, por ejemplo, el armario, lo que no tenía ningún sentido. Las he puesto en el cofre, que no era más que una simple TAMPAX, lo que es un absurdo, y los zombis no aparecen por que sale un resultado en la Tabla de Monstruos Errantes, si no porque hay una explicación lógica. Por ejemplo, los infectados de la lavandería oyeron a Z. venir y se escondieron en el armario para sorprenderlo. "Renfield" debió tratar de escapar del castillo, pero le mordieron y se escondió de los contagiados en el armario de limpieza hasta que la infección le convirtió en uno de ellos, y salió del armario cuando sonaron los disparos.

Otra cosa, sobre el interminable monólogo interior de Z., a lo mejor a alguno le parece poco realista que alguien piense tanto en esas circunstancias, pero Z. es así, alguien cuya tendencia a la introspección le hace estar un poco ido, un comecocos que no puede evitar darle vueltas a las cosas. Esa tendencia se ve agravada por las circunstancias, el secuestro, el encierro, y la presión psicológica de saberse aislado y rodeado de peligros. Luego elaboro esto un poco más con un ejemplo real.


Edito: Ok birdman, entras en la sala de música. En breve nos vamos a casa de mi familia a comer, así que continuaré por la tarde.
Última edición por El Analandés el 06-Mar-2016, 11:10, editado 1 vez en total.
Heinrich
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por Heinrich »

Estoy algo perdido. ¿Cuál es el plano del piso que acabas de despejar de zombies? ¿Hay alguna salida al edificio por allí?
El Analandés escribió:Sientes remordimientos porque intuyes que esta joven era la Lara de la nota. Te dices a ti mismo que te dejes de sentimentalismos. Seguro que era una puta como todas, una mujer decente no se habría visto involucrada en este siniestro asunto.
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birdmanradio
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Re: La sangre de los zombis

Mensaje por birdmanradio »

Heinrich escribió:Estoy algo perdido. ¿Cuál es el plano del piso que acabas de despejar de zombies? ¿Hay alguna salida al edificio por allí?
El Analandés escribió:Sientes remordimientos porque intuyes que esta joven era la Lara de la nota. Te dices a ti mismo que te dejes de sentimentalismos. Seguro que era una puta como todas, una mujer decente no se habría visto involucrada en este siniestro asunto.
Alegría y sociopatía
También ando algo perdido, voy al tun tun :smt003
Dibujó un mapa en la página anterior.
Espero tu ayuda en las decisiones :smt023
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