La sangre de los zombis

[El Analandés]

¡Hola!
Ya terminé la mudanza y justo esta mañana estaba planteándome continuar. A ver si este fin de semana. Me tengo que leer el hilo y dar orden a mis pensamientos y proseguimos. Avisaré a Heinrich y los otros. ¡Gracias por participar!

[El Analandés]

Coges la metralleta y los cargadores y lo pones todo en el cofre de las armas, sólo queda una habitación por investigar, la que está justo en frente (301)



301
La puerta no está cerrada. Cuando la abres entras en una habitación grande, repleta de filas y filas de estanterías. Hay un olor rancio en el aire, provocado por los tomos encuadernados en piel y deteriorados por el pase del tiempo.
(Aquí había dos zombis, pero salieron cuando la liamos a tiros en el pasillo)

NARRACIÓN DEL MASTER

Hay centenares de libros en las estanterías: como siempre que entras en una librería, tus ojos se te van a los títulos por acto reflejo y te sorprende que la mayoría de los títulos estén en inglés y no en rumano hasta que recuerdas que la familia de Dürr vivía en Britania y no recuperaron la propiedad del castillo hasta la caída del comunismo.

Hay novelas clásicas antiguas, libros de referencia, algunos atlas, libros de historia y una gran sección dedicada a criaturas no-muertas. Hay algunos libros dedicados a los vampiros, hombres lobo, fantasmas, espíritus, esqueletos y espectros, pero ves más libros sobre zombis que sobre todas las otras criaturas no-muertas juntas.

"Joder, lo que hace el no follar y el no tener amigos" piensas al ver el grado de obsesión de Dürr.

No te extrañaría nada encontrar una copia del Necronomicon en las estanterías, pero a pesar de la tentación, no estás para lecturas ahora, ni para coger libros en préstamo, seguro que las multas por retrasarse en la devolución de libros son más bestias que en la biblioteca de Celaeno, bromeas, para olvidarte de la gente que has matado y de la angustia que sientes.

Recorres la habitación buscando la puerta del ascensor que sabes que debería estar aquí, pasas por una estantería repleta de libros técnicos de medicina, bioquímica y genética , que contrastan con la literatura mitólogica de frikazo obsesionado con los no-muertos que has visto y te quedas desconcertado al no hallar ninguna puerta ni salida.

Te pones a cavilar y se te ocurre que un friki apasionado por los juegos como Dürr y que vive en un castillo naturalmente habrá ocultado el acceso tras una puerta secreta. Y tratándose de un castillo lo típico será que la puerta esté disimulada tras una estantería giratoria.

Con eso en mente prestas atención al suelo y cuando te agachas puedes ver marcas de roce circulares en el pasillo que terminan en una de las estanterías. No hay candelabros ni palancas en la pared, así que supones que el resorte está oculto tras un libro. Te fijas bien y pronto encuentras un falso libro encuadernado en pie y con letras doradas. Una caja de madera con un canto imitando el lomo del libro, te resultan familiares porque en Hispanistán es muy común entre las clases medias con ínfulas, que no leen, encargar esos libros para "vestir" estanterías, o tapar antiésteticos huecos, como era el caso de la biblioteca de tu padre. Sonriendo por tu perspicacia, pues sólo un friki puede comprender a otro friki, tiras de él, te desconcierta que no bascule y gire la estantería, como en las películas, si no que sale del todo y te quedas con el falso libro en la mano, entonces ves en el hueco que ha dejado una placa metálica con un interruptor metálico, alargas la mano para activarlo...

... y entonces salta una alarma en lo más profundo de tu mente y sin saber por qué te detienes con los dedos sobre el interruptor, entonces te vienen a la memoria las partidas del Dungeons & Dragons. Alguien tan friki como para hacer una puerta secreta muy bien puede haber puesto una trampa, sobre todo después de tu experiencia con la trampa bomba en el cofre. Sientes un escalofrío.

Te agachas y con la escopeta tanteas a ciegas haciendo palanca con el cañón para mover un interruptor, suena un chasquido y un dardo sale disparado de la pared , pasa por encima de tu cabeza y se clava profundamente en un libro en la estantería de enfrente. Suspiras de alivio. Un friki conoce como piensa otro friki. Has pasado la tirada de "buscar trampas y puertas secretas", jaja ríes sin gracia." Ay Dios... pa' habernos matao". Echas un vistazo al dardo y te cuesta arrancarlo de lo profundamente que se ha clavado. Es una saeta de ballesta de caza moderna, de acero con aletas de plástico, y la punta está cubierta de una sustancia resinosa que sospechas es veneno. La dejas caer y miras en el hueco y ves que ha salido de un orificio en la pared, debajo del interruptor. Esperanzado, coges el interruptor y lo accionas. Clic.

Nada.

Clic, clic, clic... hay tres posiciones y ¡¡ninguna hace nada!!. Frustrado empiezas a accionarlo rápido y repetitivamente clic-clic-clic- clic-clic-clic, a toda velocidad, y acabas en un ataque de rabia tirando los libros de la estantería y golpeas el interruptor a culatazos con la escopeta, con lo único que consigues es estropear el canto y rayar el barnizado de la madera de nogal hasta que te calmas.

Profieres maldiciones y acabas resignándote. La han debido bloquear desde el otro lado. La estantería no es de cartón prensado como las de Ikea si no de madera maciza. Piensas en ir a buscar el hacha que llevaba uno de los infectados, para hacer un boquete a hachazos pero el aspecto de la placa metálica del interruptor te disuade, seguramente haya una puerta blindada bajo la madera y si han bloqueado el acceso, seguramente también lo esté el ascensor.

"Coño, joder, si es que dan ganas de coger la escopeta y liarse a tiros... como decía un articulista ¿el Reverte?, juas juas, bueno, pues que así sea, te vas a abrir paso a tiros, bombazos, puñaladas y hasta a mordiscos si hace falta para salir de aquí."

Vas hasta el cofre en el pasillo y evitando cuidadosamente tocar la mina, coges las armas, municiones y equipo y te la llevas a la biblioteca, atrancas la puerta, pones todo encima de una mesa de estudio y empiezas a cargar los tambores de la metralleta con la escopeta y la pistola encima de la mesa y prestando atención por si vienen más enemigos mientras te armas para abrirte paso y alcanzar la libertad o la muerte...


CONTINUARÁ...


PD: Esto es un texto de transición para reemprender la aventura, seguirá otra más de cavilaciones mientras Z. prepara el equipo y luego avanzaremos a la siguiente parte del castillo y habrá que tomar decisiones. Paciencia y espero que os guste el relato.

[El Analandés]

Aunque te habías ilusionado al encontrar la metralleta PPSh, por ser un arma icónica de la Segunda Guerra Mundial, hubieras preferido encontrar un Kalashnikov, que es más simple de comprender. ¿Cómo demonios se recargan los tambores? No sabes de este arma más que un corte esquemático que viste en una revista, y te estrujas la memoria intentando recordar lo que ponía en un libro que leíste sobre armas de infantería. Ojalá tuvieras tu biblioteca a mano, o internet. Recuerdas algo que decía que el tambor tiene un muelle en espiral dentro. Trasteas con el tambor hasta que te das cuenta que tiene un pestillo para abrirlo, y te quedas sorprendido y aliviado que tenga una guía dentro para los cartuchos y que la operación de carga es más sencilla de lo que esperabas aunque tediosa. Igualmente para amartillarla, te pones a trastear hasta que descubres que la palanquita al lado del gatillo es el selector de tiro y el seguro está aparte en el cerrojo.

Vídeo de cómo se rellena el tambor, hacen una broma que te lleva una hora hacerlo, como se ve es más complicado que simplemente meter balas a presión en un cargador.

https://youtu.be/FaQHLjOcObI

Mientras cargas, este rato de calma hace que tu mente hiperactiva le de vueltas a la grotesca situación en la que te encuentras. Estás atrapado en un castillo donde un loco y sus compinches han creado una enfermedad contagiosa y usan a personas como cobayas. Lo primero que pensaste es en un experimento de guerra biológica, pero en ese caso, te esperarías algo como en las películas. Esas cosas se llevan a cabo en laboratorios aislados en una base militar, con enormes medidas de seguridad, puertas estancas, trajes aislantes.. como el laboratorio de "Resident Evil", algo parecido, pero ¿quién coño se pone a experimentar con virus mortales en su casa de campo?

Por los libros que has visto en la biblioteca, deduces que el tal Heinrich Dürr es un puto friki necrófilo obsesionado con los zombis. Eso ya sería bastante malo, pero si un tarado como ese se pone a estudiar biología o ingeniería genética o lo que sea y dedica sus esfuerzos a crear un virus que convierta a los infectados en algo parecido a los zombis, joer como esa película que salió hace poco, la de "28 días después", clavado a lo que está pasando aquí, aunque por suerte al menos el virus no contagia con una salpicadura, ni por vía aérea, y los infectados tampoco parece que se hayan drogado con speed como los de la película. En fin, un tarado, en vez de dedicarse a buscar una cura para el cáncer o algo así, crea un virus contagioso para usarlo como arma biológica.

Claro que evidentemente esto no es algo que puedas hacer en tu casa, o en su caso, en el castillo, con la ayuda de Igor. El tal Dürr habrá estudiao, ido a la universidad, y seguramente haya trabajado para alguna empresa, o más probablemente el gobierno de Su Majestad, creando virus y otras porquerías en algún laboratorio ultrasecreto.

Se te ocurre que por muy hijoputas que sean los perros ingleses, y que durante la Guerra Fría ellos y otros experimentaron con gases venenosos, como el VX, y bacterias como el ántrax, crear una enfermedad de diseño es ya pasarse, porque la tienes que experimentar con humanos, y no crees que a nadie le dejen hacer de doctor Mengele.

Lo más probable, piensas, es que Dürr haya creado el virus por su cuenta y riesgo y a espaldas del gobierno o de la empresa que le pague. Y seguramente se largara de Britania antes de que lo pillaran y se vino a su residencia de veraneo, el castillo en Romania, para hacer las "pruebas de campo", vamos una auténtica chapuza, sin rigor científico ni medios materiales sofisticados, aunque bien mirado, tampoco hace falta un laboratorio de alta tecnología. El virus no es tan contagioso, ¡por suerte! Supones que se transmite sólo por transmisión de sangre o de otros fluidos, y que tendrá un proceso de incubación, por suerte lo de "28 días después" sólo es una inficción jeje... y este virus no es tan malo en que no causaría el "Mad Max", el fin de la civilización tal y como la conocemos, pero es terroríficamente real. Si no se transmite por vía aérea, y lo único que quieres comprobar es si funciona y convierte a la gente en locos rabiosos , entonces no necesitas ni puertas aislantes ni estudios clínicos, te vale con pagar unos matones para que secuestren a gente del lumpen, y la encierren en el castillo.

Bien, Dürr crea un viru en el laboratorio de la empresa, y se lleva el trabajo a casa para terminarlo. Debía tener cómplices que vinieron con él, que igual no sabían lo que se llevaba entre manos, o dejaron de serle útiles, y se deshizo de ellos infectándolos. El Renfield, digo, el viejo que te has cargado, Watson, se llamaba. El joven que te cargaste en las alcantarillas que tenía un relicario con la foto de una chica. El de la nota que quería a Lara, la tal Lara... los mataste tú, pero si estaban metidos en ello seguro que se lo merecían.

Ahora, ¿para qué crear ese virus a parte de para satisfacer una malsana obsesión por ver demasiadas películas de zombis?

El chantaje podría ser una opción. Amenazar con liberar el virus en una gran ciudad si el gobierno no paga un rescate. Pero si Dürr es tan friki como tú y la mitad de listo, habrá visto bastantes películas para saber que el gobierno americano no negocia con terroristas. Como pasa con la película de "La Roca", que los malos amenazaban con soltar gas nervioso contra San Francisco desde Alcatraz. Tú sabes que Dürr sabe que en esos casos lo que el presidente de los USA haría sería tirarle una bomba atómica a la isla para vaporizar el gas, a los terroristas y los rehenes. Además, que siempre trincan a los secuestradores y chantajistas cuando van a cobrar el dinero del rescate. Por ello descartas que eso sea lo que pretende.

Vale, como arma biológica puede ser interesante, aunque más como instrumento de desestabilización, que como arma en una guerra convencional, y seguro que algún gobierno te la compra, aunque sólo sea para evitar que otros se hagan con ella. O incluso terroristas. El dinero podría ser una motivación, Dürr es evidentemente rico, pero no asquerosamente rico. Y los gastos de mantenimiento y comunidad de este castillo deben ser la tira. Pero dinero aparte tiene que haber algo más, y hay formas más sencillas de ganar dinero.

Antes te llamó la atención lo chocante que era que en el retrato de Dürr , éste posara con un conejo. En los museos has visto retratos de nobles con perros, símbolo de fidelidad, o caballos, pero ¿un conejito? Ahora te das cuenta de que alguien tan loco como para haber perpetrado esta atrocidad también debe tener un inmenso ego y orgullo satánico por su perversa creación. Dürr eligió posar con el conejo porque seguramente se trata del cobaya con el que logró que su virus funcionara en animales, antes de pasar a la experimentación con humanos. Piensas que Dürr , además de ganar dinero, quiere pasar a la historia como el inventor de una nueva arma, como el de la ametralladora, o los creadores de la bomba atómica. Tienes que salir de aquí y detenerlo de algún modo, o avisar a los gobiernos para que nadie se haga con el virus en exclusiva y lo pueda emplear sin sufrir represalias. Destrucción Mutua Asegurada, y tal.


Terminas de preparar tus armas y equipo. Leyendo libros de uniformes adquiriste conciencia de que todo el equipo militar de un soldado, la mochila, los correajes y las cartucheras, está todo pensado y optimizado para llevarlo todo lo mejor organizado posible. Cuando ibas de excursión o de turismo tratabas de organizarte de modo parecido, pero ahora con un nudo en la garganta, eres consciente de que estás en una situación de combate y que tu vida depende de estos pequeños detalles y de cómo transportes tus armas y municiones. Antes lo pasaste mal porque te costaba sacar los cartuchos de los bolsillos del pantalón. El chaleco antibalas militar que has encontrado ayuda mucho, pero por desgracia los bolsillos están diseñados para cargadores de Kalashnikov, por lo que no te queda más remedio que meter los tambores en la mochila.

Una cosa que te da esperanza es que la operación de Dürr sea tan chapucera. Ni laboratorio aislado, ni prisión de alta seguridad, estás simplemente encerrado en una casa grande. Los secuaces de Dürr tampoco son militares profesionales. En vez de tener las armas metidas en una armería cerrada con llave, simplemente las tenían en un cofre en el pasillo, también porque las habitaciones las usaban para encerrar a los infectados. Eso te da esperanzas de sobrevivir si te enfrentas en un tiroteo con ellos, en ese caso tus posibilidades de supervivencia son mucho mayores con la armadura a pesar de tu peso, que por otra parte también te protegerá contra ataques con armas de cuerpo a cuerpo. Si también tuvieras un casco...

La indecisión te tortura sobre qué armas llevar. Al final piensas que esto no es una partida de videojuego y que resulta muy improbable que se hayan dejado más armas y munición y las puedas encontrar, y te lo llevas todo. Aunque vas cargado como una mula, piensas que tampoco vas a marchar veinte kilómetros con todo ese peso a cuestas, y que sólo tienes que llegar hasta la salida.

Por fin dispuesto, tambaleante y abrumado por la carga y la conciencia del peligro, musitas una fervorosa plegaria y sales de la biblioteca y empiezas a descender las escaleras a la siguiente planta, sorteando los cadáveres... ¿qué peligros te acechan a la vuelta de la esquina?

CONTINUARÁ


Actualizo ficha



ARMAS y MUNICIÓN 15 kilos

Escopeta recortada 2 kilos (en brazos)
4 cartuchos de postas 00 del 12 (0.185 kilos, 46 gramos por cartucho)
(2 cargados, 2 cartuchos postas metidos en bolsillo derecha chaleco )
24 cartuchos sueltos perdigones no.4 del 12 para cazar patos (1.032, 43 gramos por cartucho, 140 perdigones de 3mm ) (10 bolsillo derecha chaleco, 14 bolsa costado) de dudosa utilidad contra humanos e infectados, pero menos es nada


Metralleta PPSh 41 3.63 kilos (en mochila, no tienes correa para llevarla)
3 x tambores 5.46 kilos (71 cartuchos, 1.82 kilos cargado, 0.9 vacío) (1 cargado, 2 en mochila)
1 caja de 72 balas 7.62mm Tokarev 0.93 kilos (en mochila, 13 gramos por cartucho)
17 balas sueltas 0.22 kilos para recargar cargadores pistola, en bolsillo chaleco ( con la granada)
3 x Granada de mano RGD-5 0.93K, (0.31 cada una, en bolsillos pecho chaleco a la izquierda, 2 en un bolsillo centro izquierda, 1 en el bolsillo más a la izquierda)

Pistola Tula Tokarev TT-33 fabricada en Romania (0.85 K) (en su funda)
2 cargadores (8 balas) 0.36K (0.18 K cargado 76 gr vacío cada uno, uno cargado, otro en la pistolera)

Cuchillo de cocina 0.2 (metido en bolsillo centro derecha)

ARMADURA 7 kilos

ROPA PUESTA 1.5 kilos
Pantalones de vestir viejos 0.5 k
Camiseta 0.1
Zapatillas deportivas (0.8 k el par)
Reloj pulsera 0.05

CINTO Y BOLSA 0.6 kilos.

- Cinturón con pistolera 0.55
-Bolsa pequeña negra ("mariconera"), (0.1) (contiene 14 cartuchos perdigones escopeta )


MOCHILA 3.0 KILOS

-Mochila (vacía 0.5) contenido:
Metralleta PPSh 41
Tambor
Caja balas

Un par de guantes de goma ( 0.03)
Sudadera 0.5
Camisa invierno manga larga 0.25
Botella de agua de plástico 0.5 litros ( 0.5 kilos llena)
Cuerda poliester 1cm (1 rollo x 15m, aguanta 100 kilos) 1 kilo

-surtido objetos: (0.15)
llave con el número 9 grabado,
cajetilla de cerillas
rotulador acetato grueso, negro
dos lápices HB
lupa
papel con el número de combinación
cortaplumas 0.05,


TOTAL CARGA: 27.15 KILOS
ARMAS Y MUNICIÓN 15 kilos
ARMADURA 7 kilos
ROPA 1.5 kilos
CINTO Y BOLSA 0.65 kilos.
MOCHILA 3 kilos


PUNTOS FATIGA ACTUALES

Zombis muertos: 39

5 x apuñalados con destornillador
1 x estrangulado
15 x muertos a tiros de pistola (51 balas gastadas)
15 x muertos a tiros de escopeta (20 cartuchos gastados)
3 x rematados a cuchillo

[Heinrich]

Aquí estamos de vuelta, con nuestra PPSH entre las manos y dispuestos a reconquistar la planta baja de la casa de Pavlov para la Madre Patria, digo, a matar zombies. Molona la atención que prestas a los detalles como la operación de carga de la metralleta.

Lo que está claro es que el tal Yurr es un hijo de puta de marca mayor. Una cosa es que te cargues a gente inocente por una causa o por tus deseos megalómanos, pero, ¿infectar a tus secuaces con una enfermedad que los convertirá en monstruos horribles cuando ya no te resultan útiles? Se trata de un psicópata o un loco paranoide, probablemente ambas.

Pero la posibilidad más chunga es que el virus se transmita a animales, según la deducción que hace nuestro prota del cuadro del conejito (que menudo Sherlock, yo con la imagen solo hubiera pensado en zancos de conejo al limón). Me explico. Al contrario que las bacterias, que son células autónomas, los virus son solo unas cuantas proteínas y secuencias genómicas que van a interactuar con el ADN de las células en las que hagan presa. Esto hace que la gran mayoría de virus sean específicos: solo afectan a una especie. Muchos, además, mueren al cabo de unas horas o días fuera de un organismo vivo, en condiciones ambientales. Si la enfermedad no se transmite por medios aéreos sino que es necesario un contacto de fluidos, será prácticamente imposible que se expanda por ahí, en cuanto la OMS se dé cuenta de que existe, pues los vectores son muy fácilmente reconocibles.

Pero hay unos cuantos virus que se saltan la barrera interespecies. Entre ellos el de la rabia, que seguramente ha inspirado al sociópata en cuestión. Ahora ya no hace falta que se transmita en humanos, sino que probablemente valdrá para todos los mamíferos. Una rata que se alimente de uno de los cadáveres que has dejado atrás, y que luego sea cazada por un gato feral (lo tendrá fácil porque la rata pierde su instinto de autoconservación) bastará. Ratones de campo, comadrejas, garduñas, jabalíes, lobos... La enfermedad podría permanecer viva en poblaciones de animales ferales y reaparecer en humanos a decenas o centenares de kilómetros. En unas semanas un niño puede ser mordido por un murciélago en las afueras de Budapest, o un campesino serbio será atacado por un caballo con una modalidad de rabia desconocida hasta ahora. Aún así va a ser casi imposible que haya una pandemia en humanos, pero sí que morirían una buena cantidad de inocentes.

Luego hay otra posibilidad, que es la de que nuestro protagonista esté infectado en fase latente o que sea un vector asintomático de la enfermedad. En ese caso estaríamos siguiendo a un jinete del Apocalipsis en su camino para llevar la condenación a una desprevenida humanidad .



PD: Una duda friki sobre el vídeo. La PPSH parece tener posición de tiro semiautomático y automático, y se ve que el tirador gira una manecilla para cambiar entre ambas. Sin embargo, en el 0:45, cuando está en tiro semiautomático, mantiene el gatillo presionado un poco más y lanza dos disparos seguidos.

[El Analandés]

Muchas gracias por tu aporte, Heinrich, así se convierte en una verdadera novela participativa y los comentarios son geniales.

Aquí estamos de vuelta, con nuestra PPSH entre las manos y dispuestos a reconquistar la planta baja de la casa de Pavlov para la Madre Patria, digo, a matar zombies.

Lo que me he reído con esto. Y la "escoba de fuego", no te olvides de la escopeta.

Molona la atención que prestas a los detalles como la operación de carga de la metralleta.

Uno de los grandes retos de la supervivencia en una situación hostil, es el de utilizar tecnología con la que no estás familiarizado.

Lo que está claro es que el tal Yurr es un hijo de puta de marca mayor... ¿infectar a tus secuaces con una enfermedad que los convertirá en monstruos horribles cuando ya no te resultan útiles? Se trata de un psicópata o un loco paranoide, probablemente ambas.

Me temo que Z. es más que un poquillo psicópata, porque a él le parece de lo más lógico y es lo que hacen los villanos y criminales. Cuantos menos sean, toca más dinero a repartir, y te libras de posibles delatores y testigos incómodos.

Pero la posibilidad más chunga es que el virus se transmita a animales, según la deducción que hace nuestro prota del cuadro del conejito (que menudo Sherlock, yo con la imagen solo hubiera pensado en zancos de conejo al limón)

Jajajaj . Bueno, a Z. le gustan las novelas de detectives, y sí, nuestro friki es alguien especial. Montones de personas normales han sido secuestradas y han muerto, pero Z. es el único que ha logrado escapar, o al menos intentar la fuga. Hmm, quizá el chaval del relicario también intentaba escapar.

De todas formas, estas son elucubraciones de Z. [ nota del narrador: para inventar una historia alternativa lógica y alternativa al guión de serie Z del libro], puede estar equivocado, pero la mayoría de las deducciones deben ser acertadas. Lo del conejo resultaba muy llamativo, un retrato al óleo no es un selfie.

Pero hay unos cuantos virus que se saltan la barrera interespecies. Entre ellos el de la rabia, que seguramente ha inspirado al sociópata en cuestión.

Contigo siempre se aprende algo nuevo. Gracias por enriquecer el trasfondo de la historia. Todo eso se le escapa a Z. que estudió Biología en el bachillerato a desgana y sus conocimientos de enfermedades se limitan a la Peste Negra, la gripe española y los artículos de la Muy Interesante (la serie de Doctor House no se había estrenado todavía en el momento de nuestra historia). Más o menos parece algo parecido a la rabia, pero no mata al portador si no que lo deja zombi, con el cerebro hecho natillas, y con muy mala hostia.

Ahora ya no hace falta que se transmita en humanos, sino que probablemente valdrá para todos los mamíferos.
...
La enfermedad podría permanecer viva en poblaciones de animales ferales y reaparecer en humanos a decenas o centenares de kilómetros.

¡¡¡Moriremos cienes de veces!!!.
Menos mal que Z. no estudió, bastante nervioso está ya.

Luego hay otra posibilidad, que es la de que nuestro protagonista esté infectado en fase latente o que sea un vector asintomático de la enfermedad. En ese caso estaríamos siguiendo a un jinete del Apocalipsis en su camino para llevar la condenación a una desprevenida humanidad .

(música siniestra y retumbante)

Eso sería grandioso . Por suerte esto no es el librojuego de "El guerrero de la autopista", que tiene uno de los peores más crueles finales alternativos de la historia, te muerde una rata al final de la misión y la palmas de rabia. Tampoco es una de las partidas de Heinrich.

Ya que lo mencionas, es algo que le preocupa a Z., la posibilidad de haberse contagiado. No tiene ni idea de cuál es el período de incubación del virus, por lo que él sabe de enfermedades, llevan al menos un par de días. Igual el virus está modificado para que sea cuestión de horas. Es inútil preocuparse por ello ante el problema más inmediato de la supervivencia, de todas formas Z. razona que si las medidas de seguridad se limitan a encerrar a los infectados bajo llave, en vez de un laboratorio con cámaras estancas y trajes de aislamiento, es que el virus no es tan contagioso y por ello se arriesga a quitarse los guantes de goma. Son muy incómodos y hacen muy difícil manipular las armas y la munición. Sólo se los pondrá si tiene que tocar a un zombi, digo, infectado. Z. es fatalista al respecto, si ya se ha contagiado al pelear cuerpo a cuerpo con los enfermos, ya se guardará la última bala para él cuando empiece a notar síntomas. Es consciente de que es muy posible que no salga con vida, puede haber centenares de infectados sueltos por el castillo, y tampoco se hace ilusiones a sobrevivir a un tiroteo con los secuaces de Yurr. ¿Qué diferencia hay entre morir aquí o hacerlo un poco más allá?

Dan ganas de meterse la escopeta en la boca y acabar de una vez, pero Z. ya se daba por muerto cuando estaba encadenado en la celda, y sabe que está viviendo de prestado. Al menos se lo hará pagar caro a esos hijoputas.
(música épica)

[El Analandés]

Decisiones,

Doblas por el pasillo y bajas por las escaleras, apoyándote en la pared para no caer. Cruzas con dificultad los cadáveres amontonados al pie y sigues por el largo pasillo, dejas atrás al par que te cargaste a distancia y delante, en un hueco en la pared derecha, hay un gran contenedor amarillo, con ruedas. Hay marcas de sangre en la tapa y sangre fresca derramada. ->Si quieres abrir la tapa para ver qué hay dentro del contenedor, pasa al 397. Si prefieres seguir caminando, ve al 155.

[Heinrich]

Yo voto por seguir caminando.

Desde el punto de vista práctico, lo más probable es que en el contenedor haya más restos de cadáveres, mezclados con otros desperdicios, y las posibilidades de que haya algo útil rebuscando entre la basura se encuentro algo útil son remotas.

Desde el punto de vista interpretativo, a nuestro personaje le interesa salir de la casa cuanto antes, y dudo que quiera presenciar otra escena horrible, además de las que ya ha presenciado y las que con toda seguridad le quedan. En general, la gente seguiría andando sin echar un vistazo, y eso es hasta prudente (nunca se sabe en qué momento tus nervios te van a traicionar). También está la posibilidad de que a estas alturas a nuestro protagonista ya le dé igual todo y se haya convertido en una máquina insensible, o un morboso que busca la sensación de horror. Pero por lo que se trasluce en los posts no es así.

[El Analandés]

Muchas gracias por tomarte la molestia de explicar tu decisión. Había una pista dentro del cubo, para eso necesitabas los guantes de goma, para cogerla sin infectarte, pero a mí me parece totalmente arbitrario, como bien dices, para evitar contagios, la sangre y otros restos, no los tocarías ni con un palo. Me apunto la pista para ponerla más adelante en un lugar más lógico... o no

155
Conforme avanzas por el corredor te percatas del mal olor que llena el aire. Cuanto más avanzas, peor se hace el hedor, hasta llegar alpunto en el que te ves obligado a taparte la nariz para mitigar de alguna forma las ganas de vomitar que ese repugnante olor te provoca. Observas un rastro de sangre en el corredor. Pronto llegas a una intersección. -^Si quieres seguir el rastro de sangre, que avanza en línea recta, ve al 135. Si prefieres girar a la derecha, pasa al 97.

[Heinrich]

Por intersección entiendo que se trata de un cruce entre dos pasillos, o, por la descripción, que el pasillo por el que vamos continúa hacia delante y que hay otro que llega desde la derecha (que, pensándolo bien, es más probable, ya que, si no, el juego nos permitiría ir también a la izquierda). Si el rastro de sangre viene por el pasillo por el que venimos y sigue en línea recta, ¿no deberíamos poder ver a dónde conduce? Vamos a suponer que hay una puerta, o que el camino tiene recodos.

Entre lo de la sangre y lo del olor, podemos suponer que el camino hacia delante lleva a alguna especie de sala de desechos. Quizás Yurr se deshaga allí de cuerpos ya podridos. El rastro de sangre (del que tampoco sabemos la descripción) puede deberse a que llevaron allí a algún sujeto abatido. También podría ser que, más adelante, haya un laboratorio con químicos que desprendan mal olor (poco probable si la experimentación es de tipo biológico). Por último, sea una u otra cosa, allí puede estar Yurr experimentando o haber zombis (rastro de sangre de algún infectado herido).

Pensemos como nuestro protagonista. Está sometido a una fuerte tensión emocional, pero después de lo que ha pasado no vacilaría en entrar a tiros en una casquería para llegar a la salida. Sin embargo, su objetivo prioritario es salir de ahí, no resolver el misterio ni hacerse el héroe; así que es más racional ir por donde no hay un rastro de sangre. Siguiendo la distribución del piso superior, tanto seguir recto como meterse a la derecha acabarán llevando a una eventual salida (todos los pasillos están conectados). En el caso de que Yurr estuviera en el lugar al que conduce el rastro de sangre tendría una cierta lógica ir a por él allí y evitar que ataque a nuestro protagonista en una condición más ventajosa para él. Pero el personaje no tiene ninguna garantía de que Yurr esté allí, ni de que luego pueda perseguirlo.

En base a la lógica de libro-juego, sin embargo, me metería de cabeza en el pasillo a donde lleva el rastro de sangre. Es una pista clara de que por ahí hay algo importante, quizás el encuentro con el malo final, mientras que el otro pasillo seguramente sea redundante o conduzca a peligros secundarios que se podrían evitar.

PD: He conseguido el libro-juego de Shadows over Sylvania, pero no me convence demasiado. La ambientación es buena, pero el sistema de combate es malillo (se podría soslayar aplicando otro), la historia es un poco meh y los personajes Lahmias quedan bastante puteados.

[El Analandés]

A la derecha pues. El mal olor seguramente proviene de cadáveres en descomposición, y la sangre es vida.. digo, estará infectada. No apliques la lógica de los librojuegos, sencillamente ir en esa dirección es repulsivo y no lo haremos a menos que no quede otra opción.

Y este sitio es enorme y sólo hemos recorrido uno de los edificios que forman parte del complejo.

97
Treinta metros más adelante, ves el busto de mármol de un hombre, puesto contra la pared del corredor que conduce a la izquierda. Detrás hay una magnífica armadura que es más o menos de tu tamaño. -Si decides ponértela, ve al 23. Si prefieres dejar la armadura y llevarte la espada, pasa al 71. Si por el contrario eliges continuar sin recoger nada, sigue en el 248.

- Aclaro que puedes elegir llevarte partes de la armadura, no la armadura completa.

[El Analandés]

La armadura, como suele ocurrir en estos casos, es una combinación de piezas de distintas épocas y procedencias. Te parece renacentista.

El hecho es que con lo cargado que vas, ya no puedes confiar en salir corriendo ni evitar el combate cuerpo a cuerpo. Indudablemente el chaleco antibalas que portas, con sus placas de titanio, es mejor protección que la coraza, pero recuerdas el martillazo que intentó darte uno de los infectos y te vendría bien el almete y la gola, para protegerte la cabeza y el cuello. Los guanteletes así mismo te protegerían las manos y los antebrazos y podrías parar golpes con ellos y asestar puñetazos. El resto de la armadura es inútil y además no te quedarían bien. El peso adicional sería unos cinco kilos más, esto es, casco más los guantes, excluyendo los brazales.

Parece que entre las aficiones de Dürr está la caza mayor y ha estado en un safari. La piel es de un leopardo, y el escudo de piel debe ser de alguna tribu africana.

La espada es chula, y te habría venido bien antes, pero tampoco sabes manejarla y esperas acabar con los zombis a tiros y ya pesaría demasiado , es otro kilo y medio más.

Recordad que siempre podemos volver y coger el pasillo apestoso. Haré otro gráfico.


[Por cierto, un puntazo, el busto representa a Ian Livingstone, el autor]

[Heinrich]

Vale, esto tengo que admitir que no me lo esperaba. Veamos:

Vamos a suponer que por algún motivo Yurr ha incluido el acolchado interior y las sujecciones, puesto que sin ellas es imposible llevar la armadura. Contando con esto, una armadura completa como esta "no pesa tanto", es decir, quizás unos 25 kg, y el peso, además, está diseñado para reposar sobre los hombros. Pero la mayor parte es redundante o tremendamente impráctica. La coraza va a ser prácticamente invulnerable a los golpes que puedan dar los zombies, pero no a las balas de rifle, y Z. ya tiene el chaleco antibalas. Además, quizás estorbase al apoyar la culata en el hombro para hacer puntería, ¿no?

De la armadura en las extremidades inferiores prescindiría, puesto que enlentece y cansa mucho. De los guanteletes también porque va a haber que disparar, y, aunque tengan dedos articulados, es muy poco práctico (creo, nunca llevé unos puestos). En cambio, los brazales que cubren entre el codo y la muñeca son útiles para repartir leña e intentar protegerse del mordisco de un zombie, en caso de apuro.

Con el yelmo tenemos un problema parecido. Con la visera bajada Z. no va a enterarse de nada, y si ya llevar puesto un casco abierto hace sudar y da dolor de cuello, y de cabeza si está mal ajustado, imaginémonos un yelmo arcaico. Yo dejaría la parte metálica PERO, si hay un acolchado independiente, lo dejaría junto con la gola. Sé que lo de la derecha mola más que lo de la izquierda, pero...



La espada sí que la cogería SI tiene vaina y filo. Por varios motivos:

-No pesa tanto. Parece una espada de mano y media, si está forjada para el combate su peso oscilará sobre el kilo y medio.

-Permite hacer ataques de cuerpo a cuerpo manteniendo la distancia con el enemigo. No teniendo bayoneta...

-Es la típica sideweapon que nunca llegas a utilizar pero que incrementa tu confianza.

-Es una puta espada. Pero ahí habla Heinrich, no Z.

[El Analandés]

Vale, esto tengo que admitir que no me lo esperaba.

Estás en un castillo, es de lo más lógico del mundo.

Veamos:
Vamos a suponer que por algún motivo Yurr ha incluido el acolchado interior y las sujecciones, puesto que sin ellas es imposible llevar la armadura.

Pues ahora que te fijas, no te sorprende nada ver hay un jubón acolchado en el interior. Dürr es un friki rolero como tú y seguramente se haya dedicado a la reconstrucción histórica. O simplemente quedaba mejor colocada la armadura en la percha así.

Contando con esto, una armadura completa como esta "no pesa tanto", es decir, quizás unos 25 kg,

Según las reglas de RQ, para alguien en torno al 1.75 (TAM 13), así es, el casco son 2.5 kilos, y los guanteletes 1.25 cada uno

y el peso, además, está diseñado para reposar sobre los hombros.

Al revés, las cotas de malla cansan porque todo el peso recae sobre los hombros, un arnés de placas reparte el peso por todo el cuerpo, no es tan pesada.

Pero la mayor parte es redundante o tremendamente impráctica.

En efecto, lo único que te vale es el casco y las protecciones de los brazos.


De los guanteletes también porque va a haber que disparar, y, aunque tengan dedos articulados, es muy poco práctico (creo, nunca llevé unos puestos).


Los guanteletes protegen sólo la parte externa de los dedos, y los guardamontes de las armas de fuego , al menos los de la escopeta y la metralleta, se diseñan para permitir su uso con guantes. Con la pistola es algo más complicado. No hay problema por esa parte.

En cambio, los brazales que cubren entre el codo y la muñeca son útiles para repartir leña e intentar protegerse del mordisco de un zombie, en caso de apuro.

Correcto.

Con el yelmo tenemos un problema parecido. Con la visera bajada Z. no va a enterarse de nada,

Por eso normalmente la llevas abierta.

y si ya llevar puesto un casco abierto hace sudar y da dolor de cuello, y de cabeza si está mal ajustado, imaginémonos un yelmo arcaico.

Lo contrario, un yelmo medieval es más cómodo de llevar que un casco militar. Pesa menos, pues el acero es más delgado y duro , y además descansa en parte sobre el cuello. La visión se reduce, y la audición también, pero Z. ya está algo sordo, por lo que no importa mucho. Vas a sudar la gota gorda, pero el tener la cara y el cuello protegidos de los mordiscos de los infectados da una gran sensación de seguridad. Cargado como vas no puedes correr y ya no podrás evitar que alguno llegue al cuerpo a cuerpo. No obstante, la decisión final es tuya.



La espada sí que la cogería SI tiene vaina y filo. Por varios motivos:

-No pesa tanto. Parece una espada de mano y media, si está forjada para el combate su peso oscilará sobre el kilo y medio.

Correcto. Para tu sorpresa es auténtica, no una réplica. Y está afilada.

-Es una puta espada

Y tú eres el puto rey de Inglaterra Vale, decidido, añado la espada a la ficha y espero tu decisión sobre lo demás.

[El Analandés]

248
El corredor gira bruscamente de nuevo a la izquierda. Pasas la esquina y te diriges al portón que ves en el fondo. De repente oyes el sonido de unos perros ladrando con fuerza a lo lejos, detrás de ti. Una gran manada de violentos perros se acerca, no puedes huir cargado como estás, no llegará a la puerta. Bajas la mochila al suelo y te agachas para sacar la metralleta a toda prisa. La jauría dobla la esquina, son más de una docena los animales parecen extremadamente agresivos, echan espuma por la boca y se lanzan a toda velocidad. Recuerdas algo que leíste en una revista de armas, "la ametralladora barrerá un área mayor si el cañón está paralelo al suelo, " por lo que disparas rodilla en tierra, para estar a la misma altura que los perros. El estruendo es ensordecedor, una llamarada surge de la bocacha y un río de casquillos brota del arma, el retroceso no es mucho, pero el cañón brinca y se menea en tus manos. Muchas balas hacen blanco, algunas traspasando a más de un sabueso, pero otras muchas se pierden a lo lejos agujereando la pared del fondo.

Varios perros caen abatidos entre aullidos de dolor, pero incrédulo, ves como el resto siguen a la carrera, a pesar de que el estruendo de los disparos debería ahuyentarlos. Consternado sigues apretando el gatillo, barriendo el pasillo mientras los supervivientes se acercan, se acercan....

Ya jugaré el combate y os digo mañana. Hay diecisiete perros y dudo que Z. pueda abatirlos a todos antes de que se le echen encima, puede que la espada sirva para algo.

[Heinrich]

Al revés, las cotas de malla cansan porque todo el peso recae sobre los hombros, un arnés de placas reparte el peso por todo el cuerpo, no es tan pesada.

Tienes razón.

Los guanteletes protegen sólo la parte externa de los dedos, y los guardamontes de las armas de fuego , al menos los de la escopeta y la metralleta, se diseñan para permitir su uso con guantes. Con la pistola es algo más complicado. No hay problema por esa parte.

Ah, mira, otra cosa de la que no tenía ni idea. Hace mucho que no tengo entre mis manos una réplica y no me había quedado con el detalle del espacio que hay alrededor del gatillo. Nos los llevamos pues.

Lo contrario, un yelmo medieval es más cómodo de llevar que un casco militar. Pesa menos, pues el acero es más delgado y duro , y además descansa en parte sobre el cuello. La visión se reduce, y la audición también, pero Z. ya está algo sordo, por lo que no importa mucho. Vas a sudar la gota gorda, pero el tener la cara y el cuello protegidos de los mordiscos de los infectados da una gran sensación de seguridad. Cargado como vas no puedes correr y ya no podrás evitar que alguno llegue al cuerpo a cuerpo.

Adjudicado, entonces. Total la audición se va a reducir igualmente llevando la protección acolchada, y viendo que al máster considera que da seguridad llevar el yelmo vamos a suponer que a Z. también, ya que tienen sospechosos parecidos.

Pobre del zombie que se le ponga delante a Z. Por cierto, no sé si quiere participar otra gente que no ha podido por el ritmo de hoy.

Edito, que veo que un comité de bienvenida de los mejores amigo del hombre está llegando para hacer un festín de homenaje con Z. como invitado de honor. ¡Vacía el tambor! ¡Acuérdate de que los perros muerden la parte del cuerpo que ven primero y que llevas guanteletes metálicos! ¡Con la mano derecha puedes usar la pistola! Si son perros medio locos, intentar mantenerlos a raya con la espada no funcionará mucho tiempo (si fuesen perros normales intentarían no meterse dentro del arco, pero si son bichos-zombi falla el potencial disuasivo). Si Z. llega a caer al suelo está bastante jodido.

[El Analandés]

Pobre del zombie que se le ponga delante a Z. Por cierto, no sé si quiere participar otra gente que no ha podido por el ritmo de hoy.

Bueno, yo ya les he avisado. Pero queda mucha partida por delante, así que habrá zombis para todos.




ARMAS y MUNICIÓN 15.25 Kilos

Escopeta recortada 2 kilos (en brazos)
4 cartuchos de postas 00 del 12 (0.185 kilos, 46 gramos por cartucho)
(2 cargados, 2 cartuchos postas metidos en bolsillo derecha chaleco )
19 cartuchos sueltos perdigones no.4 del 12 para cazar patos (0.82 kilos, 43 gramos por cartucho, 140 perdigones de 3mm ) ( 5 bolsillo derecha chaleco, 14 bolsa costado) de dudosa utilidad contra humanos e infectados, pero menos es nada


Metralleta PPSh 41 3.63 kilos (en mochila, no tienes correa para llevarla)
3 x tambores 5.46 kilos (71 cartuchos, 1.82 kilos cargado, 0.9 vacío) (1 cargado, 2 en mochila)

13 balas sueltas 0.16 kilos para recargar cargadores pistola, en bolsillo chaleco ( con la granada)
3 x Granada de mano RGD-5 0.93K, (0.31 cada una, en bolsillos pecho chaleco a la izquierda, 2 en un bolsillo centro izquierda, 1 en el bolsillo más a la izquierda)

Pistola Tula Tokarev TT-33 fabricada en Romania (0.85 K) (en su funda)
2 cargadores (8 balas) 0.36K (0.18 K cargado 76 gr vacío cada uno, uno cargado, otro en la pistolera)

Cuchillo de cocina 0.2 (metido en bolsillo centro derecha)

Espada medieval afilada, 1.5 kilos, sujeta al costado.

ARMADURA 12 kilos

chaleco antibalístico con placas de titanio (protege pecho y abdomen) 7 kilos
Yelmo armadura medieval (protege cabeza, cara y cuello) 2.5 kilos
Guanteletes (protegen manos y antebrazos hasta el codo, 2.5 kilos

ROPA PUESTA 1.5 kilos
Pantalones de vestir viejos 0.5 k
Camiseta 0.1
Zapatillas deportivas (0.8 k el par)
Reloj pulsera 0.05

CINTO Y BOLSA 0.6 kilos.

- Cinturón con pistolera 0.55
-Bolsa pequeña negra ("mariconera"), (0.1) (contiene 14 cartuchos perdigones escopeta )


MOCHILA 3.0 KILOS

-Mochila (vacía 0.5) contenido:
Metralleta PPSh 41
Tambor


Un par de guantes de goma ( 0.03)
Sudadera 0.5
Camisa invierno manga larga 0.25
Botella de agua de plástico 0.5 litros ( 0.5 kilos llena)
Cuerda poliester 1cm (1 rollo x 15m, aguanta 100 kilos) 1 kilo

-surtido objetos: (0.15)
llave con el número 9 grabado,
cajetilla de cerillas
rotulador acetato grueso, negro
dos lápices HB
lupa
papel con el número de combinación
cortaplumas 0.05,


TOTAL CARGA: 32.4 KILOS
ARMAS Y MUNICIÓN 15.25 kilos
ARMADURA 12 kilos
ROPA 1.5 kilos
CINTO Y BOLSA 0.65 kilos.
MOCHILA 3 kilos


PUNTOS FATIGA ACTUALES -4 (-4% penalización tareas físicas)

Zombis muertos: 39

5 x apuñalados con destornillador
1 x estrangulado
15 x muertos a tiros de pistola (51 balas gastadas)
15 x muertos a tiros de escopeta (20 cartuchos gastados)
3 x rematados a cuchillo

[El Analandés]

Aquí tenéis otro plano, la distribución de este ala parece algo distinta

[El Analandés]

NARRACIÓN DE MÁSTER

Tus sentidos y reacciones se han agudizado por la tensión. En cuanto oíste a los lejos los ladridos de la manada de perros, instintivamente reconociste el peligro, te acuerdas de todas las películas de evasiones en la que los perros persiguen a los fugitivos. Cargado como vas, no podías huir, así que sacaste la metralleta de la mochila y tuviste el tiempo justo de amartillarla y apuntar, rodilla en tierra, cuando la jauría dobló la esquina, aullando y babeando como si te persiguieran todos los sabuesos del infierno. Presa del pánico aprietas el gatillo, ni siquiera hace falta apuntar, son una masa negra y parda que llena todo el pasillo. Tu metralleta escupe plomo con un rugido como el de una motosierra mientras los casquillos vuelan en un torrente de latón. Las balas se hunden en los cuerpos, atraviesan cráneos, quiebran patas, abren agujeros en la pared del fondo, rebotan en todas partes con un silbido entre la cacofonía de disparos, ladridos, y aullidos bestiales de dolor ... caen muchos de los sabuesos, que llevados de la inercia de la carrera siguen adelante un poco más antes de desplomarse, pero los demás simplemente saltan por encima de los cuerpos, insensibles al estruendo y la matanza. En pocos segundos vacías el tambor, has abatido a una docena pero la munición se agota justo cuando el par de perros que han escapado ilesos dejan atrás a sus compañeros heridos y se te echan encima. Apenas tienes tiempo de incorporarte y blandir la espada en un círculo cuando el primero, un doberman, salta a por ti..

Nunca has blandido una espada, más por increíble suerte y por reflejo que por habilidad tu revés a la desesperada golpea al animal en la paletilla, y entre la fuerza que imprimes al golpe y el filo cortas carne y tendones hasta el hueso y con el impulso lo desvías en el aire, llevado de la inercia, giras sobre ti mismo cuando el otro te impacta en el hombro izquierdo, te tambaleas y retrocedes, mientras el perro se alza sobre tus patas traseras y te larga dentelladas intentando morderte en la cara . Ahora que lo ves de cerca, tan cerca que te exhala su fétido aliento en la cara y puedes ver sus ojos inyectados en sangre y el sarro de sus colmillos babeantes, reconoces la raza, un rottweiler, como la mayoría. Dejas caer la espada y mientras retrocedes tambaleante ante los empellones del perro tardíamente recuerdas bajarte la visera mientras te proteges con los brazos. El perro busca hacer presa pero sus colmillos resbalan en los guanteletes, le atizas en el hocico con el guantelete, pero aunque brota sangre el animal no ceja en sus intentos, y muerde un bolsillo del chaleco, tironeando, para tu horror una granada se cae del bolsillo y rebota en el suelo. Durante unos segundos interminables te temes que vaa a estallar hasta que al retroceder y chocar de espaldas contra la pared te das cuenta de que sigue con la anilla puesta y manoteas para desenfundar la pistola mientras que con el otro brazo pugnas por mantener a raya al sabueso.

El doberman herido intenta incorporarse pero su pierna sólo está adherida al resto del cuerpo por una fina tira de piel y carne y se desploma entre horripilantes gemidos. Otro par de perros heridos, sangrantes y cojeando se acercan, uno muerde el dobladillo del pantalón y tironea hasta que una patada que tiene la suerte de golpearle en la herida le hace revolcarse de dolor.

El chaleco y el casco te salvan de las dentelladas del rottweiler, hasta que consigue hacer presa en los dedos de la mano izquierda, por el dorso están protegidos por las láminas metálicos pero sientes la presión dolorosa de los dientes de la mandíbula inferior contra el cuero de los guantes, parece que tengas la mano metida en una tenaza. Sacas la pistola y por poco te pegas un tiro en el pie ya que se te dispara al desenfundar. Mientras el perro roe tu mano, le clavas la pistola en el costado y disparas tres veces a quemarropa, el hedor del pelo quemado por la llamarada del disparo es peor aún que su aliento. Apenas el cuerpo del animal cae al suelo entre espasmos de agonía, cuando ya tienes encima a los otros dos, que a pesar de sus heridas siguen atacando frenéticos. Esta vez te consiguen derribar al suelo, tienes uno encima del pecho, mientras pataleas frenéticamente para que el otro no te muerda en las piernas.

Con esfuerzo le metes el cañón de la pistola en la boca al que tienes encima y disparas, un chorro de sangre y sesos brota de su cráneo, pero al cerrar las fauces en el espasmo de la muerte te atrapa la pistola y no consigues sacarla. El otro te está mordiendo el tobillo, y te salva el que llevas botas de baloncesto. Consigues sentarte, y jadeante y con los pulmones ardiendo puedes ver a través de la visera el horrendo espectáculo que entre los perros muertos y agonizantes, algunos heridos tratan de arrastrase hacia ti, e incluso dos se pelean entre ellos en un abrazo mortal. Pateas para soltarte y agarras el arma más cercana, la espada, y en una rápida sucesión de torpes tajos y estocadas consigues matar al último.

Te apoyas en la pared y te levantas la visera para respirar. En el pasillo flota una neblina del humo de los disparos. Los gemidos y aullidos de sufrimiento de los canes heridos y agonizantes te resultan aún peores que los de las personas, por lo que aún sin haber recobrado el aliento, vuelves por el pasillo, dando un traspié al resbalar con los casquillos esparcidos por el suelo, y te dedicas a rematar a estocadas a la media docena de perros que aún respiran.

[Heinrich]

Es abrir el hilo, ver que acabas de actualizar y

Aparte de los guanteletes, al final ha sido buena idea lo del yelmo. Yo no lo sabía, pero un 40% de los que son tratados médicamente por ataques de perro han recibido el mordisco en la cara (claro que son estadísticas de hospital, y alguien al que le hayan mordido en la mano tiene menos posibilidades de acabar en Urgencias que uno al que le hayan acariciado el rostro). Pero, ¿de dónde han venido los perros? ¿Del sitio de olor chungo? ¿O se habrán soltado de una habitación en otra planta?

En todo caso, ahora toca meter un nuevo tambor en la PPSH. Ha sido el arma que ha dado la victoria contra esta jauría, ni la escopeta ni mucho menos la pistola hubieran tenido potencia de fuego suficiente para detener a diecisiete perros rabiosos. Luego, a seguir por el portón.

[El Analandés]

Una vez que se hace el silencio, escuchas con atención unos segundos. Satisfecho de que no se aproxima ninguna otra amenaza por el momento te sacas el casco y recoges tus armas. Tienes que hacer palanca con la espada para lograr liberar la pistola de las fauces del perro.

Te sientas en el suelo, en un sitio limpio, te quitas los guanteletes y empiezas a recargar el tambor vacío, mientras echas miradas nerviosas en derredor. Como antes, no lo llenas al máximo sino que no cargas las últimas cinco balas. Leíste una vez que los veteranos no llenan los cargadores hasta arriba para no forzar el muelle y prevenir interrupciones.

La tediosa tarea de la recarga es hasta relajante en estas circunstancias. Una vez que te tranquilizas, te pones a pensar. Echas otro vistazo a los cuerpos de la jauría. La mayoría son, o eran, doberman o rottweiler. Algunos perros enormes que supones mastines, y algún otro que no reconoces, tampoco te gustan los perros, y después de esto, todavía menos.

Hay algo que no te cuadra. De todas las situaciones horribles que has vivido hasta ahora, la extraña locura de estos perros resulta inquietante... como si estuvieran rabiosos... la repentina comprensión te hiela la sangre. Si Dürr empezó experimentando con animales, primero conejos, ¿luego con perros? ¿perros zombi??

Presa del pánico, empiezas a quitarte la ropa y examinar todos los sitios donde te han mordido los perros. ¿Te han mordido? ¿Estás infectado!!?? Tras unos segundos de angustia y de palpar, respiras aliviado y tiemblas como una hoja cuando compruebas que estás bien, que no tienes ningún rasguño.

Ya sereno, y tras recargar la pistola, recoges tu equipo y te pones en marcha de nuevo. Para tu frustración la puerta del final del pasillo está cerrada y no tienes llave, pero estás tan contento de seguir con vida que te encoges de hombros. Desandas el camino, evitando los cadáveres de los perros y los charcos de sangre, al llegar a la esquina ves como las balas perdidas han acribillado la pared, el escudo que estaba colgado, dejado la armadura como un colador, y desfigurado el busto. Te detienes.

¿De dónde coño salieron los perros? O mejor dicho, alguien los soltó.

Evidentemente mientras tú estabas en la biblioteca armándote, alguien vino a comprobar si los infectados habían acabado contigo. O más probable, oyeron los disparos. No has visto cámaras de seguridad y no crees que las haya, pero el sonido de los disparos debe llegar bastante lejos por estos largos pasillos. Sabían que tenías una pistola y pensaron que un par de docenas de infecciosos armados con cuchillos bastaría para acabar contigo. No contaban con que tuvieras una escopeta. Lo malo es que saben que estás vivo y armado. Lo bueno es que no tienen cojones para venir a por ti. Eso es. Debían estar esperando a que llegaras, posiblemente alguien haya venido por el pasillo, te haya visto desde la esquina mientras estabas ocupado cogiendo la armadura, y ha soltado a los perros, porque sabían que la puerta del pasillo estaría cerrada y no tendría escapatoria.

Sospechas que habrán encargado a alguno de los dos tipos del almacén, "cabeza rapada" o "cabeza vendada", que lo hiciera. Serán cabrones... aunque claro, no tienen otra opción que obedecer. Ahora que lo piensas, has tenido suerte que no te soltaran a los perros antes. Imaginas que Boris o Gregor, uno de ellos, que ya te han ayudado antes, te ha visto probarte la armadura, y se han retrasado todo lo que han podido en cumplir la orden, para darte tiempo de llegar a la puerta del final del pasillo o al menos estar prevenido. Ese minuto de retraso te ha salvado la vida, sigues cabreado con ellos, pero les agradeces que te ayuden a su manera.

Imaginas que Yurr, o el secuaz que esté a cargo habrá pensado, "bueno, el cabrón ese tenía una pistola y no sé cómo encontró el armario de las escopetas, vale, es un tío duro y se ha cargado a los infectados, pero si le soltamos a los perros, se le echarán encima antes de que pueda recargar"

Sonríes al imaginar la cara que se les habrá quedado al oír la ráfaga de la metralleta. Es algo que te da confianza. No se atreven a venir por ti, y como no hay cámaras, no saben al cesar los disparos si es porque te han matado, o porque te has cargado a los infectados y sigues adelante.

"Tiembla, Dürr, voy a por ti, ¡que sé donde vives!"